Carlos
Ramírez
En una de las características que debieran tener los intelectuales, el poeta y ensayista Gabriel Zaid incluyó una infaltable: tener calidad moral. Los salinistas Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda contaminan, pervierten y restan calidad moral a las propuestas de los desplegados, entre ellos el del jueves 16 de julio.
Con habilidad
propia de la tenebra intelectual en
modo de asamblea de prepa universitaria, Aguilar Camín y el racista
antiindigenista Castañeda aparecen --para colmo: por razón de apellido-- entre
los primeros del desplegado “Contra la deriva autoritaria…” que propuso --ahora
sí-- una BOA --Bloque Opositor Amplio--
para las elecciones legislativas federales de junio del 2021.
La presencia de Camín y Castañeda contaminó la buena voluntad de otros
intelectuales --algunos de ellos ex funcionarios que probaron el veneno del
poder-- en modo de activismo anti
AMLO y de críticos de modelo político lopezobradorista, Los dos vienen --y el modelo de hoy es el mismo
de entonces-- del Grupo San Angel de
1994 que quiso poner un presidente interino
ante el “choque de trenes” en las presidenciales de ese año, afectadas por el
alzamiento zapatista, los secuestros de empresarios y el asesinato del
candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio.
Al fracasar en su intento de apoderarse en
aquel año de una presidencia interina con un proyecto difuso de “transición a la democracia”, Castañeda se reunió en 1996
con el expresidente Carlos Salinas de Gortari en Irlanda y a su regreso a
México planteó --¿consejo de Salinas?-- la renuncia
del presidente Zedillo.
La relación de Aguilar Camín con Salinas
fue ideológica, de proyecto de modernización, política, de amistad, de
contratos sin control, de dinero en negro
y de complicidades, así como de
rupturas delatoras y, por qué no, de reconciliaciones porque donde hubo fuego, cenizas quedan.
Camín y
Castañeda pervirtieron el sentido
político del desplegado del jueves 16 de julio, porque muchos de sus otros
firmantes han estado comprometidos en una lucha abierta y sin intereses turbios por la democracia. Castañeda fue canciller
del gobierno de Fox, pero renunció cuando no
vio posibilidades de ser candidato presidencial. De todos modos, anunció su
precandidatura para las elecciones del 2006, pero se vio nada más apoyado por
Camín y prefirió marcharse al
extranjero.
El desplegado
de los intelectuales provocó una carta
y un mensaje en redes del presidente López Obrador, pero, como siempre, los
intelectuales siguen leyendo al revés
al presidente de la república. Lo acusaron de persecución, de temor ante temible la alianza opositora para 2021
y ¡de hacerles caso! Sin embargo,
con malicia hasta perversa, López Obrador respondió en público al desplegado
para jalar la atención social al
documento y obligar a partidos y firmantes a un posicionamiento más serio que fue, obvio, negativo.
Si bien en la lista de firmantes existe un buen
caudal de posibles candidatos a
diputados federales, los partidos de oposición se están moviendo en escenarios
de pactos de partido, sin dejarse
seducir por nombres de figuras. Y todos ya marcaron su raya respecto a Camín y
Castañeda por su altísimo grado de
conflictividad personalista, toxicidad salinista y su tendencia a no terminar nada.
Con su
desplegado y sus respuestas al
presidente, los intelectuales están demostrando que pueden tener muchas ideas,
pero saben nada de política
práctica. No pueden lanzar una confrontación
contra el presidente de la república y luego acusarlo de intimidación en su respuesta. Y no han entendido que López Obrador
tiene un alto grado de malicia
dentro de su dureza política.
En política no
se deben confundir los tiempos y
circunstancias. El desplegado fue redactado en el escenario del BOA denunciado también por el propio presidente de la
república hace semanas. Los intelectuales probaron
que sí existe el proyecto BOA, aunque en realidad no existe; así de juego de espejos y reflejos es la política
práctica que no han entendido los
intelectuales.
Es posible que
el expresidente Salinas de Gortari sea ajeno
al desplegado, pero la presencia de Castañeda deja muchas pistas para policías chinos. En 1994 Castañeda redactó y circuló un
documento para instruir a la clase
política sobre qué hacer cuando Zedillo perdiera y no tomara posesión de la
presidencia. Ese documento existe y
está en poder de algunos de los miembros del Grupo San Angel. Ahora Castañeda vuelve a las andadas.
El desplegado
nació contaminado por infección del
virus Camín-Castañeda.
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Política para dummies: La política no es una charla en una estética.
@carlosramirezh
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