lunes, 5 de octubre de 2020

Sucesión en Ciencias Políticas de la UNAM: corrupción y complicidades

 


 

Carlos Ramírez

 

Desde el rectorado de Guillermo Soberón Acevedo impuesto en 1973 desde Los Pinos para liquidar en una operación porril la propuesta radical del rector Pablo González Casanova, las escuelas y facultades de la UNAM han sido botín de grupos de poder internos. Los rectores flotan entre las complicidades y la corrupción y carecen de hilos de control para imponer reformas.

La sucesión en curso de director en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM --que fue considerada semillero del pensamiento político del Estado priísta-- está revelando la descomposición educativa, de grupos de poder y de reparto de botín en ese centro educativo, sin que el apático --para decir lo menos-- rector Enrique Graue Wiechers tenga la intención de regular los conflictos.

Cada una de las especialidades de la facultad está dominada por grupos de académicos cerrados:

--Comunicación está controlada por cuatro grupos: Lourdes Romero (jubilada), Rafael Reséndiz (jubilado), Guillermina Bahena y Carola García Calderón, directora interina y candidata a directora formal.

--Centro de Estudios Políticos: Fernando Pérez Correa, subsecretario de Gobernación con Manuel Bartlett Díaz, y los seguidores del grupo del fallecido Carlos Sirvent, siempre asesor priísta. Pero ahí prevalecen los grupos de José Woldenberg, David Pantoja y Jacqueline Peschard (quien ya comprometió su voto a cambio de una plaza para su hija).

Sociología: el control lo tiene la familia Castañeda-Angélica Cuéllar Vázquez (candidata a directora)-Chávez, con relaciones con el viejo PRD que tuvo posiciones de poder en la Delegación Tlalpan con el impresentable Salvador Martínez de la Roca El Pino, Carlos Imaz, Luis Gómez y Claudia Sheinbaum.

--Relaciones Internacionales: lo controla la familia académica Roberto Peña-Alejandro Chanona.

--Administración Pública: La familia Uvalle desde hace 25 años y ahora su esposa la doctora Aguilera.

La FCPyS de la UNAM debiera ser el centro del debate de la crisis del pensamiento político, pero sus producciones han caído en calidad y están ajenas a la realidad. Los grupos que dominan las especialidades controlan plazas, accesos, labores académicas adicionales que generan pagos. Un dato: el grupo que controla Administración Pública acaparó el 85% de los exámenes profesionales en 1996-2000, lo que significa pagos adicionales sólo a cómplices.

Los debates sobre crisis ideológicas y nuevas corrientes de pensamiento político no pasan por la Facultad de la mayor universidad de México, pues la disciplina interna y el sometimiento al control administrativo de familias de poder deciden contenidos y líneas de investigación.

Las diversas especialidades académicas en la Facultad siguen debatiendo escenarios anteriores a la caída del Muro de Berlín, los egresados ya no encuentran espacios en el sector público por su bajo nivel educativo y su lugar en el Estado lo ocupan egresados de universidades privadas. La crisis política 1968-2018u no ha pasado por el pensamiento académico de la Facultad. El gran tema de actualidad que es el feminismo careció de espacio en la Facultad y grupos de mujeres tomaron sus espacios y cerraron actividades por meses, en medio de denuncias graves --hasta ahora sin estridencia mediática-- de acosos y violaciones sexuales en los espacios educativos.

Ante la pasividad cómoda del recto Graue, la Facultad cambiará director en función de la disputa o acuerdo de los grupos de poder que la controlan.

 

-0-

 

28 días para elecciones en EE. UU. Mal que bien, el incidente de la infección del presidente Trump le subió las expectativas en las encuestas, mientras en esas horas Biden-Harris se desdibujaron sin aprovechar la oportunidad. En comparación de encuestas, en estas mismas fechas hace cuatro años Hillary Clinton tenía una cómoda ventaja.

 

-0-

 

Política para dummies: La política debiera ser la reflexión crítica en la academia donde se forman las futuras conciencias del poder.

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

Canal YouTube: https://t.co/2cCgm1Sjgh

 

---30---


Contracolumna • MORENA, EL AGUA ENVENENADA • DE OBRADOR A BARBOSA, CACIQUES



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Morena y el presidente Obrador han revivido la figura emblemática del cacique, la que se suponía estaba en extinción. Por desgracia no es así. A lo largo de su historia la figura del cacique político ha tenido un peso dramático. Ha estado presente a lo largo de los siglos. Vaya, la figura del cacique es tan vieja como el país, aunque ha tomado distintos cuerpos al paso de los años. El presidente Obrador y el gobernador poblano Miguel Barbosa son algunos ejemplos de su reencarnación más reciente.
Ambos han creado a su alrededor un coto de poder por encima de los legalmente constituidos.
La conducta inmoral tanto del presidente como del gobernador está a la vista. Tan es así que ahora hay muchas palabras devaluadas por este par de conspicuos representantes de lo que es y representa Morena.
En Puebla el gobernador Barbosa no soporta las palabras “rector”, “universidad” y “estudiantes”. Simplemente le repugnan. Lo mismo ocurre con el presidente Obrador cuyos oídos no toleran las palabras “intelectual”, "cultura", “científicos”, “universidades”, “investigación”, “periodista”, “empresarios”, etc, etc…
En cambio todos conocemos el léxico preferido por dichos personajes. Todo aquello que cabe en el lenguaje de los insultos y las descalificaciones. Lo que los expertos psicoanalistas definen como “acoso moral”.
Por desgracia, en lugar de avanzar en la carretera del progreso democrático tras el derrumbe del PRI en los albores del siglo XXI que permitió la alternancia del poder, el país vive ahora una regresión política como si nos hubiera atrapado el tiempo hace ya más de medio siglo en un sinuoso camino lleno de obstáculos para transitar hacia mejores estadios en los índices de desarrollo humano.
Mucho tiene que ver la pasividad del entorno en que vivimos. Más de un tercio de los ciudadanos con derecho a voto no lo ejerce, mientras que otro tanto, los más vulnerables socialmente, son carne de cañón de los distintos partidos que lucran políticamente con la pobreza.
En ese contexto de manipulación y explotación, el escritor Fernando Benítez se inspiró en la figura del cacique para escribir su célebre novela “El Agua Envenenada”. La obra publicada al inicio de la década de los sesenta, inspirada en la conducta inmoral de un cacique del pueblo de Tajimaroa. La historia de un pueblo que se rebela e impone lo que considera “su justicia”.
Ese testimonio recogido literariamente por Benítez, me remite al cuento de Edmundo Valadés, “La muerte tiene permiso”, donde una comunidad de campesinos hacen justicia por su propia mano ante el cacicazgo atroz de un presidente municipal.
Como en estas viejas historias se repiten casos con el agua de Chihuahua para abastecer a Estados Unidos, el despojo de las tierras en las zonas mayas para la construcción de un tren, la destrucción de manglares en Tabasco para construir una refinería y la especulación de terrenos en Santa Lucía para el desarrollo de un aeropuerto a cargo de las fuerzas armadas.
El domingo cuando escuché el informe del rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla me perturbe al escuchar el llamado de José Alfonso Esparza Ortiz dirigido a la comunidad universitaria que él encabeza ante las amenazas del gobernador Barbosa quien pretende apoderarse de la universidad para saquearla y controlarla políticamente.
No se trata de las escuelas patito como las que controla políticamente Morena de la mano del presidente Obrador, se trata de una de las cinco principales universidades del país, importante tanto en lo académico como en lo que corresponde al área de investigación científica y tecnológica.
Las “universidades” de Obrador son más bien escuelas de reclutamiento a cambio de dádivas disfrazadas de becas para jóvenes, la mayoría, como promotores del obradorismo, con todo lo que eso signifique.
Obrador se ha encargado de envenenar el entorno político del país haciendo prácticamente irrespirable el ambiente para muchos de sus detractores, las decenas de miles o cientos de miles, como sea, de quienes han salido a protestar a lo largo y ancho del país, con Frena o sin Frena, se esté o no de acuerdo con ellos. Pero al fin deben tener garantizado el derecho a manifestarse, como Obrador, en su momento, tuvo esas garantías.
En Puebla, el gobernador actúa como un Tonton Macute de Obrador. Barbosa es una réplica a escala del tabasqueño.
Barbosa es un cacique de rancias costumbres que evoca a la intolerancia del párroco aquél del pueblo de San Miguel Canoa que incitó al linchamiento de cinco jóvenes estudiantes de la BUAP en septiembre de 1968, quienes practicaban alpinismo en las faldas del volcán La Malinche.
En México como en muchas otras partes del mundo vivimos tiempos de intransigencia y fanatismo, eso motivó a 150 intelectuales del mayor prestigio, a alzar la voz contra el auge de la intolerancia en la izquierda, por lo que firmaron una célebre carta en defensa del derecho a discrepar.
En México la intolerancia ha llevado al gobierno de Obrador a castigar a las universidades y centros de investigación con la amenaza de desaparecer más de un centenar de fideicomisos por lo que se corre el riesgo de suspender invaluables proyectos para el desarrollo del país.
Así se las gastan nuestros actuales caciques políticos que actúan más como alguaciles que verdaderos líderes.

domingo, 4 de octubre de 2020

Robespierre región 4 en la SCJN criminalizar “decisiones políticas”

 


Carlos Ramírez

 

Si la carta oficial del presidente de la república a la Suprema Corte de Justicia para solicitar la aprobación de una pregunta orientada a investigar delitos y penalizar de manera legal a cinco expresidentes de la república, la mafia de la toga decidió convertirse en un tribunal Robespierre de la Revolución Francesa para investigar “decisiones políticas” pasadas de “actores políticos”.

La Corte la tenía fácil: declarar la inconstitucionalidad de la pregunta presidencial o decretar su constitucionalidad y avalar el proceso. Al final de cuentas, el presidente López Obrador dejo muy claro que quería sólo cumplir su compromiso de campaña de juzgar a expresidentes a petición popular y que en la consulta él como jefe del Estado iba a votar que no se juzgaran.

Pero el ministro presidente Arturo Robespierre Saldívar ser quitó la toga de gran magistrado constitucional y se puso el disfraz de ideólogo de la Cuarta Transformación para racionalizar y razonar lo que debiera ser la democracia participativa de la propuesta lopezobradorista, sólo que con argumentos que nada tenían que ver con su función de templario guardián del santo grial de la Constitución.

La pregunta aprobada por los once de la mafia de la toga propone investigar “decisiones políticas” de “actores políticos”, sin esclarecer, ninguno de ellos, lo que se entiende por política; y por política, de Aristóteles a Machiavelli, se tiende el ejercicio del poder como capacidad de dominación del otro. A partir de ahora, todas las “decisiones políticas” de funcionarios públicos estarán sometidas a consultas populares para su investigación penal, sin que medie, como enseñan a los abogados en los primeros cursos de derecho, denuncia con enlistado de comisión de presuntos delitos.

La maniobra del ministro Arturo Robespierre Zaldívar para atender las peticiones presidenciales regresó el derecho a los tiempos priístas en donde la ley se aplicaba por razones de poder, no de derecho; es decir, lo que pudiera llamarse la Ley del Alazán Tostado, en homenaje a Gonzalo N. Santos, el prototipo del político de pistola y puño que consideraba que la moral era un árbol que daba moras.

Lo que viene ahora es hacer la consulta, lograr el 40% de los votos a favor para hacerla vinculatoria y legal y a partir de ahí integrar los expedientes legales para discernir aquellas “decisiones políticas” que hubieran afectado la justicia y los derechos de las “posibles víctimas”. Y aquí está otro desaguisado jurídico de la mafia de la toga: no hay identificados delitos y menos víctimas, sobre todo si se aplicara el actual catálogo de delitos legales que reconoce el código federal de procedimientos penales. Claro, queda como salida que una vez que se determine que los presuntos delitos políticos no son delitos legales, entonces la Corte apruebe otra consulta para preguntarle a la gente si se convierten en delitos las meras acusaciones políticas producto de decisiones políticas de los actores políticos.

Por primera vez la Corte como la Catedral del Derecho y de las Leyes aprueba una consulta para iniciar procesos legales sobre “decisiones políticas” que no están tipificadas de manera penal en las leyes. Si alguien quisiera jugarle una mala pasad a la mafia de la toga, podría solicitar el amparo de la ley porque nadie puede ser perseguido ni investigado sin definir delitos concretos que estén en el código penal.

El ministro presidente Arturo Robespierre Zaldívar metió a la Corte en un hoyo jurídico, constitucional y político del tamaño del Cañón del Sumidero.

 

-0-

 

EE. UU. 2020. De manera sorpresiva el presidente Trump anunció estar infectado por el coronavirus. Y no queda claro qué viene: ¿justificación de la derrota, posposición de elecciones, victimización electoral?

 

-0-

 

Política para dummies: La política es la antítesis del derecho, para acabar pronto.

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

Canal YouTube: https://t.co/2cCgm1Sjgh

 

---30---

Contracolumna • BUAP, RETOS DE UN RECTOR • AGÜERA DEBE IR A LA CÁRCEL

JOSÉ MARTÍNEZ M.

Puebla se encuentra a la vanguardia de la educación superior en nuestro país. Sus universidades públicas y privadas gozan de insuperable prestigio. Jóvenes de todo el país acuden a los campus de las universidades en esa entidad. El caso de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla es singular. Muchos de los frutos que se cosechan ahora se sembraron hace casi cinco décadas. Sin duda, uno de los pioneros en la tarea académica y científica de la BUAP fue Luis Rivera Terrazas. El actual rector José Alfonso Ortiz Esparza ha continuado su tarea por ese sendero, aunque en su caso sufre el acoso del gobernador Miguel Barbosa quien pretende apoderarse de la universidad para colocar ahí a uno de sus incondicionales, toda vez que el próximo año habrá elecciones para elegir el futuro rector de la BUAP, una vez que concluya la gestión de Esparza Ortiz.
Antes de él, la Universidad atravesó por varios periodos donde algunos rectores asumieron la institución como un auténtico botín político. El caso más grave fue el de su antecesor Enrique Agüera Ibáñez, quien debería estar, desde hace mucho tiempo en prisión por todos los atropellos que cometió a su paso por la BUAP, incluido el asesinato del exrector Samuel Malpica, donde Agüera es sospechoso de ser el autor intelectual. El crimen hasta ahora sigue impune. El caso no ha prescrito por lo que se debe reabrir el expediente y seguir las huellas de Agüera que lo incriminan en ese caso criminal. El atentado tuvo lugar una noche (3 de julio de 2013) cuando Agüera ordenó asestarle una golpiza a Malpica, pero a los sicarios se les pasó la mano y en lugar de golpes le dieron dos balazos al exrector privándolo de su existencia. Los hechos ocurrieron la víspera de las elecciones en la que Agüera pretendía imponerse como alcalde la capital poblana bajo el amparo del PRI.
De muy joven Agüera se trasladó de su natal Poza Rica a la ciudad de Puebla para estudiar en la BUAP donde emprendió su quehacer como un modesto profesor. Pero ¡Bingo! su amigo el rector y tocayo Enrique Doger le heredó el cargo y Agüera lo asumió como un regalo. Como un banco. Se hizo inmensamente rico.
Recuerdo los excesos del rector Agüera quien habitualmente se trasladaba en un helicóptero Bell 407 de color Rosso Corsa (Rojo Ferrari) y sus exquisitos trajes Brioni de casi cuatro mil dólares –los más caros del mundo– y uno que otro Hugo Boss. Entonces Agüera lucía como un maniquí –era algo así como la otra cara de la moneda de La Maestra, por los gustos exóticos de Elba Esther Gordillo, la clienta asidua de la lujosa tienda Neyman Marcus–.
Como rector Enrique Agüera y su familia eran clientes predilectos de las tiendas departamentales más exclusivas de Estados Unidos: Berneys New York, Saks Fifth Avenue, Nordstrom, Lord and Taylor y Bloomingdale’s.
Eso no era nada en comparación cuando Agüera y compañía se hospedaban en hoteles de lujos donde salían a bordo de limosinas para ir de compras a las tiendas más exclusivas y caras del mundo en Rodeo Drive en Beverly Hills, (Bally, BCBG Max Azria, Burberry, Bulgari, Cartier, Celine, Chanel y Coach, por citar algunas). Después de gastar decenas de miles dólares se trasladaban directo al aeropuerto para viajar en su jet privado rumbo a la capital poblana retacados de regalos.
Medios de comunicación lo pillaron una y otra vez en sus trapacerías. Llegó incluso el momento en que nadie lo reconoció. Se cambió el rostro. Médicos de Houston le realizaron una costosa cirugía estética para “embellecerlo”.
Cierto, Agüera se transformó. Pasó de ser un modesto profesor universitario a un magnate. Casas, ranchos, hoteles, caballos de raza y negocios lo mismo en Puebla que en Veracruz y Quintana Roo.
El gobernador Miguel Barbosa tiene el ojo puesto en la BUAP. Desde que llegó al poder le declaró la guerra al rector Esparza Ortiz. Su objetivo es poner ahí a uno de sus incondicionales de Morena.
Barbosa es un clon de Agüera, desde la llamada “izquierda” en el PRD y ahora Morena ha amasado una incalculable fortuna. La prensa local exhibió el dispendió de sus viajes por el mundo y algunas de sus lujosas propiedades. Una de ellas la mansión de Coyoacán en la Ciudad de México propiedad del expresidente Miguel de la Madrid, el precursor de los gobiernos neoliberales del viejo PRI.
El rector Esparza Ortiz presentó este domingo el tercer informe de su segundo periodo al frente de la BUAP, al final de su mensaje dirigió unas palabras a quienes atentan apoderarse de la Universidad.
La BUAP goza de un invaluable prestigio académico y de investigación. Es una de las cinco mejores universidades del país. Apenas en julio el Latin America University Rankings 2020, de Times Higher Education la posicionó entre las principales instituciones de educación superior en Latinoamérica y el Caribe al ser una de las mejor evaluadas en investigación, enseñanza y patentes.
Parte de ello se debe a que desde su llegada a la rectoría, el doctor Esparza alejó a la universidad de la grilla barata, trazó un plan al que ha mantenido en constante revisión, entendiendo que la educación es importante tanto como inversión en capital humano como para facilitar la investigación, desarrollo y difusión de tecnologías.
Así de simple, rompiendo las viejas prácticas de la corrupción en que se vio atrapada la Universidad durante varios periodos. El caso de Agüera es una mera muestra.

viernes, 2 de octubre de 2020

Contracolumna • CONSULTA ¿JUSTICIA O VENGANZA? • EL SIGUIENTE PASO ES LA TIRANÍA



JOSÉ MARTÍNEZ M.


El líder aquél que mandaba al diablo a las instituciones, que se refocilaba poniendo apodos a los expresidentes, que insultaba a los ministros de la corte a los que llamaba “parásitos”, que ninguneaba al Congreso a cuyos legisladores daba un trato de sirvientes, que asumía a la prensa como sus enemigos, que menospreciaba a las mujeres y negaba la ayuda a los niños con cáncer, ahora es el poder de los poderes, no importa que pisotee a las leyes y maltrate la investidura presidencial como un trapeador. Ahora, él es el inquisidor, el verdugo que decide quiénes deben ser echados a la hoguera.
“El Estado soy yo”, como el Rey Sol –Luis XIV de Francia– Obrador con la complicidad de la Suprema Corte se erige como Dios en el poder.
Obrador llegó a Palacio Nacional con la ambición de erigirse en un prócer pero en su ambición se conduce como un charlatán, como un payaso que hace muy bien su papel, pues lo que dice no tiene la menor importancia, como lo hizo en el foro de las Naciones Unidas con sus payadas donde se exhibió como lo que es.
Lo malo es cuando se entromete en asuntos que no son de su incumbencia, cuando no muestra el menor respeto por los otros poderes y las instituciones autónomas, como auto-erigirse en el “guardián” de las elecciones y doblegar a la Corte para saciar su venganza contra los expresidentes.
No importa que Obrador cuente con la fidelidad de cuatro de los once ministros que componen la cabeza del Poder Judicial. Lo que importa es intimidar y sacar raja política.
La Suprema Corte –desde su origen con la Constitución de 1824– ha sido parte del poder político. Hubo un tiempo, incluso, con las reformas a la Constitución de 1857 en que el presidente de la Corte ocupaba la vicepresidencia de la república. Lo malo ahora en nuestros tiempos, es que con Obrador la Constitución ha dejado de ser la norma jurídica.
Está claro que no es una decisión habitual que los ministros desafíen al presidente, por el contrario los integrantes de la Corte generalmente toman sus decisiones con base en cálculos políticos, como ocurrió ahora con la declaración de constitucionalidad de la consulta para enjuiciar a los expresidentes.
Para algunos significa que Obrador doblegó al Poder Judicial y ahora tendrá directa e indirectamente el aval para juzgar a sus antecesores, pues podrá justificar que no está solo en esa aventura.
Ante el acoso presidencial, la ministra Norma Piña fue contundente “mi responsabilidad es no ceder a presiones más allá de las que derivan de mis responsabilidades constitucionales”.
Está claro que la ley no debe ser sometida a consulta.
El jurista Diego Valadés, exprocurador general y exministro de la Corte frente a la “constitucionalidad de la Consulta”, dice que “ahora no todos los presuntos inocentes son iguales. En unos casos hay que preguntárselo al pueblo, en otros no es necesario. No encuentro la base constitucional del criterio que convierte a un instrumento político en requisito de procedencia para la acción penal”.
En efecto, Obrador está construyendo un régimen donde la ley se convierte en el gobierno de las muchedumbres, donde impera la violencia y el desprecio por las leyes. Con la aprobación de la Corte ahora los ciudadanos –en especial las mayorías incultas– tienen el derecho hacer lo que deseen o lo que se propongan. Ya lo vimos primero con la cancelación del aeropuerto de Texcoco y luego con la construcción del tren maya. Todo resuelto por consultas.
Con la llegada de Obrador al poder hemos visto cómo desde Morena el gobierno echa mano de la movilización de las mayorías incultas para el uso indebido de la fuerza e imponer sus proyectos. Eso que él llama “el pueblo bueno”.
Obrador le tiene bien tomado el pulso a la muchedumbre para imponer un estilo particular de gobernar, no importa que el llamado del tabasqueño no sea racional, pero él sabe apelar a los sentimientos, utilizando el miedo y el nacionalismo, el circo, el linchamiento y la dádiva como formas de ejercer justicia y repartir bienes.
Claro, Obrador atenta contra el Estado democrático. Sin el menor rubor y desvergüenza ha llenado de injurias a los miembros del Poder Judicial. Es un pleito que comenzó en el gobierno de Vicente Fox, cuando en 2005 el tabasqueño fue sometido a un proceso de desafuero para ser juzgado por no obedecer una orden judicial que le ordenaba suspender la construcción de una calle en un terreno que había sido expropiado años antes. El PRD promovió entonces un recurso ante la Corte bajo el argumento de que el desafuero debía decidirse en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (donde el PRD era mayoría) y no en la Cámara de Diputados. La Corte rechazó frenar el proceso de desafuero en la Cámara de Diputados y Obrador aseguró que los ministros actuaban políticamente.
En seguida atacó a los ministros al afirmar que daban “un mal ejemplo” por sus altos salarios. A partir de su arribo al poder nadie podrá ganar más que el presidente. Al final los ministros concedieron.
En 2014, Obrador acudió a la Corte para preguntar si era posible o no, realizar una consulta popular sobre la reforma energética. Los ministros determinaron que en ese momento era improcedente e inconstitucional.
Entonces Obrador los llamó “vulgares corruptos”, por “negar al pueblo su derecho a decidir”.
En diciembre de 2015, cuestionó la designación de dos nuevos ministros (Norma Piña y Javier Laynez) a quienes calificó como “achichincles” de Peña Nieto. Por dichos nombramientos acusó al poder judicial de no ser independiente y ser parte de la Mafia del poder… El Poder Judicial es un apéndice… es un poder sometido", acusó el tabasqueño.
En su pasada campaña presidencial calificó a los ministros como "maiceados y alcahuetes" por actuar bajo “consigna” y de “no resolver nada a favor del pueblo”.
Ante el acoso presidencial, los ministros de la Corte finalmente se mostraron complacientes al declarar constitucional la consulta para juzgar a los expresidentes.
Esta decisión atenta contra el proceso de transición democrática que viene experimentando el país en los últimos 20 años. Es dar un paso atrás a la reforma constitucional de 1994 cuando se determinó que la Corte se convirtiera en el máximo intérprete de la Constitución a través de las controversias constitucionales, las acciones de inconstitucionalidad y el amparo.
Hoy el presidente vuelve a ser la figura central del sistema político al anular los pesos y contrapesos que atentan contra el espíritu del Constituyente de 1917.
Ahora con Obrador la impartición de justicia queda en manos de la muchedumbre. De continuar la degradación de las instituciones y de las leyes, el siguiente paso es la tiranía.
Mientras tanto, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación hay seis lacayos que denigran al Poder Judicial.

jueves, 1 de octubre de 2020

Contracolumna • MUÑOZ LEDO TIENE ALZHEIMER • LA MATANZA DEL 2 DE OCTUBRE


JOSÉ MARTÍNEZ M.
A la memoria de René Avilés Fabila

Sobre los cadáveres de los estudiantes de la masacre de 1968, Porfirio Muñoz Ledo construyó su carrera política.
Desde las catacumbas del poder busca ahora con ansiedad desbocada presidir las riendas de Morena. Habla como si el pasado no contara o existiera, recurre al falso discurso “progresista”.
Como Obrador, Muñoz Ledo lleva en la sangre los genes del PRI. Los dos han envilecido la política al declararse de “izquierda”.
Si Obrador con desfachatez glorifica a Mussolini ante la comunidad internacional dejando en el olvido las masacres, los crímenes de guerra y los atropellos a los derechos humanos cometidos por el dictador, Muñoz Ledo justificó con excesiva desvergüenza la matanza de los estudiantes en la Plaza de Tlatelolco.
Morena y sus líderes representan todo aquello contra lo que los estudiantes protestaban.
Obrador y Muñoz Ledo desde su primera juventud formaron parte del PRI. Ahora enarbolan banderas ajenas para apropiarse de la lucha de los jóvenes estudiantes que estaban en contra del autoritarismo.
A principios de la década de los cincuenta Muñoz Ledo comenzó su longeva trayectoria de tunante. Siempre insatisfecho, Porfirio ha pasado de los brazos de partido en partido como un objeto, manoseado y poseído como las damas con aspiraciones a estrellas de Hollywood. Así ha transcurrido su existencia, de la vanidad a la frivolidad hasta llegar al hastío con la conciencia adormecida.
En el ahíto de su vida Muñoz Ledo deja de lado su cansancio, lo domina la ambición y mira con desprecio a sus pares, los que ahora lo atacan y lo ven como una piltrafa, la inteligencia perdida desde hace tiempo, un tiliche que no puede guardar el equilibrio pero al cual la ambición lo empuja a seguir no importa que ahora dispute el control de un partido en medio de una lucha de lodo hasta llegar dispuesto a un menage a trois en la dirección política de Morena.
Las nuevas generaciones tal vez no conocen la longeva trayectoria de Muñoz Ledo, un trapecista político que ha sabido camuflarse a todos los colores partidistas. Muchos como él, incluido Obrador, han tenido el don de la ubicuidad. En veces pueden mostrarse institucionales, progresistas, reformistas, liberales o revolucionarios, según convenga.
Cuando la matanza de los estudiantes en octubre de 1968, Muñoz Ledo era un recalcitrante priista dispuesto a poner el pecho en defensa del presidente Díaz Ordaz. Cincuenta años después le puso la banda presidencial en el pecho a Obrador. Desde entonces hasta Morena ha pretendido ser el rector del discurso ideológico de los partidos en los que ha militado.
No hay diferencia entre el discurso diazordacista y obradorista, los dos concluyen en el autoritarismo de gobiernos hegemónicos.
La matanza con todas sus consecuencias históricas fue para Muñoz ledo un acto de “madurez revolucionaria”, una decisión de “supremacía del poder político”.
Después de 52 años reina sobre los cadáveres de aquellos jóvenes el mismo discurso, las mismas voces y el fantasma de los desaparecidos actores.
Hoy los militares son parte del poder, lo comparte con ellos el presidente Obrador, no le hace que en sus discursos incendiarios desde la oposición los responsabilizó de la masacre. Los añejos discursos están ahí para la historia como las incongruencias de su gobierno.
Cuando Muñoz Ledo respondió el V informe del gobierno de Díaz dio lectura a la reivindicación ideológica del sistema: “Con la más estricta objetividad podemos afirmar que los conflictos sociales que tuvieron lugar en México, y que llegaron a poner en peligro la paz pública, no dejaron como saldo el más mínimo incremento de poder de influencia a favor de quienes se oponen a la transformación acelerada y a la autonomía del país.
“Entre estas instituciones guarda un papel prominente el Partido Revolucionario Institucional, cuyos principios y programa de acción están ordenados precisamente según el pensamiento que hoy confirma, esclarece y afianza con actos el más distinguido de sus miembros: Gustavo Díaz Ordaz”.
“Como miembro de este partido y como mexicano que confía honestamente en el destino de la nueva generación, nada me ha conmovido más hondamente en el texto del V Informe que el valor moral y la lucidez histórica con que el Presidente de México reitera su confianza en la ‘limpieza de ánimo y en la pasión de justicia de los jóvenes mexicanos’”.
Sí, Muñoz Ledo tiene Alzheimer político. Parece que es contagiosa y progresiva. El mismo mal lo padece Obrador quien también presenta síntomas graves de pérdida de memoria y confusión ideológica.
Dos años después de la matanza del 2 de octubre, Obrador a los 17 años en 1970 acudió al PRI a afiliarse y en él se mantuvo imperturbable hasta 1989, todavía dio su última batalla en el PRI defendiendo la causa del entonces candidato presidencial Carlos Salinas de Gortari.
Ahora Obrador como Muñoz Ledo se autoproclaman de “izquierda”, no importa que Obrador admire a Mussolini y Muñoz Ledo a Díaz Ordaz, cuya imagen lleva tatuada en el pecho.

Trump-Biden, lectura estratégica: el resentimiento y los 538 votos reales

 



Carlos Ramírez

 

Uno de los errores más comunes en el análisis periodístico de sucesos que afectan a la sociedad es asumir la interpretación personal de los analistas como si fueran los estados sociales de ánimo. El debate Donald Trump-Joe Biden se está pasando, en los EE. UU. y México, por el filtro de los que los autores suponen que debe ser la política: la ética y el buen comportamiento.

Sin embargo, hubo dos enfoques ausentes en los análisis posteriores al debate: el perfil del estadunidense medio que se mueve en función del resentimiento, la codicia, la explotación y el bulling social y los 538 votos electorales que son los que elegirán al próximo presidente sin importar los que vieron el debate y decidirán su voto popular en función de los comportamientos de los candidatos peleando a cuchilladas la presidencia.

La sociedad electoral estadunidense, la de la calles, la de los intereses egoístas, la que busca ganancias, es otra cosa: votó antes por el imperio invasor para construir un nivel de vida basado en la exacción de recursos, aceptó derrocamiento de gobiernos que afectaban ese confort, reeligió al tramposo de Nixon y lo derrocó el establishment del FBI, se divirtió con las calenturas de Clinton, quiso a Obama por el color de la piel y se decepcionó por sus resultados y por ello voto enseguida con enojo por Trump y no por Hillary Clinton.

Para esa opinión del establishment, Trump perdió el debate; pero para la base estadunidense enojada con los políticos, encarada contra el fisco del Estado, decepcionada porque no les hacen caso, racista por configuración genética y violenta contra quienes quieren romper el orden interior formal y se encuentran con la brutalidad policiaca como medio de control social de minorías resentidas o radicalizadas a la izquierda, Trump refrendó su propuesta presidencial de 2016.

Quienes van a elegir al próximo presidente de los EE. UU. serán esas bases sociales celulares con sus propias contradicciones. Ahí fue donde Trump hundió a Dormilón Biden: el presidente enarboló, con enojo, el argumento de ley y orden contra los disturbios en ciudades --y lo subrayó varias veces Trump-- gobernadas por apáticos y atemorizadas autoridades locales del Partido Demócrata, mientras Biden convocaría a la Casa Blanca a una reunión entre sociedad, policías y gobierno para buscar una salida.

A los analistas liberales suele no gustarles estos métodos sociales analíticos, pero en realidad la función del análisis es la de exhibir la realidad; si imponen sus puntos de vista, entonces se trataría de opinión y su mercado es menor. Y hasta ahora pocos han analizado la realidad de la sociedad estadunidense: Myrdal en el caso del problema negro, Katherine Cramer en el perfil del estadunidense medio resentido con el Estado, Wright Mills con su perfil de la élite de poder que manda e impone gobiernos.

El resultado del debate del martes debe medirse en función del estado de ánimo del estadunidense medio --la mayoría silenciosa que despertó Nixon-- que está harto del Estado, que admira a quienes defraudan al Estado, que apoya la fuerza, que es racista hipócrita y que, en fin, sabe que su confort depende de gobiernos que tienen que ensuciarse las manos para invadir países y explotar personas y que se la pasa leyendo los movimientos en la bolsa de valores porque vive de la especulación codiciosa en el mercado accionario y no de sus salarios.

Lo que ha sido tipificado como concepto sociológico como las buenas conciencias --a partir de una novela revalorada de Carlos Fuentes-- suelen dictar los enfoques en medios, pero no representan los intereses o las pasiones del estadunidense ahogado por la pandemia, el confinamiento y el desempleo y que no se preocupa por los muertos si éstos significan que la economía deba abrirse para trabajar.

 

 

-0-

 

Política para dummies: La política, señoras y señores, es Machiavelli. Lo demás es el Manual de Carreño.

 

http://indicadorpolitico.mx

indicadorpoliticomx@gmail.com

@carlosramirezh

Canal YouTube: https://t.co/2cCgm1Sjgh

 

---30---