JOSÉ MARTÍNEZ M.
Tlaxcala va a tener una gobernadora que se llama Anabell Ávalos.
La candidata de la alianza Unidos por Tlaxcala dará una dura batalla electoral. Durante muchos años se preparó para este momento estelar de su trayectoria política.
En el rostro de Anabell se ve reflejado el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres. En su agenda política sobresalen los temas sociales, de igualdad de género y políticas públicas para combinar la vida laboral y familiar.
Formada en la cultura del esfuerzo, Anabell se ha impuesto a los cacicazgos de las dinastías políticas que han gobernado en Tlaxcala, incluso se impuso a los cacicazgos de su propio partido.
Su postulación representa la unidad y al mismo tiempo significa una paradoja política porque es inspiradora de un cambio dentro de las estructuras del anquilosado sistema político mexicano.
Anabell se ha comprometido a ejercer un gobierno de coalición -lo cual no es poca cosa- pues sabe que el país reclama nuevas fórmulas en su gobernanza. Para ello tiene el pleno respaldo de los partidos que la postulan: PRI-PAN-PRD-PS-PAC.
Como a todos los políticos que se forman desde abajo, sin padrinazgos y sin el derroche de los presupuestos públicos, a Anabell su trayectoria política le ha costado “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”, como diría Churchill.
Las últimas encuestas han posicionado a la candidata de Unidos por Tlaxcala a la cabeza de las preferencias ciudadanas.
Respetando los tiempos electorales sin actos de campañas anticipados sin acarreos a la vieja usanza, la tlaxcalteca ha logrado un entorno favorable en su propuesta política. Sin embargo, vienen tiempos difíciles por la injerencia del gobierno federal en los procesos electorales a lo largo y ancho del país.
Los próximos dos meses -a partir del 4 de abril fecha en que empiezan oficialmente las campañas- van a ser de amarres y alianzas con el mayor número de grupos sociales y políticos para lograr cierre fuerte con una base electoral fortalecida y lograr una operación político-electoral el día de la elección.
El prestigio de Anabell, es un plus para la alianza Unidos por Tlaxcala. Más ahora que el liderazgo y la participación política de las mujeres están en peligro, tanto en el ámbito local como global.
Retomó unas líneas con algunos puntos derivados de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011 sobre la participación de la mujer en la política.
Todos sabemos que las mujeres tienen poca representación no sólo como votantes, también en los puestos directivos, ya sea en cargos electos, en la administración pública, el sector privado o el mundo académico. Esta realidad contrasta con su indudable capacidad como líderes y agentes de cambio, y su derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.
Las mujeres se enfrentan a dos tipos de obstáculos a la hora de participar en la vida política. Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para votar o presentarse a elecciones. Las brechas relativas a las capacidades implican que las mujeres tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces.
Es indudable que la candidata de la alianza multipartidista Unidos por Tlaxcala se enfrenta a los oscuros intereses que subyacen detrás de los grupos de Morena.
En los últimos dos años hemos atestiguado -desde la llega de Morena al poder- cómo el gobierno se ha mostrado insensible e indiferente ante las mujeres que han sido víctimas de la violencia, incluida la política. Una violencia definida como las acciones agresivas cometidas por una o varias personas que han causado daño físico, psicológico y sexual en contra de las mujeres.
El de Anabell Ávalos es un proyecto de gobierno totalmente contrastante con la realidad que viven actualmente las mujeres del país. Al menos en Tlaxcala la propuesta de Anabell representa un hálito de esperanza.
Eso se pudo constatar ayer cuando miles de simpatizantes de su proyecto político de gobierno, acudieron a manifestar su respaldo en la ceremonia de su registro formal como candidata de la alianza Unidos por Tlaxcala.
Sin duda una propuesta seria y atractiva que contrasta con la de su principal adversaria política que recurre al engaño y la mentira como oferta política. Lorena Cuéllar, la candidata de Morena que hace propaganda electoral con falsas imágenes. En la publicidad de su campaña, aparece el rostro de Lorena Cuéllar con fotografías de sus quince años para atraer incautos, pero cuando la gente la conoce personalmente se llevan menuda sorpresa. Es el horror y el engaño que sintetizan las mentiras de Morena y contra lo cual luchan los políticos que buscan consolidar la democracia del país y no la destrucción de sus instituciones.