viernes, 26 de febrero de 2021

Contracolumna • UN PRESIDENTE INMUNDO • AMLO, LASTRE PARA EL PAÍS

JOSÉ MARTÍNEZ M.


Es difícil hallar a un hombre enteramente insustancial pero es más difícil todavía imaginarse a alguien más insustancial que el presidente Obrador.
Al tabasqueño lo hace visible su antipatía y su miseria interior. Eso lo sufrimos todas las mañanas cuando se planta frente a las cámaras de televisión para hablar con la más insultante estolidez. Si no fuera por el cargo pasaría desapercibido. La persona es su personalidad, y si no la tiene es nadie y es apenas nada.
Desde que inició su mandato Obrador se sentía un hombre muerto ya. Se asumía como un prócer finado en un mural junto a los héroes de la patria. Se siente un hombre ilustre como personaje de museo.
Cuando habla pontifica: “Ya no me debo a mí mismo ni a mi familia, sino, a México”.
Las mismas palabras que repiten los caudillos y los dictadorzuelos de moda. Un político que confunde el plumaje de las aves con la investidura presidencial.
Él es el “patriota” y quienes lo critican o lo juzgan son los “traidores de la patria”. Y esos son los inversionistas, los científicos, los periodistas o los intelectuales.
Él solo tiene derecho a insultar. A provocar y a descalificar. Él es la Patria. Él es el tribunal moral. Él es el Estado. Él es Dios en el poder.
Lo cierto es que él es el presidente inmundo. El guía de un mal gobierno y el gurú de un partido rapaz a su imagen y semejanza.
Desde la impunidad que le confiere el poder dedicó los últimos días a insultar y llenar de vituperios lo mismo a los abogados de los inversionistas extranjeros que a los periodistas a quienes compara con los asesinos de Francisco I. Madero.
Un político ruin que manipula y deforma la historia a su antojo y según convenga a sus intereses.
A los moneros que le rinden pleitesía desde las páginas de un diario y los periodistas intelectuales que actúan como sus soldados al igual que la horda de mercachifles que se ostentan como reporteros de sus mañaneras los deslumbra con una especie de espejismo por el simple hecho de estar junto a él o ser sus “amigos”.
No es cosa de asombrarse con el tipo. Es amargo, es agudo, descarado y retador.
Ante sus complejos con sus juicios de valor quiere hacer ver enanos a los personajes, aunque nunca lo consigue cabalmente. Es constante el escupitajo sobre sus críticos y sus adversarios quienes no merecen ninguna consideración.
En cambio sus opositores se apiadan de él. Algunos lo ven con desdén, otros con compasión por lo que pretende y por lo que ignora. La respuesta de Obrador suele ser una siniestra bufonada o una crítica patibularia.
En su reino de la “cuarta transformación” solo caben los “buenos” y los “inteligentes”. Los “purificados” a los que el castiga con el látigo de su desprecio.
El gran error de Obrador es asumirse como “intelectual”. Nadie más que él posee la verdad. Cuando escribió su tesis (bueno es un decir eso de escribir) a la que tituló Proceso de Formación del Estado Nacional en México 1824 – 1867, es como una quesadilla con una embarrada de sesos.
La tesis es un mamotreto que no resiste la menor crítica del más bisoño de los historiadores. Él piensa que escribió la Biblia.
Obrador es indefendible. Es indecente e impuro. Por su lenguaje lleno de insultos y palabras malsonantes, es un presidente inmundo, con todo lo que la definición de esa palabra significa.
El tabasqueño es un verdadero caso para el diván. Así como la infancia, la militancia política es destino. Obrador sigue atrapado en la piel del viejo PRI, en el autoritarismo y el populismo.
Atrapado en la escaramuza de la ley de la industria eléctrica el ocupante de palacio se envolvió en la bandera nacional como un “patriota”, para él, “es una vergüenza que los abogados mexicanos estén de empleados de empresas extranjeras que quieren seguir saqueando a México; claro que son libres, pero ojalá y vayan internalizando que eso es traición a la patria”.
Traición a la patria es lo que Obrador hizo con Trump en su visita a la Casa Blanca, cuando sin el menor rubor y desvergüenza dijo:
"También quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos...
"… Lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía".
Obrador ignoró que Trump amenazó con imponer aranceles a México o cerrar la frontera si no se cortaba el flujo de migrantes sin papeles a su país, e incluso presionó para enviar a territorio mexicano a los solicitantes de asilo y todavía peor Trump fue el impulsor de la construcción de un muro entre ambas naciones.
Pero fue Beatriz Gutiérrez Müller –la esposa del tabasqueño – quien le puso la cereza en el pastel, cuando en la ceremonia por el 108 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero, acusó a la prensa de ser el enemigo “más vil” del malogrado político coahuilense quien fue traicionado y asesinado en un golpe de Estado dirigido por Victoriano Huerta.
Es entendible la pifia y la mala leche de la señora Müller pues no es historiadora sino egresada de comunicación y doctorada en estudios literarios.
La prensa vil, es el periodismo que ejerce La Jornada, pasquín inmundo –ese sí– que justifica las estulticias de la cuarta transformación y del que además es socio capitalista el inefable Félix Salgado Macedonio.


Contracolumna • MADERO Y EL MAJADERO • NOTIMEX, INTOLERANCIA


JOSÉ MARTÍNEZ M.


En recuerdo de Desiderio Morales, quien ya no está aquí.
Y para Raúl Fraga, su entrañable amigo solidario.
El sexenio de la cuarta transformación pasará a la historia como una mancha negra en el periodismo. Quienes nos hemos dedicado toda la vida a este oficio estamos acudiendo al más vil de los gobiernos.
Hijo del poder y del dinero Miguel Alemán Velasco –quien vive ahora en la desgracia con sus multimillonarios negocios a pique, surgidos todos desde el poder– dice que en nuestro país no hay nada peor que la ira de un presidente. Él lo sabe y no hay duda en sus palabras porque su padre llevó las riendas del país durante seis años. A partir de entonces surgió su dinastía familiar. En México, todos sabemos, que donde hay dinero hay dinastía.
Lo malo y lo más peligroso es el poder, si nos atenemos a las palabras del otrora poderoso e influyente nieto de la Revolución y quien un tiempo fue la cabeza de Televisa y un “soldado” del presidente, como su socio "El Tigre" Azcárraga.
La ira de Obrador es superior a la de Echeverría y Salinas de Gortari juntos. Nadie como el tabasqueño para calumniar, despreciar y atacar a los periodistas y a la prensa en su conjunto.
Todos conocemos la historia del golpe a Excélsior y la tragedia del desaparecido unomásuno. En el primero estuvo metida la mano de Echeverría y en el segundo la de Salinas. Pero ahora estamos peor, salvo La Jornada –cuyos directivos son los voceros y aliados del régimen obradorista y que a cambio reciben más de un millón de pesos diarios por sus servicios de propaganda al gobierno de la cuarta transformación, de la que ellos forman parte– la demás es una “prensa inmunda”.
Esta es la historia que subyace detrás de la huelga de los periodistas y trabajadores de Notimex, quienes llevan ya más de un año mendingando que se les haga justicia.
Si los dueños y los periodistas de los periódicos Reforma y El Universal y los de las revistas Proceso, Nexos y Letras Libres son asumidos desde palacio nacional como los enemigos del presidente, qué se pueden esperar los trabajadores de Notimex de un régimen donde los periodistas están en la primera línea de fuego de los ataques del presidente.
Todas las mañanas asistimos al ritual de los insultos desde la cuna del poder. Los agravios a la prensa son de antología. El poeta Gabriel Zaid documentó una parte de ellos en su texto “AMLO poeta” publicado en las páginas de Reforma y reproducidos por la revista Letras Libres.
De una manera canalla y no por ello menos siniestra se ha llegado al extremo de deformar la historia por la actual “pareja presidencial” de culpar a los periodistas al calificarlos como los más “viles” enemigos de Francisco I. Madero.
Tan es falso que al doctor Belisario Domínguez quien halló cobijo en la prensa para combatir al gobierno golpista y asesino de Victoriano Huerta tuvo que pagar con su vida el ejercicio de su libertad de expresión. A Belisario le cortaron la lengua y la guardaron en formol como un trofeo por criticar y combatir al usurpador quien ordenó la muerte de Madero y la de José María Pino Suárez en la fatal decena trágica.
Lo cierto es que entre Madero y Obrador hay un umbral. Es más que una profunda grieta, entre ambos hay un abismo. Obrador no es Madero, Obrador es un “Majadero”, esa es la enorme diferencia entre un patriota y un patriotero.
No es extraña la bellaquería del presidente y la de su achichincle Sanjuana Martínez quien despacha como directora de Notimex en la más amplia impunidad como la que gozan los sicarios bajo las órdenes de sus capos.
La ordinariez del presidente está a la vista de millones de ojos, los vemos todos los días en su reto desdeñoso, con sus gestos torcidos y con un aspecto fúnebre, como si desafiara a alguien cuando habla con ese aspecto de jayán de pueblo. Como un clon se conduce Sanjuana, con la frívola vileza que le da su cargo, como una influyente e intocable colaboradora del presidente que la hace todopoderosa en su miserable papel de directora de Notimex donde se mueve entre la intriga y la hamponería, en una larga cauda de infamias y calumnias contra los trabajadores, la mayor parte de ellos periodistas, quienes desde muchos años vinieron ejerciendo su quehacer con enormes dificultades hasta llegar a ser despojados de sus empleos, muchos de sus corresponsales en el extranjero terminaron en la miseria y abandonados a su suerte.
El Estado es el dueño de esta empresa de servicio público pero por desgracia gobiernos van y gobiernos vienen y Notimex se sigue manejando como un feudo.
Javier Divani Bárcenas quien ha dado la cara junto con otro puñado de periodistas en esta desgastante lucha responde de inmediato a mi solicitud cuando le requiero la información sobre su movimiento laboral.
La información abruma. Deja a uno exhausto. No se puede quedar uno indiferente cuando se genera un sentimiento de pesadumbre el ver cómo se han pisoteado los derechos de los trabajadores de Notimex.
Obrador, el artista de los insultos contra los periodistas y Sanjuana Martínez, la directora de Notimex que opera como el peor de los testaferros son unos verdaderos depredadores de la libertad de expresión.
Es lamentable e imperdonable el trato a los trabajadores de Notimex.
Sanjuana llegó con la consigna de “purificar” a Notimex en nombre de la cuarta transformación. Comenzó por despedir a todos los corresponsales extranjeros a quienes no se les liquidó. Enseguida presentó cargos penales y denuncias por corrupción contra sus antecesores y contra los líderes sindicales. Despidió a más de 300 trabajadores e impulsó la creación de otro Sindicato. Llevó a la empresa a la huelga, ilegalmente cambió la sede y desconoció el paro laboral a pesar de la sentencia de las autoridades del Trabajo.
Con la complacencia presidencial y de las propias autoridades de la Secretaría del Trabajo y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y otras instancias de gobierno involucradas, los trabajadores han resistido en su lucha, por desgracia, ante la indiferencia de sus propios colegas, que ven como una cosa “natural” las agresiones a periodistas.
El caso de Notimex retrata uno de los episodios más tristes de los agravios a la prensa provocados desde el poder.

miércoles, 24 de febrero de 2021

Contracolumna • EL COMEDIANTE DE MALOS CHISTES • ANABELL ÁVALOS, PODER DEL VOTO



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Conforme pasan los días aumenta la angustia y la desesperación del presidente Obrador. Sencillo: en las elecciones del próximo 6 de junio estará en disputa el proyecto de la “cuarta transformación”.
No es extraño ver cada día en las mañaneras cómo el presidente enloquece. El asunto es simple: Obrador se juega su destino. La decisión está en manos del electorado.
Obrador está preocupado porque sabe que una votación adversa es como echarlo a patadas de palacio.
Su proyecto de gobierno ha sido un verdadero fracaso. Todos somos testigos de que su ideario político está basado en mentiras. Pero Obrador está decidido a imponer su proyecto cueste lo que cueste. Por eso hace unos días se lanzó contra los gobernadores para que no interfieran en los comicios, a sabiendas de que él es el primero en violar la ley y en tratar de erigirse en el gran elector al ser juez y parte de las elecciones.
Es por eso que los liderazgos locales son ahora fundamentales para decidir el destino del país y de la cuarta transformación.
Como en muchas partes del país, en Tlaxcala, por ejemplo, que es el estado más pequeño del país, se libra una batalla sin cuartel por el poder.
En Tlaxcala los partidos políticos no podían permanecer indiferentes ante la destrucción del país que significa el proyecto del presidente Obrador. Así que decidieron unirse en una alianza y poner su granito de arena en esta lucha político-electoral.
Mediante una alianza de terciopelo los partidos acordaron elegir a Anabell Ávalos en la abanderada de la alianza “Unidos por Tlaxcala” (PRI-PAN-PRD) más el PAC y PS (Partido Alianza Ciudadana y Partido Socialista) en espera de que este acuerdo rinda frutos a los aliados.
Así, mientras en diversas entidades se libra una feroz disputa al interior de los partidos, principalmente en Morena, por el reparto de cuotas en los cargos de elección popular, el caso de Tlaxcala es un ejemplo de negociación y de un proyecto político en común que contrasta con lo que está ocurriendo en muchas partes del país.
Para los electores los comicios de junio será la oportunidad de hacer valer el poder de su voto.
Aunque se trata de los comicios de medio gobierno, las del 6 de junio serán las elecciones más grandes de las últimas décadas. Estarán en disputa 21 mil cargos de elección popular.
Están convocados a votar 95 millones de electores, es decir, cinco millones más que en las pasadas elecciones de 2018.
En estos comicios habrán de elegirse 300 diputaciones a nivel federal y 200 de representación proporcional, 15 gubernaturas, 30 congresos locales, ayuntamientos, regidurías, sindicaturas y juntas municipales.
Ante el hartazgo de la gente por la decadencia política que vive el país desde la llegada de Morena al poder, el presidente Obrador es el principal impulsor de los peores candidatos que se recuerden. Uno de ellos es el de Félix Salgado Macedonio.
Tampoco hay que excluir a los demás partidos de su responsabilidad en esta decadencia de nuestra democracia política. Pues para atraer el voto la salida más fácil es “promover” a los más conspicuos personajes de la vida pública.
Esto ha dado paso a la farandulización de la política.
Obrador mismo es quien ha convertido al debate público en un reality show con el espectáculo de las mañaneras donde abundan los paleros que aplauden como focas cualquier estupidez del presidente.
Al comediante de palacio se suman ahora candidatos impresentables como payasos, luchadores enmascarados, futbolistas, actores, reinas de belleza y violadores.
Con Obrador se ha abierto el camino a lo más nefasto para captar votos. Su campaña, incluso, estuvo marcada por la frivolidad y la estulticia. A nadie se le olvida la necedad y la estupidez del tabasqueño quien hacía gala de su ignorancia.
Pero eso no le importó al electorado. Pudo más el hartazgo por la corrupción desbocada del gobierno de Peña Nieto que razonar el voto y pasamos de Guatemala a Guatepeor.
Por desgracia nuestro país dio un paso a la oclocracia. Al gobierno de la muchedumbre donde la política se rige por tómbolas, encuestas chafas y rifas como parte de las “políticas públicas” de la cuarta transformación.
Esta degradación de nuestra democracia ha sido parte de la video-política. Del marketing de la televisión y las redes sociales de las que en su momento se benefició Obrador y que ahora reniega porque le son adversas.
Claro, Obrador ha aprendido demasiado tarde que no es lo mismo ser borracho que cantinero.
Lo que no ha entendido Obrador es que así como hay gente que nace para ser zapatero, estilista, plomero, economista o doctor, hay quienes nacen para ser bufones o payasos. Él es de esos. Obrador nació para ser un comediante por sus malos chistes de los que él sólo ríe.

sábado, 20 de febrero de 2021

Contracolumna • BARTLETT, MÁS QUE UN APAGÓN • APAGARÁ SUS VELAS DE 85 AÑOS


JOSÉ MARTÍNEZ M.

El próximo martes habrá un nuevo apagón.
Manuel Bartlett cumplirá 85 años y ya se prepara para apagar las velas. Esperemos que no se vaya equivocar y baje el switch dejando al país a oscuras nuevamente.
Mucho antes de la pandemia Bartlett ya enfrentaba severos cuestionamientos por sus millonarias propiedades. Para deslindarse de los señalamientos de su desmedida riqueza, Bartlett le aventó la papa caliente a Julia Abdala, su pareja sentimental.
Al final de cuentas el gobierno de López Obrador se negó a sancionar al titular de la CFE porque las numerosas propiedades no estaban a su nombre sino de su amada Julia con la que formalmente, dice no estar casado.
Bartlett jamás podrá ocular que es un fifí, es decir, un servidor de la nación que nació en pañales de seda y que pasados los ochenta años sigue vistiendo trajes de diseñador en un gobierno que alardea de sencillez, austeridad y pobreza. Bartlett, es parte de algo así como un gabinete de funcionarios que presumen ser los continuadores de la obra de la Orden de los Carmelitas Descalzos.
Al inicio de la pandemia me dijo Ignacio Cobo, amigo de toda la vida del todopoderoso director de la Comisión Federal de Electricidad.
–Te manda saludos Manuel (Bartlett),
Dos años antes de las elecciones presidenciales que encumbraron a Obrador en el poder, Bartlett era una figura clave en el equipo del tabasqueño. Entonces acudí a Nacho Cobo para comentarle que necesita una entrevista de largo aliento con Bartlett para un libro que he venido preparando sobre este polémico personaje. Nacho y Bartlett son uña y mugre. Amigos y socios de toda la vida. Incluso Obrador se refería a Nacho y Bartlett como “mafiosos”. Ahora Bartlett ya no es un “mafioso”, ya está purificado por el gurú de la cuarta transformación. Lo cierto es que Bartlett ha pasado de “consigliere” a “caporegime” del padre de la Cuatro Té.
Nacho, como le dicen a Cobo González, es uno de los mejores amigos del ingeniero Carlos Slim. Una de las mayores habilidades de Nacho es saber repartir sus afectos por igual. Por ejemplo, pocos saben que Slim y Bartlett se detestan, yo diría incluso que se odian. De eso estoy más que seguro. Pero Nacho es amigo de ambos al mismo tiempo. Incluso, él es el mensajero cuando se ha llegado a interrumpir la comunicación entre los dos personajes.
Bartlett y yo como periodista somos viejos conocidos. Incluso Nacho me ha dicho: “Oye, Manuel te tiene bien ubicado”. “Se expresa bien de ti y tiene respeto por tu trabajo”, yo sonreí cuando Nacho me lanzaba esas flores que podrían haber sido dardos envenenados.
Conozco bien a bien a Nacho, fue él quien me presentó hace más de veinte años al ingeniero Slim. Muchos se van con finta de que Nacho le puede abrir las puertas de Slim a cualquiera. Falso. En momentos de enojo he escuchado de labios de Slim maledicencias en contra de Cobo. Pero de Nacho jamás he escuchado que se exprese mal de sus amigos. Incluso, como buen norteño Cobo ha sido leal a carta cabal con Slim y Bartlett. Yo mismo he sido irónico con Nacho por defender a capa y espada al titular de la CFE.
Así que cuando Cobo me dijo que Bartlett me tiene “bien ubicado”. Le dije:
–Espero que no me tenga escaneado.
Mi respuesta fue a sabiendas de todo lo que significa que Bartlett lo tenga a uno bien “ubicado”.
Manuel Bartlett es un político del bando de los políticos rudos y desde muy joven aprendió a luchar en un ring sin cuerdas. Es muy hábil en la tribuna parlamentaria y en el regateo con los periodistas. Bartlett es descendiente de una dinastía de periodistas. Su bisabuelo y su abuelo fueron connotados periodistas. Los restos de su abuelo están, incluso, en la rotonda de las personas ilustres.
Cuando Bartlett supo que yo preparaba un libro sobre un perfil biográfico de él, Nacho me dio el mensaje: “Dice que puedes escribir lo que quieras… ¿Sabes qué…? Me dijo también que le vale madre lo que publiquen los periodistas, que al fin y al cabo siempre van hablar mal de él hasta el día que se muera”.
¡Zas!
Desconozco y ni siquiera me importa saber quién es el operador de medios de Bartlett pero creo que nadie quisiera estar en sus zapatos, supongo, que con un jefe así, con muy mala prensa y muy mala fama debe sufrir jaquecas y regaños todo el tiempo.
El funcionario consentido de Obrador ha estado bajo fuego en los últimos días por el desastre de los apagones.
Antes provocó mucho ruido su decisión de inundar pueblos enteros –los predios de más de 90 mil personas en las zonas más pobres de Tabasco, como son Nacajuca, Jalpa y Cunduacán– por las lluvias que amenazaron con desbordar las presas de esa entidad.
Cuando el papanatas del gobernador morenista Adán Augusto López anunció que iba a tomar medidas legales contra la CFE, Bartlett soltó una estruendosa carcajada.
“A mi esa demanda me da risa… hay gente que nada más anda buscando a ver a quién le echa la culpa de sus torpezas, es todo lo que voy a decir”.
Pero las torpezas de Bartlett a millones de mexicanos de todo el país y a los empresarios e inversionistas no le provocan risa, sino indignación. Ver enlace del lado oscuro del mega apagón en video-columna de Ramón Alberto Garza en  https://www.youtube.com/watch?v=kmGKCzzb9lc




La capacidad de Bartlett al frente de la CFE ha sido cuestionada desde el inicio del actual gobierno.
El tema de las energías limpias es otro de los temas escandalosos que involucran al titular de la CFE y que tienen repercusiones de alcance internacional.
Dice el refrán que lo que empieza mal acaba peor. Y Bartlett lo sabe muy bien.
Una de sus peores decisiones fue la pésima negociación de los contratos de los gasoductos a cargo de empresas privadas, entre ellos Carlos Slim.
Bartlett decía que dichos contratos eran “leoninos” respecto a las tarifas que cobran al gobierno. Más que “negociar”, Bartlett era partidario de expropiar, cuando el presidente Obrador fue advertido de las consecuencias que una medida así acarrearía, le dieron reversa a la propuesta de Bartlett.
Bartlett festinó que el gobierno se iba ahorrar más de 4 mil millones de pesos por la “renegociación”, lo cierto es que el argumento de “corrupción” y “contratos de costos elevados” resultó falso.
La Auditoría Superior de la Federación ha determinado en base a la cuenta pública de 2019 que el gobierno hizo una pésima “renegociación” y que al final de cuentas le costará muchos más a la Comisión Federal de Electricidad y al país.
El próximo martes 23 de febrero, Bartlett apagará las velas de su cumpleaños número 85. Quizás sea tiempo de preparar su jubilación, aunque sus planes son acompañar a Obrador hasta el final del sexenio.
Bartlett es un lastre para el país. Es un dinosaurio de la política.
Tal vez solo nos queda decir como en el cuento de Tito Monterroso:
Cuando despertó, el dinosaurio y el apagón todavía estaban allí.

viernes, 19 de febrero de 2021

Contracolumna • OBRADOR, EL “PRESIDENTE PRECIOSO” • TAPADERA DE UN DEPREDADOR SEXUAL



JOSÉ MARTÍNEZ M.


De veras presidente a poco cree que Félix Salgado Macedonio debe ser juzgado en las encuestas en lugar de ser llevado ante la justicia.
Usted considera que su amigo y compañero de partido debe ser “juzgado” en las urnas, porque según su forma de pensar, “el pueblo es sabio y no se equivoca”.
No sea usted imbécil, se lo digo con todo respeto, como usted mismo dice cuando machaconamente se burla de sus críticos.
Y cuando le digo imbécil, con todo respeto, espero que sepa el significado. Un imbécil, y usted lo debe saber, es una persona que se comporta con poca inteligencia. Por eso le pregunto si acaso usted padece de deficiencia mental para actuar de tal modo.
Salgado Macedonio es un criminal. El único que se ha atrevido a meter las manos al fuego por él, es usted. Es una vergüenza y nos ofende a los mexicanos que usted sea la tapadera de un depredador sexual.
Las denuncias contra su protegido no son de ahora, corresponden desde los tiempos en que fue alcalde de Acapulco y cuya conducta depredadora ha sido incesante.
Su conducta y comportamiento como presidente deja mucho que desear. Usted mismo ha salido en defensa de los narcos, porque según su percepción, los criminales “también son pueblo”. Vaya.
Usted se jacta de dar clases de ética y hasta ordenó escribir una “cartilla moral” con el propósito de “moralizar la vida pública de México”.
El diminuto documento es tan pequeño en sus objetivos que hasta un enano parece un gigante.
Lo cierto es que usted es una persona en verdad repugnante en lo moral e intelectual.
Es lamentable que usted actúe ahora como el “presidente precioso”. Mario Marín, el exgobernador poblano se comportó de la misma manera que usted cuando justificó la conducta de su amigo Kamel Nacif cuando se confabularon en contra de la activista Lydia Cacho.
No es extraña su conducta.
Ya sabemos de su odio hacia las mujeres. Nunca en ningún gobierno las mujeres habían sido maltratadas como ahora.
Incluso usted se burló cuando la preguntaron en una de sus mañaneras sobre el alarmante aumento de la violencia durante el confinamiento por la pandemia.
En el pasado mes de mayo las llamadas a los centros de emergencia del país se desbordaron con más de 26 mil reportes de violencia contra las mujeres.
Usted respondió con ironía que las llamadas eran “falsas”, y que las llamadas de auxilio, “generalmente son bromas”.
No sea usted tan ruin. Tan canalla. Apoye la lucha de las mujeres.
¿Por qué defiende tanto a un depredador sexual como Salgado Macedonio?
Usted dice que si bien las denuncias sobre abuso sexual en contra de su amigo, “son fuertes”, éstas no deben convertirse en “linchamiento político”.
Carajo.
No es un asunto electoral, es la actitud de un depredador que se ostenta impune y que usted deliberadamente protege. No sea vulgar. Ni sea usted cómplice.
Para usted es un asunto “político”, porque “en tiempos electorales hay acusaciones de todo tipo” y el pueblo, según usted, debe decidir en las urnas.
No confunda Fenicia con Atenas.
Usted ha dicho que los crímenes de odio contra las mujeres se ha “manipulado” por los medios. Los feminicidios, según usted, son culpa de las “políticas neoliberales”, lo mismo dijo del narco, y todavía con desfachatez dice que los “conservadores” se disfrazan de “feministas” para atacarlo.
Ya sabemos que usted siente una animadversión en contra de las organizaciones feministas y su política de “género” es una simple fachada de las complicidades con unas cuantas mujeres leales y sumisas a su proyecto a cambio de canonjías y prebendas. Para muestra hay varios botones en su gabinete, incluida la jefa de gobierno de la capital del país.
Lo peor de todo, es que México no se merece políticos como Salgado Macedonio quien debería ser sometido ante la justicia para responder por sus crímenes.
También sabemos que existen lazos más fuertes que la hermandad. Una de ellos es la complicidad.
A Macedonio como a Mario Marín le encantas las botellitas de coñac.
Lástima que usted que soñaba con estar en un lienzo al lado de los próceres de la patria, termine como Marín, como un “presidente precioso”. Usted es el héroe de la película de Félix Salgado Macedonio quien ya se siente en la silla de la gubernatura del estado de Guerrero.
Presidente, “ya chole” con su misoginia y con ese discurso infame. Deje que la justicia cumpla con su papel y rompa el pacto con su amigo el depredador sexual.

jueves, 18 de febrero de 2021

Contracolumna • EL LOBO Y LOS CORDEROS • AMLO, CICATRIZ RENCOROSA -- JOSÉ MARTÍNEZ M.



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Ni en el más dantesco de mis sueños llegué a tener la sensación de contemplar un hervidero de cadáveres. No sé si eso solo me ocurra a mí. Lo que sí sé es que todo el mundo sueña y aun hasta los que creen que “no sueñan” con la pesadilla del Covid.
Desde el momento en que inició la pandemia nos hemos comportado como si estuviésemos soñando. Lo malo es que nuestra realidad es peor que una pesadilla. Estamos al borde de alcanzar la terrorífica cifra de los 180 mil muertos y quizás el 28 de febrero cuando se cumpla un año del confinamiento tal vez lleguemos a la macabra cifra de los 200 mil. Estamos entre los tres países más mortíferos del mundo por el coronavirus.
Sin embargo, el escenario podría resultar peor. No es que lo diga un aprendiz de brujo o un ave de mal agüero, lo dice un científico que ha puesto en entredicho la información oficial. Según el experto, basado en la metodología del doctor López Gatell, –quien fue designado por el presidente Obrador para el manejo mediático de la pandemia– el número de fallecidos por el Covid fácilmente supera los 350 mil y podría llegar hasta los 600 mil.
Ese científico mexicano responde al nombre de Raúl Rojas González, nacionalizado alemán, hizo estudios de matemáticas en el Politécnico y la UNAM y desde hace más de 25 años trabaja en la Universidad Libre de Berlín y es reconocido en el ámbito académico como un experto en redes neuronales artificiales, inteligencia artificial y epidemiología.
Con todo esto el gobierno del presidente Obrador sigue manipulando la información al minimizar los alcances de la crisis sanitaria.
El tabasqueño está más preocupado por las elecciones de junio próximo que por rendir cuentas a los mexicanos. Desde el principio Obrador desdeñó los efectos de la pandemia y peor todavía a pesar de haber sido víctima de este flagelo, se rehúsa a poner la mascarilla.
Es inconcebible que este hombre siga empecinado en mantenerse apartado de la realidad y que aun todavía haya gente que crea en sus palabras.
Obrador lo tiene bien claro. México es un país pobre donde la muchedumbre es muy fácil de manipular. Tan lo sabe que actúa de manera perversa. Los políticos, como Obrador, son como los lobos que se alimentan de los corderos.
El manejo de las vacunas ha sido ruin. Deleznable. La víspera de la Navidad –23 de diciembre– se hizo un circo con la llegada de las primeras vacunas en un avión de carga de DHL. El jefe de las fuerzas armadas, el canciller y las máximas autoridades de salud acudieron a recibir el embarque. Se dijo entonces que eramos unos “afortunados”. México era uno de los primeros diez países en recibir las vacunas.
Pero todo resultó un engaño. Llegaron unas cuantas miles.
Desde el miércoles 23 de diciembre y hasta el miércoles 17 de febrero se han aplicado un poco más de un millón de vacunas. Ni siquiera se ha atendido al 1 por ciento de la población. La gran mayoría de esas vacunas se destinaron a personal de salud y una cuarta parte a profesores y adultos mayores.
Ya sabemos que muchos funcionarios se agandallaron vacunas para ellos y sus familias, que se registró un saqueo y robo de cientos de dosis, que el presidente recibió un tratamiento especial del instituto de nutrición el que no está al alcance de la población.
Ahora sabemos del uso político–electoral de la inmunización.
Lo peor de todo es el uso faccioso del poder mientras el pueblo está en las más adversas circunstancias de la crisis sanitaria, sin empleo, sin salud y sin dinero, ni siquiera el suficiente para los alimentos.
No hay una explicación cabal para nuestro infortunio ante la indiferencia del presidente por el dolor de tantas muertes.
La crisis sanitaria ha dejado a la llamada “cuarta transformación” huérfana, desnuda y sin sustancia y al presidente en el territorio del sicoanálisis.
La falta de empatía y el odio de Obrador tienen explicación. Durante los largos años de su vida acumuló un rencor. Tal vez tiene que ver con un “accidente” –llamémosle así– en su juventud. Desde entonces cargó con la enorme frustración de sus fracasos. Siempre fue un pésimo estudiante y un burócrata de la administración pública.
En realidad su proyección política se la debe a dos conspicuos personajes: Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, a quienes les ha regateado méritos.
Hoy Obrador se asume como un ídolo perseguido por las multitudes, y desde su púlpito habla a nombre de “su” pueblo como el sacerdote de un culto que recurre a los evangelios apócrifos. Parece entregado al frenesí del poder, que se le pega como segunda piel. Hace política a destajo y en la embriaguez incesante de poder pretende erigirse, por encima de las decenas de miles de muertos, en el gran elector de los próximos comicios no obstante sabe que sus sueños de perpetuarse en el poder chocan con la realidad: los muertos también votan.
Resulta insoportable la permanencia de Obrador en el poder, eso lo sabe la gente. Lo malo es que no hay oposición. Los partidos políticos también están muertos. No hay vacuna para la apatía.
La prensa y las redes sociales son un faro en medio de la pandemia. Por eso se les pretende censurar.
En medio de la fetidez de los muertos por la pandemia, Obrador lleva la cara con una cicatriz rencorosa y actúa sin humildad y sin reposo arengando a sus huestes contra sus adversarios a los que ve como sus enemigos, parte de ellos, los periodistas, por eso con desesperación recurre a la palabra para halagar a los imbéciles que todavía creen en él, pues los políticos como los lobos se alimentan de los corderos. Las vacunas son como la fábula del burro y la zanahoria, para que la muchedumbre jale para adelante.

lunes, 15 de febrero de 2021

Contracolumna • FÉLIX SALGADO MACEDONIO, UN TRUHAN • MORENA, PEOR QUE UN NIDO DE RATAS


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Si habría que definir en un trazo a Félix Salgado Macedonio, yo lo describiría como una sanguijuela política.
Su mayor mérito es haber compuesto la “Cumbia del Peje” 



en honor a la amistad de su entrañable compañero de partido: Andrés Manuel López Obrador.

No importa que Macedonio sea un violador y lo más opuesto a un activista social. Casi siempre bajo los influjos del alcohol, goza de impunidad no basta su pasado turbio y un presente verdaderamente criminal. Este conspicuo personaje es de los pocos que gozan del derecho al picaporte presidencial.
Ahora, como antes, ha sido puesto bajo el escrutinio público.
Bajo el disfraz de ser un político de “izquierda”, como lo son una gran mayoría de los políticos en Morena, a lo largo de los últimos 30 años Salgado Macedonio ha estado envuelto en el escándalo, lo malo es que un grupo importante de mujeres lo señala ahora de cometer un sinfín de fechorías. Cierto.
Macedonio pertenece a la horda de parásitos que se han enquistado en la política, como René Bejarano y su esposa Dolores Padierna, como Gerardo Fernández Noroña o como Mario Delgado o Ricardo Monreal y sus hermanos. Como los López Obrador y Marcelo Ebrard, como los Bartlett y tantos más que pervierten la política.
En las conversaciones con sus pares y ciertos periodistas que tienen el “privilegio” de ser amigos de este siniestro individuo, Macedonio se jactaba de haber tenido centenares de mujeres en la cama. Su pasión por las mujeres raya en la obsesión sexual.
Lo mismo “ama” a sus parejas, que a las de paga. En Acapulco, en donde fue alcalde eran famosas sus comilonas y sus fiestas nocturnas que siempre terminaban en los burdeles.
Macedonio siempre ha vivido en un estado permanente de hervor erótico que lo empuja al desenfreno. El plato fuerte de sus aventuras sexuales son las violaciones. Algunas de sus víctimas –como ellas lo han denunciado– eran contratadas supuestamente para trabajos de oficina o trabajadoras domésticas. Las violaciones tenían lugar lo mismo en la cocina que en la sala, el comedor o la recámara. Después, él contaba los “divertidos” desmanes a sus amigos.
En resumen: su vida ha sido abyecta. Despreciable, vil. Es un tunante que ha sido hábil para obrar en beneficio propio desde que ingresó a la política.
Al desamparo de la política buscó impunidad bajo la máscara de “periodista”. Se hizo socio del periódico La Jornada, cuya directora Carmen Lira le abrió los brazos en señal de bienvenida mientras ésta aventaba al cesto de la basura el código de ética de ese diario convertido, eso sí, en un verdadero pasquín inmundo.
Con esa careta, Macedonio se erigía en un Centauro: mitad político – mitad periodista.
Amigo cercano al presidente Obrador a cuya cofradía pertenece, Macedonio al igual que el tabasqueño coincidieron en la fundación del Frente Democrático Nacional al que convocaron a su salida del PRI, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Macedonio jamás había militado en algún partido y Obrador había dejado al PRI luego de que el tricolor le negara competir por la gubernatura de Tabasco.
El oportunismo político los encumbró y hasta los hermanó. Así se conocieron Macedonio y Obrador haciendo méritos a la sombra de la “izquierda” priista, como auténticas sanguijuelas.
El Frente Democrático Nacional fue un cultivo de parásitos.
En Morena –después de su paso por el PRD– muchos de estos conspicuos personajes de la llamada “cuarta transformación” hoy reinan sobre los destinos del país.
Macedonio quien su papel de “senador” de la república amenazó con “desaparecer” a la Suprema Corte de Justicia de la Nación –si los ministros no se bajaban el salario– se registró ayer en Chilpancingo como candidato a la gubernatura de Guerrero.
Lo hizo en franco desafío a las denuncias por violación sexual que han generado protestas e indignación de organizaciones feministas.
El periódico Milenio en sus noticieros de televisión (https://www.milenio.com/.../felix-salgado-acusado-de...) y en investigaciones periodísticas ha dado cuenta de las perversiones de Macedonio con base a expedientes judiciales.
Las evidencias son irrefutables. Golpes, violaciones y enfermedad por contacto sexual se han documentado en contra del Salgado Macedonio.
Las protestas en contra de la candidatura de Macedonio a la gubernatura de Guerrero no se han hecho esperar. 



A los señalamientos de las mujeres, se suman numerosas denuncias en contra de Macedonio quien durante sus años gloriosos como alcalde de Acapulco (2006 – 2008) que lo vinculan con capos de los cárteles de las drogas, como los Beltrán Leyva y Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”.
Acapulco, entones, era una bodega de drogas.
Todos sabemos que el gobierno de la llamada “cuarta transformación” siente un menosprecio por las mujeres y que el feminicidio es la mejor expresión de este delito que goza de cabal impunidad.
Por eso Félix Salgado Macedonio se siente intocable y retador.
No en balde se ufana de su mala fama:
“Yo tengo más negativos que positivos. Yo sé que no estoy compitiendo para cardenal, ni tampoco soy santo. Cuando me dicen: ‘Oye, hay que fortalecer aquí porque andas bajo’, la fama es mala, muy mala: mujeriego, parrandero, jugador, borracho. Todos los vicios de Gabino Barrera y de Simón Blanco me los juntaron. Yo así soy, soy incorregible, soy impredecible, todo lo que digan de mí es cierto”.

Contracolumna • FALSOS SÍMBOLOS DE LA PATRIA • LORENA CUÉLLAR, LA IMPOSTORA

 


JOSÉ MARTÍNEZ M.

La diputada Lorena Cuéllar –aspirante a la gubernatura de Tlaxcala– se siente la reencarnación del símbolo de la patria. Como en el espejo de Blanca Nieves se siente la más bonita y la más inteligente. Ya sabemos que se trata de una farsa y que recurre a promocionarse con fotografías de su añeja juventud para tratar de “vender” una imagen que no corresponde a su verdadera personalidad. Como en el cuento de marras ofrece manzanas envenenadas a todos aquellos incautos que “confían” en Morena, el partido de la corrupción.
No hace mucho, durante décadas una mujer tlaxcalteca de origen otomí y de una singular belleza, que trabajó como mesera en un bar, fue el “símbolo” de la Patria.
Fue la imagen de los libros de texto con la que numerosas generaciones de mexicanos estudiamos en las escuelas públicas.
Pero entre la imagen de María Victoria de los Reyes Dorantes Sosa –el nombre de la joven mujer que inmortalizó su belleza en la memoria colectiva de los mexicanos– y la de Lorena Cuéllar no hay la más mínima comparación. Es hasta una ofensa para la musa que inspiró a célebres artistas como Gerardo Murillo, mejor conocido como el “Dr. Atl”, Diego Rivera y Jorge González Camarena, éste último fue quien la inmortalizó en un lienzo, cuya imagen aparecía, año con año durante más de medio siglo, en las portadas de los libros de texto gratuitos.
En contraste, la imagen de Lorena Cuéllar aparece frente a los personajes más nefastos de Morena y sus aliados y uno que otro expriista. Entre ellos Gerardo Fernández Noroña, Mario Marín, mejor conocido como el gober precioso, Félix Salgado Macedonio, René Bejarano, Manuel Bartlett, Layda Sansores y un largo etcétera.
Todos estos conspicuos personajes de la llamada “cuarta transformación” –todo lo que signifique esa cosa– se sueñan en un lienzo al lado del presidente Obrador como falsos símbolos de nuestra historia.
Victoria Dorantes jamás militó en un partido político. Fue una mujer común que se ganaba la vida trabajando. Ni siquiera fue como esas mujeres de la Revolución a las que la actriz María Félix encarnó en sus películas, y a las que el cine se encargó de retratar como las “Adelitas”, vaya ni tampoco fue aprendiz de guerrillera y mucho menos una política como las de Morena que se sienten la reencarnación de la patria como Lorena Cuéllar. Victoria era la pareja de un modesto policía que trabajó como “guardespaldas” de un encumbrado político hidalguense. Ella era una muchacha común, una mesera de un bar a donde solían acudir algunos intelectuales, como el célebre Renato Leduc y renombrados artistas plásticos como los mencionados anteriormente.
En la pasada década de los sesentas el pintor Jorge González Camarena recibió la encomienda del ilustre poeta Jaime Torres Bodet –secretario de Educación Pública– de retratar a una mujer como el símbolo de la patria. Autor de las novelas de la Revolución El águila y la serpiente y La sombra del caudillo, el escritor Martín Luis Guzmán director fundador de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos y quien estaba bajo las órdenes de Torres Bodet, apresuró al pintor González Camarena en encontrar al símbolo que sintetizaría en una imagen a nuestra patria.
El símbolo que tanto se ansiaba en encontrar fue descubierto en un antro, donde Victoria Dorantes –la mujer de origen otomí– se ganaba la vida honradamente.
Nacida, hace ya un siglo, en la Hacienda de San Lucas Coaxamalucan, en el pequeño pueblo de Tetla, la joven mujer de una belleza mestiza con rasgos indígenas deslumbró a González Camarena quien hizo hasta lo imposible por convencerla para que posara como su modelo. Su esposo la respaldó plenamente, por desgracia un par de años después falleció.
A partir de entonces la imagen de Victoria Dorantes se convirtió en la compañía de millones de estudiantes de primaria. Niños que crecieron con ese símbolo de la patria y cuya imagen veían con devoción al abrir sus primeros libros educativos.
En cambio ahora, los niños y los jóvenes de Tlaxcala cuando leen los diarios impresos o digitales lo primero que ven son las notas escandalosas de una mujer envuelta en escándalos de corrupción, señalados por sus propios compañeros de partido quienes se refieren a ella como la “candidata impostora”. Lorena Cuéllar, la mujer tlaxcalteca perteneciente a una dinastía de caciques políticos que durante décadas se han apoderado del control político de Tlaxcala y que ella busca continuar por esa senda, aun pasando por encima de los cadáveres de sus compañeros de Morena.
Victoria Dorantes, la ciudadana común y corriente, que ha sido el mayor símbolo popular de la patria representada por la joven vestida de blanco, con la bandera de México y un libro entre sus manos, es recordada en Tlaxcala con devoción y nostalgia.
Ahora las falsas heroínas como Lorena Cuéllar y los falsos próceres como Andrés Manuel López Obrador se envuelven en la bandera de la corrupción como símbolos de la decadencia política que representa la llamada “cuarta transformación”.
Hoy las heroínas de la patria son Lorena Cuéllar, Beatriz Gutiérrez Müller, Claudia Sheinbaum, Dolores Padierna, Rosario Robles, Layda Sansores, Olga Sánchez Cordero, Rocío Nahle, Irma Eréndira Sandoval, Tatiana Clouthier, Layda Sansores, Citalli Hernández y Yeidckol Polenvnsky, entre otras.

sábado, 6 de febrero de 2021

Contracolumna EL DÍA QUE ATRAPARON A MARIO MARÍN




JOSÉ MARTÍNEZ M.


El día que lo iban a detener Mario Marín estaba tirado de panza al sol sobre un camastro en una vivienda de autoconstrucción en una colonia popular de Acapulco catalogada como de “alto riesgo”. Apenas unos días antes de su captura a unos cuantos metros de la vivienda apareció el cadáver de un individuo. En esa zona son comunes las ejecuciones. Las calles serpentean y en las noches son altamente peligrosas, pero en el día se puede disfrutar de la Bahía de Santa Lucía que se divisa desde ese lugar. Hacía calor y corría un viento imperceptible. Se sentía la humedad y Mario descansaba Junto a la alberca. Ahí en una mesita reposaba un daikiri de tamarindo recargado de coñac con el que se refrescaba. Su hermana Alicia Marín, una modesta profesora de educación básica y dueña de la casa había ordenado al personal de servicio que atendieran al “Señor”. Marín apenas tenía ocho días de haber encontrado refugio en ese lugar. La casa se encontraba abandonada y un par de mozos le daban mantenimiento. Marín huía como las presas de los cazadores pero los sabuesos de la policía desde mucho antes lo tenían ubicado, bien medidito, nada más estaban a la espera de la orden de cateo de un juez para invadir el domicilio y atraparlo. A su detención fue exhibido como un trofeo por las huestes del fiscal general Alejandro Gertz Manero el que tiempo atrás había ordenado que se emitiera la “ficha roja” del exgobernador quien estaba en la lista de los fugitivos más buscados. La cacería se extendió a todo el mundo. En lugares recónditos, como China, mucha gente desconocía dónde se ubica México pero sí sabían quién era Mario Marín al que simplemente referían como el “gobel plecioso”.
La casa ubicada en el número 22 de la Citlaltépetl de la colonia Cumbres de Figueroa –llamada así en “honor” del exgobernador Rubén Figueroa Figueroa, quien en realidad su verdadero nombre era Teodosio Eustolio pero como nunca le gustó como lo registraron sus padres, se autonombró “Rubén” y así se hizo llamar hasta su muerte–.
Ese día un ligero vientecillo hacia soportable la humedad que se transpiraba. La temperatura arañaba los 30 grados centígrados. Marín vestía un short y una playera con una gorra de beisbolista que combinaba con unas gafas de sol que le cubrían buena parte de su rostro.
Años atrás la vida de Marín dio un vuelco. Su rocambolesca trayectoria política acabó de sopetón. Fuera de toda broma, llegó a soñar con ser la reencarnación de Benito Juárez. Aquellos a los que les confiaba sus aspiraciones no sabían si reír o llorar.
A Marín le ocurrió lo que pasa a casi todos los políticos que se encumbran en el poder: se trastornan. Enloquecen.
El joven que se inició como inspector de mercados por uno de sus maestros, Guillermo Pacheco Pulido, ni en sus más remotos y delirantes sueños consideró que podría un día llegar a gobernar su estado natal. Pero sus sueños se cumplieron, lo malo es que se llegó a sentir intocable.
Ahora estaba ahí frente a su realidad. Acorralado y sin los guardias que le vigilaban el sueño y sin los amigos de siempre, Marín estaba consciente que tarde que temprano lo agarrarían en el mínimo de los descuidos. Después de las famosas grabaciones que lo imputaban junto con el empresario Kamel Nacif en la persecución contra la activista Lydia Cacho, comenzó a sufrir una pesadilla.
Marín había iniciado su polémico mandato en febrero de 2005. A finales de ese año estaba sumergido el escándalo que pondría fin a su carrera política. Al principio desdeñó los reclamos de Lydia Cacho, contrató a un equipo de abogados para atender su caso y recurrió a sus contactos en los más altos niveles del poder judicial. Todo el periodo de su gobierno fue de escándalo tras escándalo por el caso Cacho hasta llegar a enero de 2011 en que concluyó su gestión. A partir de entonces Marín fue abandonado por sus amigos y hasta por sus cómplices. Se convirtió en un apestado. Los últimos diez años de su vida fueron de litigios. Pero se le acabó la “buena suerte” y comenzó a andar a salto de mata, con la ayuda y complicidad de sus abogados.
La casa de Cumbres de Figueroa era una de sus últimas madrigueras. Años atrás cuando despachaba en la Casa Puebla ayudó a su hermana Lucía a terminar de construir y ampliar la vivienda.
Marín tenía vedado disfrutar del paraíso de Acapulco. Vivía en su propia prisión. Para él, era impensable caminar por la arenas de las playas. Su vida estaba acotada. Sufría un calvario. Añoraba sus días de poder y hasta maldecía y se arrepentía de haberse cruzado un día con Kamel Nacif, pero él ignoró la fama de pederasta con la que cargaba el empresario textilero.
En todo eso pensaba casi todos los días desde que comenzó a andar a salto de mata.
El miércoles 3 de febrero los mozos estaban pendientes de la comida que preparaban para su huésped. La mesa ya estaba puesta y Marín estaba en el camastro en un estado de somnolencia, entre el sueño y la vigilia como si estuviera a punto de perder la conciencia.
En los ochos días que estuvo ahí escondido, casi sin hablar con nadie, el sopor lo consumía, tenía una sensación de cansancio, de pesadez, con los sentidos embotados y hasta cierta torpeza en sus movimientos.
Cuando la policía allanó la casa dio un brinco, sorprendido por los agentes de investigación, ni siquiera tuvo tiempo de reclamar nada, con el corazón agitado y las mandíbulas apretadas de coraje, Marín pidió unos minutos para vestirse, ahí mismo le llevaron la ropa y unos zapatos. Los agentes lo trasladaron en una camioneta y más tarde lo llevaron al aeropuerto donde un avión de la Fiscalía General lo trasladaría a Cancún. La misma aeronave en la que se trasladó al Chapo Guzmán a Estados Unidos y la que también se usó para extraditar al exgobernador de Quintana Roo, Roberto Borge. Una aeronave Challenger 605.
Esa misma noche Marín arribo a Cancún a donde Lydia Cacho escribió Los demonios del Edén. La cárcel del Caribe es su nueva casa. La misma prisión donde vive –bueno es un decir– Jean Succar Kuri, el pederasta condenado a más de cien años de prisión y quien era uña y mugre de Kamel Nacif, el rey de la mezclilla, el personaje que solía apostar millones de dólares en Las Vegas y que sentía una pasión irrefrenable por las niñas.
Marín a quien la pandemia le había caído como anillo al dedo, aprovechó la coyuntura de la crisis sanitaria para ocultar su rostro y tratar de pasar desapercibido. Usaba el cubrebocas para taparse el rostro y de paso protegerse del Covid, combinaba las enormes gafas de sol para completar el disfraz que le permitía desplazarse entre la muchedumbre cada que se atrevía a dar un paseo en un franco desafío a sus perseguidores.
En Puebla todos los miembros de su primer círculo, familiares y colaboradores de su gobierno, fueron sometidos al escrutinio del espionaje telefónico. Se presumía que se encontraba escondido en alguna parte del territorio poblano o que podría encontrarse en Austria, en las latitudes de Europa, donde su hijo mayor posee millonarias propiedades. El junior Mario Marín García casado con Nadja Ludmer, de origen austriaco, fue señalado de llevar una vida ostentosa en la ciudad de Wels, Austria. Notas periodísticas dieron cuenta de las propiedades del junior por varios países de Europa.
El político poblano enfrenta los cargos de tortura y abuso de poder, entre otros. En la desgracia no está tan solo. Algunos de sus ex colaboradores y amigos siguen refiriéndose a Marín como el “señor gobernador”, otros lo recuerdan simplemente como “Mario”, mientras sus detractores se refieren al conspicuo personaje como el “gober precioso”.
Entre la Heroica Puebla de Zaragoza y el municipio de Benito Juárez –nombre oficial de Cancún– existe una distancia de 1,500 kilómetros. Ese fue el recorrido que hizo en automóvil Lydia Cacho el 16 de diciembre de 2005 cuando fue detenida y trasladada por agentes de la policía poblana. En el lapso de más de 20 horas Lydia dice que fue torturada sicológicamente con amenazas de echarla mar.
Habrá que esperar si se va a dar una confrontación entre la activista y el exgobernador. Lydia ha señalado a la secretaria de Gobernación y exministra de la Suprema Corte, Olga Sánchez Cordero de proteger a Marín. A su vez, Manuel Bartlett fue quien impulsó la carrera política de Marín.
En este show mediático, las únicas perdedoras son las víctimas de la pederastia quienes señalan a Lydia Cacho de beneficiarse económica y periodísticamente del escándalo.
Mientras tanto, Marín duerme en el Cereso de Cancún en la región 99, una de las zonas violentas y conflictivas. Es el “ilustre” personaje de esta cárcel que tiene un alarmante hacinamiento, como ocurre en casi todas las prisiones del país.
Es seguro su próximo traslado a una prisión de máxima seguridad, donde podría pasar los últimos años de su existencia.

jueves, 4 de febrero de 2021

Contracolumna LORENA CUÉLLAR Y SU TRAICIÓN AL GOBER PRECIOSO


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Nada más se supo de la detención del exgobernador Mario Marín y cundió el pánico en el cuarto de guerra de Lorena Cuéllar –la polémica candidata de Morena al gobierno de Tlaxcala–.
Durante muchos años la relación de Lorena Cuéllar con el gober precioso estuvo a partir un piñón. Hoy la candidata de Morena reniega de su macabro pasado como si su amistad con el político poblano fueran “pelillos a la mar”.
Marín –por su soberbia y altanería– terminó en los desechos de la política. Lorena Cuéllar finge demencia y cuando lanza la piedra, esconde la mano. Esa es la escuela de Morena donde todos los expriistas se sienten “purificados”, a sabiendas que son peores, aun así renieguen de su oscuro pasado.
Cierto. Nadie derramó ni siquiera una lágrima por Mario Marín del que ahora sus viejos correligionarios como Lorena Cuéllar hacen leña del árbol caído como si fuera un apestado.
El vaso comunicante entre Cuéllar y Marín fue el inefable Víctor Cánovas, un mercenario al igual que la candidata de Morena, quienes son capaces de traicionarse a sí mismos. Su paso por diferentes partidos es una prueba irrefutable de su ambición y de su pragmatismo. Son capaces de estar con Dios y con el diablo.
Todo mundo lo sabe, Víctor Cánovas es uno de los principales operadores de Cuéllar. La “ética” de Cánovas y de Cuéllar se rige bajo el “principio” de “ladrón que roba a ladrón”.
Ese refrán popular es la imagen simbólica de la doctrina política de Lorena Cuéllar.
La candidata de Morena recurre a la manipulación mediática –sobornos de por medio a sus “periodistas” de cabecera– para atizar la leña de la guerra sucia que se ha venido cocinando a fuego lento desde Palacio Nacional con miras a las próximas elecciones.
Hace seis años Cánovas fue expulsado del Instituto Electoral del Estado de Puebla por violar la ley electoral. Su salida se dio de una manera disfrazada bajo el pretexto de una “renuncia”.
En marzo de 2014 se difundió una fotografía donde Cánovas, entonces del PRI, donde aparecía en una reunión de panistas que refrendaron su apoyo a favor del panista Gustavo Madero Muñoz, la cual se realizó en el municipio de Huamantla el 21 de marzo de ese año. Entonces se dio a conocer una grabación de esa reunión donde Cánovas reconoció que recibía “instrucciones” del gobernador Rafael Moreno Valle.
A partir de entonces se consolidó la relación de Cánovas y Lorena Cuéllar. Ambos comenzaron a actuar como auténticos mercenarios.
La señora Cuéllar salió del PRI por la puerta de atrás en 2010 cuando pretendía competir por la candidatura al gobierno estatal, seis años después (2016) contendió como candidata del PRD en alianza con el PT. Ahora, esta última vez se hizo de la candidatura con trampas y falsas encuestas, dividiendo a su nuevo partido de Morena, pero siempre de la mano de Víctor Cánovas.
El inefable Cánovas quien de ser un achichincle de Moreno Valle pasó a convertirse en un “asesor estrella” de un gobernador de Tlaxcala.
En ese sexenio abundaron los escándalos y los excesos de corrupción. En esos años se hizo público el caso del empresario poblano David Taylor Torres, dueño de Painco quien operaba con Cánovas y el padrinazgo de políticos en el poder en Tlaxcala para realizar pingües negocios a costa del erario público.
La presencia de Víctor Cánovas en el equipo de Lorena Cuéllar no es ninguna novedad. Es un especialista en el trabajo sucio de recaudar “fondos” para las campañas de sus clientes. Los recursos privados para las campañas luego son recompensados con dineros públicos. Cánovas les promete a los “inversionistas” ganancias millonarias y de paso asegura fondos para su propio peculio.
Lorena Cuéllar quien por tercera ocasión busca hacerse de la gubernatura de Tlaxcala, está dispuesta a todo.
Para ella son esenciales las tareas de Cánovas quien antes fue operador financiero de los gobernadores Rafael Moreno Valle en Puebla y otros más de Tlaxcala.
Cánovas se ha reunido con más de un centenar de “inversionistas”, muchos de ellos de Puebla para tratar de convencerlos de que “inviertan” en la campaña de Lorena Cuéllar, a quien se refiere como la “futura gobernadora” y quien les asegura “ganancias en los próximos seis años, mediante contratos en obra pública, los mismo en ventas y adquisiciones y otros negocios al amparo del poder.
No muchos confían en las malas maniobras de Canovas –quien tiene la plena autorización de Lorena Cuéllar para negociar en su nombre–.
El malogrado Ludivino Mora Tejada quien fuera un operador político de los gobernadores Melquiades Morales y Mario Marín, se refería a Víctor Cánovas como un “traidor”, “un hombre peligroso, altamente desleal y nada confiable”.
Dice el refrán que “Dios los cría y ellos se juntan”, Cuéllar y Cánovas, tal para cual.
La captura de Mario Marín ha comenzado a destapar el cochinero de Lorena Cuéllar.
En Puebla el gobernador Miguel Barbosa busca colgarse una medalla con la detención de Marín y busca la oportunidad de cobrar algunas facturas pendientes con Lorena Cuéllar aliada del senador Alejandro Armenta Mier.
Lorena Cuéllar es la promotora de Armenta Mier como “gobernador sustituto” de Barbosa en caso de que éste renuncie por motivos de “salud” o por fallecimiento, dado su grave estado de salud.
Los poblanos Armenta Mier y Tony Gali son aliados de Lorena Cuéllar con quienes tiene comprometidos varios negocios.
Aún ni siquiera comienzan las campañas y Lorena Cuéllar ya está repartiendo los recursos públicos de Tlaxcala como un botín.
Mientras tanto, que el gober preciso se chingue.
Nadie derramó una lágrima por Marín y Cuéllar, como muchos otros de su estirpe hoy reniegan de su relación con el exgobernador poblano.
Bisnes son bisnes, eso lo sabe muy bien Víctor Cánovas, el tenebroso operador financiero de la tlaxcalteca Lorena Cuéllar.

miércoles, 3 de febrero de 2021

Contracolumna • CAZADOR DE NAZIS Y DICTADORES • MIGUEL JULIO RODRÍGUEZ VILLAFAÑE


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Miguel Julio Rodríguez Villafañe es uno de mis amigos que ha sido determinante en el oficio del periodismo. Con su amistad y la de otros amigos, me he construido a lo largo de los años. Siempre me aferro y trato de ser fiel a los amigos de verdad, a los viejos amigos. Son ellos los primeros críticos de mi trabajo y a los que correspondo con sentimientos de verdadera gratitud.
Por sus hechos, por su forma de vida, por sus principios irrenunciables, Miguel Julio no es un hombre común.
Desde hace tres decenios Miguel Julio vive modestamente. Él es de Córdoba, Argentina donde se gana la vida como Profesor de Derecho Constitucional. Es doctor en Derecho y Ciencias Sociales, ensayista y periodista.
He tenido el privilegio de compartir con él en algunos foros académicos de España y de algunos países de Latinoamérica sobre temas de derecho a la información y la libertad de expresión.
Aunque nos separan algo así como 7 mil kilómetros de distancia, nos une una cosa en común: el periodismo. Cuando nos encontramos en cualquier lugar charlamos como si el tiempo y la distancia no existieran.
Mi amigo fue ¬Juez Federal Nº 1 de Córdoba y como magistrado del poder judicial detuvo personalmente al criminal nazi Josef Franz Leo Schwammberger, uno de los cinco criminales de guerra más buscados del mundo.
Schwammberger se ocultó en Argentina. Muy joven se integró las SS y fue sindicado como criminal de guerra. Fue comandante de tres campos de concentración en la zona de Cracovia entre 1942 y 1944 donde mataba por odio, aburrimiento y placer.
En 1949 se fue a esconder a la Argentina. A pesar de la orden de su captura internacional había logrado permanecer prófugo durante casi cuatro décadas. En 1987 fue detenido en Huerta Grande, Córdoba. Tres años más tarde fue extraditado para ser juzgado por sus horrendos crímenes.
Cuando Miguel Julio lo detuvo, el nazi vivía en el barrio La Cumbre de La Plata junto a su esposa y sus dos hijos. Trabajaba en Petroquímica Sudamericana y se había nacionalizado como argentino unos años antes, en 1965, obteniendo de esa manera una Libreta de Enrolamiento cuyo número era 7.603.354 y en la que figuraba su nombre real.
Simon Wiesenthal, el cazador de nazis, lo denunció. Dijo que había sido jefe de custodia en los guetos de Kzwadow y Szamensol y comandante de los campos de Mieles y Przensyl
El mismo año en que había obtenido su nacionalización y su documento de identidad argentina, en Alemania, Simon Wiesenthal, el cazador de nazis, denunció que Schwammberger vivía en Argentina.
No obstante los crímenes cometidos por Schwammberger, los militares argentinos lo protegieron durante muchos años.
Por esa razón, Miguel Julio se negó a firmar la ley de indulto en el gobierno del presidente Saúl Menen. Fue el único 
 que se negó a firmar dicho indulto a fines de 1989 que favoreció a los responsables de graves delitos de lesa humanidad, entre ellos a los integrantes de la dictadura de la junta militar, como Jorge Rafael Videla, quien se asumió como presidente de facto de la Argentina. Sobre ello ha escrito Miguel Julio en su obra titulada "Crimen de Crímenes ¬genocidios entre 1904 y 2005¬ Memoria con Verdad y Justicia ¬ Derechos Humanos, Principios a respetar y Educación para la Paz".
La negativa de Miguel Julio a firmar el indulto a los militares le mereció amenazas de muerte y no le importó renunciar a la comodidad del oneroso salario de su cargo y a la promoción de su estatus como miembro del poder judicial.
Menen pactó diez decretos para exonerar a los militares. A dichos indultos se les conoce como leyes de impunidad. Fue hasta el año de 2003 que el Congreso declarara nulas las leyes de Punto Final y Obediencia Debida algunos y ocurrió que los jueces que fueron cómplices del poder presidencial comenzaron a declarar inconstitucionales aquellos indultos referidos a crímenes de lesa humanidad.
Me enorgullece tener un amigo así con los cojones bien puestos. Miguel Julio es un hombre de agallas y de leyes. Como juez actuó conforme a sus principios a sabiendas de que la complicidad del poder judicial y la subordinación del poder legislativo ante el Ejecutivo es una amenaza a la democracia que amenaza con devorar así mismo a un país.
Miguel Julio nos dice cómo la sociedad argentina ha demostrado su clara vocación por defender los derechos humanos consagrados por la Constitución y los pactos internacionales, incluso, manifestándose en las calles.
Él, junto con una corriente de diputados del llamado Interbloque de Cambiemos ha dado la batalla para retirar las condecoraciones que el gobierno argentino entregó en gestiones anteriores a conspicuos personajes que han violentado los derechos humanos, entre ellos Nicolás Maduro y Augusto Pinochet.
En 2013 por decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al dictador de Venezuela Nicolás Maduro se otorgó la condecoración del Collar de la Orden del Libertador General San Martín. Pero en 2017 mediante el Decreto 640, publicado el 10 de agosto de ese año, se le quitó a Maduro el derecho al uso de la condecoración incluso se dice, en los considerandos de la medida, la necesidad de gestionar la devolución de la distinción.
Miguel Julio ha cuestionado y sometido al escrutinio público los reconocimientos a Pinochet.
Lo paradójico respecto de lo antes referido resulta que por los decretos 500/75, 2904/76 y 868/93, se otorgó al dictador Augusto Pinochet la “Orden de Mayo al Mérito Militar al Grado de Gran Cruz”, la “Orden del Libertador San Martín” y la “Orden de Mayo al Mérito”. O sea, tres de las máximas condecoraciones que confiere el gobierno de Argentina.
Esas condecoraciones además, están hechas de oro y otros metales preciosos y tienen un valor de joya en sí mismas.
La primera fue otorgada durante el gobierno de Isabel Perón, la segunda por Jorge Rafael Videla y la última, por Carlos Menem en 1993.
Pinochet llevó adelante una dictadura caracterizada por gravísimas violaciones a los derechos humanos y fue partícipe central en el Plan Cóndor, en virtud del cual los ejércitos se coordinaban para la detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas como supuestos subversivos.
Cuento estas amargas experiencias en la que mi amigo Miguel Julio Rodríguez Villafañe ha gastado parte de su vida en defensa de los intereses de su país.
En México por el contrario, ante los ojos de millones de compatriotas hemos atestiguado el fervor de los líderes de la cuarta transformación por los peores dictadores. La admiración del canciller Marcelo Ebrard y del presidente Obrador por conspicuos criminales es una clara señal de la pudrición política que vive el país.
En varias ocasiones el presidente Obrador ha rendido homenaje y pleitesía al dictador Benito Mussolini quien estableció un régimen totalitario y masacró a su pueblo.
Lo mismo hizo Marcelo Ebrard como jefe de gobierno de la Ciudad de México cuando hizo un homenaje a manera de reconocimiento al dictador de Azerbaiyán, Heydar Aliyev con dos monumentos dedicados, en dos sitios emblemáticos de la capital y con alto valor histórico: Paseo de la Reforma, en la entrada de Chapultepec, y la Plaza de Tlaxcoaque, en el entronque de 20 de Noviembre y Fray Servando.
Resulta paradójico que mientras en Argentina, ciudadanos como Miguel Julio luchan todos los días por dignificar la memoria de su patria, en México con la cuarta transformación sus principales gobernantes enaltecen a verdaderos sátrapas que denigran nuestra historia.

martes, 2 de febrero de 2021

Contracolumna ANABELL ÁVALOS VS UN NIDO DE SERPIENTES


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Hay liderazgos que trascienden a los partidos políticos. Es el caso de Anabel Ávalos, candidata al gobierno de Tlaxcala.
Durante tres semanas, Anabell estuvo confinada tras haber contraído el Covid. La pesadilla de la enfermedad la pasó en compañía de sus hijos. Venció al Covid y salió fortalecida, con ánimos de dar la más dura de sus batallas políticas.
Mujer de temple, de mano firme pero de una sensibilidad política, como pocos, Anabell es ante todo una persona común que goza de un prestigio entre sus pares y los ciudadanos.
Ganó a pulso la nominación a la candidatura para gobernar Tlaxcala. Su paso por el gobierno de la capital tlaxcalteca consolidó sus aspiraciones.
Sin trampas ni arreglos bajo la mesa, como suele ocurrir en la política a la mexicana, Anabell mereció la confianza de diversos partidos que conforman una coalición integrada por el PRI, PAN, PRD y otras organizaciones locales (PAC y PS). En su partido no hubo necesidad de confrontarse con nadie, su nominación era considerada como una expresión “natural” de su reconocida trayectoria política.
A su postulación se sumaron los demás partidos en una muestra de confianza a su liderazgo. Desde luego afectó el ego de sus contrincantes. No obstante, Anabell es la candidata de la conciliación y de la unidad política de los tlaxcaltecas cuya campaña va creciendo como la espuma.
La candidatura de Anabell contrasta con el manejo político de sus contrincantes aglutinados en torno de Morena.
En Tlaxcala todos están de acuerdo en que Morena es peor que un nido de serpientes.
Para decirlo de una manera más “elegante”, Morena en Tlaxcala –como ocurre en muchas partes del país con este partido– es como una canasta de manzanas podridas.
Hasta los aprendices de políticos, incluidos los más bisoños, nada más entran en contacto con esa cosa y se contagian. Como ocurre con el ganado, los políticos de las tribus de Morena abrevan de las aguas envenenadas de ese partido.
Morena, lo hemos subrayado, una y otra vez, está hecho como las salchichas, con los desperdicios de todas las organizaciones políticas.
Tlaxcala no es la excepción.
Esa condición engrandece la figura de personalidades como Anabell Ávalos, una mujer congruente con sus ideales y sus principios que se ha mantenido aferrada al timón pese a las tormentas.
Vienen días difíciles para el país. Desde el poder, Morena se apresta a contender a lo largo y ancho del país con los peores candidatos que se recuerden.
Las elecciones están en peligro, no solo por la pandemia y el gran fracaso de la política sanitaria del gobierno de Obrador para controlar el desastre provocado por el bicho, tanto en lo económico como en lo social, sino por la injerencia del Presidente en el proceso electoral, quien es parte esencial del engranaje de una guerra sucia de baja intensidad en materia electoral con el uso ilegal del presupuesto público a través de los “superdelegados” y los batallones de “servidores de la nación”.
De ahí la importancia de los liderazgos locales como el de Anabell Ávalos que representan la unidad de sus ciudadanos frente al discurso de la división y el odio promovido desde Palacio Nacional.
En los liderazgos locales está la clave para desmantelar el aparato fascista de Morena que busca ampliar su control político.
La mayor preocupación de los ciudadanos es contar con líderes políticos confiables y no en personajes arbitrarios que asumen el poder como un auténtico botín político.
El de Obrador es un ejemplo cruel de ello. Un gobierno integrado por una caterva de políticos despreciables.
En Tlaxcala, Lorena Cuéllar quien pretende gobernar el estado es un ejemplo vivo de la corrupción. Su obsesión por el poder mantiene dividido a su partido y constituye una amenaza para la estabilidad y el desarrollo de los tlaxcaltecas.
No es fortuito que Anabell Ávalos por su prestigio candidata de la Coalición “Unidos por Tlaxcala” encabece las preferencias electorales. Desde finales de 2020 comenzó a registrar un ascenso en las preferencias electorales que la coloca en franca competición con su única y verdadera rival quien ha terminada marcada por el desprestigio social y político y quien pretendió implantar un imperio político basado en la corrupción.
Sin duda se impondrá Anabell y marcará el final del reinado de Lorena Cuéllar quien pasó los últimos años de su vida brincando como chapulín de partido en partido,
Sí los pequeños triunfos del PRI en Coahuila e Hidalgo le dieron un poco de oxígeno a ese partido, Tlaxcala se perfila como un estado que no está dispuesto a rendirse ante Morena, el partido que simboliza la decadencia política del país.
Tiene razón Obrador cuando dice que no se puede derrotar a quien no quiere morirse. Ese es el PRI y sus aliados.
La alianza “Unidos por Tlaxcala” en el mes de enero emprendió una tendencia a la alza. Y eso solo es el principio.
Al margen de las encuestas y de los datos demoscópicos del INE, la alianza “Unidos por Tlaxcala” va in crescendo al ritmo de las campañas.
Mientras tanto, en Morena todo es opacidad y mentiras. Las pugnas internas en ese partido así lo confirman. Según datos oficiales de Morena, Dulce Silva estaba mejor posicionada que Lorena Cuéllar. Bien a bien, nadie sabe a qué intereses responde Cuéllar, quien se encuentra identificada con grupos mafiosos del estado de Puebla, uno de ellos es el capitaneado por el exgobernador Tony Gali, uno de los capos de los giros negros.
Cuéllar alegó que ganó la encuesta interna del partido, pero resultó falso y enfrenta un litigio ante la autoridad electoral por sus malas maniobras, al igual que denuncias en su contra por irregularidades financieras con el manejo de recursos federales de los programas de bienestar.