JOSÉ MARTÍNEZ M.
Para los miembros del Consejo Universitario de la BUAP
por la defensa de la autonomía
Juan
 Velázquez Evers es uno de los juristas más prestigiados de México y uno
 de los más reconocidos a nivel internacional. Es un distinguido 
universitario de la máxima casa de estudios de nuestro país: la UNAM.
Es
 el único civil que ha sido condecorado en cuatro ocasiones por nuestras
 fuerzas armadas (Ejército Nacional y Marina). El Poder Ejecutivo lo 
condecoró con la Presea al mérito jurídico a la Excelencia en el 
ejercicio profesional.
Por
 ser uno de los profesores más distinguidos, la UNAM le otorgó la Presea
 Conmemorativa de los Cuatrocientos Cincuenta Años de Derecho de 
América.
Así
 como el Puma es el símbolo que une a los universitarios, Juan Velásquez
 se ha hermanado con el símbolo de los Lobos que une a los 
universitarios de la BUAP.
Como
 los Centauros, hora Velásquez es mitad Puma y mitad Lobo. Tan es así, 
que al recibir la condecoración de la BUAP, Velásquez se sumó a la 
defensa de la autonomía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Hace
 un par de meses, el exrector de la BUAP, Enrique Doger puso en mis 
manos un tesoro: una investigación dirigida por el Maestro Horacio 
Labastida Muñoz sobre la Autonomía Universitaria y el Artículo Tercero 
de la Constitución.
Tuve
 el privilegio de trabar amistad con don Horacio Labastida en sus 
tiempos de senador de la república, mientras me desempeñaba como 
reportero del desaparecido periódico unomásuno.
Poblano
 ilustre, don Horacio estudió derecho en la Universidad de Puebla, de la
 que fue rector (1947-1950). Justamente el próximo 22 de diciembre 
habrán de cumplirse 16 años de su partida. Como centenares de sus amigos
 acudí a despedirlo en la funeraria, ahí mismo se encontraban muchos de 
los que ahora gobiernan el país. Entre ellos, Andrés Manuel López 
Obrador, quien entonces ocupaba la jefatura de gobierno del Distrito 
Federal.
Como
 rector, don Horacio fue un impulsor de la autonomía de la Universidad 
de Puebla. Seis años después de su gestión la universidad alcanzó su 
autonomía en 1956. Fue resultado de una larga lucha que inició en 1935 
donde los universitarios resistieron los embates de los distintos 
poderes públicos.
Hace
 más de veinte años que conozco al actual rector de la BUAP, José 
Alfonso Esparza Ortiz, un líder universitario discreto y tenaz que ahora
 mismo sufre los embates de uno de los gobernadores más nefastos en la 
historia de Puebla.
Hace un poco más de diez años presenté a Esparza Ortiz con el ingeniero Carlos Slim –entonces
 el Ingeniero ocupaba la cima como el hombre más rico del mundo y la 
editorial Océano lanzaba una nueva edición del perfil biográfico que 
escribí sobre el magnate de las telecomunicaciones– 
fue un encuentro extraordinario porque la agenda de 30 minutos que se 
había pactado, se prolongó por más de tres horas. Por desgracia, el 
entonces rector de la BUAP Enrique Agüera se encargó de demoler los 
acuerdos obtenidos en esa reunión. Le ganó la frivolidad y sus intereses
 políticos por encima de los de la Universidad.
Desde
 que asumió su mandato como rector, dejé de frecuentar a Esparza Ortiz, 
ahora con el embate contra la BUAP he asumido una postura en defensa de 
la autonomía de la universidad.
Tenía razón Vasconcelos. “Por mi raza hablará el espíritu”, es el mayor símbolo que nos une a los universitarios.
Es justamente esa la razón que une a Juan Velásquez con la BUAP: la defensa de su autonomía.
Es
 lamentable que un gobernante pequeño como Migue Barbosa dedique su 
tiempo a denostar al rector Esparza Ortiz en un afán por imponer a uno 
de sus secuaces políticos en su afán por apoderarse de la Universidad.
Juan Velásquez –un jurista respetado, dentro y fuera del país–
 quien en su prolífica trayectoria de 50 años como litigante jamás ha 
perdido un juicio, ahora decide sumarse a la defensa de la autonomía de 
la BUAP.
Velásquez
 es un defensor de la universidad pública y ha sido un feroz defensor de
 la autonomía universitaria. Tan es así que su defensa de la autonomía 
ha sentado jurisprudencia ante las amenazas y la intromisión de los 
poderes políticos que han tratado de socavar la vida de los 
universitarios.
Eso
 ocurrió hace tres años cuando grupos políticos del estado de Hidalgo 
pretendían crear, fuera de todo marco constitucional, un órgano de 
control –ajeno a la Universidad– bajo el pretexto de reformar mediante un decreto la ley orgánica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
Dicho
 decreto incluía la designación de contralores externos para vigilar la 
aplicación de recursos en los entes autónomos estatales, entre ellos la 
Comisión de Derechos Humanos, el Instituto de Transparencia, Acceso a la
 Información Pública Gubernamental y Protección de Datos Personales y la
 UAEH.
Juan
 Velásquez asumió la defensa de la Universidad y llevó el caso a las más
 altas instancias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuyas 
autoridades avalaron por unanimidad el proyecto de resolución en favor 
de la máxima casa de estudios de Hidalgo para proteger el principio de 
autonomía, estipulado en el artículo tercero de la Constitución. Dicho 
precepto señala que las universidades y las instituciones de educación 
superior a las que la ley otorgue esta libertad tendrán la facultad de 
gobernarse a sí mismas.
Aún
 peor que en el caso de Hidalgo, el gobernador Barbosa ha llegado al 
extremo de criminalizar a las máximas autoridades de la BUAP, el rector 
Esparza Ortiz es víctima de una persecución judicial sin precedente.
Por
 esa razón, es importante la decisión de Juan Velásquez de sumarse a la 
defensa de la BUAP para enfrentar a uno de los gobiernos más nefastos en
 la historia de Puebla.
Hace
 unos años Velásquez había decidido retirarse de los litigios. La 
defensa del expresidente Echeverría fue el último caso que llevó en los 
tribunales que finalmente absolvieron al exmandatario que sobre su 
persona se ceñían. Cuando Echeverría le ofreció el pago de sus 
honorarios (cuatro millones de pesos), Velásquez lo rechazó.
La defensa de la BUAP es una decisión de compromiso político con la Universidad. Va más allá de un mero asunto económico.
A
 lo largo de su trayectoria Velásquez ha asumido la defensa de 
personajes polémicos, desde presidentes de la república y poderosos 
empresarios hasta conspicuos políticos que han estado en el epicentro de
 los escándalos mediáticos.
El
 reconocimiento de la BUAP otorgado al jurista, es uno más del millar de
 los que tiene registrados en su palmarés, pero sin duda uno de los más 
significativos.
 
