miércoles, 7 de octubre de 2020

32 años después, el PRInosaurio sigue aquí; fracaso de la izquierda

 


Carlos Ramírez

 

Lo peor del priismo diazordacista-echeverrista-lopezportillista se conjunta para definir a Porfirio Muñoz Ledo como un sujeto histórico de la élite priísta que reventó en 1968, que resistió la alternancia a la derecha con el PAN de Vicente Fox en el 2000 y que regresa victoriosa un tercio de siglo después de su derrota.

Pero lo más grave del efecto político de la candidatura de Muñoz Ledo como presidente de Morena no está en el hecho de que Morena sea el partido heredero de la izquierda universitaria y del comunismo burocrático, sino en la amarga realidad de que las bases sociales militantes o simpatizantes de Morena hayan perdido la memoria histórica y prefieran a un priísta histórico como líder partidista.

 La Corriente Democrática del PRI se fundó en 1985 para meterse en la sucesión presidencial de 1988 que se resolvió en 1987, pero no buscó redefinir el proyecto histórico del PRI o regresar al Partido de la Revolución Mexicana cardenista como partido de clases corporativizadas, sino para acotar --no evitar-- el proyecto neoliberal de los tecnócratas de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Se trataba de la dialéctica pendular que mantuvo al PRI en el poder, la oscilación entre populismo y neoliberalismo.

Una generación después, las bases morenistas pospriístas llevan adelante en la encuesta a Muñoz Ledo, el más típico representante de la élite política demagógica, capitalista-progresista, burocrática, presidencialista y sobre todo priísta. Y lo más grave se exhibe en el hecho de que el Partido Comunista Mexicano cedió su registro para fundar en 1989 el PRD y desde entonces la autodenominada izquierda no ha sido más que una dirigencia priista chabacana, placebo del fracaso ideológico del pensamiento revolucionario. Por ello los sobrevivientes del PCM y su pensamiento marxista vulgar --Gramsci y Revueltas-- están dentro de Morena y ya con la conciencia priísta asimilada están aceptando la dirección política e ideológica de Muñoz Ledo en Morena.

La élite opositora del 68 encontró en el PRD y ahora en Morena el espacio de operación política porque los dos partidos han sido, en esencia, el mismo PRI de siempre: una gran coalición de intereses, corrientes, tribus y élites burocráticas girando en torno al poder. Y si la Corriente Democrática del PRI se sostenía con el débil y casi invisible hilo político del poscardenismo, en Morena ni siquiera se huele algún tufo de enfoque social de clase.

Lo de menos, pues, es Muñoz Ledo; como todo burócrata de la élite en busca de la siguiente chamba, Porfirio es lo que siempre fue: una caricatura de su propio discurso demagógico. Lo importante es ver que la base militante y simpatizante de Morena va a optar con Porfirio por el regreso del PRI a la vida nacional, echando por la borda las grandes luchas sociales contra el PRI de la Revolución Mexicana que se robaba el dinero, que defraudaba en las urnas, que engañaba a los ciudadanos con compromisos inexistentes. Basta confirmar hoy las declaraciones de Muñoz Ledo con las que dio para justificar a Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, Fox y Calderón.

En este sentido, la victoria --de darse-- de Muñoz Ledo sólo confirmaría que somos un pueblo priísta.

 

-0-

 

EE. UU.: a 26 días de las elecciones. El temor de Joe Biden a un segundo debate con Donald Trump habla de la fragilidad de las encuestas. La polarización ideológica y de razas está fortaleciendo a Trump y está llevando a Biden a pactar alianzas con la “izquierda” de Sanders que sigue asustando a Wall Street. Y luego de que el The Washington Post y la progresista revista The New Yorker pidieron en editoriales formales el voto por Joe Biden, el The New York Times en un editorial también requirió el voto por el demócrata. Por tanto, toda la cobertura informativa de esas publicaciones lleva la parcialidad ideológica por Biden y contra Trump.

 

-0-

 

Política para dummies: La política es el antídoto de la memoria. ¿O al revés?

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

Canal YouTube: https://t.co/2cCgm1Sjgh

 

---30---

Contracolumna • CORRUPCIÓN, DEPORTE NACIONAL • GUEVARA, EJEMPLO DE IMPUNIDAD



JOSÉ MARTÍNEZ M.


La corrupción es el deporte nacional por excelencia. El que no lo crea que le pregunte a Ana Guevara.
La corrupción no tiene color ni partido tampoco es asunto de liberales o conservadores.
En México, donde quiera que ponga uno el dedo brota el pus de la corrupción. Eso sigue ocurriendo en el deporte.
Guevara, la otrora gloria nacional, escaló los peldaños de la política y se enriqueció a una velocidad impresionante. Más rápido que cuando competía en los escenarios olímpicos.
Su vida “ejemplar” como deportista contrasta con los señalamientos plagados de escándalos de corrupción y de fracasos deportivos por los malos resultados del deporte mexicano en las competencias internacionales.
De origen humilde, Guevara pasó de la pobreza a una vida de lujos, gracias a su fama de deportista, pero en el plano político su figura se ha opacado. Las autoridades investigan sus millonarias cuentas bancarias pero no se ha ejercido ninguna acción en su contra, hasta ahora.
La gran campeona de los 400 metros planos se retiró de los deportes de manera definitiva el 15 enero de 2008.
Dijo adiós en medio de un escándalo y se negó a participar en los juegos olímpicos de ese año por sus diferencias con el presidente de la Federación Mexicana de Atletismo, Mariano Lara.
En el pleito con Lara, la velocista recurrió al presidente Felipe Calderón para que interviniera y se castigara al responsable de la federación de atletismo.
Guevara quien apoyó la campaña presidencial de Calderón pretendía que se expulsara a Lara de por vida del deporte organizado por su presunta responsabilidad en actos de corrupción. Por instrucciones presidenciales el entonces titular de la Comisión Nacional del Deporte, el exfutbolista Carlos Hermosillo ordenó como castigo una suspensión de cuatro años al dirigente de atletismo.
Como Guevara no consumó su venganza le volteó la espalda al presidente Calderón y se fue a las filas del PRD.
Pronto encontró el cobijo de Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno de la Ciudad de México quien la designó como titular de la Coordinación de Cultura Deportiva, Física y de Salud.
El primer desacierto de Guevara fue ausentarse de sus responsabilidades como funcionaria para asistir como comentarista de ESPN a las Olimpiadas de Beiging.
Legisladores de la Asamblea de Representantes pidieron su destitución y Marcelo Ebrard la respaldó bajo el argumento de que Guevara solicitó un permiso sin goce de sueldo.
A partir de entonces la otrora “gloria” deportiva emprendió una carrera política marcada por el escándalo.
La deportista de “alto rendimiento” pasó a convertirse en una figura pública de la política con un oscuro manejo administrativo que la puso bajo la lupa de la Secretaría de la Función Pública.
Las auditorías de la SFP comprobaron que en el primer año de la gestión de Guevara en la Comisión Nacional del Deporte se cometió un daño patrimonial por más de 50 millones de pesos producto de pagos y gastos con facturas falsas.
En la auditoría se incluyen seis observaciones por costos “inflados” en los viáticos, pago de hospedajes y precios de transportación; pagos indebidos a entrenadores y numerosas irregularidades administrativas de adquisiciones.
Las autoridades hicieron público un informe sobre los malos manejos en la Conade, pero la respuesta de su titular Ana Guevara alegó su “presunción de inocencia” y la “violación” del debido proceso.
El informe impugnado fue calificado por Guevara como “alevoso” y para justificarse dijo que “todas” las dependencias del gobierno “tienen irregularidades”.
La Función Pública reprobó las cuentas que Guevara presentó al presidente López Obrador el 19 de febrero en Palacio Nacional al término de la conferencia matutina.
Cuando la titular de la SFP entregó a la Presidencia de la República los resultados de las auditorías a la Conade, el presidente Obrador se comprometió a castigar a los responsables, toda vez que se agotaran las investigaciones.
Y como dicta el refrán: Lo que empieza mal, acaba peor.
Pese a su palmarés deportivo, Ana Guevara no reunía el perfil profesional para encargarse de las responsabilidades deportivas en el gobierno de la Cuarta Transformación. Para dirigir el organismo había un requisito indispensable: el titular de la Conade debería contar con un grado mínimo de licenciatura, pero la campeona de los 400 metros planos con dificultades había terminado la preparatoria. Nunca se distinguió por tener buenas calificaciones. Lo suyo no era estudiar, era correr y pegar brincos. Así se ganaba la vida.
Guevara es señalada de desviar recursos para el Fideicomiso para el Alto Rendimiento. Deportistas de alto nivel han denunciado a la sonorense por retrasar los pagos de las becas y de hacer un mal uso de los recursos para los viajes de los atletas, como lo denunció en su momento la subcampeona mundial de clavados de altura, Adriana Jiménez.

Bajo el padrinazgo de Marcelo Ebrard pasó de ocupar un cargo de tercer nivel como encargada del área deportiva del gobierno de la Ciudad de México a candidata a jefa delegacional en la demarcación de Miguel Hidalgo pero perdió las elecciones de 2009.
Tres años después obtuvo el cargo de senadora de la república por representación proporcional para el periodo 2012-2018.
El día que asumió su cargo como legisladora de la Cámara Alta no tenía ni la más remota idea de dónde quedaba la sede del Senado de la República. Llegó a San Lázaro con un séquito de ayudantes y ninguno sabía qué hacer. Los empleados del lugar le indicaron cómo llegar al edificio del Paseo de la Reforma para poder cumplir con su toma de protesta y pasar a ocupar su escaño. Fue sencillamente ridículo.
Su paso por esa representación fue improductiva y burocrática. No obstante su mal desempeño legislativo fue impulsada por el Partido del Trabajo para incorporarla como diputada federal en las elecciones de 2018, ocupando el cargo solo por unos meses (septiembre a diciembre de ese año), para renunciar y aceptar la designación como titular de la Conade por invitación del presidente Obrador.
La impericia de Guevara como administradora mantiene en un estado de desastre a la comisión responsable del deporte. Hasta ahora no hay una explicación del por qué se gastó mucho antes del tiempo programado el presupuesto de los 2 mil 718 millones de pesos asignados para las tareas de esa institución.
Los diputados han exigido la comparecencia de la titular de la Conade pero ésta se ha negado a presentar un informe.
El Órgano Interno de Control de la Conade ha presentado ante la Función Pública todas las inconsistencias y desvíos por más de 50 millones de pesos del presupuesto.
El subsecretario de Combate a la Impunidad de la SFP, Luis Gutiérrez Reyes solicitó a la Comisión Nacional Bancaria se informe acerca de los movimientos financieros, hipotecas, giros y cuentas de los funcionarios investigados para aclarar la “evolución patrimonial” de los mencionados en las indagatorias.
En tanto en la Fiscalía General de la República se encuentran radicadas varias investigaciones por denuncias interpuestas por empresarios veracruzanos de la compañía Cocinas Industriales Multifuncionales de Calidad bajo señalamientos de extorsión por alrededor de 17 millones de pesos de un contrato con la Conade.
A los señalamientos en su contra, la respuesta de Guevara ha sido contundente:
“Me vale madre lo que digan y estoy tranquila conmigo misma y mi responsabilidad es trabajar, así que lo que me digan, me vale madre”.
De algo sirve seguir a ciegas a su amigo el presidente Obrador.