JOSÉ MARTÍNEZ M.
¿De veras Presidente usted admira a Mussolini?
Una pregunta: ¿Por qué tanto odio a los intelectuales?
Usted dice que es “humanista” pero presenta los rasgos de un fascista.
Como usted que admira, sin rubor, a uno de los más aborrecibles
asesinos en la historia de la humanidad, en México se han dado casos de
recalcitrantes ultraderechistas que han profesado su admiración por
Hitler. Vaya, hasta el célebre José Vasconcelos era uno de ellos.
Pero jamás ningún Presidente había rendido culto a un asesino.
Mussolini acabó con la democracia italiana con reformas a las leyes
para desmantelar el estado liberal e implantar un régimen fascista.
Impuso la pena de muerte, disolvió los partidos políticos y cerró a los
periódicos. Y si eso no fuera suficiente recurrió inmisericordemente al
usó de armas químicas contra sus enemigos dentro y fuera de su país.
Usted ha dejado en claro su admiración por Benito Mussolini al que
califica como “un gran dirigente” con “dimensión mundial”.
Ver enlace (https://ciudadanospormexico.org/amlo-llama-a-benito-mussol…/)
Ha pasado más de un siglo desde el último levantamiento armado contra
un dictador que se perpetuó en el poder. Nuestra transición hacia la
democracia ha costado cientos de miles de vida. Con sus asegunes, México
ha vivido un largo periodo de paz social, con algunos lapsos de
irrupción por la carencia de justicia y la impunidad. Pero ningún
Presidente se ha comportado como usted. Sembrando odio y dividiendo al
país. Por esa razón, sobre usted llueven lo mismo críticas que
alabanzas. Para su desgracia están pesando más las primeras.
Por esa simple razón ha llegado el momento de decir basta.
Sus atrocidades están conduciendo al país a una de sus mayores
catástrofes sociales, económicas y políticas. La crisis sanitaria
derivada del Covid -19 y la violencia con sus masacres a lo largo y
ancho del país, son una muestra de la ingobernabilidad que padece el
país. Y no olvidemos tampoco la crisis humanitaria de los migrantes.
Nunca antes hubo un Presidente que se declarara enemigo de la cultura y
de la ciencia –a cuyos sectores ha castigado con el presupuesto
público–.
Usted es un galimatías político. Un amasijo de
contradicciones ideológicas. No habla de forma clara. Es evidente la
permanente confusión de sus ideas. Generalmente tiene expresiones sin
sentido y cuando se le cuestiona muchas de sus respuestas son
incoherentes.
Dogmático y sectario, usted se asume en el bando de
los “liberales”, pero tampoco le gusta ser encajonado en la “izquierda”,
por lo tanto usted dice que es un político “humanista” pero nunca ha
definido qué significa tal enunciado, tanto filosófico como político.
Usted ha propuesto una “cuarta transformación” para cambiar el antiguo
régimen. Tiene razón, hace falta una refundación del país, pero se ha
equivocado de estrategia.
Usted es un enemigo de la transparencia y
de la rendición de cuentas. Los mexicanos estamos hartos de la
corrupción y de la impunidad. Pero su gobierno está igual o peor que los
anteriores.
Usted no escucha, impone. Es el primero en romper la
disciplina del gobierno. No respeta la autonomía de las instituciones.
Arroja la piedra y esconde la mano. Ofende y luego recula. Dice y se
contradice.
Busca erigirse en el “guardián” de las elecciones. Se
apoya en las fuerzas armadas a las que usted ofendió como nadie antes
más lo hizo. Criticó a los empresarios y los acusó de ser la Mafia del
Poder. Ahora se apoya en ellos como sus “consejeros”. El duopolio
Televisa-Tv Azteca son pilares de su gobierno y los favorece con la
mayor parte del gasto publicitario del gobierno.
Usted que tanto
habla de historia y que se siente un filósofo de la vida, debería leer a
los griegos. Uno de ellos, de los llamados siete sabios, Pitaco de
Mitilene, decía. “Si quieres conocer a un hombre, cúbrelo de poder. El
poder no corrompe; desenmascara”.
Usted es un manipulador que juega
con la esperanza de la gente. Desgraciadamente la ignorancia es uno de
los mayores males de nuestro país. El analfabetismo político es
tremendo. Lo vemos constantemente ahora en las redes sociales, la nueva
plaza pública donde se expresa la opinión pública.
Afortunadamente
la sociedad civil ha ido emergiendo en los últimos años mientras los
partidos políticos se van haciendo chiquitos. La partidocracia es un
ejemplo de ello.
Ahora han surgido organizaciones ciudadanas en
reemplazo de los partidos. Así como también su gobierno está creando
grupos de choque como los falangistas en la dictadura de Franco en
España.
Usted que tanto admira a Mussolini sabe muy bien que Hitler
pensaba que el Tercer Reich iba a durar mil años. Para fortuna de la
humanidad no ocurrió así.
La “cuarta transformación”, según usted,
es un proyecto de largo aliento. Vaya, ni los tecnócratas con Salinas
pudieron cumplir sus sueños de establecer un proyecto neoliberal de 30
años.
Es por esta razón que suscribo la carta de los intelectuales
que proponen construir un contrapeso ciudadano y de partidos de
oposición al gobierno autoritario que usted encabeza.
Espero que la sociedad civil, los ciudadanos comunes, se sumen a esta lucha en defensa de la democracia.
Los mexicanos no queremos un Mussolini en Palacio.
Ya abundaremos sobre los intelectuales y su relación con la cuarta transformación.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarExcelente desplegado, completamente lleno de verdades, mis felicitaciones a todos los intelectuales que alzan la voz por el bien de México.
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