viernes, 23 de octubre de 2020

Contracolumna • PUEBLA – BARBOSA GOBIERNO RAPAZ • CORRUPCIÓN DEL AUDITOR SUPERIOR


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Puebla atraviesa un severo problema de gobernabilidad donde el gobernador Miguel Barbosa recurre al autoritarismo para tratar de mantener el equilibrio político, pero es insuficiente. Desde el poder se promueve la corrupción extorsionando a los presidentes municipales. A todo aquél que se resista a los chantajes, de inmediato se le inventan delitos y ¡zas! Le cae encima la Auditoria Superior del Estado. A cambio de un “moche” el auditor “aprueba” las cuentas públicas de los municipios.
Aún sin tener facultades legales esa misma práctica la pretendieron aplicar en contra de la Universidad Autónoma de Puebla para chantajear al rector con un propósito: apoderarse de la Universidad.
Las auditorías a la Universidad dependen de la Auditoría Superior de la Federación –no del estado– puesto que la BUAP recibe recursos federales no estatales, lo cual viola las más elementales normas que rigen la autonomía universitaria.
Pero en el estado nadie escapa a la cleptocracia del gobierno. El titular de la Auditoría Superior del Estado, Francisco Romero Serrano maneja a la institución como un feudo personal.
Romero Serrano al margen de la ASE se amafió con un equipo de auditores externos para fiscalizar a las instituciones públicas y “arreglar” mediante componendas las cuentas públicas y pasar los controles del gobierno “sin observaciones”. Claro, todo a cambio de millones de pesos.
De 87 despachos autorizados en el Padrón de Auditores Externos, solo nueve firmas lograron obtener los contratos de 42 entes públicos que en total pagarán por la revisión de sus finanzas 34 millones 173 mil 926.03 pesos, de los cuales entregarán a Romero Serrano 20 por ciento, es decir, 6 millones 834 mil 785.2 pesos, de acuerdo con documentos de la propia Auditoría Superior de la Federación.
Un grupo de colaboradores de la Auditoría Superior del Estado se encuentran coludidos con el titular Francisco Romero Serrano, ellos son: la secretaria ejecutiva de la ASE, Luz Aída Deloya Cobián; José Maccise Flores, secretario técnico, y Juan Carlos Moreno, quien fue auditor especial de cumplimiento financiero y ahora trabaja para el auditor en el Despacho Romero Serrano y Asociados.
Desde sus tiempos de legislador Miguel Barbosa recurrió al chantaje y las extorsiones para amasar una fortuna indebida, dinero con el compró la residencia del expresidente Miguel de la Madrid, en Coyoacán a cambio de varios millones de dólares.
Los “moches” de Barbosa fueron famosos. Cobraba “comisiones” por los “trámites” de recursos públicos para gobiernos estatales y municipales.
Envalentonado llegó a protagonizar enfrentamientos con algunos periodistas, como es el caso de Francisco Zea, del Grupo Imagen, editores del periódico Excélsior.
De acuerdo a Francisco Zea, Miguel Barbosa, fue denunciado en su momento por Moreno Valle por exigir una “cuota” por el trámite de recursos para los municipios poblanos. Barbosa intervino en al menos 62 operaciones para conseguir dinero para obras municipales. De ahí que le indilgaran el mote de “el rey de los moches”. En otras palabras, se trató de verdaderos actos de extorsión.
Pero vayamos a los hechos.
José de Jesús Vázquez García –un cercanísimo colaborador del gobernador Barbosa quien lo puso al frente de las Delegaciones de la Secretaría de Gobernación en el estado de Puebla– fue pillado en una grabación de audio exigiendo “moches” de 30 por ciento a cambio de dar apoyos de la Secretaría de Bienestar a los gobiernos municipales. VER ENLACE (https://www.e-consulta.com/.../audio-director-en...)
El argumento de Vázquez García era conmovedor: “Al gobernador lo dejaron sin recursos”.
Barbosa corrió a su colaborador y se lavó las manos.
La corrupción y los malos manejos al interior del gobierno de Barbosa es tan crítica que nueve funcionarios de su gabinete renunciaron a sus cargos, entre ellos Fernando Manzanilla, quien renunció a la titularidad de la Secretaría General de Gobierno a cinco meses de iniciado su gobierno.
María Concepción Lugo Alarcón también renunció a la Secretaría de Administración y en su lugar llegó Rosa de la Paz Urtuzuastegui Carrillo, fue el segundo relevo en esta dependencia pues el primero fue Salomón Kuri solo duró 19 días.
Otro caso fue el del antropólogo Julio Glockner Rossainz quien renunció antes de cumplir un año en su puesto.
En la lista destaca la renuncia del secretario de Infraestructura Helidoro Luna Vite quien fue sustituido por Juan Daniel Gámez Murillo.
Luna Vite, al renunciar advirtió que existe una minoría “rapaz” que sólo vela por su utilidad e intereses y que se ha infiltrado en la Cuarta Transformación.
Karen Berlanga, renunció a la Secretaría de la Función Pública local y pasó a la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla (ISSSTEP).
Pedro Gómez fue echado de la dirección de Puebla Comunicaciones en medio de escándalos de supuestamente fraguar una campaña sucia contra el gobierno poblano.
Impedido físicamente para gobernar –por el deterioro a su salud, toda vez que el gobernador por causa de su diabetes ha ido perdiendo gradualmente la vista–, Miguel Barbosa podría sujeto de juicio político por la corrupción en su gobierno.
Con seguridad tarde que temprano Barbosa tendrá que abandonar el cargo, sin que antes se le llegara a fincar un juicio político. Mientras tanto hay quienes hacen apuestas sobre la permanencia de Barbosa en el puesto

Bárcena vs. Ebrard por línea de diplomacia estratégica ante EU

 



 

Carlos Ramírez

 

En las últimas horas se desató una guerra burocrática por el control de la línea estratégica de la política exterior y de seguridad nacional mexicana hacia los EE. UU. en la coyuntura de los intereses de geopolíticos de la Casa Blanca ante las elecciones del 3 de noviembre.

Además de reacomodos de grupos de poder en el gobierno mexicano, el trasfondo real es la visión nacionalista del presidente López Obrador que desarrolla el canciller Marcelo Ebrard y los intereses de Washington y la comunidad de servicios de inteligencia de la Casa Blanca que parecen estar detrás de la embajadora de México en Washington, Martha Bárcena.

El campo de acción ha sido el caso Cienfuegos. Ebrard se movió con excesivo cuidado y en función de los estilos pausados del presidente de la república, en tanto que la embajadora ha dado por supuestos los cargos y ha pedido un aumento en la “colaboración” mexicana en materia de seguridad que hasta ahora no sólo ha beneficiado a Washington, sino que le ha dado carta blanca para desarrollar operativos de espionaje en México. En el caso Cienfuegos ha sido evidente: las agencias de inteligencia de los EE. UU. espiaron a mexicanos dentro de México.

En este sentido, el caso Cienfuegos ha llevado al debate justo el tema de la colaboración, que para funcionarios como Bárcena quieren ser colaboracionismo en función de los intereses los EE. UU. y sin respetar la soberanía mexicana y los intereses nacionales de instituciones como las fuerzas armadas. Para las agencias estadunidenses, “cooperación” quiere decir subordinación, en tanto que el presidente López Obrador y algunos mandos militares plantean la exigencia de que México desarrolle sus propias estrategias y políticas.

El punto clave radica en lo que Kissinger, en los sesenta, señaló como la definición de las políticas exteriores: los “intereses nacionales”. Y resulta que los intereses nacionales de los EE. UU. no son los mismos que los intereses nacionales de México. El caso Cienfuegos debe entenderse como una forma de presión de los EE. UU. para obligar a México a regresar a la guerra criminal contra el narcotráfico que sembró al país de muertos, en tanto que el presidente López Obrador está comprometido con el modelo de construcción de la paz que implica enfoques contrarios a los estadunidenses.

El asunto Cienfuegos ha puesto al descubierto los dos enfoques contradictorios en materia de seguridad nacional y soberanía mexicana frente a la seguridad nacional y la soberanía extendida imperial de la Casa Blanca. El enfoque de la embajadora Bárcena no pone en entredicho los intereses perversos de la estrategia de seguridad estadunidense y justifica las acciones de espionaje, operativos de la DEA dentro de México que violan los acuerdos y la soberanía mexicana y aconseja atender las preocupaciones estadunidenses.

Ebrard, en cambio, se ha ajustado al enfoque nacional del presidente López Obrador y su estilo a veces incomprendido de trato con el presidente Trump para eludir confrontaciones inútiles con el imperio. Ebrard operó por instrucciones presidenciales la visita de López Obrador a Trump en Washington y la embajadora Bárcena se dedicó a bombardearla.

El cargo de secretario de Relaciones Exteriores ha pasado, en los tiempos del PRI y el PAN, por la embajada de México en Washington porque ahí se asumen las presiones e intereses estadunidenses. Ebrard viene del equipo central de López Obrador desde el 2000, fue sucesor designado en la jefatura de gobierno del DF y tiene asignadas tareas adicionales a las relaciones exteriores por el grado de confianza presidencial, además de mantener aceitadas relaciones con los grupos de Trump y del demócrata Joe Biden.

Por esas razones se da la disputa por la cancillería mexicana.

 

-0-

 

TV Indicador. Domingo 23 a las 10.30 de la mañana habrá mesa de “Comunicación y Política” de Samuel Schmidt y Carlos Ramírez con el politólogo Víctor Alarcón sobre el tema de la crisis en el sistema de partidos, vía zoom. Inscripciones con Ana Karina Sánchez en anakarinasl@hotmail.com y en WhatsApp 55-1058-6460.

 

-0-

 

Política para dummies: La política es el juego palaciego de intereses.

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

Canal YouTube: https://t.co/2cCgm1Sjgh

 

---30---