domingo, 4 de octubre de 2020

Robespierre región 4 en la SCJN criminalizar “decisiones políticas”

 


Carlos Ramírez

 

Si la carta oficial del presidente de la república a la Suprema Corte de Justicia para solicitar la aprobación de una pregunta orientada a investigar delitos y penalizar de manera legal a cinco expresidentes de la república, la mafia de la toga decidió convertirse en un tribunal Robespierre de la Revolución Francesa para investigar “decisiones políticas” pasadas de “actores políticos”.

La Corte la tenía fácil: declarar la inconstitucionalidad de la pregunta presidencial o decretar su constitucionalidad y avalar el proceso. Al final de cuentas, el presidente López Obrador dejo muy claro que quería sólo cumplir su compromiso de campaña de juzgar a expresidentes a petición popular y que en la consulta él como jefe del Estado iba a votar que no se juzgaran.

Pero el ministro presidente Arturo Robespierre Saldívar ser quitó la toga de gran magistrado constitucional y se puso el disfraz de ideólogo de la Cuarta Transformación para racionalizar y razonar lo que debiera ser la democracia participativa de la propuesta lopezobradorista, sólo que con argumentos que nada tenían que ver con su función de templario guardián del santo grial de la Constitución.

La pregunta aprobada por los once de la mafia de la toga propone investigar “decisiones políticas” de “actores políticos”, sin esclarecer, ninguno de ellos, lo que se entiende por política; y por política, de Aristóteles a Machiavelli, se tiende el ejercicio del poder como capacidad de dominación del otro. A partir de ahora, todas las “decisiones políticas” de funcionarios públicos estarán sometidas a consultas populares para su investigación penal, sin que medie, como enseñan a los abogados en los primeros cursos de derecho, denuncia con enlistado de comisión de presuntos delitos.

La maniobra del ministro Arturo Robespierre Zaldívar para atender las peticiones presidenciales regresó el derecho a los tiempos priístas en donde la ley se aplicaba por razones de poder, no de derecho; es decir, lo que pudiera llamarse la Ley del Alazán Tostado, en homenaje a Gonzalo N. Santos, el prototipo del político de pistola y puño que consideraba que la moral era un árbol que daba moras.

Lo que viene ahora es hacer la consulta, lograr el 40% de los votos a favor para hacerla vinculatoria y legal y a partir de ahí integrar los expedientes legales para discernir aquellas “decisiones políticas” que hubieran afectado la justicia y los derechos de las “posibles víctimas”. Y aquí está otro desaguisado jurídico de la mafia de la toga: no hay identificados delitos y menos víctimas, sobre todo si se aplicara el actual catálogo de delitos legales que reconoce el código federal de procedimientos penales. Claro, queda como salida que una vez que se determine que los presuntos delitos políticos no son delitos legales, entonces la Corte apruebe otra consulta para preguntarle a la gente si se convierten en delitos las meras acusaciones políticas producto de decisiones políticas de los actores políticos.

Por primera vez la Corte como la Catedral del Derecho y de las Leyes aprueba una consulta para iniciar procesos legales sobre “decisiones políticas” que no están tipificadas de manera penal en las leyes. Si alguien quisiera jugarle una mala pasad a la mafia de la toga, podría solicitar el amparo de la ley porque nadie puede ser perseguido ni investigado sin definir delitos concretos que estén en el código penal.

El ministro presidente Arturo Robespierre Zaldívar metió a la Corte en un hoyo jurídico, constitucional y político del tamaño del Cañón del Sumidero.

 

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EE. UU. 2020. De manera sorpresiva el presidente Trump anunció estar infectado por el coronavirus. Y no queda claro qué viene: ¿justificación de la derrota, posposición de elecciones, victimización electoral?

 

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Política para dummies: La política es la antítesis del derecho, para acabar pronto.

 

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Contracolumna • BUAP, RETOS DE UN RECTOR • AGÜERA DEBE IR A LA CÁRCEL

JOSÉ MARTÍNEZ M.

Puebla se encuentra a la vanguardia de la educación superior en nuestro país. Sus universidades públicas y privadas gozan de insuperable prestigio. Jóvenes de todo el país acuden a los campus de las universidades en esa entidad. El caso de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla es singular. Muchos de los frutos que se cosechan ahora se sembraron hace casi cinco décadas. Sin duda, uno de los pioneros en la tarea académica y científica de la BUAP fue Luis Rivera Terrazas. El actual rector José Alfonso Ortiz Esparza ha continuado su tarea por ese sendero, aunque en su caso sufre el acoso del gobernador Miguel Barbosa quien pretende apoderarse de la universidad para colocar ahí a uno de sus incondicionales, toda vez que el próximo año habrá elecciones para elegir el futuro rector de la BUAP, una vez que concluya la gestión de Esparza Ortiz.
Antes de él, la Universidad atravesó por varios periodos donde algunos rectores asumieron la institución como un auténtico botín político. El caso más grave fue el de su antecesor Enrique Agüera Ibáñez, quien debería estar, desde hace mucho tiempo en prisión por todos los atropellos que cometió a su paso por la BUAP, incluido el asesinato del exrector Samuel Malpica, donde Agüera es sospechoso de ser el autor intelectual. El crimen hasta ahora sigue impune. El caso no ha prescrito por lo que se debe reabrir el expediente y seguir las huellas de Agüera que lo incriminan en ese caso criminal. El atentado tuvo lugar una noche (3 de julio de 2013) cuando Agüera ordenó asestarle una golpiza a Malpica, pero a los sicarios se les pasó la mano y en lugar de golpes le dieron dos balazos al exrector privándolo de su existencia. Los hechos ocurrieron la víspera de las elecciones en la que Agüera pretendía imponerse como alcalde la capital poblana bajo el amparo del PRI.
De muy joven Agüera se trasladó de su natal Poza Rica a la ciudad de Puebla para estudiar en la BUAP donde emprendió su quehacer como un modesto profesor. Pero ¡Bingo! su amigo el rector y tocayo Enrique Doger le heredó el cargo y Agüera lo asumió como un regalo. Como un banco. Se hizo inmensamente rico.
Recuerdo los excesos del rector Agüera quien habitualmente se trasladaba en un helicóptero Bell 407 de color Rosso Corsa (Rojo Ferrari) y sus exquisitos trajes Brioni de casi cuatro mil dólares –los más caros del mundo– y uno que otro Hugo Boss. Entonces Agüera lucía como un maniquí –era algo así como la otra cara de la moneda de La Maestra, por los gustos exóticos de Elba Esther Gordillo, la clienta asidua de la lujosa tienda Neyman Marcus–.
Como rector Enrique Agüera y su familia eran clientes predilectos de las tiendas departamentales más exclusivas de Estados Unidos: Berneys New York, Saks Fifth Avenue, Nordstrom, Lord and Taylor y Bloomingdale’s.
Eso no era nada en comparación cuando Agüera y compañía se hospedaban en hoteles de lujos donde salían a bordo de limosinas para ir de compras a las tiendas más exclusivas y caras del mundo en Rodeo Drive en Beverly Hills, (Bally, BCBG Max Azria, Burberry, Bulgari, Cartier, Celine, Chanel y Coach, por citar algunas). Después de gastar decenas de miles dólares se trasladaban directo al aeropuerto para viajar en su jet privado rumbo a la capital poblana retacados de regalos.
Medios de comunicación lo pillaron una y otra vez en sus trapacerías. Llegó incluso el momento en que nadie lo reconoció. Se cambió el rostro. Médicos de Houston le realizaron una costosa cirugía estética para “embellecerlo”.
Cierto, Agüera se transformó. Pasó de ser un modesto profesor universitario a un magnate. Casas, ranchos, hoteles, caballos de raza y negocios lo mismo en Puebla que en Veracruz y Quintana Roo.
El gobernador Miguel Barbosa tiene el ojo puesto en la BUAP. Desde que llegó al poder le declaró la guerra al rector Esparza Ortiz. Su objetivo es poner ahí a uno de sus incondicionales de Morena.
Barbosa es un clon de Agüera, desde la llamada “izquierda” en el PRD y ahora Morena ha amasado una incalculable fortuna. La prensa local exhibió el dispendió de sus viajes por el mundo y algunas de sus lujosas propiedades. Una de ellas la mansión de Coyoacán en la Ciudad de México propiedad del expresidente Miguel de la Madrid, el precursor de los gobiernos neoliberales del viejo PRI.
El rector Esparza Ortiz presentó este domingo el tercer informe de su segundo periodo al frente de la BUAP, al final de su mensaje dirigió unas palabras a quienes atentan apoderarse de la Universidad.
La BUAP goza de un invaluable prestigio académico y de investigación. Es una de las cinco mejores universidades del país. Apenas en julio el Latin America University Rankings 2020, de Times Higher Education la posicionó entre las principales instituciones de educación superior en Latinoamérica y el Caribe al ser una de las mejor evaluadas en investigación, enseñanza y patentes.
Parte de ello se debe a que desde su llegada a la rectoría, el doctor Esparza alejó a la universidad de la grilla barata, trazó un plan al que ha mantenido en constante revisión, entendiendo que la educación es importante tanto como inversión en capital humano como para facilitar la investigación, desarrollo y difusión de tecnologías.
Así de simple, rompiendo las viejas prácticas de la corrupción en que se vio atrapada la Universidad durante varios periodos. El caso de Agüera es una mera muestra.