Carlos Ramírez
Desde el rectorado de Guillermo Soberón Acevedo impuesto en 1973
desde Los Pinos para liquidar en una
operación porril la propuesta radical
del rector Pablo González Casanova, las escuelas y facultades de la UNAM han
sido botín de grupos de poder
internos. Los rectores flotan entre
las complicidades y la corrupción y carecen
de hilos de control para imponer reformas.
La sucesión en curso de director en la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la UNAM --que fue considerada semillero del pensamiento político del Estado priísta-- está revelando la descomposición educativa,
de grupos de poder y de reparto de botín en ese centro educativo, sin que el apático --para decir lo menos-- rector
Enrique Graue Wiechers tenga la intención de regular los conflictos.
Cada una de las especialidades de la facultad está dominada por grupos de académicos cerrados:
--Comunicación está controlada
por cuatro grupos: Lourdes Romero (jubilada), Rafael Reséndiz (jubilado),
Guillermina Bahena y Carola García Calderón, directora interina y candidata a
directora formal.
--Centro de Estudios Políticos: Fernando Pérez Correa,
subsecretario de Gobernación con Manuel Bartlett
Díaz, y los seguidores del grupo del fallecido Carlos Sirvent, siempre asesor
priísta. Pero ahí prevalecen los grupos de José Woldenberg, David Pantoja y Jacqueline Peschard (quien ya
comprometió su voto a cambio de una plaza para su hija).
Sociología: el control lo tiene la familia Castañeda-Angélica Cuéllar
Vázquez (candidata a directora)-Chávez, con relaciones con el viejo PRD que
tuvo posiciones de poder en la Delegación Tlalpan con el impresentable Salvador
Martínez de la Roca El Pino, Carlos Imaz, Luis Gómez y Claudia
Sheinbaum.
--Relaciones Internacionales: lo controla la familia académica Roberto Peña-Alejandro Chanona.
--Administración Pública: La familia
Uvalle desde hace 25 años y ahora su esposa la doctora Aguilera.
La FCPyS de la UNAM debiera ser el centro del debate de la crisis del pensamiento político, pero sus
producciones han caído en calidad y están ajenas a la realidad. Los grupos que
dominan las especialidades controlan
plazas, accesos, labores académicas adicionales que generan pagos. Un
dato: el grupo que controla Administración Pública acaparó el 85% de los exámenes profesionales en 1996-2000, lo que
significa pagos adicionales sólo a
cómplices.
Los debates sobre
crisis ideológicas y nuevas corrientes de pensamiento político no pasan por la Facultad de la mayor
universidad de México, pues la disciplina interna y el sometimiento al control
administrativo de familias de poder deciden contenidos y líneas de
investigación.
Las diversas especialidades académicas en la Facultad siguen
debatiendo escenarios anteriores a
la caída del Muro de Berlín, los egresados ya no encuentran espacios en el sector público por su bajo nivel
educativo y su lugar en el Estado lo ocupan egresados de universidades privadas. La crisis política 1968-2018u
no ha pasado por el pensamiento
académico de la Facultad. El gran tema de actualidad que es el feminismo careció de espacio en la Facultad y
grupos de mujeres tomaron sus
espacios y cerraron actividades por meses, en medio de denuncias graves --hasta ahora sin estridencia mediática-- de
acosos y violaciones sexuales en los espacios educativos.
Ante la pasividad
cómoda del recto Graue, la Facultad cambiará director en función de la disputa
o acuerdo de los grupos de poder que la controlan.
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28 días para elecciones
en EE. UU. Mal que bien, el incidente de la
infección del presidente Trump le subió
las expectativas en las encuestas, mientras en esas horas Biden-Harris se
desdibujaron sin aprovechar la oportunidad. En comparación de encuestas, en
estas mismas fechas hace cuatro años Hillary Clinton tenía una cómoda ventaja.
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Política para dummies:
La política debiera ser la reflexión crítica en la academia donde se forman las
futuras conciencias del poder.
@carlosramirezh
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