viernes, 24 de julio de 2020

El IFE-INE, creación de Salinas para cuidar sistema/régimen/Estado del PRI


 

Carlos Ramírez

 

A pesar de que una de las responsables de seleccionar a los nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral afirmó que este organismo había sido producto de un grito de “ya basta” de la sociedad, en realidad, el IFE-INE fue una creación magistral del presidente Carlos Salinas de Gortari para transitar de una Comisión Federal Electoral a un organismo manejado por una élite intelectual vinculada al Grupo (A)Nexos.

La sociedad mayoritaria dejó pasar el fraude de 1988. Pero Salinas se vio presionado por la globalización del Tratado y cedió a medias en dos organismos semi autónomos: la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el IFE. La clave del funcionamiento fue hacerlos depender de los hilos centrales del Estado autoritario priísta y creó dos oficinas en apariencia autónomas, pero en los hechos garantes del funcionamiento del sistema-PRI… aún sin el PRI.

El primer consejo ciudadano del IFE no fue ciudadano. Su presidente fue José Woldenberg, un representante del Grupo (A)Nexos entonces orgánico a Salinas. La coartada de Woldenberg fue su militancia en las dos derivaciones del viejo Partido Comunista, el PSUM y el PMS. Sin embargo, pertenecía a la izquierda institucional atada al modelo ideológico del PRI. Ahí, en el acuerdo Salinas-Nexos está el huevo de la serpiente del hoy INE.

De Woldenberg a Lorenzo Córdova Vianello se ha creado un cruce de intereses de élites, de grupos de poder que atravesaron los valores del PRI, del PAN y del PRD, los tres partidos funcionales al sistema-PRI: construir una democracia procedimental que deje en manos del Estado (priísta) los mecanismos electorales. A diferencia de otros Estados que son cuerpos plurales, en México el Estado fue, es y será priísta en tanto no se reconstruyan el sistema político y el régimen de gobierno.

En la designación de los últimos cuatro consejeros electorales la sociedad se distrajo con el mecanismo de nominación y votación, pero quedó ajena a la estructura de funcionamiento del INE como guardián supranacional del régimen priísta. El funcionamiento del Institución gira en torno a un consejo general designado por los partidos para vigilar… a los partidos. Sólo en países de democracia autoritaria los partidos se vigilan y complacen a mismos. Los nuevos cuatro consejeros llegan como cuotas a Morena como partido mayoritario.

El INE se ha convertido en un organismo autoritario, con reglamentos que se imponen sobre la Constitución; varios periodistas estuvieron a punto de ser encarcelados por ejercer la libertad de expresión y, según Córdova, violar reglamentos operativos. El absurdo fue destruido por el Tribunal Electoral que tumbó sanciones y castigos porque Córdova estaba coartando la libertad de opinión.

El mecanismo de consejo general votado por partidos y la presencia de partidos en ese mismo consejo exhiben el absurdo de la democracia mexicana que se acota a sí misma. Mientras los partidos voten consejeros y a la vez tengan asientos en el consejo general, la democracia mexicana será una pantomima por el hecho de que consejeros y consejo general están limitados de manera directa por los partidos.

Una verdadera transformación electoral implicaba la reforma total del INE, la desaparición de los consejeros electorales no sólo por caros y elitistas en sus ingresos y privilegios, sino porque constituyen un filtro al ejercicio de la verdadera democracia. La genialidad política del presidente Salinas de Gortari vendió un IFE controlado por el gobierno y Zedillo sólo sacó a Gobernación de la presidencia de ese IFE como negociación para que los partidos de oposición aprobaran su programa anticrisis con aumento de 50% del IVA, pero dejo el control de Estado.

En los hechos, el INE no es autónomo. Córdova tuvo que pactar su designación. El consejero presidente Luis Carlos Ugalde fue impuesto por la maestra Elba Esther Gordillo en acuerdo con Calderón y el PAN. Leonardo Valdés Zurita fue pactado con el PRD de Los Chuchos ya atados al PRI. Cada consejero que ha tenido el IFE-INE trae compromisos con algún partido.

El tema electoral real es otro: el IFE-INE es una estructura salinista para perpetuar el modelo político de sistema-PRI del Estado, aunque el PRI llegue a desaparecer.

 

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Política para dummies: La política es la habilidad para vender por democracia lo que impide la democracia.

 

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miércoles, 22 de julio de 2020

Contra la deriva intelectual y en defensa de la democracia (real)

 


Carlos Ramírez

 

En la lista de los abajofirmantes del desplegado “Contra la deriva autoritaria…” del jueves 16 de julio hay de todo. No son los mismos intereses los de Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda que los de Enrique Krauze y Gabriel Zaid, para confrontar los extremos.

Y no se trata sólo de calidad moral --que debiera bastar para depurar la lista-- respecto a relaciones con el poder, sino de aportaciones a la democracia. Camín y Castañeda fueron los principales colaboracionistas con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, salido del colapso de la democracia en julio de 1988, y su cercanía al poder durante todo el sexenio.

En cambio, Zaid viene de una de las más importantes luchas intelectuales contra el Estado autoritario priísta vigente: sus textos en Excelsior y sobre todo en la revista Plural enfurecieron al presidente Echeverría, sobre todo un ensayo que debe ser releído en la hora actual: El dieciocho brumario de Luis Echeverría. Sus textos recogidos en La economía presidencial destrozaron con ideas y razonamientos económicos el populismo de entonces. En El progreso improductivo delineó un nuevo modelo de desarrollo real. Y en Cómo leer en bicicleta viene la mejor recopilación de la relación perversa de Echeverría con los intelectuales.

Krauze, a su vez, ha hecho más por la democracia con sus ensayos que firmando desplegados con Camín. Su obra metió a debate la democratización no priísta: El timón y la tormenta, Por una democracia sin adjetivos desenmascaró las reformas priístas avaladas por Camín y Castañeda, El mesías tropical, entre muchos, abrieron el debate sobre la democracia real, no la transicionista del PRI y sus adláteres como Castañeda y Camín.

En cambio, Camín ha escrito ensayos funcionales a la corriente modernizadora neoliberal salinista: Después del milagro (1989) anunció la reforma económica salinista liquidando la Revolución Mexicana y muchos años más tarde elaboró con Castañeda dos libros de campaña presidencial: Un futuro para México y Regreso al futuro. Como funcionario, Camín tuvo el cacicazgo en el Centro de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia para armar ahí, con recursos públicos, una mafia intelectual que sigue vigente en Nexos. Su papel salinista fue tan intenso que a su comunidad se le llamó Grupo (A)Nexos.

Castañeda fue canciller de Fox tres años y renunció porque no lo tomaron en cuenta para la sucesión presidencial del 2006. Su obra intelectual no ha fijado temas de debate. Salido del Partido Comunista Mexicano, se asumió como renegado y no un hereje, en el modelo de Isaac Deutscher. Hábil para la intriga intelectual, tampoco genera confianza por sus vaivenes ideológicos.

En la lista de abajofirmantes del desplegado del 16 de julio hay exfuncionarios como Jesús Reyes Heroles, Julio Frenk y Antonio Lazcano Araujo, que fueron desdeñados por la 4T y ahora aparecen firmando pronunciamientos junto con otros con motivaciones ajenas la democracia, sino que refieren más bien su exclusión del Estado o un pensamiento burocrático institucional de viejo régimen.

En cambio, académicos con Roger Bartra, Francisco Valdés Ugalde y la prestigiada politóloga Soledad Loaeza nada tienen que hacer junto a Camín y Castañeda. Firma también el desplegado Guillermo Sheridan, uno de los articulistas más críticos del populismo y autor de uno de los libros pioneros de la crítica humorística al poder: El dedo de oro, donde aparece una burla memorable a Fidel Velázquez.

Y aparece, ahora autoinvestido como intelectual, José Woldenberg, el comunista que colaboró con Salinas para construir el Instituto Federal Electoral como una coartada democrática que no soltó el poder de Gobernación porque el IFE autónomo lo consolidó Zedillo. Woldenberg fue escogido como consejero de manera directa por Salinas para justificar la pluralidad ideológica que en el INE nunca brilló. El IFE-INE hoy como es el guardián del régimen priísta, sea del PRI, del PAN y ahora de Morena.

 

 

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El hoyo. Las estimaciones negativas del PIB para 2020 están alcanzando ya dos dígitos, sin que haya --peor: ni va a haber-- ningún programa de apoyo a la reactivación. La confianza empresarial sigue disminuyendo. Y las estimaciones de un rebote productivo ya se pasaron a 2022 o 2023. Por lo tanto, la recuperación de los niveles productivos de 2018 tardará quizá diez años en lograrse y treinta en superarse.

Política para dummies: La política bien entendida se mide por la autoridad moral.

 

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Contracolumna LA DISPUTA DE LOS INTELECTUALES * OBRADOR Y SU CERRAZÓN POLÍTICA



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Si los políticos son huérfanos por naturaleza, los intelectuales son hijos malcriados del poder.
Los intelectuales y el poder ahora libran un choque de intereses y visiones. Lo malo es que los intelectuales no tienen frente así a un interlocutor. Mucho antes del inicio de su mandato Obrador rompió con los intelectuales. Para empezar el tabasqueño no está a la altura de los reclamos del país. Su conducta como respuesta es un intercambio de monólogos, un collage de ocurrencias y de datos falsos. Sus prejuicios lo llevan a actuar con sordera en vez del diálogo y la cortesía.
La esencia de la disputa está en el control de las elecciones. Del órgano electoral y en la violación constitucional de la sobre-representación en el Congreso.
El simple hecho de tratar de erigirse en el “guardián” del inminente proceso electoral ha generado el debate.
No obstante, la confrontación de los intelectuales y el poder ha sido permanente. Al menos en México en los últimos años ha sido un tema de la agenda política, aunque el asunto ha estado presente en todas las etapas de nuestra historia como nación. Ahora ha recobrado interés debido al autoritarismo presidencial por atentar contra la pluralidad.
Ahora las críticas contra los intelectuales se dan en el sentido de que su protesta se debe a la pérdida de canonjías y prebendas. Hay algo de cierto en el fondo, pero no se puede generalizar en este punto.
Lo cierto es que durante décadas los intelectuales fueron acostumbrados a ser los consentidos del poder. El Estado actuaba como un falso mecenas y permitía ciertas prerrogativas.
Acostumbrados al peternalismo, algunos intelectuales ahora ven al gobierno como un padre autoritario, cuando Obrador actúa a rajatabla y se confronta con ellos al juzgarlos como representantes del neoliberalismo.
¿Qué hace el poder con los intelectuales? Y ¿Qué hacen los intelectuales con el poder?
Desde La República de Platón, los filósofos –como ahora los intelectuales– se han ocupado de qué cosa hacen o deben hacer los intelectuales en la sociedad.
Es obvio el malestar de los intelectuales con el gobierno de Obrador. Sobra decir las decisiones erróneas que se han tomado en muchos ámbitos, una de ellas, por ejemplo, es el gran fracaso de la “estrategia” gubernamental frente a la pandemia, que de haber sido bien implementada pudo evitar la tragedia que estamos padeciendo. En la agenda están también temas ambientales que son auténticos planes de destrucción como el tren maya y la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.
Lo malo es que algunos intelectuales actúan como grupo, y se asumen, por decir lo menos, como una clase aparte. Es indudable que existen otros intelectuales con autoridad moral que ajenos a los dogmatismos y juegan un papel preponderante en la cultura y la academia.
Muchos intelectuales se consolidaron como grupos a partir de la década de los ochenta con el desembarco de los tecnócratas en el poder, una corriente de intelectuales que apostó por sumarse abiertamente a su proyecto político.
En esa etapa muchos tránsfugas de la academia tomaron por asalto los medios de comunicación. Comenzaron a ocupar importantes espacios en los medios masivos de comunicación, con mesas de análisis y debate, conducción de noticieros y ocupando cargos en la burocracia política. Incluso llegaron a tener el control de las instituciones culturales.
Tiempo atrás los intelectuales –muchos de ellos escritores– se asumieron como “La Mafia” de la cultura. Encabezados por Fernando Benítez fueron aliados del viejo régimen del que recibían canonjías y prebendas, como cargos diplomáticos, asesorías en las altas esferas de la élite política, o elaborando discursos o presidiendo instituciones.
En el cardenismo los intelectuales desempeñaron un papel relevante, muchos de ellos expresaron de manera abierta su simpatía y filiación por el régimen del general Lázaro Cárdenas.
A partir de la política indigenista se asumieron ideas y anhelos de equidad y justicia de la Revolución. El antropólogo Manuel Gamio fue uno de los principales intelectuales del cardenismo, así dio paso a sus obras “Hacia un México nuevo” y “Forjando Patria”, por poner unos ejemplos.
Está claro que el intelectual no puede permanecer expectante, un no-político, que no significa apolítico ni politófobo, como piensa Obrador de los intelectuales a los que considera reaccionarios, al calificarlos de “conservadores”.
El desplegado publicado en el periódico Reforma bajo el título “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia”, suscrito por una treintena de personajes de diferentes ámbitos es importante porque se suma a otros documentos provenientes del mismo círculo cercano al gobierno de Obrador, como las cartas de Cuauhtémoc Cárdenas y el propio Porfirio Muñoz Ledo donde hacen recomendaciones de política económica.
En la carta de ahora ni están todos los que son ni son todos los que están. Hay una diáspora de los intelectuales. Pero quienes firman ese documento se asumen como una masa crítica, aunque hay algunos que han sacado la pancarta y que lanzan consignas como las desaparecidas huestes corporativas del “atraca matraca”.
Sin embargo, hay una fuerte corriente de ciudadanos en coincidencia con la demanda que plantean en su escrito los intelectuales ante un gobierno que actúa de manera facciosa e intolerante, buscando cerrar los espacios a la pluralidad en aras de un falso dogmatismo.
Obrador quisiera que los intelectuales se condujeran como siervos del poder, pero ahora sus fervientes críticos se rebelan y se proclaman independientes y llaman a conformar un bloque opositor para democratizar el Congreso.
Bueno, eso es otra cosa, en la que ya abundaremos en este espacio.


Los intelectuales y el Estado como el ogro no-filantrópico


Carlos Ramírez

 

La reforma salinista del Estado autónomo ha sido completada por el presidente López Obrador al retirar subsidios directos e indirectos a sectores sociales no productivos cuya actividad de crítica en la superestructura cultural-política requiere de apoyos públicos. En este punto se localiza el conflicto intelectuales-gobierno.

El sentido figurado de Mario Vargas Llosa en 1991 al señalar al Estado mexicano como la “dictadura perfecta” radicaba en el hecho de que el Estado mexicano había logrado incluir en su seno a todos los sectores, sobre todo a sus acérrimos críticos como los escritores comunistas. A diferencia de la dictadura soviética que resolvía la disidencia con el Gulag, en México se usaban las becas y los estímulos y hasta las asesorías.

En este sentido, los intelectuales nunca han sido opositores, sino que se dividían entre los complacientes, los funcionarios, los disidentes y los autónomos, pero nunca hubo opositores reales de alternancia al sistema/régimen/Estado priísta. Octavio Paz definió al Ogro Filantrópico por su capacidad de integración estructural de sectores en los espacios visibles e invisibles del régimen y José Revueltas habló del Estado total y totalizador, no totalitario, cuya clave se localizaba en el control total de las relaciones sociales en el PRI.

El Estado de De la Madrid-Salinas fue definido en 1985 por el propio Salinas de Gortari como “Estado autónomo”, ajeno a los intereses y conciliaciones de las clases sociales, volcado sobre mismo. López Obrador dio otra vuelta de tuerca con el Estado centrado en las obras insignia en turno y a los sectores sociales específicos, no necesariamente los más pobres. En este sentido, la disputa de los intelectuales con el presidente López Obrador no es de proyecto de desarrollo, sino por la reorganización de los sectores aliados al Estado y por la redistribución de los fondos solidarios del Estado.

El desplegado de la disputa ha revelado una ruptura estructural entre el viejo y ya inexistente Estado totalizador y los sectores intelectuales, mediáticos, políticos y académicos que han sufrido merma en los fondos estatales para su funcionamiento. Más que crisis del Estado, en todo caso es la revelación de la estatalidad totalizadora del Estado populista priísta que subsidiaba a la disidencia intelectual, aprovechando o no los frutos de sus reflexiones. Y ese debate ha revelado la realidad de que la empresa privada nacional y los partidos de oposición han carecido de enfoques estratégicos para subsidiar la disidencia sistémica crítica.

En suma, se trataría desde gobierno, de la aplicación en sectores intelectuales del modelo de López Portillo de que “no pago (con fondos del Estado) para que me pegues”.

El Estado totalizador que denuncian hoy algunos intelectuales ya existía desde los tiempos de gloria del PRI, con casos ejemplares como el de Echeverría y el apoyo que tuvo de intelectuales como Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Ricardo Garibay y otros, como los que pululaban alrededor de Carlos Monsiváis, que nunca criticaron de frente al Estado totalizador.

Hacen bien los intelectuales en criticar (su función única: criticar), al presidente y al Estado y en acicatear a la oposición a alianzas estratégicas, pero hacen muy mal en eludir la respuesta presidencial y quejarse de intimidación cuando ellos comenzaron el debate.

La falta de subsidios estatales a la tarea intelectual ha visibilizado a intelectuales y críticos y los ha colocado en el escenario de disputar y debatir ideas y no reclamar subsidios estatales al pensamiento crítico. Sin el agobio de los subsidios académicos, hoy la crítica puede ser más libre que antes.

 

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Lozoya y el piano. La gran negociación de Emilio Lozoya Austin con la Fiscalía fue encontrar la forma de eludir uno de los protocolos más importantes de los procesos judiciales: el momento en el que el acusado tiene que tocar el piano, forma graciosa que señala cuando el delincuente imprime las huellas digitales en la ficha signalética e incluir las fotos de frente y de perfil ya con el número de preso. Los delincuentes políticos tratan de eludir ese proceso porque es una marca indeleble de por vida. Y hasta ahora Lozoya la ha evitado; es decir, es un delincuente anónimo.

Política para dummies: La política es el acto de debatir ideas en la plaza publica, no en el espacio privilegiado de los desplegados de abajofirmantes.

 

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lunes, 20 de julio de 2020

Los salinistas Aguilar Camín y Jorge Castañeda, sin calidad moral ni política


Carlos Ramírez

 

En una de las características que debieran tener los intelectuales, el poeta y ensayista Gabriel Zaid incluyó una infaltable: tener calidad moral. Los salinistas Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda contaminan, pervierten y restan calidad moral a las propuestas de los desplegados, entre ellos el del jueves 16 de julio.

Con habilidad propia de la tenebra intelectual en modo de asamblea de prepa universitaria, Aguilar Camín y el racista antiindigenista Castañeda aparecen --para colmo: por razón de apellido-- entre los primeros del desplegado “Contra la deriva autoritaria…” que propuso --ahora sí-- una BOA --Bloque Opositor Amplio-- para las elecciones legislativas federales de junio del 2021.

La presencia de Camín y Castañeda contaminó la buena voluntad de otros intelectuales --algunos de ellos ex funcionarios que probaron el veneno del poder-- en modo de activismo anti AMLO y de críticos de modelo político lopezobradorista, Los dos vienen --y el modelo de hoy es el mismo de entonces-- del Grupo San Angel de 1994 que quiso poner un presidente interino ante el “choque de trenes” en las presidenciales de ese año, afectadas por el alzamiento zapatista, los secuestros de empresarios y el asesinato del candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio.

Al fracasar en su intento de apoderarse en aquel año de una presidencia interina con un proyecto difuso de “transición a la democracia”, Castañeda se reunió en 1996 con el expresidente Carlos Salinas de Gortari en Irlanda y a su regreso a México planteó --¿consejo de Salinas?-- la renuncia del presidente Zedillo.

La relación de Aguilar Camín con Salinas fue ideológica, de proyecto de modernización, política, de amistad, de contratos sin control, de dinero en negro y de complicidades, así como de rupturas delatoras y, por qué no, de reconciliaciones porque donde hubo fuego, cenizas quedan.

Camín y Castañeda pervirtieron el sentido político del desplegado del jueves 16 de julio, porque muchos de sus otros firmantes han estado comprometidos en una lucha abierta y sin intereses turbios por la democracia. Castañeda fue canciller del gobierno de Fox, pero renunció cuando no vio posibilidades de ser candidato presidencial. De todos modos, anunció su precandidatura para las elecciones del 2006, pero se vio nada más apoyado por Camín y prefirió marcharse al extranjero.

El desplegado de los intelectuales provocó una carta y un mensaje en redes del presidente López Obrador, pero, como siempre, los intelectuales siguen leyendo al revés al presidente de la república. Lo acusaron de persecución, de temor ante temible la alianza opositora para 2021 y ¡de hacerles caso! Sin embargo, con malicia hasta perversa, López Obrador respondió en público al desplegado para jalar la atención social al documento y obligar a partidos y firmantes a un posicionamiento más serio que fue, obvio, negativo.

Si bien en la lista de firmantes existe un buen caudal de posibles candidatos a diputados federales, los partidos de oposición se están moviendo en escenarios de pactos de partido, sin dejarse seducir por nombres de figuras. Y todos ya marcaron su raya respecto a Camín y Castañeda por su altísimo grado de conflictividad personalista, toxicidad salinista y su tendencia a no terminar nada.

Con su desplegado y sus respuestas al presidente, los intelectuales están demostrando que pueden tener muchas ideas, pero saben nada de política práctica. No pueden lanzar una confrontación contra el presidente de la república y luego acusarlo de intimidación en su respuesta. Y no han entendido que López Obrador tiene un alto grado de malicia dentro de su dureza política.

En política no se deben confundir los tiempos y circunstancias. El desplegado fue redactado en el escenario del BOA denunciado también por el propio presidente de la república hace semanas. Los intelectuales probaron que sí existe el proyecto BOA, aunque en realidad no existe; así de juego de espejos y reflejos es la política práctica que no han entendido los intelectuales.

Es posible que el expresidente Salinas de Gortari sea ajeno al desplegado, pero la presencia de Castañeda deja muchas pistas para policías chinos. En 1994 Castañeda redactó y circuló un documento para instruir a la clase política sobre qué hacer cuando Zedillo perdiera y no tomara posesión de la presidencia. Ese documento existe y está en poder de algunos de los miembros del Grupo San Angel. Ahora Castañeda vuelve a las andadas.

El desplegado nació contaminado por infección del virus Camín-Castañeda.

 

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Política para dummies: La política no es una charla en una estética.

 

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domingo, 19 de julio de 2020

Contracolumna EL BURRO Y LAS COMPUTADORAS OBRADOR CRIMINALIZA A ESTUDIANTES


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Cualquiera puede cometer una estupidez pero cuando alguien las comete todos los días, eso ya es otra cosa.
No se puede hablar de la educación de nuestros jóvenes sino tenemos una visión de país. Y mucho menos, no se puede criminalizar a los universitarios que se preparan en las mejores universidades del extranjero.
El presidente Obrador no tiene ni la más remota idea de que la educación y un proyecto de nación van íntimamente de la mano.

Un presidente no puede expresarse como lo hace Obrador. Es una estupidez comparar a nuestros estudiantes que se preparan en el extranjero con mafiosos.
Para empezar, todos sabemos que Obrador fue un pésimo estudiante. Un fósil de la universidad con malas calificaciones, que tardó 14 años en concluir su carrera y que con chanchullos “acreditó” los idiomas (francés y portugués) para titularse. 

https://www.youtube.com/watch?v=DP6VvJxXzaM


Su resentimiento y su ceguera mental lo han llevado a menospreciar a los jóvenes talentosos que salen del país a continuar con sus estudios al extranjero, según él, los que “supuestamente tienen más conocimiento, son los que más daño le han hecho al país”. Para él, los jóvenes universitarios que cursan posgrados son como uno de los personajes de la célebre novela El Padrino de Mario Puzo.
No se puede ser tan ruin ni actuar con semejante bajeza.
Con dificultades cada año se gradúan mil 300 doctores en todas las disciplinas, el diez por ciento de ellos en educación y humanidades. Menos del dos por ciento de ellos lo hace en prestigiosas universidades del extranjero.
Ninguno de ellos son delincuentes como lo considera el presidente Obrador que prefiere otorgar becas a jóvenes que ni estudian ni trabajan, pero que él los ve como una cosecha de votos.

En los primeros meses de su gobierno, en su delirio Obrador apostó que iba a “convertir a México en una potencia económica”.

https://www.youtube.com/watch?v=06JoszvqYXY


De poco sirve un plan que diga a dónde quiero llegar como país sino tengo cómo ejecutarlo con las personas educadas para ello.
Pregunto: ¿Qué quiere ser México? ¿Qué queremos ser cómo país?
Un mandatario no puede hablar con falsedad e hipocresía y menos si no tiene la más mínima autoridad para hablar de educación.

En principio Obrador y los legisladores de Morena dieron marcha atrás a la reforma educativa. Luego, el tabasqueño se comprometió a crear cien universidades para ofrecer educación gratuita, pero resultó solo un montaje. Se trata de “escuelas patito” sin infraestructura, sin planes académicos definidos a las necesidades del país y sin ningún rigor académico ni para estudiantes ni maestros.
Pero según él, México no requiere de especialistas.
Vaya, esto si es más que preocupante.
En este momento hay alrededor de diez mil jóvenes mexicanos en diversas universidades del mundo, mientras China tiene un millón estudiando en el extranjero, la India más de 200 mil y Corea del Sur otro tanto.
Debemos comenzar por determinar cuál es la mejor educación que se debe ofrecer a la población de acuerdo con la estrategia de posicionamiento del país. Hay que ser realistas: eso implica tiempo, dinero y sacrificio.
Insisto: ¿Qué queremos ser como país? ¿Un país maquilador? ¿Ser potencias en turismo como Francia y España? ¿Un país productor de valor agregado? ¿Tenemos la decisión de fortalecer un tejido de pequeñas y medianas empresas integradas a la cadena de valor de las empresas dominantes? ¿Queremos un plan para apoyar a los más dinámicos y creativos emprendedores que ayuden a innovar al ecosistema corporativo?
¿Qué quiere ser México?
Dice Obrador que piensa convertir a México en una potencia.
¿Cuál es la estrategia?
Para empezar México enfrenta su mayor crisis económica del último siglo y no hay un plan de rescate.
Y pregunto nuevamente: ¿Hay algún plan para los próximos cincuenta años? ¿El Estado garantiza que todas las partes del sistema económico actúen con el mismo fin? ¿Cuántos graduados obtendremos, qué calidad deben tener, en qué? ¿Qué debemos enseñar? ¿Cómo? ¿Debemos invertir en primarias generales, en preparatorias orientadas a oficios, en terciarios técnicos y en universidades orientadas al mercado o en pequeñas escuelas superespecializadas? ¿Tenemos que mantener a nuestros estudiantes en campus enormes o podemos educarlos a distancia conformación presencial parcial, aprovechando las nuevas tecnologías? ¿Cuántos profesionales necesitamos, para qué, en qué?
Seamos realistas, no hay recursos para investigar y los doctorados son muy limitados. Los profesores en vez de investigar y publicar, solo enseñan, lo cual reduce la capacidad de actualizarse en sus especialidades.
Una estrategia de país implica alinear muchas decisiones individuales. Difícilmente el Estado puede ofrecer todo para todos –el Estado a final de cuentas, no lo es todo–, pero sí puede y debe ofrecer lo mejor para ubicar y promover a los más capacitados.
Hay mucho desfase entre nuestras instituciones educativas y la realidad. Hay un problema serio de interconexión entre el sistema educativo y las necesidades de crecimiento. No tenemos las suficientes incubadoras conectadas o dentro de las universidades –con excepción de algunas escuelas de negocios– para crear nuevas empresas.
Nuestra vinculación universidad-empresa todavía es incipiente. Nuestros profesores de las universidades, públicas y privadas, carecen de incentivos económicos para investigar y crear y la capacidad para generar patentes es exigua.

Sabrá acaso el presidente Obrador de la existencia del programa internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA que lleva a cabo la OCDE a nivel mundial para medir el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura.
Lamentablemente, el desempeño de México en la prueba PISA está por debajo del promedio mundial.
Sabrá acaso Obrado que solo el 24 por ciento de los egresados de preparatoria continúan algún estudio de grado.

Es triste que no exista un plan básico para estimular a los mejores estudiantes y a los mejores profesores, no hay becas ni acuerdos entre el Estado y las grandes empresas para los jóvenes egresados.

No se puede ser tan ruin ni criminalizar a los estudiantes que salen al extranjero a prepararse mejor cuando en su propio país se les niega el acceso a una mejor educación y preparación profesional.

Realmente el país está en manos verdaderamente criminales que estigmatizan a quienes representan el futuro de la nación.

Bien lo dijo Obrador: ¿Qué acaso Villa y Zapata necesitaban computadoras para hacer la Revolución o Madero o Juárez andaban perdiendo el tiempo en el Excel?

Apoyado por controversia de diputada Laura Rojas, el CNJG desafía al Estado


Carlos Ramírez

 

El Cártel Jalisco Nueva Generación, propaganda o no, ha pasado a una ofensiva audaz: mostrar su capacidad de fuerza como amenaza contra el Estado y la sociedad, justo cuando sigue latente la estrategia gubernamental de seguridad de no perseguir capos ni desarticular cárteles.

El video circulado el viernes en redes sólo exhibe vehículos, armas y efectivos criminales, pero no reta al Estado. Y si el Estado y el ejército todavía son muy superiores en legitimidad y fuerza para aplastar a cualquier grupo amenazante, de todos modos, el CJNG mandó un mensaje justo en el escenario de falta de apoyo político opositor al papel de las fuerzas armadas de contención de la amenaza de los cárteles.

El reto simbólico del CJNG con vehículos y armas muy menores a las que posee el ejército para defender la soberanía salió con el apoyo objetivo de la controversia constitucional de la diputada panista Laura Rojas para evitar el soporte de las fuerzas armadas a la seguridad pública en emergencia de seguridad interior y de seguridad nacional. El CJNG leyó la fractura del Estado como momento estratégico para alardear.

 El video apareció en el tiempo estratégico del decreto del 11 de mayo para enviar a las fuerzas armadas a colaborar en la lucha contra el crimen organizado/desorganizado y la decisión de la diputada panista y un grupo de legisladores para una controversia constitucional contra ese decreto.

Mientras los militares combaten al crimen organizado sin apoyo de la oposición legislativa, los grupos criminales organizan su fuerza de combate para confrontar al Estado y a sus fuerzas armadas y grupos de seguridad. En todo caso, el video del CJNG estableció el punto de conflicto del Estado con los grupos criminales. Y la oposición quiere sacar a los militares de la seguridad interior-nacional para entregarles las plazas territoriales a las bandas delictivas.

Por lo pronto, en el tiempo político del video del CJNG la ministra de la Corte Margarita Ríos Farjat admitió el trámite de impugnación del decreto del 11 de mayo interpuesto por el Ayuntamiento de Colima contra la presencia militar en apoyo de la seguridad, pero se negó a frenar el contenido del decreto. Lo paradójico es que Colima se encuentra en estos momentos como campo de batalla de grupos delictivos para apoderarse de la plaza y el cuerpo municipal quiere evitar que intervengan las fuerzas armadas para detener ese avance delictivo.  Colima, Guanajuato y Jalisco han sido rebasados por el crimen organizado.

El video del CJNG demostró que las fuerzas armadas son las únicas fuerzas de seguridad nacional con capacidad de organización y fuego para detener el avance de grupos criminales que cuentan sólo con cientos de vehículos de ataque y cientos de efectivos equipados con armas superiores a las de los policías y la Guardia Nacional. Pero nada más.

Lo de menos es que el CJNG tenga claro que no va a atacar al Estado, pero la capacidad de fuerza criminal sólo busca atemorizar a la población civil, inhibir a otros grupos delictivos y operar como garantías de poblaciones territoriales tomadas. El líder Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho, en caso de estar vivo y en plenitud de capacidad para manejar a sus fuerzas criminales, carece de pensamiento estratégico y sabe que perdería la batalla contra las fuerzas armadas del Estado federal. Sin embargo, con videos hace propaganda para consolidar su control sobre zonas territoriales del narcotráfico.

En todo caso, el Estado acumula evidencias de la audacia propagandística de los grupos criminales. El video como aviso de que habrá combates sangrientos contra el CJNG, el atentado contra el jefe de la policía de la capital de la república y las amenazas contra otros altos funcionarios mostraron el uso del terrorismo delictivo para intimidar al Estado. El video aparece después de la visita del presidente López Obrador a Jalisco y como respuesta del Cártel a la Operación Python del presidente Trump para cazar a El Mencho en México, pero podría reforzar la amenaza de Trump de catalogar al CJNG como organización terrorista.

En todo caso, el video y los desafíos del crimen organizado en operaciones de alto impacto social obliga al Estado a fortalecer su estrategia de seguridad nacional y lo debe llevar a apoyar con mayor vehemencia al ejército en las tareas ya no solo de seguridad pública (afectación al patrimonio de los ciudadanos), sino de seguridad interior (afectaciones a zonas territoriales y estructuras del Estado) y seguridad nacional por el acoso intervencionista de los EE UU a México por El Mencho.

El video fue un desafío del CJNG al Estado y sólo el ejército es capaz de encararlo y detenerlo. Por ello, la diputada panista debe de retirar su controversia en la Corte y ofrecerle una disculpa al ejército y a los mexicanos por ayudar objetivamente al crimen organizado.

 

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