El gobernador de Puebla, bueno es un decir, Miguel Barbosa quien domina
 el estado como un nerón tiene la suerte echada. Con Barbosa, Morena 
tiene los días contados. No es que lo digan los pitonisos ni los 
aprendices de brujo, es la consecuencia de los malos yerros de su 
administración.
 No solo por su condición física que le impide 
movilidad, pero Barbosa se ha convertido en un lastre para su partido. 
Obsesivo en someter a los gobiernos municipales bajo su control, Barbosa
 ve cómo se le va la vida producto de su mala salud política.
 En su 
reciente visita por el estado, el presidente Obrador hizo pública la 
mala salud física del gobernador, aunque lo más grave no lo dijo pues el
 huésped de Palacio Nacional sabe perfectamente que en las próximas 
elecciones su partido va a recibir un tremendo voto de castigo.
 
Barbosa ha polarizado al estado, como Obrador ha polarizado al país. 
Vaya, es el estilo de la casa. Si todo marcha bien Barbosa espera llegar
 al próximo mes de agosto para sacar sus tiliches de la Casa Puebla. 
Para entonces ya habrán pasado las elecciones de medio gobierno y 
estarán dadas las condiciones políticas para que el congreso local 
designe un sucesor, pero si las condiciones de salud del gobernador 
empeoran de aquí a las elecciones de junio próximo las cosas se le 
pueden complicar a Morena y al presidente Obrador. Todo depende de los 
niveles de glucosa del gobernador cuya salud ha hecho estragos en su 
salud física.
 Como se sabe, en las próximas elecciones estarán en 
disputa 15 gubernaturas y la renovación de la Cámara de Diputados, 
aunque en total serán 21, 368 los cargos de elección en todo el país. 
 Pero sin duda, Puebla tendrá la elección más grande del país. En esta 
entidad se elegirán 2,285 cargos entre diputados federales y locales, 
así como 217 alcaldes y miles de síndicos municipales y regidores. Eso 
sin contar los suplentes.
 Las elecciones no solo se verán 
“empañadas” por la pandemia sino por el corto tiempo de las campañas que
 iniciarán el 3 de mayo y concluirán el 2 de junio.
 En el caso de 
Puebla todos estos factores están en contra de Barbosa quien no tiene el
 respaldo de su partido. En su obsesión por tener el control de todo el 
gobernador se ha confrontado con todos. Eso ha provocado un desgaste que
 no solo ha mermado su salud sino ha perdido el consenso con el que 
llegó al gobierno. 
 Mantiene un largo pleito con la Universidad y con los propios alcaldes de su partido. 
 Alrededor de Barbosa zopilotean toda clase de políticos. Hay quienes ya
 lo ven como un político en agonía, otros como un cadáver. Los políticos
 priistas están al acecho y buscan recuperar el terreno perdido 
aprovechando que Barbosa tiene menos del 20 por ciento de aprobación en 
las encuestas.
 En la zona metropolitana donde se concentra el 45 por
 ciento del padrón electoral hay un descontento generalizado. Es 
evidente la corrupción, los abusos y excesos, así como la impericia de 
los alcaldes de Morena en las Cholulas, Cuautlancingo, San Martín 
Texmelucan, Tehuacán, Amozoc, Coronango, Huejotzingo y la capital 
poblana.
 Los problemas de gobernabilidad se han acentuado desde la 
llegada de Morena al gobierno poblano. Se han triplicado los 
femenicidios y los secuestros, en tanto Puebla es el paraíso del 
huachicol, como se le conoce al robo de combustible, específicamente en 
la zona de Tehuacán donde se ubica el famoso triángulo rojo. 
 En la 
última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, el INEGI reveló 
que el 97 por ciento de los habitantes de la capital poblana se sienten 
inseguros.
 En el cuadro siguiente podemos observar un comportamiento de los delitos más comunes en la capital del estado.
 Frente a una prensa crítica por sus excesos y su autoritarismo, Barbosa
 en su delirio presume de encabezar un gobierno “austero” y “honrado”, 
donde la opacidad es la marca de la casa.
 En su visita por Atlixco, 
el presidente Obrador se sorprendió por la salud de Barbosa –al que 
muchos ya dan políticamente por muerto– “Hace unos días me informaron 
que estaba mal, me preocupé, ya luego tuve un reporte de que gozaba de 
cabal salud”.
 En Puebla todo depende de los niveles de la glucosa 
del gobernador, hasta las hojas de los árboles no se mueven si Barbosa 
no lo ordena.
 
