viernes, 19 de febrero de 2021

Contracolumna • OBRADOR, EL “PRESIDENTE PRECIOSO” • TAPADERA DE UN DEPREDADOR SEXUAL



JOSÉ MARTÍNEZ M.


De veras presidente a poco cree que Félix Salgado Macedonio debe ser juzgado en las encuestas en lugar de ser llevado ante la justicia.
Usted considera que su amigo y compañero de partido debe ser “juzgado” en las urnas, porque según su forma de pensar, “el pueblo es sabio y no se equivoca”.
No sea usted imbécil, se lo digo con todo respeto, como usted mismo dice cuando machaconamente se burla de sus críticos.
Y cuando le digo imbécil, con todo respeto, espero que sepa el significado. Un imbécil, y usted lo debe saber, es una persona que se comporta con poca inteligencia. Por eso le pregunto si acaso usted padece de deficiencia mental para actuar de tal modo.
Salgado Macedonio es un criminal. El único que se ha atrevido a meter las manos al fuego por él, es usted. Es una vergüenza y nos ofende a los mexicanos que usted sea la tapadera de un depredador sexual.
Las denuncias contra su protegido no son de ahora, corresponden desde los tiempos en que fue alcalde de Acapulco y cuya conducta depredadora ha sido incesante.
Su conducta y comportamiento como presidente deja mucho que desear. Usted mismo ha salido en defensa de los narcos, porque según su percepción, los criminales “también son pueblo”. Vaya.
Usted se jacta de dar clases de ética y hasta ordenó escribir una “cartilla moral” con el propósito de “moralizar la vida pública de México”.
El diminuto documento es tan pequeño en sus objetivos que hasta un enano parece un gigante.
Lo cierto es que usted es una persona en verdad repugnante en lo moral e intelectual.
Es lamentable que usted actúe ahora como el “presidente precioso”. Mario Marín, el exgobernador poblano se comportó de la misma manera que usted cuando justificó la conducta de su amigo Kamel Nacif cuando se confabularon en contra de la activista Lydia Cacho.
No es extraña su conducta.
Ya sabemos de su odio hacia las mujeres. Nunca en ningún gobierno las mujeres habían sido maltratadas como ahora.
Incluso usted se burló cuando la preguntaron en una de sus mañaneras sobre el alarmante aumento de la violencia durante el confinamiento por la pandemia.
En el pasado mes de mayo las llamadas a los centros de emergencia del país se desbordaron con más de 26 mil reportes de violencia contra las mujeres.
Usted respondió con ironía que las llamadas eran “falsas”, y que las llamadas de auxilio, “generalmente son bromas”.
No sea usted tan ruin. Tan canalla. Apoye la lucha de las mujeres.
¿Por qué defiende tanto a un depredador sexual como Salgado Macedonio?
Usted dice que si bien las denuncias sobre abuso sexual en contra de su amigo, “son fuertes”, éstas no deben convertirse en “linchamiento político”.
Carajo.
No es un asunto electoral, es la actitud de un depredador que se ostenta impune y que usted deliberadamente protege. No sea vulgar. Ni sea usted cómplice.
Para usted es un asunto “político”, porque “en tiempos electorales hay acusaciones de todo tipo” y el pueblo, según usted, debe decidir en las urnas.
No confunda Fenicia con Atenas.
Usted ha dicho que los crímenes de odio contra las mujeres se ha “manipulado” por los medios. Los feminicidios, según usted, son culpa de las “políticas neoliberales”, lo mismo dijo del narco, y todavía con desfachatez dice que los “conservadores” se disfrazan de “feministas” para atacarlo.
Ya sabemos que usted siente una animadversión en contra de las organizaciones feministas y su política de “género” es una simple fachada de las complicidades con unas cuantas mujeres leales y sumisas a su proyecto a cambio de canonjías y prebendas. Para muestra hay varios botones en su gabinete, incluida la jefa de gobierno de la capital del país.
Lo peor de todo, es que México no se merece políticos como Salgado Macedonio quien debería ser sometido ante la justicia para responder por sus crímenes.
También sabemos que existen lazos más fuertes que la hermandad. Una de ellos es la complicidad.
A Macedonio como a Mario Marín le encantas las botellitas de coñac.
Lástima que usted que soñaba con estar en un lienzo al lado de los próceres de la patria, termine como Marín, como un “presidente precioso”. Usted es el héroe de la película de Félix Salgado Macedonio quien ya se siente en la silla de la gubernatura del estado de Guerrero.
Presidente, “ya chole” con su misoginia y con ese discurso infame. Deje que la justicia cumpla con su papel y rompa el pacto con su amigo el depredador sexual.