jueves, 16 de julio de 2020

Sólo raspones a Peña; presidentes siguen como estabilidad del régimen


Carlos Ramírez

 

El caso del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, podría terminar en un circo que ni siquiera pudiera servir para los propósitos de Morena para las elecciones de junio del 2021. Al final, como en las buenas novelas policiacas, habrá muchos culpables, pero ningún condenado.

El punto central radica en el expresidente Enrique Peña Nieto y la corrupción usada para financiar su campaña presidencial del 2012 y para acumular riquezas con negocios avalados desde Los Pinos. Pero los presidentes sólo pueden ser acusados de traición a la patria y delitos graves de orden común y la corrupción no alcanza.

Pero hay otro dato más importante: las campañas presidenciales, los presidentes en turno y los expresidentes forman parte de la institución presidencial y ésta, mal que bien, con todas las sospechas y hasta pruebas, son inimputables por razones de seguridad política del Estado: la presidencia y sus titulares son garantes de la estabilidad del régimen priísta vigente.

Un presidente o expresidente en la cárcel implicaría el desmoronamiento, ahora sí, del régimen, aunque con los riesgos implícitos en la ausencia de un régimen de relevo. La fuerza de la presidencia de López Obrador, sólo comparable con la de Obregón, Elías Calles y Díaz Ordaz, no aguantaría un juicio judicial o por corrupción contra un expresidente de la república. Por eso Fox nunca pudo juzgar a Echeverría por Tlatelolco, un asunto mucho más grave que la compra de votos para la aprobación de una ley.

Y ahí se localiza otro problema: todos los presidentes de la republica y gobernadores (el caso de Jaime Bonilla Valdez en Baja California es un ejemplo) se han visto en la necesidad de comprar votos para aprobar leyes que les interesan, y a veces no sólo con dinero en efectivo sino con escalafones de poder. Algunos políticos presuntamente incluidos en la lista de Lozoya ya están acumulando casos similares para apilar decenas de expedientes similares.

Lo de las grabaciones serán un circo. De tenerlas, el gobierno actual las va a dosificar a su interés. El presidente Zedillo tuvo en sus manos grabaciones de Carlos Ahumada y otras que le hicieron en Cuba en las que confesó a quiénes había sobornado, pero esas pruebas fueron desaparecidas, escondidas o quemadas porque implicarían, también, el desmoronamiento del régimen.

En la realidad, el caso Lozoya pasará a los anales de los corruptos purificados; en los procesos legales, Lozoya aparece como el corrupto mayor, un señalamiento que ya manchó de por vida y más allá a toda su familia: por decisión propia, aunque por complicidades por el poder, Lozoya fue un factor corruptor para lograr los votos de aprobación de la reforma energética. La delación de cómplices no lo exonerará de sus propias culpas morales y éticas.

Pero nadie está descubriendo el hilo negro. El 12 de mayo de 1990, como parte del eje neoliberal del proyecto de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa de ley para privatizar la banca que se había expropiado para el Estado el 1 de septiembre de 1982. Lo significativo del caso que muchos diputados priistas y de oposición que votaron por la expropiación en 1982 también lo hicieron por la privatización, algunos ya sin estar del PRI en 1990 y otros hoy en el PRD y hasta en Morena, casi todos a cambio de dinero.

La purificación de políticos corruptos realizada en la actual administración es el indicio del destino de Lozoya Austin. Por lo tanto, la lucha contra la corrupción no ha servido, ni servirá, como mecanismo de destrucción del viejo régimen para la edificación de uno nuevo. Y lo grave es que muchos corruptos del viejo régimen siguen en activo en el gobierno actual, sin preocuparse por limpiar sus biografías.

Así que nadie verá tras las rejas a Peña Nieto ni a Luis Videgaray por el factor de impunidad de régimen.

 

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PIB. Quiérase o no, el PIB será el eje fundamental de la crisis mexicana. Ya va en -10% y seguirá bajando para quedar en alrededor -14%. Y la capacidad de reactivación en 2021 estará limitada por el nulo apoyo gubernamental a sectores para la reactivación. Por eso algunos inversionistas están evaluando una recesión con PIB negativo para 2020, 2021 y 2022.

Política para dummies: La política es el arte de atravesar pantanos con alas inmaculadas, porque la política es el pantano.

 

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Contracolumna UN MUSSOLINI EN PALACIO CARTA DE INTELECTUALES


JOSÉ MARTÍNEZ M.


¿De veras Presidente usted admira a Mussolini?
Una pregunta: ¿Por qué tanto odio a los intelectuales?
Usted dice que es “humanista” pero presenta los rasgos de un fascista.
Como usted que admira, sin rubor, a uno de los más aborrecibles asesinos en la historia de la humanidad, en México se han dado casos de recalcitrantes ultraderechistas que han profesado su admiración por Hitler. Vaya, hasta el célebre José Vasconcelos era uno de ellos.

Pero jamás ningún Presidente había rendido culto a un asesino.

Mussolini acabó con la democracia italiana con reformas a las leyes para desmantelar el estado liberal e implantar un régimen fascista. Impuso la pena de muerte, disolvió los partidos políticos y cerró a los periódicos. Y si eso no fuera suficiente recurrió inmisericordemente al usó de armas químicas contra sus enemigos dentro y fuera de su país.
Usted ha dejado en claro su admiración por Benito Mussolini al que califica como “un gran dirigente” con “dimensión mundial”. 

Ver enlace (https://ciudadanospormexico.org/amlo-llama-a-benito-mussol…/)

Ha pasado más de un siglo desde el último levantamiento armado contra un dictador que se perpetuó en el poder. Nuestra transición hacia la democracia ha costado cientos de miles de vida. Con sus asegunes, México ha vivido un largo periodo de paz social, con algunos lapsos de irrupción por la carencia de justicia y la impunidad. Pero ningún Presidente se ha comportado como usted. Sembrando odio y dividiendo al país. Por esa razón, sobre usted llueven lo mismo críticas que alabanzas. Para su desgracia están pesando más las primeras.
Por esa simple razón ha llegado el momento de decir basta.
Sus atrocidades están conduciendo al país a una de sus mayores catástrofes sociales, económicas y políticas. La crisis sanitaria derivada del Covid -19 y la violencia con sus masacres a lo largo y ancho del país, son una muestra de la ingobernabilidad que padece el país. Y no olvidemos tampoco la crisis humanitaria de los migrantes.
Nunca antes hubo un Presidente que se declarara enemigo de la cultura y de la ciencia –a cuyos sectores ha castigado con el presupuesto público–.
Usted es un galimatías político. Un amasijo de contradicciones ideológicas. No habla de forma clara. Es evidente la permanente confusión de sus ideas. Generalmente tiene expresiones sin sentido y cuando se le cuestiona muchas de sus respuestas son incoherentes.
Dogmático y sectario, usted se asume en el bando de los “liberales”, pero tampoco le gusta ser encajonado en la “izquierda”, por lo tanto usted dice que es un político “humanista” pero nunca ha definido qué significa tal enunciado, tanto filosófico como político.
Usted ha propuesto una “cuarta transformación” para cambiar el antiguo régimen. Tiene razón, hace falta una refundación del país, pero se ha equivocado de estrategia.
Usted es un enemigo de la transparencia y de la rendición de cuentas. Los mexicanos estamos hartos de la corrupción y de la impunidad. Pero su gobierno está igual o peor que los anteriores.
Usted no escucha, impone. Es el primero en romper la disciplina del gobierno. No respeta la autonomía de las instituciones. Arroja la piedra y esconde la mano. Ofende y luego recula. Dice y se contradice.
Busca erigirse en el “guardián” de las elecciones. Se apoya en las fuerzas armadas a las que usted ofendió como nadie antes más lo hizo. Criticó a los empresarios y los acusó de ser la Mafia del Poder. Ahora se apoya en ellos como sus “consejeros”. El duopolio Televisa-Tv Azteca son pilares de su gobierno y los favorece con la mayor parte del gasto publicitario del gobierno.
Usted que tanto habla de historia y que se siente un filósofo de la vida, debería leer a los griegos. Uno de ellos, de los llamados siete sabios, Pitaco de Mitilene, decía. “Si quieres conocer a un hombre, cúbrelo de poder. El poder no corrompe; desenmascara”.
Usted es un manipulador que juega con la esperanza de la gente. Desgraciadamente la ignorancia es uno de los mayores males de nuestro país. El analfabetismo político es tremendo. Lo vemos constantemente ahora en las redes sociales, la nueva plaza pública donde se expresa la opinión pública.
Afortunadamente la sociedad civil ha ido emergiendo en los últimos años mientras los partidos políticos se van haciendo chiquitos. La partidocracia es un ejemplo de ello.
Ahora han surgido organizaciones ciudadanas en reemplazo de los partidos. Así como también su gobierno está creando grupos de choque como los falangistas en la dictadura de Franco en España.
Usted que tanto admira a Mussolini sabe muy bien que Hitler pensaba que el Tercer Reich iba a durar mil años. Para fortuna de la humanidad no ocurrió así.
La “cuarta transformación”, según usted, es un proyecto de largo aliento. Vaya, ni los tecnócratas con Salinas pudieron cumplir sus sueños de establecer un proyecto neoliberal de 30 años.
Es por esta razón que suscribo la carta de los intelectuales que proponen construir un contrapeso ciudadano y de partidos de oposición al gobierno autoritario que usted encabeza.
Espero que la sociedad civil, los ciudadanos comunes, se sumen a esta lucha en defensa de la democracia.
Los mexicanos no queremos un Mussolini en Palacio.
Ya abundaremos sobre los intelectuales y su relación con la cuarta transformación.


miércoles, 15 de julio de 2020

Replanteamiento de la estrategia de seguridad; cárteles rechazan abrazos


Carlos Ramírez

 

El decreto presidencial del 11 de mayo para enviar a las fuerzas armadas a labores de seguridad pública en grado de seguridad interior inició una serie de ajustes-desajustes y modificaciones circunstanciales de la estrategia gubernamental de “abrazos, no balazos” ante las ofensivas de grupos delictivos contra posiciones del Estado.

No se trata de modificar la estrategia de no-persecución de capos, pero sí de iniciativas contra organizaciones y jefes criminales que se han negado a ajustarse a las condiciones de pacificación virtual. La estrategia gubernamental de paz se ha encontrado con el principal problema criminal: las bandas no pueden quedarse quietas, la disputa por territorios carece de voluntades y cada organización está esperando que otra u otras bajen intensidad a sus actividades para ocupar esos territorios.

Lo que la estrategia de seguridad no ha podido usar como variable no dependiente es que las bandas, por razones de sus actividades, viven una permanente guerra de posiciones propia de la economía suma cero (Lester Thurow): lo que pierde un grupo lo gana, casi en automático, otro. Y la estrategia no ha podido, sin contaminarse, lograr un acuerdo no formal ni pactado de las organizaciones criminales para disminuir la violencia para bajar la respuesta autoritaria del Estado.

Los sobresaltos a la estrategia de seguridad han sido varios:

--El decreto del 11 de mayo para enviar militares a seguridad pública.

--El arresto de los padres de José Antonio Yépez El Marro y las amenazas del capo de usar terrorismo contra el Estado.

--La Operación Python de los EE UU para perseguir al jefe del Cartel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho, aún dentro de territorio mexicano.

--El encuentro y saludo del presidente López Obrador con la mamá de El Chapo Guzmán en territorio del Cártel de Sinaloa.

--El atentado brutal contra el secretario de Seguridad del gobierno de CDMX en la capital de la república y las amenazas posteriores contra otros altos funcionarios del gobierno de López Obrador, cruzando la línea de violencia de resistencia a la de violencia de ofensiva contra el Estado.

--El ambiente en la reunión AMLO-Trump respecto a los temas de seguridad que las autoridades de ambos países han intensificado para obligar a México a dejar la defensiva y pasar a la ofensiva contra los cárteles.

--Algunas técnicas de la guerrilla que han comenzado a usar algunos cárteles en su escalada de violencia.

--La presencia en México de agentes de inteligencia y seguridad nacional de los EE UU como parte de la Operación Python y las presiones a México para arrestar y extraditar a Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo y nieto de María Consuelo Loera Pérez.

--El retraso en la capacitación de policías locales por desidia o interés negativo de gobernadores y alcaldes por algunas economías estatales y municipales que viven del dinero del narco.

--Y la visita del presidente López Obrador, esta semana, a tres de los principales, hoy, entidades corroídas por el crimen, el narco y los cárteles: Guanajuato, Jalisco y Colima.

--La controversia constitucional presentada en la suprema Corte por la oposición en la Cámara de Diputados para bloquear, por enésima ocasión, el uso de las fuerzas armadas en labores de seguridad interior en zonas territoriales de la soberanía del Estado hoy en poder de grupos criminales. Al retirar por orden de la Corte a fuerzas armadas de zonas del narco, los grupos criminales habrán ganado la batalla jurídica de seguridad contra el crimen organizado. Las policías locales y la Guardia Nacional carecen hoy de capacidad de fuego y entrenamiento para responder a la fuerza violenta y criminal de los cárteles. Las fuerzas armadas estarán en seguridad pública en grado de seguridad interior hasta que la Guardia Nacional sea ya una fuerza armadas capaz de enfrentar la violencia criminal.

--Y el retraso en la construcción de un Sistema Nacional de Inteligencia que dote al Estado de la capacidad de percepción del grado de cooptación criminal de instituciones y funcionarios del Estado.

La lista, aún incompleta, de escenarios conflictivos apenas dibuja la guerra de posiciones de los grupos criminales para acotar al Estado y quedarse con manos libres en el control criminal de zonas territoriales de la soberanía del Estado.

 

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martes, 14 de julio de 2020

Sin programa emergente de apoyos a empresas no habrá PIB en 2021-2024


Carlos Ramírez

 

Si el 2020 es ya insalvable del efecto recesivo del frenón económico de dos meses y el PIB oscilara entre -12% a -14%, comparable sólo con el -14% de 1932 de la gran depresión, la posibilidad de que el 2021 pueda lograrse un PIB positivo de 0% a 2% depende de un programa emergente de reactivación económica con apoyos fiscales, crediticios y directos a la planta productiva y el empleo.

Pero como el gobierno federal ha decidido no rescatar ni reactivar la economía, entonces la salida de la crisis se pospondrá hasta 2023 o 2024. Sin apoyo económico, la reactivación de las empresas pasará antes por una reestructuración salvaje de cierre de plantas y despidos de trabajadores y el subempleo no alcanzará a generar actividad económica.

Las cifras son contundentes:

--Tomando 2018 como base 100 del PIB, el crecimiento ofrecido por el gobierno federal de 2% en 2019 y 2% en 2020 llevaría el índice a 104% en 2020.

--Pero como oficialmente el PIB de 2019 fue de -0.1% y el de 2020 sería, en el mejor de los casos, de -10%, entonces el índice real de PIB al terminar 2020 sería de 89.9.

--Creciendo a una nueva meta oficial de 2.5% anual de 2021 a 2024, los cuatro años que faltan del sexenio, el índice de PIB al terminar 2024 sería de 99.2. Esto quiere decir que en el primer trimestre de 2025 se tendría el PIB igual al que se tenía en 2018, por lo tanto, sería un sexenio perdido porque sería un sexenio de crecimiento económico real anual de 0%, cifra igual al del sexenio de Miguel de la Madrid que tuvo dos caídas del PIB: -3.5% en 1983 y -3.1% en 1986. El PIB de 1989 fue igual al de 1982.

--Para cumplir con el compromiso del presidente López Obrador de un crecimiento promedio anual del PIB de 4% en sus seis años de gobierno, entonces el PIB de 2021 a 2024 tendría que crecer 7% anual, cifra imposible.

--El problema del PIB radica en que tiene un techo estabilizador: no puede crecer más de 2.5% porque generaría cuellos de botella inflacionarios y por lo tanto devaluatorios. En consecuencia, una tasa promedio de PIB de 2% a partir de 2021 recuperaría el PIB de 2018 hasta 2025.

El otro problema radica en la capacidad de la planta productiva de reactivar su ritmo de crecimiento en el corto plazo. SI el crack de la bolsa de Nueva York llevó al PIB mexicano a un hoyo recesivo de -14%, en 1933 se puso en marcha todo el apoyo del Estado para reactivar la economía y el PIB de 1933 --obvio: sobre la cifra de 1932-- fue de 10.5%positivo.

En México no existe hoy ningún programa emergente de reactivación económica que haga que el Estado apoye a las empresas y a los salarios --por tres vías: fiscal, crediticia y directa--; el gobierno federal, además, ha anunciado que no habrá condonaciones fiscales, ni apoyos crediticios, ni ayudas salariales para salvar a las empresas, entonces la planta productiva y el empleo por mismas no podrán reactivar la economía.

El costo de un programa emergente de reactivación económica implicaría la decisión de romper con el compromiso neoliberal de estabilidad macroeconómica basada en déficit presupuestal de 0% a -2%, cero endeudamientos públicos, ninguna concesión fiscal. Sin embargo, las autoridades de Hacienda tienen instrucciones presidenciales estrictas de no romper por ninguna razón la estabilidad macroeconómica heredada del viejo neoliberalismo.

Además de las cifras negativas del PIB, otros dos indicadores sociales van a completar el panorama de una gravísima crisis social del régimen: el desempleo formal e informal y el aumento de la pobreza con indicios de hambruna en zonas abandonadas de la geografía nacional y expresiones de falta de alimentación en los cinturones de miseria de las ciudades. Millones de mexicanos perdieron su empleo y no encontraron apoyos gubernamentales para resistir la pandemia.

La última expectativa depende del Tratado de Comercio Libre puesto en marcha en su fase 2.0 el 1 de julio, pero con la circunstancia agravante de que muchas cadenas productivas mexicanas se rompieron y no hay empresas de relevo

El dilema económico de la pandemia fue salvar las finanzas públicas o ayudar la mitad del país que sobrevive con apoyos del Estado. Y se resolvió a favor de la estabilidad macroeconómica neoliberal.

 

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Contracolumna • GATELL Y SU ESTRATEGIA CRIMINAL • OBRADOR Y EL MUNDO DEL REVÉS


JOSÉ MARTÍNEZ M.

México es el único país en el mundo donde los responsables de la catástrofe sanitaria son felicitados por el Presidente como si fueran unos héroes. El de la cuarta transformación es el mundo del revés.
Que podíamos esperar de un mandatario que justifica y defiende a los narcos porque él considera que “también son pueblo”. No importa que la violencia hasta ahora haya dejado más de 55 mil crímenes en lo que va de su gobierno.
Lo mismo ocurre con la corrupción de sus colaboradores, a los que defiende por ser supuestamente “víctimas” de “campañas sucias” de los “conservadores”.
México es, pues, el paraíso de la impunidad.
Pobre México.
No tenemos un Presidente tenemos un alcahuete.
Alcahuete es el que encubre y el que alaba, el que pretende obtener un beneficio.
Es lamentable que Gatell –el “científico de moda” – se deje manejar como una marioneta, como un muñeco de trapo por un político sin escrúpulos como es Obrador.
En cualquier otro país Gatell ya estaría tras las rejas. Es el principal corresponsable de la crisis sanitaria.
Gatell es como el borracho al que invitan agarrar la fiesta y que luego se justifica: “si ya saben cómo me pongo para que me invitan”.
Gatell es la versión 2.0 de la pandemia.
En 2009 Gatell incurrió en los mismos errores cuando estalló en México la gripe A (H1N1) cuando él estaba enfrente de aquella crisis como director general adjunto de Epidemiología en la Secretaría de Salud.
Su irresponsabilidad, lo llevó en aquella ocasión a no cumplir con las mínimas normas de salud pública que costaron la vida de más de mil personas y más de 70 mil contagiados con el virus de la influenza, en ese año a nivel global se registraron cerca de 61 millones de casos y alrededor de 600 mil personas murieron en el mundo a causa de la infección.
Ahora la responsabilidad de Gatell es mucho más grave. Durante cuatro meses negó la importancia del uso de las mascarillas y no aplicó las pruebas de Covid -19 por razones de “austeridad” y negligencia.
Tuvo la desfachatez y la falta de ética de considerar a Obrador como “una fuerza moral” … “el Presidente no es una fuerza de contagio” 


 y todavía de manera criminal él y el Conejo General de Salud propusieron la aplicación de una guía bioética para decidir sobre la vida de las personas al “seleccionar” a los enfermos de Covid dando preferencia a los jóvenes. 




Se trata de acciones meramente criminales.
Todo lo demás ya lo sabemos: manipulación de cifras verdaderas de fallecidos y contagiados malamente llamados “subregistros”, falta de previsión y una pésima estrategia donde el Presidente fue el primero en romper la disciplina del gobierno y el principal promotor de la politización de la pandemia.
En el mundo, países pobres y ricos, a diferencia de México, la crisis sanitaria tuvo consecuencias políticas, en muchos casos.
En Francia se abrió una Comisión encabezada por el fiscal general francés, François Molins, para juzgar los crímenes y delitos de miembros del gobierno sobre la gestión de la crisis del coronavirus contra. Los señalados son: Edouard Philippe, ex primer ministro; y Olivier Véran y Agnès Buzyn, todos ellos integrantes del gobierno del presidente Emmanuel Macron.
En México el presidente Obrador protege a Gatell pese a las evidencias en su contra.
En la Contracolumna hemos abordado el aspecto legal para que Gatell sea sometido a juicio político por su responsabilidad criminal en el manejo de la pandemia. Pero el presidente Obrador lo encubre y lo respalda, pues ambos comparten la misma responsabilidad.
El problema mayor de México es la impunidad.
Obrador cree que a él solamente lo puede juzgar la historia. Los cambios recientes a la Constitución le han retirado la inmunidad y puede y debe ser llevado a juicio político por romper la disciplina interna del gobierno en el manejo de la pandemia desde el momento mismo en que tomó la crisis sanitaria como un “chacoteo” al presumir su “protección” con estampas religiosas.
Existen las condiciones para someter al presidente Obrador y a Gatell a un juicio político por el manejo irresponsable ante la pandemia, debido a que su gobierno ha jugado con la vida.
La guía bioética atenta contra el derecho elemental de la preservación de la vida.
Es violatoria del Artículo 1, Constitucional de los derechos humanos.
Es violatoria del derecho a la Salud, previsto en el Artículo 4, Constitucional.
El Triaje, al decidir a quién no le ponen el aparato Respirador u otro que pueda salvar la vida, incurre en probable responsabilidad penal con sus agravantes.
Desde luego que procede el Amparo plenamente. Y hay incluso precedentes en este tema.
Da lugar a denuncias penalmente a quien resulte responsable desde el Consejo de Salubridad General que preside el Presidente y de quienes votaron a favor y para quien lo ordenó publicar y aplicar en lo general y en lo particular.
Primero se puede abrir un proceso nacional, igual contra cada funcionario que incurra en corrupción, violación de garantía y del Estado de derecho.
Aun cuando Obrador dispone del manto protector del Congreso donde predomina y manda la mayoría de Morena para evitar un juicio político, queda la posibilidad de exigir la revocación de su mandato de acuerdo a las últimas reformas constitucionales conforme a lo establecido en los artículos 35, 36, 41, 73, 81, 83, 99, 116 y 122 de la Constitución con el propósito de que la ciudadanía tenga instrumentos legales, para decir, al término de la mitad de su gobierno, si el Presidente, algún gobernador o un alcalde puedan seguir en sus cargos.
Lo importante es de acuerdo a las modificaciones que se hicieron a la propuesta original es que ni el jefe del Ejecutivo ni el Congreso podrán solicitar la revocación, derecho que solo los ciudadanos podrán hacer valer a través del INE. Para tal efecto solo se requiere el 2% de los electores para ser convocada una consulta ciudadana y entonces sí en una consulta nacional votar sobre su permanencia o la revocación de su mandato.
Es por eso que Obrador ve al INE como un “enemigo”. El INE con el respaldo ciudadano pueden poner un hasta aquí al Presidente.
Es suficiente con una petición suscrita por 2 millones de ciudadanos al INE para actuar. El asunto es cuestión de saber encauzar la indignación de la gente ante un Presidente pequeño al que le quedó muy grande el cargo.

lunes, 13 de julio de 2020

Contracolumna ¿ALGUIEN CONFÍA EN LA PALABRA DEL PRESIDENTE? UN PAÍS DE LUTO POR LAS VÍCTIMAS DE LA PANDEMIA


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Oficialmente el número de fallecidos por la pandemia en México asciende a 35 mil pero en las actas del registro civil de todo el país el número de víctimas mortales supera las 55 mil. Este es el resultado de la estrategia criminal del doctor Hugo López Gatell, quien pretende lavarse las manos.
–“Es Inútil, buscar responsables por la pandemia”, dice Gatell.

El 23 de abril públicamente sentenció que “a lo mucho” habrá entre 6 mil y 8 mil muertos. Seis días después desde Palacio Nacional el presidente Obrador lanzó un mensaje triunfalista: “se aplanó la curva”.
La expresión se convirtió en la comidilla de las redes sociales (trending topic, o tendencia, le llaman en twitter). Brotaron los memes como los hongos en temporada de lluvias en el campo.

Como Gatell, el presidente Obrador también busca lavarse las manos: “El confinamiento es responsabilidad personal”.

¿Y las políticas públicas?

Jurídicamente Gatell y Obrador deberían ser sometidos a un juicio político y fincarles responsabilidades administrativas y penales.
Lo malo es que México no rige un Estado de Derecho. El mismo Obrador asumió la responsabilidad cuando dijo: “No dejen de salir. Yo les voy a decir cuando salgan”.
El Congreso tiene las facultades para llamar a cuentas al doctor Gatell, lo mismo al Presidente de la República. El problema es que los legisladores de Morena actúan como la tapadera de las atrocidades del presidente y su subalterno.
Ajeno, en su zona de confort, el secretario de Salud Jorge Alcocer Varela, se deslinda del macabro escenario que enluta al país.

No se puede dejar hacer y dejar pasar. Si alguien ha cumplido con su responsabilidad ante la opinión pública, son los medios de comunicación. Esa prensa que el presidente califica de conservadora y a los que ha ubicado burdamente en la trinchera de sus “enemigos”, porque el tabasqueño es de piel sensible e intolerante a la crítica.
Aún a estas alturas de la pandemia, el presidente Obrador no comprende la dificultad y la magnitud de la crisis sanitaria. Se actuó con lentitud y falta de inteligencia.
El propio Obrador politizó la crisis sanitaria. Ahora, él y Gatell le avientan la “papa caliente” a los gobernadores y alcaldes.
Y uno se pregunta: ¿Y cuál es la responsabilidad de la máxima autoridad sanitaria circunscrita en el Consejo General de Salud?

¿Quién o quiénes van a responder por los resultados del manejo criminal de la crisis sanitaria?

Durante buena parte de su vida Obrador se dedicó a confrontar al Establishment. Empeñó su palabra en cuestionar el poder. Su perseverancia le rindió frutos.
Instalado en Palacio Nacional comenzó a mostrar el músculo de su poder en medio de un ambiente de crispación. Apeló a la fuerza electoral pero llegado el momento de rendir cuentas por los resultados de la mayor crisis sanitaria en la historia del país, la palabra del presidente esta devaluada, no hay credibilidad ni confianza en su liderazgo.
Ni el presidente ni el secretario de Salud ni el vocero de la pandemia han puesto un pie en algún hospital. A regañadientes han usado el cubrebocas.
No hay manera de justificar tanta irresponsabilidad, pero Obrador en uno de sus mensajes salió a “ponderar” las cifras. “Tenemos más muertos que España e Italia porque somos un país con una población mayor”.
¿Y?
A estas alturas de la crisis sanitaria ¿habrá alguien que confié en la palabra de Gatell o del Presidente?

¿Obrador y Gatell sabrán acaso el valor de la palabra?

Lo expreso de la siguiente manera:

El hombre es sólo la palabra, no es otra cosa; el hombre no es un ser que piensa, que siente, que padece dolor, que goza alegrías, que viaja, que conoce; No, el hombre es un ser que habla, la única distancia frente a la especie zoológica es la voz, la palabra; y hay que ver, en este lamentable país, cómo lo único en lo que no se hace énfasis es en la palabra, precisamente. De ahí que tengamos que soportar tanto al político analfabeta como al político sagaz y cínico que no habla, vomita ruidos, vacíos, desde el Presidente de la República, o el candidato de las masas proletarias hasta el encargado del archivo de alguna oficina pública; vomitar el mismo cretinismo, la misma vaciedad de modo constante.
La palabra, cuando es usada con propiedad, con respeto, con devoción, con cierto santo temor, es como un bisturí que abre el espíritu y lo muestra; es como asomarse a la ventana del castillo y ver el valle mojado por la lluvia y salir el sol.
Por el contrario, salvo honrosas excepciones, los políticos nos han demostrado que son la especie inferior del hombre; primero, no se puede pensar a gritos, y el político no habla, grita, vocifera, ladra; segundo, no se puede gobernar con la verdad.
El político es el que a sabiendas propone lo menos como si fuera más, pero a sabiendas de que es lo menos lo que está proponiendo. El político es el hombre del engaño, de la falacia, es además una especie de bruto sumamente hábil, que no ama a nadie y que tiene como oficio convencer a todos de que los ama profundamente.
Es, verdaderamente al revés, casi demoníaco, de la especie humana superior. El político es, ante todo, un hombre de poder, nada más. Se puede estar dando una batalla tremenda para llegar al poder, si no lo gana no es político; el político es el hombre de el poder, en el poder; el político sin poder es tan ridículo como un escritor sin ideas, o sin pluma, como una bailarina contrahecha o inmensamente gorda.

Fracaso de Inversión Extranjera con TCL; no respetan Estado de derecho


Carlos Ramírez

 

Ante la caída de las inversiones mexicanas por el desdén hacia los empresarios no afines, la expectativa en la visita presidencial a Washington giró hacia la Inversión Extranjera Directa (IED). Sin embargo, la principal exigencia de inversionistas extranjeros no tuvo respuesta: el respeto al Estado de derecho.

En la cena con inversionistas ocurrió un suceso que se ha difundido poco. Gretchen Walkins, presidente de Shell, y Jeffrey Martín, director de Sempra Energy, le dijeron al presidente López Obrador que deseaban invertir en México como parte del Tratado, pero que necesitaban confianza y certidumbre jurídica, algo de lo que ya había polemizado el embajador de los EE. UU. en México, Christopher Landau. El presidente mexicano dijo que él lo vería y le pidió al canciller Marcelo Ebrard y al asesor Alfonso Romo que atendieran el asunto.

Pero en la mesa también estaba Don Dignes, presidente de Cabot Oil & Gas, quien comentó en voz alta que el presidente mexicano dijera si había o no Estado de derecho, pero la respuesta fue un silencio tenso. Lo menos que quieren los inversionistas es que el presidente de México se involucre en persona en la garantía del Estado de derecho, porque distorsionan el papel de las instituciones y las leyes y canalizan las decisiones al presidencialismo centralista.

Pero el problema afecta no sólo a las empresas extranjeras que invierten en México, sino en las empresas mexicanas que no encuentran condiciones en México por el intervencionismo gubernamental y de funcionarios, la corrupción y el cambio sorpresivo de reglas y han preferido ir a invertir a otros países. Las cifras son contundentes de 2006 a 2019 la inversión mexicana que ha salido a invertir a otros países sumó 42,709 millones de dólares, alrededor de un billón de pesos en total, porque en México se carece del Estado de derecho para garantizar funcionamiento productivo. Sólo en 2019 salieron capitales mexicanos a invertir a otros países por 10,228 millones de dólares, algo así como 250,000 millones de pesos, el 0.4% del presupuesto de egresos de la federación de ese año o el 31% de la IED que ingresó en ese mismo año.

Para 2020 la IED caerá debido a la pandemia, a los problemas jurídicos de algunas empresas extranjeras, a la marcha atrás a apertura de sectores a la IED y con la falta de seguridad jurídica que señaló el embajador Landau y que conoció en directo el presidente López Obrador en su gira a Washington.

En un análisis de las cifras de IED en los años del TCL, el investigador Arnulfo R. Gómez concluyó que en el 2019 México quedó en el bajo lugar 19 como destino preferido y el porcentaje de captación descendió 2.14%. La razón es “consecuencia de la imposibilidad de lograr una integración comercial y productiva con sus socios, pues ninguno de los otros objetivos (del TCL) se alcanzó, ya que no hubo una estrategia que permitiera aprovechar las ventajas comparativas, lo que se tradujo en decreciente competitividad, por lo que México perdió atractivo para los inversionistas extranjeros”.

La crisis de la IED en México no sólo se percibe en las cifras y sectores de interés, sino en el hecho de que por falta de estrategias y políticas han salido del país más de 900 maquiladoras y se fueron a Asia.

En cifras consolidadas, la crisis de la IED en México se percibe con claridad en dos temas resaltados por Arnulfo R. Gómez:

--Como consecuencia de los retrocesos económicos de México durante la vigencia del TLCAN y particularmente a partir de 2001 en que entraron, además, en vigor los TCL con otros 54 países y los APPRIS con 33 países, México cayó de la posición 8 en la economía mundial a la 15, el valor agregado nacional en las exportaciones disminuyó de 59% a 37% y el PIB per cápita bajó del lugar 42 al 72.

--En las cifras, México tuvo mejor posición con la IED sin Tratado que con Tratado. De 1980 a 1993 la participación de México en la captación del IED fue de 2.37% y sin TCL ni APPRIS, en tanto que en los años del TCL 1994-2019 esa participación bajó a 2.12%.

Después de la Cumbre de Washington México debe decidir si necesita o no a la IED.

 

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Política para dummies: La política es la facilitación de la economía para responder a las demandas sociales que el Estado por sí solo no puede satisfacer.

 

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