jueves, 9 de julio de 2020

Contracolumna • WELCOME MISTER AMIGO • SE LAS METIERON DOBLADA


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Obrador tuvo la oportunidad de reivindicarse pero terminó pastando de la mano de Trump en el jardín de las rosas.
Es triste, porque no hemos superado el trauma de la historia. Como los españoles, Trump engañó a Obrador vendiéndole espejitos.
Es que en realidad los grandes temas de la agenda bilateral quedaron fuera de la discusión. Uno de ellos fue la migración.
Resulta imposible tratar en unas cuantas horas temas tan complejos de la relación bilateral. Los empresarios que acudieron a la cena quedaron desencantados, estuvieron en calidad de “floreros”. Que no se quejen, eso ya lo sabían. Obrador no permite que nadie brille a su alrededor. Tan es así que se sintió en las nubes cuando de los labios de Trump salió una frase inmortal: “Obrador es el mejor Presidente que han tenido en su historia”.
No era para menos.
Amor con amor se paga.
El encuentro, en sí, fue disfrazado de una visita de Estado a la Casa Blanca, cuando en realidad se trató del pase de lista a la Casa de Campaña de Donald Trump.
Joe Biden –el candidato demócrata– interpretó la visita como “el beso del diablo”.
Biden le recordó a Obrador en un tuit el racismo de Trump. El demócrata escribió en @JoeBiden: "Trump lanzó su campaña de 2016 llamando violadores a los mexicanos. Él ha propagado el racismo contra nuestra comunidad latina desde entonces. Necesitamos trabajar en sociedad con México. Necesitamos restaurar la dignidad y la humanidad en nuestro sistema de inmigración. Eso es lo que haré como presidente".
Vaya, justamente el 31 de octubre de 2016 Marcelo Ebrard escribió en su Twitter @m_ebrard lo siguiente: “Trump es el peor enemigo que México haya enfrentado en muchos años. Debemos esforzarnos para frenarlo con votos en E.U.A.”
Ahora Ebrard como canciller y Obrador como Presidente de manera descarada hacen campaña a favor de Trump. Tan es así que el encuentro “histórico” de estos dos personajes histéricos, se convirtió en una especie de club de los elogios mutuos.
Tan sólo hace tres años (2017) Obrador cuando andaba en campaña en uno de sus libros (Oye, trump) escribió: “Es una canallada que Trump y sus asesores se expresen de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos, justo antes de emprender la infame persecución y el abominable exterminio”.
Trump le quitó la calentura tanto a Obrador como Ebrard.
Ahora sí que a Trump, Obrador y Marcelo le cayeron “como anillo al dedo” y como dice el “filósofo” de Morena Paco Ignacio Taibo: “se las metieron doblada”.
Así mientras en México los críticos y opositores se desgarraron las vestiduras por la visita incomoda, la prensa estadounidense en general miró con desdén el encuentro presidencial y lo ubicaron en su justa dimensión. Para los medios de ese país la visita pasó de noche, mientras el gobierno de la llamada cuarta transformación nos las quiere vender como la derrota de Hernán Cortés.
Vaya, hasta el sempiterno legislador Porfirio Muñoz Ledo alabó el discurso presidencial como si se tratara de las tablas de Moisés.
Muñoz Ledo olvida su servilismo y actúa como notario dando fe del equívoco diplomático como quien vende gato por liebre.
Si nos remitimos al pasado reciente, Muñoz Ledo como notario de la historia contemporánea certificó, avaló y reivindicó al presidente Gustavo Díaz Ordaz luego de la matanza estudiantil de 1968 con un discurso servil pronunciado el 9 de septiembre de 1969 a nombre del CEN del PRI en el que, entre otras frases, señaló lo siguiente: “Los conflictos sociales que tuvieron lugar en la ciudad de México y que tan severamente inquietaron a la opinión pública no dejaron como saldo el más mínimo incremento del poder o de influencia a favor de quienes se oponen a la transformación social y a la autonomía del país”.
Hoy, tres de los personajes que son pilares de Morena (Obrador, Ebrard y Muñoz Ledo), se inclinan con reverencia ante el presidente más racista y enemigo de los inmigrantes. El que más ha ofendido la dignidad del pueblo de México.
No en balde el presidente Trump se ha erigido en una especie de jurado, como el de aquella asociación de charros de Texas, que cada año otorga una distinción a un “mexicano ilustre” con el nombramiento de “Mister Amigo”.
Obrador ahora es el hijo adoptivo de la Casa Blanca al que el presidente estadounidense se refiere con el sobrenombre de Juan Trump y su carnal Marcelo.
Sin duda, un argumento para una película de Juan Orol y su humor involuntario, como aquella película de Charros contra Gángsters.

Los que perdieron: Obama, Biden, Pelosi, Hillary, DACA, migrantes…



Carlos Ramírez

 

Al final de cuentas, la política se juzga por los resultados, Sin embargo, todos los caminos están llenos de piedras y espinas.

Días antes de la Cumbre México-EE UU en Washington, el presidente Trump había sufrido una derrota parcial: la Corte Suprema votó a favor de los estudiantes extranjeros que quieren ser deportados por Trump, el modelo de los DACA inventado por el presidente Barack Obama. Pero de inmediato, Trump introdujo otra reforma para encontrar otro camino para la deportación. Por lo pronto, ya amenazó a los estudiantes que funcionan on line dentro de los EE UU.

Por si lo anterior fuera poco, horas antes del encuentro con el presidente López Obrador, el presidente Trump visitó su hermoso muro fronterizo en Arizona para enviar el mensaje de que el separatismo como disfraz del racismo sigue en ánimo de la Casa Blanca.

Más que López Obrador, el que dio la gran sorpresa el miércoles fue Trump: logró domar la bestia que tiene dentro de su alma y se mostró como el más amigou de los mexicanos y los hispanos, luego de cuatro y medio años de tableteo racista. Con el apoyo del presidente mexicano, el candidato republicano se enfiló casi hacia la reelección con el apoyo hispano.

Como ocurre en estos casos, el gobierno mexicano envió un equipo secreto a hablar con los demócratas para decirles que “no hay bronca” y que si ganan tendrán todo el apoyo. Sin embargo, experto en temas bilaterales consideran que la visita y apoyo del presidente mexicano a Trump fue un descontón electoral que dejó en la lona a los demócratas. Y no se trató de errores estratégicos, sino de la mala asesoría del expresidente Obama a su candidato Joe Biden, un político fuera de lugar, envejecido, con carga racista en sus espaldas, con acusaciones severas de corrupción y apenas un títere de la rencorosa y berrinchuda Nancy Pelosi. La noche del miércoles había contento en los republicanos porque se habían chamaqueado a los demócratas, como quedó demostrado con el patético tuit de Dormilón Biden.

La estrategia diplomática de México se basó en un informe de inteligencia que señala que Trump tiene la reelección en la bolsa. En el 2016 el presidente Peña Nieto carecía de esas certezas y la presencia de Trump en CDMX fue producto de una invitación a los dos candidatos --Trump y Hillary Clinton-- que la demócrata no racionalizó. Lo malo fue que Trump aprovecho esa visita para consolidar su base hispana y luego Peña Nieto no supo diseñar una estrategia de beneficio, salvo consolidar la relación personal de su operador Luis Videgaray Caso con el yerno Jared Kushner. En la renegociación del Tratado Peña asistió pasmado y sin fuerza política ni comercial.

La agenda del Tratado del presidente López Obrador era irrelevante, porque las reformas las impuso Trump. Y como en el TCL 1.0, en el TCL 2.0 México careció de modelo de desarrollo, no tuvo objetivos de competitividad y nunca diseñó estrategia de comercio exterior. Por eso Trump ha dicho a todo que en el comercio, porque al final las reglas benefician a los EE UU y el tema laboral, ambiental y de inversión van a desmoronar el sistema/régimen/Estado priísta que sostiene el modelo posneoliberal de la 4-T.

La frase de López Obrador de “somos amigos, aliados y socios” fue el más grande espaldarazo que presidente mexicano alguno le haya dado a algún candidato presidencial estadunidense, demócrata o republicano y quizá el clavo final en el ataúd político de Obama que maniobró para imponer al incompetente Biden como candidato demócrata. Como en agosto de 2016 con Peña Nieto, hoy la visita de López Obrador hizo presidente reelecto a Trump, quien tendrá otros cuatro años para desarrollar su racismo puritano contra los migrantes hispanos.

 

 

-0-

 

Minería. Como ningún otro sector productivo, el minero desarrolla una estrategia de socialización sorprendente. El sábado 11 de julio realizará una conferencia digital para la reactivación del sector, aprovechando el Día del Minero. El evento estará coordinado por el subsecretario de Minería de la Secretaría de Economía, Francisco Quiroga Fernández, y su capacidad de convocatoria tendrá la presencia de seis gobernadores de estados mineros.

Política para dummies: La política de sobrevivencia es el del sacrificio de los principios.

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

 

---30---