miércoles, 20 de mayo de 2020
Contracolumna: OBRADOR, ENTRE EL FASCISMO Y LA OCLOCRACIA
Ni régimen, ni sistema, ni Estado, ni seguridad, ni sociedad militar
Carlos
Ramírez
La campaña contra las fuerzas armadas en
tareas de seguridad pública en grado de seguridad
interior quiere dejar al Estado, al gobierno y a la sociedad a merced de la
delincuencia en todos sus niveles. Las cifras de aumento de la inseguridad y
los delitos son un aviso de que la
actual estructura de seguridad pública ha sido rebasada por la criminalidad y
que se requiere de un dique de
contención.
La
militarización de un Estado requiere que leyes, instituciones de gobierno y
decisiones sean militares. Por
razones de configuración administrativa, sólo dos posiciones del gabinete
tienen cargas castrenses: el secretario de la Defensa Nacional y el secretorio
de Marina-Armada de México. Sin embargo, sus tareas son propias de sus funciones de seguridad nacional, sin
ninguna intervención en ninguna otra zona de decisiones del Estado.
Y sólo
en el gobierno de Vicente Fox un militar ocupó una cartera no castrense: el
procurador general de la república fue el general retirado Rafael Macedo de la
Concha y en ningún momento se habló
de militarización del gabinete,
además de que el funcionario se ajustó
de manera estricta a sus funciones civiles de persecución del delito. En esa
PGR no hubo tampoco otras
estructuras controladas por militares.
Los militares construyeron, bien que mal, el sistema
de gobierno vigente. El general-presidente Plutarco Elías Calles ideó el Partido Nacional
Revolucionario, el general-presidente Lázaro Cárdenas lo transformó en Partido
de la Revolución Mexicana y dio el primer y único paso para institucionalizar a las fuerzas armadas
en estructuras políticas determinantes al crear el sector militar como el
cuarto sector del partido del Estado, pero el general-presidente Manuel Avila
Camacho decidió al iniciar su sexenio que los militares no participaran en el partido ni en la política. El último
presidente del PRI con rango militar fue Alfonso Corona del Rosal (1958-1964),
pero con más carrera en la
burocracia política que en el ejército.
Los militares
que participaron en política fueron
más políticos que militares. Un caso
fue singular: en 1977, por un pésimo manejo de la crisis estudiantil en Oaxaca
por el secretario de Educación del presidente López Portillo, Porfirio Muñoz
Ledo, el gobernador Manuel Zárate Aquino fue destituido de su cargo y en su lugar llegó como interino el general
Eliseo Jiménez Ruiz, con fama de militar experto en contrainsurgencia y en su haber el rescate del gobernador Rubén
Figueroa que había sido secuestrado por Lucio Cabañas. Pero el gobernador
militar no llegó a reprimir, sino que pacificó
la entidad con el brazo suave de la política.
La tarea asignada ahora a las fuerzas
armadas es de seguridad pública en grado de seguridad interior. En los dos sexenios anteriores no hubo ninguna queja contra militares
por ejercer funciones políticas. Tampoco hay razones ni espacios para que los
militares hoy rebasen sus funciones
de seguridad. Las quejas de exceso de fuerza, todas investigadas y sancionadas
por tribunales civiles, no fueron
contra organizaciones o líderes sociales.
Las fuerzas
armadas siempre han tenido menor o
mayor actividad en seguridad pública, pero con más intervención directa de
diciembre de 2006 a noviembre de 2018. Y en ese tiempo, no hubo ninguna denuncia, ni preocupación, ni acusacion de que se
hubiese militarizado la seguridad
pública, al Estado, al gobierno y a las instituciones sociales.
La Guardia
Nacional nació como cuerpo civil, pero se nutrió
del cuerpo de la policía militar que ha tenido más funciones de policía para
hacer que los militares respeten leyes y reglamentos. Aún con origen militar,
la Guardia Nacional funciona --bien o deficiente-- bajo las reglas civiles. Y los militares y marinos que tendrán
incidencia en seguridad también se
ceñirán a las reglas civiles.
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Lo bueno. Entre todo lo malo que ha
causado la pandemia del coronavirus,
hay experiencias que no han saltado a los medios de manera suficiente. La
estrategia de Aprende en Casa,
operada por el gobierno federal para impartir emergencia sanitaria a distancia,
salió con buenos resultados. El experto de la OCDE en educación y responsable
del modelo PISA, Andreas Schleicher, señaló que ha sido lo suficientemente
buena como la que implementó en China.
Política para dummies: La política es el análisis racional de la realidad.
@carlosramirezh
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