martes, 30 de marzo de 2021

Contracolumna • TLAXCALA Y LA SAGRADA FAMILIA • EL LATIFUNDIO DE SÁNCHEZ ANAYA



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Alfonso Sánchez Anaya –exgobernador de Tlaxcala– tiene una capacidad innata: nació corrupto y morirá corrupto. Esa es su naturaleza desde su origen.
Si el arquitecto catalán Antoni Gaudí hubiera conocido a Sánchez Anaya con seguridad le habría construido un monumento versión 2.0 de la Sagrada Familia.
La esposa, hijos y parientes de Sánchez Anaya abrevan de la ubre del presupuesto federal con la complicidad del presidente Obrador. Como el “Tlacuache” Garizurieta, el exgobernador sigue a pie juntillas la máxima de los miembros de Morena: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
El tlaxcalteca llamado por sus conocidos como el “multichambas” ahora despacha en la Secretaría de Gobernación donde él es el responsable de manejar los fondos públicos de esa institución. Antes hizo lo propio con Alfonso Durazo en la Secretaría de Seguridad Pública, donde ambos dejaron un cochinero.
Anaya manejó a Tlaxcala como un latifundio. Se hizo de la gubernatura con el apoyo de Obrador cuando éste presidía el PRD. Después coincidieron en la Conferencia de Gobernadores que se fundó en 2002 con la integración de mandatarios priistas y perredistas, a la que después de sumaron los panistas. Obrador era entonces jefe de gobierno de la ciudad de México y Anaya despachaba en Tlaxcala.
En esos años la relación comenzó entre ambos a partir un piñón. Obrador con la complicidad de Anaya hizo a su hermano Pedro Arturo dirigente del PRD en Tlaxcala y luego el hijo de Amlo, Gonzalo López Beltrán fue impuesto como coordinador de Morena en tierras tlaxcaltecas.
El obradorismo –para muchos de los expriistas reconvertidos en morenistas– vive la gloriosa etapa de la corrupción institucionalizada. Con Morena, “el que no tranza no avanza”. Esa es una de las enseñanzas de Sánchez Anaya a su pupila Lorena Cuéllar.
Anaya –padrino político de Cuéllar– es uno de sus promotores más fervientes. Lorena, quien sigue los pasos de su alter ego, hizo su “alcancía” con los pellizcos a los multimillonarios recursos que manejó como superdelegada del gobierno de la cuarta transformación. Sus “ahorros” –la manera amable como Lorena Cuéllar se refiere al dinero de sus corruptelas–, ahora son usados para su campaña, una parte de ese dinero se destina a financiar a calumniadores disfrazados de “periodistas” en pasquines y redes sociales.
Sánchez Anaya no es una blanca paloma como pretende hacer creer el presidente Obrador. Como gobernador de Tlaxcala muchos funcionarios y gente común sufrió malos ratos por el alcoholismo de Anaya quien se vio forzado a tomar terapias lo mismo que uno de sus hijos con problemas de alcoholismo y drogadicción.
Cuando recién inició el gobierno de Obrador, el Congreso de Estados Unidos hizo público el informe “México: Crimen organizado y organizaciones de tráfico de drogas”. El reporte fue elaborado por el Congressional Research Service. En ese documento se menciona a Sánchez Anaya por su presunta participación con grupos de la delincuencia organizada.
Excepto Sánchez Anaya –quien es protegido por el presidente Obrador– casi todos los gobernadores mencionados en ese informe han pisado la cárcel, muchos de ellos han sido procesados por diversos delitos. Entre ellos, Javier Duarte (Chihuahua), Roberto Borge (Quintana Roo), Tomás Yarrington (Tamaulipas), Roberto Sandoval (Nayarit), Andrés Granier Melo (Tabasco), Fausto Vallejo, Jesús Reyna y Genovevo Figueroa Zamudio (los tres de Michoacán) y Rodrigo Medina (Nuevo León), entre otros.
Sánchez Anaya –quien pertenece a la gerontocracia de Morena– es uno de los ancianos que hablan como pocos al oído del presidente Obrador.
Hace tiempo cuando un reportero se atrevió a cuestionar al presidente por la designación de la esposa de Sánchez Anaya (María del Carmen Ramírez García), como funcionaria de la Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur, sin tener el más mínimo conocimiento de esos asuntos, el tabasqueño de inmediato se defendió como si lo hubiera atacado una avispa.
Para Obrador no había ningún impedimento, aun cuando era obvio que se trataba de un acto de nepotismo, así que para él no hubo conflicto de interés ni influyentismo.
El presidente no iba a permitir que se tocara siquiera con el pétalo de una rosa a la “sagrada familia” de Tlaxcala.
En el ocaso de su mandato Sánchez Anaya –quien tiene abierto un expediente por delitos sexuales, que en su momento abordaremos en este espacio– se quiso hacer el gracioso e imponer como su sucesora a su esposa María del Carmen. Por ese hecho la exprimera dama de Tlaxcala es conocida como “La Hilaria”, en alusión a Hillary Clinton, quien pretendió ser la presidenta de Estados Unidos.
Hace poco nos referimos en este espacio al tráfico de influencias de Sánchez Anaya para vacunarse contra el Covid con la complicidad de funcionarios de Tlaxcala en la que estuvo involucrada la candidata de Morena Lorena Cuéllar, para el exgobernador esos hechos fueron como “pelillos a la mar”.
Anaya quien despacha como titular de administración y finanzas de la Secretaría de Gobernación, acomodó como delegado federal de Gobernación a su hijo Alfonso Sánchez García. El junior ha hecho una fructífera carrera burocrática de la mano de su padre. Se ha desempeñado como funcionario del Instituto del Bienestar, del IMSS y de la Comisión Federal de Electricidad.
No podía faltar en la nómina del gobierno de la cuarta transformación María del Carmen Ramírez García quien cobra como “directora general para el diseño de políticas públicas y Estrategias”.
Anaya como muchos de los funcionarios del gobierno obradorista han asumido sus cargos como auténticos latifundistas, se asumen como propietarios del país. Tlaxcala, es un ejemplo, de la sagrada familia morenista de los Sánchez Anaya que pretenden la prolongación como sanguijuelas con las aspiraciones de Lorena Cuéllar quien se frota las manos como si el estado de Tlaxcala fuera un botón político.

lunes, 22 de marzo de 2021

Contracolumna • POR QUÉ VA A GANAR ANABELL • UNA MUJER EMPODERADA


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Tlaxcala va a tener una gobernadora que se llama Anabell Ávalos.
La candidata de la alianza Unidos por Tlaxcala dará una dura batalla electoral. Durante muchos años se preparó para este momento estelar de su trayectoria política.
En el rostro de Anabell se ve reflejado el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres. En su agenda política sobresalen los temas sociales, de igualdad de género y políticas públicas para combinar la vida laboral y familiar.
Formada en la cultura del esfuerzo, Anabell se ha impuesto a los cacicazgos de las dinastías políticas que han gobernado en Tlaxcala, incluso se impuso a los cacicazgos de su propio partido.
Su postulación representa la unidad y al mismo tiempo significa una paradoja política porque es inspiradora de un cambio dentro de las estructuras del anquilosado sistema político mexicano.
Anabell se ha comprometido a ejercer un gobierno de coalición -lo cual no es poca cosa- pues sabe que el país reclama nuevas fórmulas en su gobernanza. Para ello tiene el pleno respaldo de los partidos que la postulan: PRI-PAN-PRD-PS-PAC.
Como a todos los políticos que se forman desde abajo, sin padrinazgos y sin el derroche de los presupuestos públicos, a Anabell su trayectoria política le ha costado “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”, como diría Churchill.
Las últimas encuestas han posicionado a la candidata de Unidos por Tlaxcala a la cabeza de las preferencias ciudadanas.
Respetando los tiempos electorales sin actos de campañas anticipados sin acarreos a la vieja usanza, la tlaxcalteca ha logrado un entorno favorable en su propuesta política. Sin embargo, vienen tiempos difíciles por la injerencia del gobierno federal en los procesos electorales a lo largo y ancho del país.
Los próximos dos meses -a partir del 4 de abril fecha en que empiezan oficialmente las campañas- van a ser de amarres y alianzas con el mayor número de grupos sociales y políticos para lograr cierre fuerte con una base electoral fortalecida y lograr una operación político-electoral el día de la elección.
El prestigio de Anabell, es un plus para la alianza Unidos por Tlaxcala. Más ahora que el liderazgo y la participación política de las mujeres están en peligro, tanto en el ámbito local como global.
Retomó unas líneas con algunos puntos derivados de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011 sobre la participación de la mujer en la política.
Todos sabemos que las mujeres tienen poca representación no sólo como votantes, también en los puestos directivos, ya sea en cargos electos, en la administración pública, el sector privado o el mundo académico. Esta realidad contrasta con su indudable capacidad como líderes y agentes de cambio, y su derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.
Las mujeres se enfrentan a dos tipos de obstáculos a la hora de participar en la vida política. Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias siguen limitando las opciones que tienen las mujeres para votar o presentarse a elecciones. Las brechas relativas a las capacidades implican que las mujeres tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, los contactos y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces.
Es indudable que la candidata de la alianza multipartidista Unidos por Tlaxcala se enfrenta a los oscuros intereses que subyacen detrás de los grupos de Morena.
En los últimos dos años hemos atestiguado -desde la llega de Morena al poder- cómo el gobierno se ha mostrado insensible e indiferente ante las mujeres que han sido víctimas de la violencia, incluida la política. Una violencia definida como las acciones agresivas cometidas por una o varias personas que han causado daño físico, psicológico y sexual en contra de las mujeres.
El de Anabell Ávalos es un proyecto de gobierno totalmente contrastante con la realidad que viven actualmente las mujeres del país. Al menos en Tlaxcala la propuesta de Anabell representa un hálito de esperanza.
Eso se pudo constatar ayer cuando miles de simpatizantes de su proyecto político de gobierno, acudieron a manifestar su respaldo en la ceremonia de su registro formal como candidata de la alianza Unidos por Tlaxcala.
Sin duda una propuesta seria y atractiva que contrasta con la de su principal adversaria política que recurre al engaño y la mentira como oferta política. Lorena Cuéllar, la candidata de Morena que hace propaganda electoral con falsas imágenes. En la publicidad de su campaña, aparece el rostro de Lorena Cuéllar con fotografías de sus quince años para atraer incautos, pero cuando la gente la conoce personalmente se llevan menuda sorpresa. Es el horror y el engaño que sintetizan las mentiras de Morena y contra lo cual luchan los políticos que buscan consolidar la democracia del país y no la destrucción de sus instituciones.

domingo, 7 de marzo de 2021

Contracolumna * HOY, UN DÍA TRISTE DE LAS MUJERES * LORENA CUÉLLAR IGUAL QUE MACEDONIO


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Todas las mañanas antes del desayuno no sé si el tabasqueño o yo ya estamos ebrios.  Prendo el televisor y la discusión ya está en su apogeo.

Apenas amanece y la sala de conferencias está ya convertida en una especie de taberna. 
Como los parroquianos en las cantinas, el presidente suelta sus ráfagas de insultos y arremete con descalificaciones en contra de la prensa. 
Hace unos días Obrador atacó al New York Times por  cuestionar a Félix Salgado Macedonio. 
Quizás nuestros colegas del Times no saben acaso que el tribunal supremo de la justicia de nuestro país es Obrador. Él decide quién es bueno y quién es malo. Cuál es la prensa buena y cuál es la prensa mala. 
Bueno, el tabasqueño metió en el mismo costal del Reforma y El Universal al influyente NYT, uno de los cinco periódicos más importantes del mundo. El Times fue puesto por Obrador en el cesto de la basura, a donde el tira a los "pasquínes inmundos".
Y sí a él se le hinchan los cojones Macedonio debe gobernar Guerrero y punto. Las críticas de la prensa que se vayan a la mierda. 
Macedonio debe estar  tranquilo, tiene el respaldo del mejor abogado: su amigo el presidente.
La barrera de acero en torno a Palacio es un mensaje a las mujeres: "háganle como quieran". 
Ya sabemos que México no es un país de leyes y que las mujeres no tienen derecho a la justicia. 
Macedonio es un símbolo del obradorismo machista y sexista. 
La violencia contra las mujeres en nuestro país es una "segunda naturaleza", es algo "normal". 
Hombres y mujeres con poder actúan como monstruos. El poder engendra violencia. 
En Tlaxcala, por ejemplo, una mujer de poder como Lorena Cuéllar --candidata de Morena a la gubernatura-- es partidaria de la violencia. 
Cercana al presidente Obrador, madame Cuéllar ejerce la violencia desde el seno familiar. Es la otra cara del abuso del poder. La versión femenina de la violencia.
Así como Macedonio, Lorena Cuéllar estaría impedida por le ley de ocupar un cargo de elección popular o de servicio público.


Lorena Cuéllar no cumpliría el "3 de 3 Contra la Violencia"

La pre candidata de morena al gobierno del estado estaría imposibilitada a ocupar la candidatura

El pasado 10 de noviembre fue publicado el acuerdo del consejo general del INE por el que se aprueban los lineamientos para que los partidos políticos nacionales y, en su caso los locales, prevengan, atiendan, sancionen, reparen y erradiquen la violencia política contra las mujeres en razón de género.

En el apartado IV. del Acuerdo "3 de 3 Contra la Violencia", se menciona la implementación de este mecanismo, consistente en que las y los aspirantes a una candidatura no se encuentren en ninguno de los tres supuestos: la primera, no contar con antecedentes de denuncia, investigación y/o procesamiento por violencia familiar o cualquier agresión de género en el ámbito privado o público. La segunda, no contar con antecedentes de denuncia, investigación por delitos sexuales y; la tercera, no estar inscrito o tener registro vigente como deudor alimentario o moroso.

Lo anterior con relación a los antecedentes de comisión de una serie de delitos y violencia familiar por los que Lorena Cuéllar Cisneros ha sido denunciada por su sobrina Ilenia Montiel Cuéllar, hija de su difunta hermana Aimé, incluyendo fraude, el despojo millonario de una herencia y riesgo de agresión sexual cuando fue recluida por su tía Lorena un centro de “salud”.

La sobrina de la aspirante a la gubernatura ha señalado en diferentes medios de comunicación locales y nacionales que ha sufrido maltrato psicológico, despojo de la herencia de su abuelita por más de 180 millones de pesos, y que fue refundida en contra de su voluntad en diferentes centros de “rehabilitación” sin ser necesario, e incluso refiere que tuvo que dormir al aire libre en una banca del zócalo. (https://www.codigotlaxcala.com/solo-quiero-justicia-y-que-me-den-lo-que-me-corresponde-ilenia-montiel-cuellar / )

Se sabe que el juicio quedó registrado bajo el expediente 333/16-1 en el Juzgado Civil del Distrito Judicial de Hidalgo sin que a la fecha se conozca el resolutivo. A parte de Lorena Cuéllar, también fueron emplazadas Mónica Cuéllar Cisneros y Karina Cuéllar Cisneros por la misma causa.

Por otro lado, en el acuerdo del Consejo General del INE se establece que este mecanismo se adopta por quienes aspiran una candidatura bajo protesta de decir verdad para demostrar su compromiso por erradicar la violencia, así, su implementación por parte del INE brindará mayores garantías para erradicar cualquier tipo y modalidad de violencia contra las mujeres en razón de género.

Aun cuando Cuéllar acusa guerra sucia, lo cierto es que el conflicto judicial que enfrenta con sus hermanas tiene sus raíces en el asesinato de la señora Margarita Cisneros Fernández, en 2002, que provocó la inexistencia del testamento que distribuyera los bienes entre las cuatro hijas y el despojo de los bienes de la heredera, así ha quedado registrado en periódicos nacionales como Excelsior, en donde Lorena Cuéllar Cisneros es señalada por su sobrina de despojo de bienes, con base en acciones fraudulentas 

https://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/05/27/1095200

Pero la sobrina no ha sido la única en denunciar despojo y fraude por parte de Lorena Cuéllar, igualmente su tío Joaquín Cisneros Fernández ha dado testimonio de los abusos perpetrados contra la agraviada. En entrevista concedida a e-consulta Tlaxcala, Don Joaquín Cisneros Fernández reconoció la existencia de un proceso civil al interior de su familia, pero rechazó tajante haberlo elaborado como una estrategia política contra su sobrina Lorena Cuéllar, porque fue iniciado con anterioridad.

En entrevista, Cisneros Fernández precisó que en efecto, existe una demanda de nulidad de la sucesión de bienes de su hermana Margarita Cisneros porque no hubo una repartición equitativa entre sus cuatro hijas: Lorena, Mónica, Aimé y Karina, la tercera de ellas fallecida, pero con descendencia a quienes se debía transmitir íntegramente el derecho.

El ex presidente municipal de Tlaxcala dijo que Lorena Cuéllar y Mónica se quedaron con la mayor parte de los bienes que ascienden a unos 180 millones de pesos y que su sobrina Ilenia, hija de Aimé recibió solo una casa con valor aproximado de 500 mil pesos, "no se le entregó lo que le correspondía, me pidió apoyo porque soy abogado, pero también soy su tío y procedimos, entonces no tengo otro interés que defenderla porque tienen derecho a recibir lo que le corresponde".

Cisneros Fernández dijo que Margarita Cisneros murió intestada y en proceso de sucesión la repartición tenía que ser en partes iguales, pero en el transcurso falleció Aimé, a quien le sobrevivieron dos hijos que fueron afectados en la distribución del patrimonio. ( http://www.e-tlaxcala.mx/nota/2016-05-28/elecciones/juicio-contra-hermanas-cisneros-es-un-caso-familiar-no-politico-joaquin )

Estos antecedentes de violencia imposibilitarían moralmente a Lorena Cuéllar Cisneros a contender en las próximas elecciones sin ser señalada como una mujer violenta contra su propia sangre.

Fuentes: Excelsior, 

www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5604597&fecha=10/11/2020 

www.e-tlaxcala.mx www.codigotlaxcala.com

martes, 2 de marzo de 2021

Contracolumna • MORENA + LORENA= CORRUPCIÓN • TLAXCALA, BOTÍN POLÍTICO


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Morena ha asumido la disputa electoral como un auténtico botín de guerra. Con el consentimiento del presidente Obrador se dispuso utilizar los recursos de los programas de “Bienestar” para las elecciones. Al menos en Tlaxcala –como en otras entidades del país– así ocurre.
Los apoyos para los niños, las madres trabajadoras, para los jóvenes, los campesinos, las tiendas, la ganadería, el campo, los créditos, las pensiones para los adultos mayores, todo fue enfocado para el momento estelar del 2021.
En el pasado el PRI era la aplanadora electoral del gobierno, con la cuarta transformación obradorista la Secretaría de Bienestar se ha convertido en una Secretaría Electoral y Morena una maquinaria que funciona como su brazo operativo.
En Tlaxcala se dispuso de más de 9 mil millones de pesos, algo así como 340 millones de dólares –cantidad muy superior a las remesas que anualmente mandan los inmigrantes de esta entidad a sus familias– para programas de beneficio social con un objetivo político: apoyar electoralmente a Morena.
La encargada de los multimillonarios recursos fue ni más ni menos que Lorena Cuéllar Cisneros quien se mantuvo por dos años al frente de la superdelegación del gobierno federal.
Con el uso faccioso de ese dinero Cuéllar Cisneros hizo y deshizo. Una parte de esos recursos se usaron para atacar, desprestigiar y difamar a los adversarios y críticos de Morena y de los representantes de Bienestar. Además de desviar fondos para cuentas personales mediante triangulaciones sospechosas.
La Secretaría de la Función Pública abrió una investigación que permanece en “reserva” en tanto la Fiscalía General de la República dio entrada a varias denuncias relacionadas con los manejos turbios de Lorena.
Hay cierto grado de parentesco político entre Lorena Cuéllar y el saliente gobernador priista Marco Mena Rodríguez.
En Tlaxcala la política gira en torno a los cacicazgos y sus dinastías. Eso explica en buena medida el atraso social de esta entidad. Tlaxcala ha estado sumido en un letargo económico y político.
Una manera de romper con los acuerdos de las mafias familiares y políticas fue la negociación de una alianza entre los partidos adversos a Morena, que si bien no gobierna en el estado, sí dispone de los inagotables recursos del gobierno federal mediante la representación de sus delegaciones.
Lorena Cuéllar, una política sagaz, quien huele y sabe dónde está el dinero, ve la gubernatura como una fuente de enriquecimiento. No la atrae tanto la política de servicio, sino servirse desde el uso perverso del poder.
Eso lo aprendió de su familia, abuelos, padres, tíos, compadres, todas las ramificaciones políticas de este clan parten de un mismo punto: el poder. Todos se han vuelto ricos al paso de los años como “servidores de la nación”, el eufemismo obradorista para llamar de manera amable a los saqueadores de las arcas públicas.
Como parte de la “tradición” familiar, en el más amplio sentido feudal Lorena Cuéllar se siente con el derecho de “gobernar” aun sea por encima de los cadáveres de sus propios compañeros de partido.
La esposa del exvocero César Yáñez, Dulce Silva –quien pertenece a uno de los clanes económicos de Tlaxcala– buscó la candidatura de Morena a base de una millonaria campaña pero no pudo hacerlo por las malas maniobras de Cuéllar quien apostó por dar un “golpe de Estado” a su partido para apoderarse de la postulación, ella misma se autoproclamó como la “candidata” y en los últimos meses se ha dado a la tarea de difundir encuestas que la catapultan hasta las estrellas como la “favorita”.
Los hermanos y los hijos de Obrador han estado ligados durante años con Lorena Cuéllar. Morena ha sido algo así como la madriguera de la mafia obradorista que asumió a Tlaxcala como su escondrijo durante los últimos años.
Cuando Obrador se ostentaba como el “presidente legítimo”, tras su derrota frente a Calderón, ordenó a su hermano Pedro Arturo López Obrador que se hiciera cargo de los intereses perredistas en Tlaxcala.
Pedro Arturo era quien decidía las candidaturas del partido. Cuando Pedro Arturo se enfadó le pido a su hermano Andrés Manuel que nombrara a su sustituto. La decisión recayó sobre la persona de Gonzalo Alfonso López Beltrán quien llegó con la encomienda de establecer medio millar de comités seccionales.
Si bien Gonzalo Alfonso cumplió con la encomienda y hasta llegó considerar la posibilidad de lanzarse como candidato a gobernador. Exploró el terreno, analizó pros y contras para participar en las elecciones de 2021, pero de última hora mostró poco interés por Tlaxcala y con sus hermanos prefirió dedicarse a la producción de cervezas artesanales y la fabricación de chocolates, los nuevos negocios familiares.
El retiro de Gonzalo despertó la ambición a Lorena Cuéllar quien ha roto con su partido al que mantiene dividido. La renuncia de Claudia Pérez –su relevo como Diputada federal– para irse al PAN ha sido uno de los últimos golpes a la estructura de Morena y un mazazo al ego de Lorena.

lunes, 1 de marzo de 2021

Contracolumna • MORENA, EL DRENAJE DE LA POLÍTICA • ANAYA Y CUÉLLAR, BUITRES DEL COVID


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Ser “político” en México es sinónimo de bribón. Es el oficio más desprestigiado. Sí alguien tiene una duda, pregúntenle a Félix Salgado Macedonio. Sin rubor, seguramente le contestará que él tiene “otros datos”. Es el sello de la casa.
Y peor aún, con la irrupción de Morena en el escenario, la política adquirió un tufo irrespirable. El hedor que emana de ese partido es tan desagradable que mucha gente siente náuseas nada más advierte la presencia de un militante o líder de ese partido.
El ambiente político es insoportable por la fetidez de la mezcla de apellidos indignos como los Monreal, los Bartlett, los Noroña, los Bejarano, los Padierna, los Macedonio, los Sansores, los Polevnsky, los Taibo, los Barbosa, los Gatell, los Ackerman, los López y muchos más que se suman a las alcantarillas y cañerías de Morena como los Sánchez Anaya y los Cuéllar Cisneros.
La repugnancia de la gente es un mecanismo de defensa natural ante la hediondez que destila ese batidillo de personajes. Detrás de cada uno de ellos –y muchos más que hacen una lista interminable– hay una historia de corrupción.
No hay duda, Morena es el drenaje de la política.
Hace unos días el titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Gobernación, Alfonso Sánchez Anaya fue pillado agandallándose las vacunas contra el Covid para él y toda su familia.
Fue un regalo de cumpleaños de Lorena Cuéllar Cisneros, la virtual candidata de Morena quien le pidió el favor a su amigo Carlos Luna Vázquez, delegado de Bienestar en Tlaxcala.
El pasado 23 de enero Luna Vázquez llamó a Sánchez Anaya para felicitarlo por su cumpleaños número 80. Con ese motivo el delegado le dijo al funcionario de Gobernación que le tenía de parte de Lorena Cuéllar una “sorpresa”: “vacunas contra el Covid para él, los cuates y toda la familia”.
En tono lisonjero Luna Vázquez le pidió a Sánchez Anaya que acudiera al municipio de Santa Ana Nopalucan donde le darían “trato vip”. A Sánchez Anaya solo le faltó vacunar al perico porque acudió con un séquito de tlaxcaltecas y fuereños, algunos de ellos empleados de la Secretaría de Gobernación.
Ahora los adultos mayores de ese lugar tendrán que esperar no saben cuánto para que les envíen otra dotación de vacunas, si es que tienen suerte.
Sánchez Anaya quien vive en la ciudad de México desde hace más de 15 años se acordó de su terruño solo para quitarles un puñado de vacunas a sus paisanos. Él forma parte de un añejo cacicazgo en Apizaco pero se fue del estado luego de su paso por la gubernatura a la que llegó cobijado por el Partido de la Revolución Democrática, organización a la que abandonó en cuanto dejó de ser útil a sus intereses personales. Ahora es de Morena. Pero antes fue del PRI durante 40 años de su vida.
A los incautos Sánchez Anaya los marea con el garlito de que es un “hombre de izquierda”. El engaño consiste en señalar que viene de una familia con pedigrí de izquierda. Su tío Emilio Sánchez Piedras –quien fue gobernador de Tlaxcala en el sexenio de Echeverría y que comenzó a acumular una cuantiosa fortuna como funcionario policiaco en la capital del país en la década de los cuarentas– se fue con la finta de un discurso del presidente Adolfo López Mateos que le costó su salida del gobierno por largos años.
López Mateos había dicho que México era un país de izquierda “dentro de la Constitución”. Y Emilio Sánchez Piedras quien esa época era el líder de la Cámara de Diputados pronunció un discurso en apoyo a la Revolución cubana.
El presidente Mateos lo castigó y su sucesor Gustavo Díaz Ordaz le refrendó el castigo y ya en la parte final de su gobierno el presidente Echeverría lo perdonó y lo recompensó como gobernador de Tlaxcala.
Lo malo es que Sánchez Piedras pensó que le habían regalado el estado. Se apropió de él como un verdadero cacique y murió meses después de su azarosa gestión.
Como su tío Emilio, Alfonso Sánchez Anaya también fue gobernador de Tlaxcala en el sexenio de Fox.
Sánchez Anaya se fue del PRI en 1998 –diez años después del surgimiento del PRD–. Fue salinista de hueso colorado pero Zedillo no le tuvo confianza y de plano le dijo que mejor se dedicara a su profesión de veterinario para atender a puercos, gallinas y perros.
Ahora Sánchez Anaya es un “Amlover” que trae puesta la camiseta y la cachucha de Morena, como los viejos priistas a los que se les decía en tono socarrón como los “chaquetas y chaquetas”.
Con Vicente Fox, Anaya hizo migas y con Marta Sahagún actuaba peor que un lacayo. Tan servil fue que desvió más de 30 millones de pesos del presupuesto del gobierno destinados a combatir la pobreza, dinero que se utilizó para financiar los gastos de operación y publicidad de las eliminatorias del certamen de la Miss México que se trasmitió en vivo desde Tlaxcala, sede del evento organizado por Televisa. Sánchez Anaya actuó complaciente, en tanto suspendía la ayuda social a miles de familias pobres.
Ahora con Morena, Sánchez Anaya ha vuelto hacer lo mismo: ¡Que se jodan los pobres! mientras él y los suyos se agandallan las vacunas.
Este es el manejo perverso de la política de Morena en Tlaxcala y su abanderada Lorena Cuéllar con sus aliados impresentables.