miércoles, 21 de octubre de 2020

Contracolumna • PEMEX, BOTÍN DE OCTAVIO OROPEZA • OBRADOR, Y SUS SUEÑOS GUAJIROS




JOSÉ MARTÍNEZ M.


“…el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”. El otoño del patriarca. Gabriel García Márquez.

–Vamos a ser una potencia económica, prometió el presidente Obrador. Palabras sin convicción, promesa al fin como otras tantas en tantos años. No es lo mismo ver el país desde la llanura que desde las alturas del poder. (https://www.youtube.com/watch?v=06JoszvqYXY)
Tiempo atrás el presidente López Portillo prometió lo mismo. Desde el púlpito ofreció que nos preparáramos para “administrar la abundancia”.
Obrador aún fue más allá: prometió que en materia de salud en su gobierno estaríamos mejor que los países escandinavos. Noruega era el modelo a seguir, pero nuestra realidad está en los casi noventa mil muertos por la pandemia, en los niños con cáncer sin tratamientos…
Promesas van promesas vienen y Obrador actúa peor que sus antecesores. Ni Vicente Fox en el mejor minuto de su lucidez se atrevió a tanto. ¿De qué sirvieron tantos años revoloteando sobre los putrefactos restos del viejo sistema político?
Obrador, el mesías tropical, el hombre de los pantanos de la Macuspana es un personaje garciamarquiano.
En El otoño del patriarca, dice el mítico personaje: “cuando yo me muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo, ya lo verán, decía, citando a alguien de sus tiempos de gloria”.
Nuestro patriarca ha repartido el país a sus aliados, a los empresarios de siempre, a los políticos de siempre y a los gringos como siempre. Es la “tradición”. En México los políticos en el poder cada seis años se reparten el país. Administran las instituciones como feudos. Pemex es un ejemplo de ello. Nombró al frente de la compañía a Octavio Romero Oropeza, uno de sus mejores amigos. Oropeza no sólo es un tipo incompetente sino además corrupto. Como todos los que han pasado por ese puesto, se ha rodeado de amigos y familiares. La “Cuatro – Te” es más de lo mismo.
Rubén Gómez, el cocinero argentino de la casa presidencial Olivos, fue un hombre que durante años dio de desayunar, comer y cenar a invariables de presidentes. Vio entrar y salir a muchos de éstos conspicuos personajes de la política, incluidos algunos dictadores. Inamovible e imperturbable dijo:
–Cambian los menús, cambian los presidentes… Lo que nunca cambia son los invitados.
En México –como en muchos otros gobiernos del mundo– ocurre lo mismo.
Los barones del dinero, los dueños de los monopolios, los consejeros áulicos son parte de la escenografía de la cuarta transformación. Por el bien de México, primero los pobres fue un simple slogan de campaña. La realidad es otra. Lo escribió García Márquez: “… el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo…”
Lo malo es que nuestro caso el Palacio presidencial se ha transformado en un manicomio. Se han inventado nuevos símbolos como parte del envilecimiento de la política donde un hombre en su rencor y necesidad de venganza reina sobre los destinos del país. Nos ha dividido y pretende enfrentarnos unos contra otros con inusitada violencia.
En el fondo permea la frustración, esa experta en hallar culpables, pero nunca es uno mismo.
Hace unos días se le rindió tributo a la memoria del general Lázaro Cárdenas, el presidente que junto con Benito Juárez son los más admirados y aclamados por los mexicanos. Cárdenas trascendió por la expropiación petrolera. Sin duda, su mayor mérito.
¿Pero de qué sirvió su legado?
Obrador pensó acaso que el petróleo sería la palanca para impulsar a México como una potencia mundial, tal y como lo prometió.
Pemex fue el símbolo de la riqueza del país, ahora es un lastre, un símbolo de la corrupción.
Directores y líderes sindicales se enriquecieron por igual, si acaso algunos de ellos pisaron la cárcel, otros terminaron cobijados por el poder.
México sigue los pasos de Venezuela. Durante la dictadura Chávez-Maduro el país sudamericano dilapidó en 15 años la riqueza que les llevó más de un siglo construir. En el lapso 1999-2014, Venezuela recibió 960 mil 589 millones de dólares (casi un billón de dólares). De la bonanza pasaron a la pobreza.
El mal manejo de los fondos públicos derrumbó las expectativas del modelo socialista. Empresas expropiadas en nombre de la revolución, otras nacionalizadas y otras creadas fueron financieramente insostenibles. Se subsidió a países de América Latina y el Caribe con la venta de petróleo a precios preferenciales.
Para los venezolanos la riqueza del petróleo resultó un falso espejismo. La corrupción devoró al país. Igual en México el petróleo resultó una maldición.
Emilio Lozoya hizo de Pemex un botín. El exfuncionario goza de privilegios en su proceso. Desde que llegó extraditado al país fue recibido como un rockstar. No importa que él como sus antecesores haya lucrado con la riqueza del país. Hubo quien utilizó los recursos de la petrolera para costear cirugías plásticas para toda la familia, otros para negociar con los embarques del oro negro y los menos para adquirir mansiones y obras de arte y acumular fortunas bancarias en dólares y euros. Jorge Díaz Serrano, Rogelio Montemayor y Emilio Lozoya lucen impunes en la galería de ejecutivos de la compañía.
Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y Carlos Romero Deschamps son las figuras más representativas de la corrupción sindical, pero hubo otros líderes en el olvido de la justicia pero no de la memoria colectiva.
¿Quién se acuerda del Pemexgate para financiar la campaña presidencial del PRI en el 2000?
Veinte años después, todo sigue igual.
El gatopardismo de la cuarta transformación es más de lo mismo, aunque Obrador diga que no son iguales a los priistas y panistas.
Ahora Octavio Romero Oropeza ha hecho de Pemex su botín. El casi ingeniero agrónomo cosecha la siembra de su lealtad a su amigo el presidente Obrador.
“Diosito, no te pido que des, sino que me pongas donde haya”.
Amigos, hermanos, primos, todos caben en la cartera del director de Pemex.
Cómo transformar al país en una potencia económica sobre los escombros de Pemex donde la corrupción ha hecho nido.
Cierto, la principal empresa del gobierno es la más endeuda del mundo, con más de 105 mil millones de dólares, algo así como el 9 por ciento del Producto Interno Bruto. La producción ha caído 50 por ciento, cuesta más caro producir que importar y aún peor el colapso de los precios internacionales tienen a Pemex en punto de quiebre.
México se ha convertido en un país importador neto de hidrocarburos. ¿Cuándo dejaremos de hacerlo?
Transformar a un país en una potencia extranjera no se hace de la noche a la mañana como prometió Obrador. Ni siquiera Dios que hizo el mundo en seis días pudo haberlo logrado, porque al séptimo terminó agotado.
Sí. García Márquez tenía razón: “…el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”.

DEA: crisis y desorden en la comunidad de inteligencia y seguridad nacional de EU

 



Carlos Ramírez

 

Como no se había visto desde la crisis del caso Enrique Camarena Salazar en 1985, la agencia antinarcóticos de los EE. UU. (DEA, por sus siglas en inglés) ha asumido una autonomía de acción que ha comprometido la estrategia de inteligencia y seguridad nacional civil y militar de la Casa Blanca. El operativo contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda se salió de la lógica de la estructurada comunidad de los servicios de inteligencia de la Casa Blanca.

En 1985 la DEA realizó su propia investigación, se alió a la CIA en México y al embajador John Gavin y determinó responsables del secuestro, tortura y asesinato del agente antinarcóticos, aunque por entonces sospechoso de colaborar con los narcos. Además de abrir juicios latentes en Los Angeles contra funcionarios mexicanos que van a ser arrestados apenas pisen suelo estadunidense, la DEA secuestró en México al doctor Alvarez Machain como responsable de las torturas, lo llevó en secreto a los EE. UU. y lo encarceló, aunque después un juez determinó ilegalidades y fue regresado a México.

El paquete de información del caso Cienfuegos ha sido integrado por la DEA, pero lo importante es que la DEA es una de las dieciséis agencias de inteligencia que existen en el gobierno estadunidense y que se coordinan, de manera supuesta, por la Dirección de Inteligencia Nacional que depende del presidente Trump. De esa oficina, sólo la DEA es la que se mueve con autonomía e impunidad con sus propias agendas, sin cumplir con los requisitos de coordinación que establece la National Intelligence Strategy 2019 de los EE. UU.

El problema radica en el desorden, desconfianzas, insubordinaciones y autonomía funcionales de las agencias, ante la falta de una dirección de Estado de la Casa Blanca. Hasta ahora, en menos de cuatro años de gobierno, Trump ha tenido nada menos que cinco directores de Inteligencia Nacional --un cargo creado como consecuencia de los ataques islámicos del 9/11 de 2001 y la falta de una coordinación entre agencias--, dos de ellos corridos --en lenguaje mexicano-- por la furia presidencial porque estaban investigando la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 y posible en 2020,

En un reportaje publicado por Robert Draper en The New York Times Magazine el 9 de agosto pasado se revelan los berrinches, ironías, descuidos y formas que operan las agencias de inteligencia engañando al presidente Trump para que firme directrices sin saber y autorice operativos que no entiende. Por primera vez los EE. UU. carecen de un sólido escudo de inteligencia y seguridad nacional civil y militar por la incapacidad del presidente Trump para entender la seguridad nacional.

En un acto sin precedente y violatorio de las reglas democráticas, el 24 de septiembre 489 funcionarios y exfuncionarios civiles y militares del área de inteligencia y seguridad nacional acusaron al presidente Trump de incompetencia en el tema y pidieron votar por el candidato demócrata Joe Biden, aunque con la intención secreta de regresar a los tiempos de la seguridad nacional imperial que somete, asesina, derroca y manipula gobiernos extranjeros.

En este contexto la DEA lanzó su propio operativo contra el ejército mexicano y lo hizo muy al estilo Trump: atrabancado, sin procedimientos legales, manipulando pruebas y tribunales e interviniendo en asuntos internos en otros países y rompiendo compromisos de colaboración de seguridad nacional e inteligencia militar.

Como en 1985, la DEA desarticula las relaciones bilaterales México-EE. UU. para ayudar a la campaña de Trump.

 

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EE. UU. a catorce días de las elecciones. De acuerdo con un resumen de encuestas de Real Clear Politics, la brecha en estados decisivos se estrecha porque Trump ha subido y Biden ha bajado; está en 4.1 puntos de diferencia, con un margen de error de 2.5 puntos. Trump está en mejor posición que en el 2016 contra Hillary Clinton.

Y el más desesperado por la persistencia de Trump y la pasividad de Dormilón Biden es el expresidente Obama, quien usa videos para atacar a su antecesor, el mismo que llegó como repudio a la presidencia obamista.

 

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Política para dummies: La política la determina el que toma la iniciativa, porque los de adelante corren mucho y los de atrás se quedaran.

 

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