martes, 2 de junio de 2020

El retorno de la maestra Nostra


José Martínez M.

Quienes no creen en los cuentos de hadas, se van a sorprender. La Maestra les puede confirmar que sí existen. En su aislamiento social conoció el amor de nuevo. Y se unió a un príncipe casi 40 años menor que ella. Un miembro de su equipo de abogados, que en una postal aparece sonriente, feliz de la vida abrazando al presidente Obrador. Eso demuestra que entre las leyendas y la realidad hay solo un paso. Y como en la Cenicienta y la Bella Durmiente, el cuento de La Maestra concluye con la moral cínica de que las ventajas personales no serán suficientes sin las conexiones adecuadas.

A sus 75 años Elba Esther Gordillo sigue siendo una mujer audaz. Pretende regresar a dirigir el sindicato de los maestros. Tiene todo a su favor: cuenta con el respaldo del presidente Obrador, con el que está a partir de un piñón. Las malas maniobras sindicales para ella son “pelillos a la mar”.

Todos sabemos que la pertenencia y afinidad con la cuarta transformación (todo lo que esa cosa signifique) “purifica” por el simple hecho de seguir los pasos del gurú.

Cuando Obrador lanzó su agradecimiento a las “benditas redes sociales”, en realidad se trató de un mensaje dedicado a La Maestra por el apoyo invaluable a su triunfo electoral. Por eso, lo primero que hizo el tabasqueño como presidente electo fue negociar con Peña Nieto la libertad de La Maestra, como ocurrió un mes después de las elecciones del 2018. Gracias a la varita mágica del tabasqueño, Gordillo fue liberada y absuelta de los cargos en su contra. Fue indiciada por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

Gordillo quien permaneció en prisión por cinco años cinco meses y once días tejió desde su reclusión un entramado político junto con su “compañero de lucha” Rafael Ochoa, su yerno Fernando González Sánchez y su nieto René Fujiwara para apoyar la campaña presidencial del candidato de Morena con las famosas Redes Sociales Progresistas. Aunque La Maestra contaba con el pleno control de apenas ocho de los 61 secciones sindicales que componen al SNTE, aportó un ejército de más de 20 mil profesores investidos de gendarmes electorales para promover y vigilar las urnas.

Desde prisión La Maestra operaba dando instrucciones vía telefónica y electrónica. Había convertido a la cárcel en su oficina. Recibía visitas las 24 horas del día. Bueno eso de “cárcel” es un decir, Gordillo gozó todo el tiempo de privilegios y permaneció buena parte de su proceso en un hospital privado de la Ciudad de México. Un juez tuvo que intervenir para restringir las actividades políticas de La Maestra, quien incurrió en un abierto desacato a la suspensión de sus derechos políticos por estar sometida a un proceso penal.


La imagen que ilustra este texto muestra a La Maestra y su pareja sentimental Luis Lagunas. Obrador y Luis Lagunas quien contendió en las pasadas elecciones para diputado por el Partido Encuentro Social.

Con Obrador pactó echar abajo la reforma educativa impulsada por Peña Nieto. Según él, “todo el proceso en contra de la educación pública, gratuita y de calidad comenzó con Salinas; siendo Zedillo secretario de Educación, se reformó el Artículo 3 para que la educación fuese obligatoria, gratuita, solo en el nivel básico, y se empezó a poner al mercado la educación en el nivel medio superior y en el nivel superior”. Pero el presidente Obrador olvida que La Maestra fue una de las artífices de esos cambios.

Pero como a Obrador todo lo que suma a su favor merece borrón y cuenta nueva. Ahora, La Maestra que antes fue señala por él mismo como una impresentable, reaparece como una “redentora”, como una apóstol de la educación.

A través de su yerno, La Maestra mantenía un trato amistoso con Obrador y su equipo de campaña. A cambio de su apoyo se le prometió un olvido de agravios. Así, después de haber mantenido un control férreo del magisterio por un lapso de 23 años (de abril de 1989 a febrero de 2013), con métodos gansteriles de puños de acero y manos de seda, al estilo de la mafia, La Maestra con una personalidad renovada ha dado los pasos para entronarse de nuevo como la guía moral vitalicia de los maestros.

Su pretensión la ha hecho pública. En política jamás se ha andado con rodeos. Es de esas mujeres bragadas que le gusta llamar a las cosas por su nombre: al pan pan y al vino vino.  

Lo dijo con todas sus letras en el Segundo Encuentro Nacional de Jóvenes de las redes de la agrupación Maestros por México (MxM): “Voy a regresar a dirigir el Sindicato Nacional de Maestros”.

Obrador la tiene contemplada en su plan de transformación.

Los morenistas ven a La Maestra como un “pilar” fundamental del proyecto “revolucionario” de la cuarta transformación.

La Maestra, como se sabe, no cuenta con una formación académica que respalde su profesión, inició su largo andar en el magisterio como una simple alfabetizadora, y fogueada en las malas maniobras sindicales como una Maestra de la seducción perversa y de la violencia manifiesta. ¿Quién no se acuerda del crimen del profesor Misael Núñez Acosta? Donde ella aparece como una de las autoras intelectuales.

La Maestra es la esencia de la política mexicana. Seamos cínicos y no tengamos escrúpulos si queremos que las futuras generaciones sean como Elba Esther Gordillo. Apelemos a la necesaria conciencia colectiva y a comprender algo tan elemental, digamos no a toda esa gente completamente destructora.