lunes, 8 de junio de 2020

Policías locales con el crimen y contra la sociedad; urge aplicar Plan Durazo

Policías locales con el crimen y contra  la sociedad; urge aplicar Plan Durazo

 

Carlos Ramírez

 

En agosto de 2008 se firmó un Acuerdo Nacional de Seguridad que establecía la necesidad urgente de capacitar a policías estatales y municipales para combatir a un crimen organizado que se había colado precisamente cooptando a esos niveles policiacos.

En marzo de 2019, al aprobarse la reforma constitucional de la Guardia Nacional, el artículo Séptimo Transitorio estableció exigencias urgentes para poner orden en las policías estatales y municipales porque por ahí se seguía colando el crimen organizado.

Y aún no se cumplen esos compromisos que tienen que ver con la seguridad estatal y municipal ante la delincuencia en sus diferentes niveles y ahora los cuerpos locales de seguridad aparecieron reprimiendo protestas sociales como no se veía desde los tiempos del PRI en mandos nacionales y estatales.

En las áreas de seguridad y orden en las calles, las policías estatales y municipales aparecen con grandes márgenes de autonomía relativa del mando político central. O gobernadores y alcaldes son cómplices de los comportamientos de sus fuerzas de seguridad o han descuidado la supervisión y los policías se mueven por su cuenta… y por sus intereses.

En materia de seguridad, el Séptimo Transitorio de 2019 fue muy claro:

Los Ejecutivos de las entidades federativas presentarán ante el Consejo Nacional de Seguridad Pública, en un plazo que no podrá exceder de 180 días a partir de la entrada en vigor del presente Decreto, el diagnóstico y el programa para el fortalecimiento del estado de fuerza y las capacidades institucionales de sus respectivos cuerpos policiales estatales y municipales".

Sin ninguna justificación jurídica o razonable, esos informes no se han presentado o algunos se entregaron con información parcial. En la estructura local, el control de policías por gobernadores y alcaldes es un instrumento de poder político sobre sus núcleos sociales.

El otro mandato constitucional del Séptimo Transitorio tampoco se ha cumplido:

Un año después de haberse emitido el programa referido, el Ejecutivo local enviará anualmente a la Legislatura de la entidad federativa correspondiente y al Consejo Nacional de Seguridad Pública, la evaluación integral del mismo con el informe sobre los avances en los objetivos señalados y su cumplimiento en un horizonte de seis años. Los resultados de la evaluación serán considerados para el ajuste del programa y su calendario de ejecución, por los órganos correspondientes".

Después de doce años de colapso de seguridad, ahora la crisis que está llegando de inestabilidad social en las calles ante protestas pivoteadas por grupos de choque anarquistas y no ha habido decisión para someter a control a las fuerzas locales de seguridad. El gobernador jalisciense Enrique Alfaro podría tener razón en acusar a grupos provocadores de Morena, pero las policías de su estado están fuera de su control.

Y ante las protestas sociales que van a ir aumentando de intensidad y fuerza, como se vio en Jalisco y Ciudad de México, las fuerzas policiales municipales han sido dotadas de equipamiento represivo, pero no han sido capacitadas en control y administración de movilizaciones masivas. Los reglamentos para el uso de la fuerza que existen a nivel municipal, estatal y federal son letra muerta, sobre todo en sus artículos que señalan la negociación antes que la represión.

La salida intermedia del mando único se quedó en el mero control de las policías estatales y municipales, sin capacidad ni entrenamiento de esos mandos únicos en materia de criminalidad y protestas sociales. Las policías municipales siguen en el ojo de la crisis de seguridad porque han quedado subordinadas a las células del crimen organizado, además de que no se ha resuelto la capacitación requerida para entender las nuevas reglas y políticas de seguridad federal y tampoco recibido el equipo de trabajo. Jefes policiacos en Guanajuato, Chihuahua, Colima, Michoacán y Guerrero, entre otros estados, aparecen en el centro de denuncias por complicidad con grupos delictivos.

Lo que queda es la aplicación urgente de los programas de capacitación y control de policías locales que ha presentado el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, que se han ido posponiendo en Palacio por presiones de gobernadores.

 

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Política para dummies: La política es lo policiaco con mano suave.

 

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4T: reforma del Estado para continuidad o ruptura de neoliberalismo salinista (5/5)






Carlos Ramírez

A lo largo de cuatro partes, aquí se ha tratado de analizar el escenario de desafío de la 4T de cara a la herencia neoliberal de Carlos Salinas de Gortari (1979-1994). El punto central se puede plantear así: el neoliberalismo no es ideología, sino un modelo de desarrollo nacional y un Estado subsidiario.
Salinas de Gortari se tardó catorce años para construirlo, desde el Plan Global de Desarrollo 1979 hasta la puesta en marcha del TCL en enero de 1994. Y al dejar su proyecto bien atado en lo constitucional, el actual sistema/régimen/Estado neoliberal carece de mecanismos para operar de manera eficiente como Estado populista.
Sin una profunda reforma del Estado, la Cuarta Transformación quedará como una frase en el imaginario colectivo. Ya transcurrió año y medio y los resultados de la 4T han sido escasos, y no tanto por falta de voluntad o pasión, sino por estar desprovisto de instrumentos operativos en el actual Estado neoliberal. Reasignar presupuesto a obras insignia y a subsidios direccionados no modifica la estructura neoliberal de producción ni la mala distribución de la riqueza.
La clave del Estado de la 4T radica en la liquidación del Estado de economía de mercado que introdujo Salinas y la constitucionalización del sector privado que vive de la utilidad o plusvalía y no del servicio social; y sin llegar al Estado absolutista en lo económico, la Constitución requiere una definición del Estado productivo para no quedarse en la fase del Estado providencial que sobrevive de apoyos no-productivos.
En los hechos, el Estado lopezobradorista está marginando a los empresarios de ciertas áreas productivas de función exclusiva del Estado, pero hasta ahora no ha definido un nuevo modelo de desarrollo, ni nuevas políticas industrial y agropecuaria. El problema no es la acción del Estado en puntos sensibles del proyecto sexenal, sino que la complicación se profundiza y amplía cuando el Estado actual no define el rumbo del desarrollo. El Plan Nacional de Desarrollo 2029-2024 redactado en Palacio --el único legal porque se publicó en el Diario Oficial-- es doctrinario y político, pero no productivo.
El Tratado ha quedado al garete y se reformó a partir de las exigencias de Trump, sin que haya habido un proyecto de desarrollo industrial y agropecuario mexicano para reordenar beneficios. Aquí se ha escrito que la participación nacional mexicana en los productos de exportación ha bajado de 58% al comenzar el Tratado a 38% en 2019, lo que indica que las plantas industriales, agropecuarias y de servicios no aprovecharon la oportunidad para reorganizarse.
De acuerdo con el reformado y neoliberal artículo 25 Constitucional, el Estado tiene la facultad de ser el rector del desarrollo a través del PND; sin embargo, en los meses de la 4T no se existen los programas sectoriales que pudieran indicar el papel del Estado en la conducción del desarrollo.
Sin un reforma del Estado, del artículo 25 constitucional para regresar al Estado como pivote del desarrollo, sin un partido-sistema (era el PRI, no es Morena) para canalizar y administrar demandas, sin un programa para los nuevos modelos de desarrollo industrial, agropecuario y de servicios, en suma sin un programa de desarrollo para la competitividad, al final la 4T quedará sólo en temas desarticulados de subsidios a sectores vulnerables que no dinamizan la economía productiva y en obras insignia que tendrán poco efecto en la planta productiva general.
El presidente López Obrador cumplió la fase de las acusaciones retóricas, pero no ha entrado en el nivel de las reformas constitucionales para desmontar el Estado neoliberal salinista. Sin esas reformas, el modelo lopezobradorista pudiera quedarse estancado en un sencillo proyecto populista y no es una propuesta económica de Estado productivo de desarrollo con bienestar social.

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BC. Como era de esperarse, el gobierno bajacaliforniano de Jaime Bonilla encontró una cloaca de corrupción en los gobiernos panistas anteriores. Una línea de investigación involucra al antecesor panista Francisco Kiko Vega (2013-2019) por contratos a su compadre Fernando Beltrán por casi 2 mil millones de pesos en varios rubros, entre ellos agua para la planta cervecera Constellation Brands recientemente cancelada. La Unidad de Inteligencia Financiera ya tomó cartas y se espera que el caso pase a la Fiscalía.
Política para dummies: La policía es el juego de la audacia.

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Contracolumna LA SOCIEDAD CIVIL VS OBRADOR




JOSÉ MARTÍNEZ M.*

Si Vicente Fox sacó al PRI de Los Pinos a patadas, la sociedad civil va hacer lo mismo con Obrador. Lo van a sacar de Palacio porque las cosas en el país se están haciendo mal. Obrador enfrenta un serio problema porque carece de un sólido capital social basado en la confianza, la honestidad y la transparencia. Y porque mintió en sus intenciones antes de someterse al veredicto de las urnas.
Obrador tiene a la economía mexicana en un desastre. Se han perdido millones de empleos, no habrá crecimiento en por lo menos dos años, está poniendo en riesgo el futuro de las nuevas generaciones y a los pobres los está dejando en una situación peor de pobreza. Y aun así sueña con su rocambolesca idea de la cuarta transformación.
El PRI buscaba perpetuarse en el poder y se mantuvo en él por más de siete décadas. Peña Nieto terminó como el sepulturero del PRI. Con la alternancia en el poder el PAN, durante largos 12 años, no pudo sustraerse de los viejos vicios del sistema político mexicano. Fox y Calderón decepcionaron a su partido y al electorado.
Hartos de tanta corrupción los mexicanos votaron por un cambio, aunque hay que reconocer la apatía de casi 30 millones de mexicanos que no acudieron a las urnas y otros 25 millones que siguieron confiando en esos partidos. Otros 30 millones de mexicanos votaron por Obrador y los candidatos de Morena, pero no lo hicieron por un proyecto político, sino como una forma de decir basta a la corrupción y la impunidad de la clase política.
Obrador supo capitalizar el descontento social y ofreció el paraíso, lo malo es que su gobierno ha resultado un infierno. Esa situación lo ha ido llevando a perder gradualmente su base de sustentación político-electoral.
Es cierto Obrador ganó las elecciones. Pero sus dos baluartes, la legitimidad y la legalidad, los ha tirado al cesto de la basura de Palacio Nacional por su ceguera y cerrazón.
Lo que no ha sabido ganar Obrador es el respeto y la admiración de la mayoría de los mexicanos. Por lo tanto su gobierno carece del aval social y de los consensos políticos.
Retador, ahora dice que se está a favor o en contra de la “transformación”. En otras palabras lo que dijo fue “o eres mi amigo o eres mi enemigo”.
Lo mismo dijo el presidente George W. Bush cuando el atentado a las torres gemelas de Nueva York, “O estás con nosotros o estás con los terroristas”.
En nuestro contexto político las palabras de Obrador tienen un significado especial porque no sabe razonar ni dialogar, e incluso es muy malo para discutir porque tiende a polarizar y a descalificar.
Él ha insistido en polarizar para dividir y ganar adeptos fanatizando a sus simpatizantes. Al mismo tiempo ha propiciado un descontento social que poco a poco ha ido tomando cuerpo para constituirse en lo que podría ser un verdadero contrapeso a su gobierno. Los frentes “antiamlo” han ido creciendo de manera constante y se han ido extendiendo por todo el país.
También hay grupos de choque auspiciados por Morena y el gobierno de Obrador para infiltrarse en el naciente movimiento de la sociedad civil. El propósito de estos grupos de choque obradoristas son la provocación para generar represión y desestabilización. Eso ya lo hemos percibido y atestiguado en Baja California y Jalisco.
Obrador en tanto ha roto las reglas del protocolo sanitario de la pandemia para reiniciar sus giras por el país para atraer simpatías y mantener fieles a sus fuerzas vivas. Ha politizado la crisis sanitaria. Ha mentido sobre el costo sanitario (de muertos y contagiados por el coronavirus) para tratar de minimizar el gran fracaso de su gobierno.
Su interés fundamental está en las próximas elecciones de medio gobierno. Su objetivo es contar con un Congreso a modo que lo respalde para imponerse en el poder y buscar reelegirse.
En la realidad esa conducta caciquil lo ha caracterizado toda su vida.
En la historia mexicana la figura del cacique ha estado presente. No hemos podido liberarnos de esa figura y del contrapeso dramático en el que ha persistido durante décadas.
Por desgracia Obrador ha creado un coto de poder superior a los de cualquiera de los legalmente constituidos. Los excesos de este personaje que cada vez se vuelve más siniestro.
Obrador, es producto de la pasividad del entorno que le ha permitido alcanzar tales poderes.
Los únicos que pueden frenar su insaciable apetito de poder son los miembros de la sociedad civil. Los partidos están rebasados.
Ahora la sociedad civil y los escépticos que forman la mayoría de los ciudadanos tienen en sus manos el poder del voto. El voto es el mejor antídoto contra el autoritarismo y las tiranías.
Habremos de profundizar en próximas entregas sobre el tema de la partidocracia.
Obrador ha sabido manipular a sus simpatizantes. Lo mismo hizo Fox cuando se comprometió a un cambio. Fox Dijo: “prometo ser honesto, trabajar un chingo y ser poco pendejo”.
Al final Obrador es una copia de Fox.

*José Martínez M., es periodista y escritor.

viernes, 5 de junio de 2020

La Contracolumna LA METAMORFOSIS DEL PEJE




JOSÉ MARTÍNEZ M.
Entre el candidato aquel que proclamaba una república amorosa y el presidente de la cuarta transformación existe una notable transformación. Nuestro personaje sigue en busca de una identidad. Por momentos se asume como Juárez o Madero, otras como el padre de la patria o como Cárdenas. Al igual que Gregorio Samsa, el protagonista de la cuatro té mantiene un conflicto de personalidad. No termina de comprender si lo que le sucede es producto de un sueño o parte de la “realida”. De lo único que está convencido es que su “honestida”, no robar y no mentir lo protegen de todo, hasta del coronavirus. Lo ha dicho muchas veces, que él es indestructible y que su misión es convertir al país en un edén, en un paraíso, en una potencia mundial. La base de todo, según él, es acabar con la corrupción.
Desde luego es un sueño guajiro porque la corrupción es peor que una enfermedad. Es peor que el cáncer mismo. La corrupción es una pandemia que ha estado presente en el mundo a lo largo de su historia. Ni siquiera en los países con mayor desarrollo humano se ha erradicado al cien por ciento, subsisten brotes y afloran de tanto en tanto.
Pero a Obrador le gusta actuar con doble rasero moral. Ante tanto cinismo los ilustres protagonistas de la cuarta transformación solo nos dejan el chiste fácil y la amargura de la burla contra nosotros mismos. Obrador en el papel del Sombrero Loco pregunta en la “mañanera” “¿Se llevó a efecto una encuesta acerca de cuál era el país más corrupto y quién creen ustedes que obtuvo el primer lugar? Y lord molécula responde ¡México! Y el sombrerero (Obrador) rápidamente agrega: ¡en efecto, teníamos el primer lugar pero dimos una lana y ahora tenemos el octavo!
Sí, la purificación se da por arte y magia de la cuatro té. Bartlett es exonerado y queda limpio de las acusaciones de enriquecimiento ilícito. La Maestra (Gordillo) recupera su libertad y su expediente criminal queda sin ninguna mancha y le regresan sus innumerables propiedades y sus millones de pesos y dólares. El Napito (Napoleón Gómez Urrutia) es indultado y recibe como premio un escaño en el Senado y como compensación se embolsa decenas de millones de dólares birlados a los mineros. Carlos Romero Deschamps, el otrora líder de los petroleros es jubilado y obtiene la bendición presidencial para que sus futuras generaciones disfruten a manos llenas el despojo a las arcas de Pemex. Bejarano es redimido, se le levanta el castigo y es habilitado para continuar con las tareas de reclutamiento para la causa morenista. Monreal y familia, antes en el centro del escándalo por asuntos de corrupción y almacenamiento de drogas en su rancho, ahora es el exegeta que trata de adivinar el futuro de la cuatro té. La lista es interminable y en ella caben los herederos del Mesías, ahora convertidos en prósperos empresarios y miembros del jet set.
Ni modo, el que no tranza no avanza.
Ahora para “reforzar” el trabajo del combate a la corrupción que encabeza la titular de la Función Pública Eréndira Sandoval, la esposa del polémico “académico” John Ackerman , quien considera que “Obrador está muy por encima de Juárez”, se suma al equipo anticorrupción el doctor Jaime Cárdenas Gracia para encabezar el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
En el palmarés del nuevo Robin Hood destacan los siguientes atributos: es esposo de la zarina anticorrupción de la Fiscalía General de la República María de la Luz Mijangos Borja. Es investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, con estudios de posgrado en la Universidad Complutense y en Yale. Obrador dice que Jaime Cárdenas “es un abogado de primera, una gente honesta y limpia”.
Lo malo es que el moderno Robin Hood de la cuatro té fue jefe de asesores de Manuel Bartlett en el Senado de la República. Y su esposa María de la Luz Mijangos fue parte del equipo que investigó a Bartlett. Y Cárdenas llegó a su nuevo cargo por recomendación de Bartlett.
¿Dónde queda, pues, el discurso de la corrupción?
La palabra “corrupción” ocupa un lugar preponderante en el discurso de Obrador. De hecho fue la principal bandera de su campaña. El eje de su gobierno presuntamente se sustenta en ese sustantivo que tiene un amplio significado. En política su verdadero valor equivale a la palabra “putrefacción”. La corrupción, pues, es la sustancia de la política.
Obrador está convencido de que con su llegada al poder se acabó la corrupción. Él mismo se ha definido como el presidente “más honesto” en la historia del país. Tan lo cree así que se siente con el derecho a la santificación. Solo le falta levitar.
Lo malo es que con la llegada de la cuarta transformación las cosas en materia de corrupción han empeorado, a tal grado que se ha corrompido a la corrupción, como decía Manuel Gamio, el ilustre antropólogo –uno de nuestros pensadores más lúcidos– que dejó como legado una obra monumental, entre ellos su obra memorable Forjando patria.
Y forjando la nueva patria de la cuatro té, Obrador no tiene colaboradores, tiene apóstoles. Uno de ellos es ahora Jaime Cárdenas.
Con la cuarta té estamos presenciando un espectáculo sin precedente. Tenía razón el periodista Julio Scherer García al poner con bueno tino el sobrenombre de Pejelagarto a Obrador.
El Pejelagarto, como se sabe, es una criatura fósil que no ha tenido un cambio evolutivo en los últimos 100 millones de años. Su cabeza se asemeja a la de un lagarto y su cuerpo es como el de un pez. Suele vivir en aguas dulces ubicadas en sitios pantanosos y lacustres.
Kafka tenía razón hay personajes que se transfiguran sicológicamente y no se saben si son producto de un sueño o parte de la realidad. Y como Hugo Chávez, Obrador cinceló en una frase su epitafio: “Yo ya no me pertenezco, yo soy de ustedes, soy del pueblo”.


El discurso de Salinas: del Estado social y al nuevo Estado neoliberal (4/5)

El discurso de Salinas


Carlos Ramírez


Las reformas constitucionales de febrero de 1983 del presidente De la Madrid transitaron a México del Estado social al Estado neoliberal de economía empresarial de mercado. El ideólogo de esa reforma fue Carlos Salinas de Gortari, secretario de Programación y Presupuesto.

En agosto de 1985, Salinas pronunció un discurso en un seminario sobre Rectoría del Estado en la UNAM y ahí explicó el nuevo Estado con funciones acotadas, la elevación del sector privado a rango constitucional y el mercado como pivotes del desarrollo. El bienestar social ya no era prioridad del Estado, sino consecuencia del crecimiento económico impulsado por el mercado.

Por su importancia, se trascriben párrafos importantes del discurso que explicó el adelgazamiento del Estado para un correlativo fortalecimiento del sector privado. El texto puede ser leído en versión íntegra en http://www.memoriapoliticademexico.org/Textos/7CRumbo/1985%20CSG.RecEdo.html:

 El Estado es la organización política de la nación, y a la vez es la sociedad políticamente organizada. Por ello, su ámbito de acción se da en las relaciones de poder. De la necesidad de someter el ejercicio del poder a una norma jurídica, se derivan las ideas centrales del derecho constitucional, en particular la fundamentación de la acción del Estado en el concepto de soberanía, tanto en su dimensión externa de soberanía nacional frente a la competencia de los demás Estados nacionales, como en su dimensión interna de soberanía popular, respetuosa de los derechos básicos del hombre.

 

Algunos consideran que la acción del Estado es un reflejo de los grupos en pugna, Y en particular lo consideran un mero mandatario de los grupos dominantes. Otros suponen que el Estado es la instancia que crea y organiza la sociedad. Sin embargo, posiciones así de extremas pueden resultar simplistas. La vida política no puede reducirse a la dinámica de fuerzas socioeconómicas. El Estado no es la arena política donde se dirimen los conflictos sociales. Hay una autonomía relativa del Estado respecto de los diversos grupos que actúan y compiten en una sociedad plural. Por ello debe rechazarse la posición reduccionista que considera que las formas del Estado varían simplemente en correspondencia con los modos de producción.

En lo que concierne a la economía mixta mexicana se establece la concurrencia del sector público, del sector social y del privado a los propósitos generales del desarrollo nacional, incorporando a todas aquellas formas de actividad económica que contribuyen al desarrollo de la nación. Para el sector público se establece que tendrá a su cargo exclusivo, las áreas estratégicas que la Constitución especifica. Se consigna explícitamente al sector social como integrante fundamental de la economía mixta, con lo que se recoge una aspiración de las organizaciones sociales de México. Se reconoce la función social del sector privado, así como la conveniencia de que existan condiciones favorables para el desenvolvimiento de la empresa privada, sujetando su desarrollo al interés público.

Es necesario subrayar que el ejercicio de la rectoría económica no requiere de un Estado grande sino democráticamente fuerte. La expansión indiscriminada del Estado como política de desarrollo no resuelve los problemas, y sí conduce a congestionarlo Y a disminuir su eficiencia para atender áreas que sí son estratégicas para el país. Por ello, recientemente se han venido instrumentando la venta o liquidación de entidades públicas no estratégicas ni prioritarias, como una medida que quita desperdicios Y evita inercias, y al mismo tiempo, permite atender con eficacia las áreas fundamentales y, en aquellos casos en que los programas de desarrollo así los justifiquen, ampliar la promoción y la participación en áreas prioritarias.

Al desprenderse el Estado de entidades no fundamentales, está abriendo espacios para apoyar el avance de la reestructuración productiva del país y encontrar la posibilidad en un contexto de recursos escasos, para apoyar programas realmente prioritarios. En la medida en que el Estado ha destinado recursos para financiar la expansión o sanear financieramente a las entidades no prioritarias, ha tenido que restar recursos para otras actividades fundamentales. Debe entonces reconocerse que en la medida en que se continúen vendiendo o liquidando entidades no prioritarias, se podrá, en consecuencia, fortalecer las que sí lo son, cumpliendo así el mandato moderno de rectoría del desarrollo.

En estos y otros párrafos de Salinas se explica el Estado neoliberal de 1983 a 2018.

 

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jueves, 4 de junio de 2020

La reforma del artículo 25 fundó el modelo neoliberal vigente (3/5)

Carlos Ramírez


Si la 4T lopezobradorista quiere avanzar en la anulación del modelo neoliberal salinista y construir una nueva economía de bienestar social, tendrá que entrarle de lleno a la reforma al artículo 25 constitucional que definió De la Madrid en 1983 y que tuvo tres objetivos neoliberales: regresar la economía mixta que quebró la expropiación de la banca, sentar las bases para la privatización de empresas públicas y darle rango constitucional a la empresa privada que vive de las utilidades especulativas y no del servicio social.

La reforma del 25 constitucional --fortalecida con las reformas a los artículos 26, 27 y 28-- fue el pivote que hizo virar al Estado de la Revolución Mexicana a un Estado neoliberal de mercado. Por cierto, la reforma se hizo al vapor en el congreso y fue promulgada el 3 de febrero de 1983, a escasos 65 días de haber tomado posesión. El operador de la reforma desde el gabinete presidencial sobre el legislativo y cuya firma consta al calce de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación fue Manuel Bartlett Díaz en su carácter de secretario de Gobernación del gabinete delamadridista, por lo que le toca algo de la responsabilidad de haber instaurado el neoliberalismo hoy maldecido.

Esa reforma permitió la privatización de la banca, la venta de empresas públicas que conformaban el sector paraestatal, la privatización del ejido, la constitucionalización de los empresarios, el Tratado de Comercio Libre con los EE. UU., entre otros sectores que dejaron de ser del Estado de la Revolución Mexicana. En este sentido, De la Madrid y Salinas construyeron el Estado ecualizador, es decir, el Estado que estabilizaba la relación con los empresarios como sector equiparable a las funciones sociales de los sectores publico y social. Con este ascenso de los empresarios a rango constitucional, su papel en la economía dejó de ser utilitaria, aunque en los hechos, de 1983 al 2018, los empresarios siguieron rigiéndose por la tasa de utilidad y no por el servicio social, como lo revelan las cifras de distribución inequitativa de la riqueza social.

La clave de las reformas de De la Madrid facilitaron al gobierno de Salinas de Gortari la privatización de empresas públicas para construir una nueva clase empresarial desde el seno del Estado, como lo ejemplifica el caso toral de la entrega de Teléfonos de México al empresario salinista Carlos Slim Helú para convertirlo en el hombre más rico de México y entre los mas ricos del mundo. Lo mismo ocurrió con las empresas siderúrgicas, bancarias, aéreas y turísticas que eran del Estado y se cedieron al sector privado, todas ellas, por cierto, con un papel clave en el modelo de desarrollo, aunque acreditadas en las reformas como “no estratégicas ni prioritarias”.

Para revertir el modelo neoliberal construido al amparo de las reformas de los gobiernos de De la Madrid y Salinas de Gortari se requiere la reforma del artículo 25 constitucional para regresar al dominio del Estado sobre el desarrollo, ya no como rector pasivo sino como eje de un modelo de economía social-publica. El modelo de economía mixta a nivel constitucional obliga al Estado a incluir en la planeación del desarrollo al sector privado, pero reconociendo que los empresarios no son órdenes religiosas que vivan para hacer el bien, sino que constituyen unidades de producción que requieren de utilidades para la reinversión.

El caso más sensible de la disputa por la rectoría del modelo de desarrollo fue el sector financiero, cuyos bancos fueron expropiados en 1982 por causa de utilidad pública y para dotar al Estado del preciado mecanismo de financiamiento del desarrollo, alejando a los bancos de su modelo especulativo para el enriquecimiento de una casta. Sin embargo, el gobierno de De la Madrid dejó que se pudriera el modelo de banca del Estado sin supervisiones estrictas y los banqueros-funcionarios resultados más gastadores que los privados. Con ese pretexto, Salinas de Gortari privatizó la banca y construyó una nueva plutocracia que hoy domina el financiamiento del desarrollo basado en utilidades bancarias.

La 4T del presidente López Obrador depende de la reforma a las reformas constitucionales de De la Madrid y Salinas de Gortari para liquidar al Estado neoliberal y reconstruir el Estado social. Sin este Estado social, la 4T no podrá alcanzar sus objetivos.

 

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Contracolumna EL CAUDILLO PERVERSO

Contracolumna EL CAUDILLO PERVERSO

JOSÉ MARTÍNEZ M.


En año y medio de gobierno el presidente Obrador sigue dando palos de ciego. Dice que está “satisfecho” con los “resultados” obtenidos hasta ahora (¿?). Prometió el paraíso y luchó para ello durante años pero para desgracia, no solo de él, sino de la gran mayoría de los mexicanos, su gobierno ha resultado un fiasco. A sus seguidores les dio –y les sigue dando–, atole con el dedo. Muchos se han desencantado y se sienten atrapados en un infierno. No obstante mantiene la adhesión de una importante cuota de fanáticos. Algunas encuestas refieren una caída en su popularidad. Eso es lo de menos, lo importante son los resultados y éstos no llegan y todo apunta que tampoco llegarán. El decrecimiento económico es una triste y amarga realidad, que lamentablemente él pretende atemperar con discursos optimistas, como si las crisis se resolvieran por decreto.
Dice, y lo ha remarcado, que su proyecto consiste en un cambio de régimen, que no se trata de una simple transformación sino de una auténtica “revolución”. Lo malo es que Obrador cada vez se ha ido radicalizando y ya hay voces que alertan que debemos vernos en el espejo de otros gobiernos populistas que terminan utilizando las armas para imponer sus ideas.
En los hechos no hay diferencias entre Obrador y los gobiernos de sus antecesores. Son las dos caras de una misma moneda. Obrador continúa por la misma senda de los tecnócratas, de aplicar las mismas recetas neoliberales. Es incluso más radical. Las medidas económicas de su administración son, incluso, draconianas. Recortes, ajustes, dispendio, medidas antipopulares. Quizás por eso termine como uno de los presidentes más odiados. Ya lo es de alguna manera. Tan es así que ahora detesta a las redes sociales, que antes fueron “benditas” y desprecia lo mismo a sus críticos.
Un político puede arrasar, como fue su caso, en las elecciones.
Hay un aforismo que sentencia que los buenos candidatos suelen ser malos gobernantes. Obrador ganó porque votó el descontento social por la corrupción y la impunidad de los gobiernos priistas y panistas.
No debe jactarse de que la gente votó por él gracias a los programas de su partido. La crisis también vota.
La falta de una cultura política es más que evidente, aunque él alegue lo contrario, al insinuar que en México no existe el analfabetismo político.
Él mismo se contradice. Obrador confunde Fenicia con Atenas. Lo pudimos constatar cuando se refirió a “Los Científicos” del Porfiriato, que nada tenían de científicos y eso sí se trataba de un grupo de políticos, intelectuales y empresarios que eran partidarios de la teoría positivista de Augusto Comte.
Obrador debe tener claro que una cosa es ganar unas elecciones y otra es ganarse el respeto y la admiración de los mexicanos.
Se asume como el “bien amado” pero sobre él llueven lo mismo críticas que alabanzas y como Salinas, su más odiado enemigo, Obrador también sembró en su favor programas sociales para cosechar votos en las próximas elecciones. Salinas lo hizo con Solidaridad y él otro con el Bienestar.
Al final de cuentas Obrador ha recurrido, como Salinas a la perversidad política. Salinas decía que a sus críticos ni los veía ni los escuchaba. Obrador sigue la misma ruta y aún peor utiliza el sarcasmo, la burla y el desprecio.
Si bien no hay a la vista resultados, lo que sobran, de su parte, son burlas y descalificaciones
“Yo no voy a rebajar mi investidura”, alegó con soberbia cuando se negó a recibir al poeta Javier Cicilia y a Julián LeBarón, cuyas familias fueron víctimas de la violencia.
Esa conducta nos demuestra la inexistencia de una comunicación directa pero Obrador actúa como los perversos: “con los objetos no se habla”.
Esa conducta la hemos visto una y otra vez. Él siempre encuentra la manera de tener la razón y recurre a la mentira para despreciar cualquier evidencia: “Bartlett no es corrupto… es una campaña de los conservadores”.
Lo hemos corroborado con el desprecio y la burla especialmente contra las mujeres. Las ha ignorado. La protesta no se ha hecho esperar y ha llegado hasta las puertas de Palacio Nacional y con reclamos en las mismas mañaneras y en la negación de la violencia doméstica durante el confinamiento por la pandemia. Y se ha visto peor cuando dice que “ha bajado la violencia contra las mujeres”.
En todos los casos trata de imponer su autoridad. El abuso de poder es más que evidente. Su discurso es totalizador y recurre a preposiciones que parecen universalmente verdaderas, aunque resulta una auténtica mentira.
Hemos atestiguado su manera insidiosa de actuar cuando ha descalificado a los representantes de todos los gremios y sectores, a los empresarios los ha llamado mafiosos, a los médicos mercantilistas, a los científicos conspiradores, a los periodistas “corruptos” y “carroñeros”, a los ingenieros y arquitectos los ha menospreciado, los considera innecesarios.
Esa conducta nos revela una patología narcisista que el psiquiatra y sicoanalista Otto Kemberg define como perversión narcisista y cuyos rasgos de estas personalidades son la grandiosidad, la exagerada centralización en sí mismos y una notable falta de interés y empatía hacia los demás, no obstante la avidez con que buscan su tributo y aprobación.
Por eso recurre todos los días a sus patiños en sus conferencias matinales. Un gobernante debe ejercitar el deporte de la crítica per se, a sabiendas de que al despertar y leer los periódicos se abre el grifo de los cuestionamientos y que son el motivo de su enojo cotidiano.
Ojalá lograra entender que México es asunto de todos y no la propiedad de un caudillo.