jueves, 17 de septiembre de 2020

Contracolumna • OBRADOR Y SU COMPLICIDAD CON EXPRESIDENTES • ¿POR QUÉ SLIM Y SALINAS DEBEN SER ENJUICIADOS?



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Cuando el presidente Salinas privatizó Telmex, Cuauhtémoc Cárdenas respaldado por Obrador y Muñoz Ledo presentaron una denuncia por traición a la patria. El PRI en el poder le dio carpetazo a la demanda que se presentó ante el Congreso, la Suprema Corte y la PGR. Carlos Slim se hizo inconmensurablemente rico y Salinas creó a su alrededor un grupo de poder que lo hizo intocable.
Así nació la mafia del poder.
Gobiernos van, gobiernos vienen, y Slim sigue acumulando riquezas.
Si el presidente Obrador pretende abrir un proceso penal contra los últimos cinco expresidentes (Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña), tiene argumentos de sobra. La esencia de tal propósito consiste en una especie de juicio sumario basado en el tema de la corrupción. Un maxiproceso de esta dimensión sería como abrir la caja de Pandora.
Obrador tiene los argumentos jurídicos para proceder en contra de Salinas y Slim, pero en realidad su discurso y sus encuestas para enjuiciar a los expresidentes tienen un carácter exclusivamente político y netamente populista. Si se quiere proceder contra los expresidentes nada lo impide. Si de una carpeta de investigación se desprenden elementos que hagan suponer la probable responsabilidad de quien ocupó la titularidad del poder ejecutivo, ello es suficiente para abrir un proceso judicial.
Pero al revés Obrador se ha hecho cómplice de los expresidentes al incorporar a su círculo íntimo del poder a los empresarios beneficiarios del salinismo y de otros gobiernos, como Slim, Salinas Pliego, Azcárraga, los Hank y al propio Alfonso Romo.
En los últimos 30 años Obrador ha mantenido un discurso antisalinista. Acusó al expresidente de haberse amafiado con Slim. Pero a la hora de la verdad no actúa. Tiene el poder pero muestra poco ánimo para hacerlo, está a tiempo para emprender acciones y se muestra pusilánime.
En el año 2023, uno antes de que concluya su mandato, Obrador deberá refrendar el Título de Concesión de Telmex que Peña Nieto dio entrada en el Instituto Federal de Telecomunicaciones.
Vayamos por partes:
Salinas le otorgó a Slim en 1990 un título de Concesión por 26 años para explotar comercialmente a la telefónica. En el primer año las ganancias de Telmex fueron espectaculares: 8 billones de pesos. Con ese dinero Slim quería comprar los cinco principales bancos de México, pero le dijeron que no. Slim todo lo quería comprar. Su apetito insaciable lo llevó a crear América Móvil basado en el esquema de Telmex y se expandió a 30 países. Llegó a la cima del poder y el dinero. Durante cuatro años (2010-2014) Slim encabezó la lista de Forbes como el más rico del mundo.
A cambio de 7 mil millones de pesos (280 millones de dólares), Peña Nieto le dio entrada a la petición de Slim en diciembre de 2016 para la renovación del Título de Concesión por otros 30 años. De esa manera Slim y sus descendientes tienen garantizada la explotación comercial hasta el año 2056 de la telefónica. Pero todo dependerá de la decisión de Obrador quien deberá refrendar la solicitud de Slim.
Si el presidente Obrador realmente está comprometido con abrir un proceso contra los expresidentes, tiene de sobra muchos argumentos. El caso Telmex-Salinas es un ejemplo de ello.
Este caso que involucra tanto a Salinas como a Peña puede ser el punto de partida. Cárdenas, Muñoz Ledo y Obrador acusaron a Salinas de traición a la patria por entregar Telmex a Slim.
El refrendo del Título de Concesión se le dará a Slim en marzo de 2023, tres años antes del vencimiento del actual título. La prórroga será por 30 años y está sujeta a la aceptación por parte de Telmex de las condiciones de esta resolución y las nuevas que resulten aplicables en el nuevo título.
El 8 de diciembre de 2016 el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) resolvió, en cumplimiento a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, con una votación mayoritaria de seis a uno, prorrogar la vigencia de la concesión para construir, instalar, mantener, operar y explotar una red pública telefónica, otorgada a Teléfonos de México, S.A.B. de C.V., (Telmex) en el año 1990.
Si bien el título de concesión de Telmex vence hasta el año 2026, de acuerdo con la ley los concesionarios deben solicitar la prórroga de sus concesiones a más tardar en el año previo a la última quinta parte de la vigencia de su concesión, y el Instituto debe resolver lo conducente dentro de los 180 días siguientes a la solicitud.
La prórroga de vigencia de dicha concesión será por 30 (treinta) años contados a partir del 11 de marzo de 2026 y está sujeta a que Telmex manifieste por escrito, dentro de los 15 (quince) días hábiles posteriores a que surta efectos la notificación de la resolución respectiva, la aceptación de las siguientes condiciones:
a) Que el IFT le notificará, dentro del primer trimestre calendario del año 2023, el proyecto de título de concesión habilitante para la prestación de los servicios respectivos, de conformidad con la normatividad vigente en ese momento, y
b) Que en un plazo de 30 (treinta) días hábiles, contados a partir de la notificación del proyecto de título de concesión señalado en el inciso anterior, Telmex manifieste por escrito al Instituto su conformidad con las condiciones que al efecto se establezcan en el citado proyecto de título de concesión.
En caso de que Telmex no dé puntual cumplimiento a las condiciones anteriormente descritas, dentro de los plazos establecidos para tales efectos, quedará sin efectos la prórroga otorgada. VER a continuación el enlace del acuerdo del IFT:
(http://www.ift.org.mx/…/el-pleno-del-ift-prorrogo-telmex-la…)
Si obrador busca castigar a sus antecesores por actos de corrupción, muchos empresarios –al menos una veintena de ellos pertenecientes a la lista de la Mafia en el Poder– deberán ser incluidos en las investigaciones.
Lo malo es que con el tabasqueño no sabe uno a qué atenerse. Un día dice una cosa, otro día dice otra. Cambia con facilidad su manera de ser. Todos somos testigos que se trata de un político voluble que se rige por sus estados de ánimo. No hay ninguna certeza en sus palabras. Su ambivalencia la vemos todos los días en su mañanera. Como un péndulo su pensamiento primero oscila hacia un lado y luego hacia el contrario, por esa razón mantiene sentimientos opuestos hacia una misma persona. Manuel Bartlett es un ejemplo de ello: primero se refería a él como un pillo como lo exhibió en su libro “Entre la historia y la esperanza” (editorial Grijalbo 1995) y luego lo elevó a los altares de la patria como una víctima del sistema. (https://www.e-consulta.com/…/amlo-ya-denuncio-la-fortuna-de…). Lo mismo ocurre con La Maestra, a la que primero la incluyó en los anexos de la Mafia del Poder y luego la purificó al igual que Barteltt (https://expansion.mx/…/…/11/04/la-mafia-del-poder-segun-amlo)
Obrador ve a los expresidentes como sus enemigos a quienes ha colocado en el limbo, es decir al borde del infierno, pero a los que primero busca someter a las leyes terrenales de la cuarta transformación.
Salinas y Slim serían un buen comienzo para empezar a cumplir la palabra empeñada, de lo contrario Obrador pasará a formar parte de las complicidades del poder.
MAÑANA publicaremos en este espacio la demanda de Cárdenas, Muñoz Ledo y Obrador contra Salinas y Slim por el delito de traición a la patria