miércoles, 22 de julio de 2020

Los intelectuales y el Estado como el ogro no-filantrópico


Carlos Ramírez

 

La reforma salinista del Estado autónomo ha sido completada por el presidente López Obrador al retirar subsidios directos e indirectos a sectores sociales no productivos cuya actividad de crítica en la superestructura cultural-política requiere de apoyos públicos. En este punto se localiza el conflicto intelectuales-gobierno.

El sentido figurado de Mario Vargas Llosa en 1991 al señalar al Estado mexicano como la “dictadura perfecta” radicaba en el hecho de que el Estado mexicano había logrado incluir en su seno a todos los sectores, sobre todo a sus acérrimos críticos como los escritores comunistas. A diferencia de la dictadura soviética que resolvía la disidencia con el Gulag, en México se usaban las becas y los estímulos y hasta las asesorías.

En este sentido, los intelectuales nunca han sido opositores, sino que se dividían entre los complacientes, los funcionarios, los disidentes y los autónomos, pero nunca hubo opositores reales de alternancia al sistema/régimen/Estado priísta. Octavio Paz definió al Ogro Filantrópico por su capacidad de integración estructural de sectores en los espacios visibles e invisibles del régimen y José Revueltas habló del Estado total y totalizador, no totalitario, cuya clave se localizaba en el control total de las relaciones sociales en el PRI.

El Estado de De la Madrid-Salinas fue definido en 1985 por el propio Salinas de Gortari como “Estado autónomo”, ajeno a los intereses y conciliaciones de las clases sociales, volcado sobre mismo. López Obrador dio otra vuelta de tuerca con el Estado centrado en las obras insignia en turno y a los sectores sociales específicos, no necesariamente los más pobres. En este sentido, la disputa de los intelectuales con el presidente López Obrador no es de proyecto de desarrollo, sino por la reorganización de los sectores aliados al Estado y por la redistribución de los fondos solidarios del Estado.

El desplegado de la disputa ha revelado una ruptura estructural entre el viejo y ya inexistente Estado totalizador y los sectores intelectuales, mediáticos, políticos y académicos que han sufrido merma en los fondos estatales para su funcionamiento. Más que crisis del Estado, en todo caso es la revelación de la estatalidad totalizadora del Estado populista priísta que subsidiaba a la disidencia intelectual, aprovechando o no los frutos de sus reflexiones. Y ese debate ha revelado la realidad de que la empresa privada nacional y los partidos de oposición han carecido de enfoques estratégicos para subsidiar la disidencia sistémica crítica.

En suma, se trataría desde gobierno, de la aplicación en sectores intelectuales del modelo de López Portillo de que “no pago (con fondos del Estado) para que me pegues”.

El Estado totalizador que denuncian hoy algunos intelectuales ya existía desde los tiempos de gloria del PRI, con casos ejemplares como el de Echeverría y el apoyo que tuvo de intelectuales como Carlos Fuentes, Fernando Benítez, Ricardo Garibay y otros, como los que pululaban alrededor de Carlos Monsiváis, que nunca criticaron de frente al Estado totalizador.

Hacen bien los intelectuales en criticar (su función única: criticar), al presidente y al Estado y en acicatear a la oposición a alianzas estratégicas, pero hacen muy mal en eludir la respuesta presidencial y quejarse de intimidación cuando ellos comenzaron el debate.

La falta de subsidios estatales a la tarea intelectual ha visibilizado a intelectuales y críticos y los ha colocado en el escenario de disputar y debatir ideas y no reclamar subsidios estatales al pensamiento crítico. Sin el agobio de los subsidios académicos, hoy la crítica puede ser más libre que antes.

 

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Lozoya y el piano. La gran negociación de Emilio Lozoya Austin con la Fiscalía fue encontrar la forma de eludir uno de los protocolos más importantes de los procesos judiciales: el momento en el que el acusado tiene que tocar el piano, forma graciosa que señala cuando el delincuente imprime las huellas digitales en la ficha signalética e incluir las fotos de frente y de perfil ya con el número de preso. Los delincuentes políticos tratan de eludir ese proceso porque es una marca indeleble de por vida. Y hasta ahora Lozoya la ha evitado; es decir, es un delincuente anónimo.

Política para dummies: La política es el acto de debatir ideas en la plaza publica, no en el espacio privilegiado de los desplegados de abajofirmantes.

 

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lunes, 20 de julio de 2020

Los salinistas Aguilar Camín y Jorge Castañeda, sin calidad moral ni política


Carlos Ramírez

 

En una de las características que debieran tener los intelectuales, el poeta y ensayista Gabriel Zaid incluyó una infaltable: tener calidad moral. Los salinistas Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda contaminan, pervierten y restan calidad moral a las propuestas de los desplegados, entre ellos el del jueves 16 de julio.

Con habilidad propia de la tenebra intelectual en modo de asamblea de prepa universitaria, Aguilar Camín y el racista antiindigenista Castañeda aparecen --para colmo: por razón de apellido-- entre los primeros del desplegado “Contra la deriva autoritaria…” que propuso --ahora sí-- una BOA --Bloque Opositor Amplio-- para las elecciones legislativas federales de junio del 2021.

La presencia de Camín y Castañeda contaminó la buena voluntad de otros intelectuales --algunos de ellos ex funcionarios que probaron el veneno del poder-- en modo de activismo anti AMLO y de críticos de modelo político lopezobradorista, Los dos vienen --y el modelo de hoy es el mismo de entonces-- del Grupo San Angel de 1994 que quiso poner un presidente interino ante el “choque de trenes” en las presidenciales de ese año, afectadas por el alzamiento zapatista, los secuestros de empresarios y el asesinato del candidato presidencial priista Luis Donaldo Colosio.

Al fracasar en su intento de apoderarse en aquel año de una presidencia interina con un proyecto difuso de “transición a la democracia”, Castañeda se reunió en 1996 con el expresidente Carlos Salinas de Gortari en Irlanda y a su regreso a México planteó --¿consejo de Salinas?-- la renuncia del presidente Zedillo.

La relación de Aguilar Camín con Salinas fue ideológica, de proyecto de modernización, política, de amistad, de contratos sin control, de dinero en negro y de complicidades, así como de rupturas delatoras y, por qué no, de reconciliaciones porque donde hubo fuego, cenizas quedan.

Camín y Castañeda pervirtieron el sentido político del desplegado del jueves 16 de julio, porque muchos de sus otros firmantes han estado comprometidos en una lucha abierta y sin intereses turbios por la democracia. Castañeda fue canciller del gobierno de Fox, pero renunció cuando no vio posibilidades de ser candidato presidencial. De todos modos, anunció su precandidatura para las elecciones del 2006, pero se vio nada más apoyado por Camín y prefirió marcharse al extranjero.

El desplegado de los intelectuales provocó una carta y un mensaje en redes del presidente López Obrador, pero, como siempre, los intelectuales siguen leyendo al revés al presidente de la república. Lo acusaron de persecución, de temor ante temible la alianza opositora para 2021 y ¡de hacerles caso! Sin embargo, con malicia hasta perversa, López Obrador respondió en público al desplegado para jalar la atención social al documento y obligar a partidos y firmantes a un posicionamiento más serio que fue, obvio, negativo.

Si bien en la lista de firmantes existe un buen caudal de posibles candidatos a diputados federales, los partidos de oposición se están moviendo en escenarios de pactos de partido, sin dejarse seducir por nombres de figuras. Y todos ya marcaron su raya respecto a Camín y Castañeda por su altísimo grado de conflictividad personalista, toxicidad salinista y su tendencia a no terminar nada.

Con su desplegado y sus respuestas al presidente, los intelectuales están demostrando que pueden tener muchas ideas, pero saben nada de política práctica. No pueden lanzar una confrontación contra el presidente de la república y luego acusarlo de intimidación en su respuesta. Y no han entendido que López Obrador tiene un alto grado de malicia dentro de su dureza política.

En política no se deben confundir los tiempos y circunstancias. El desplegado fue redactado en el escenario del BOA denunciado también por el propio presidente de la república hace semanas. Los intelectuales probaron que sí existe el proyecto BOA, aunque en realidad no existe; así de juego de espejos y reflejos es la política práctica que no han entendido los intelectuales.

Es posible que el expresidente Salinas de Gortari sea ajeno al desplegado, pero la presencia de Castañeda deja muchas pistas para policías chinos. En 1994 Castañeda redactó y circuló un documento para instruir a la clase política sobre qué hacer cuando Zedillo perdiera y no tomara posesión de la presidencia. Ese documento existe y está en poder de algunos de los miembros del Grupo San Angel. Ahora Castañeda vuelve a las andadas.

El desplegado nació contaminado por infección del virus Camín-Castañeda.

 

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Política para dummies: La política no es una charla en una estética.

 

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domingo, 19 de julio de 2020

Contracolumna EL BURRO Y LAS COMPUTADORAS OBRADOR CRIMINALIZA A ESTUDIANTES


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Cualquiera puede cometer una estupidez pero cuando alguien las comete todos los días, eso ya es otra cosa.
No se puede hablar de la educación de nuestros jóvenes sino tenemos una visión de país. Y mucho menos, no se puede criminalizar a los universitarios que se preparan en las mejores universidades del extranjero.
El presidente Obrador no tiene ni la más remota idea de que la educación y un proyecto de nación van íntimamente de la mano.

Un presidente no puede expresarse como lo hace Obrador. Es una estupidez comparar a nuestros estudiantes que se preparan en el extranjero con mafiosos.
Para empezar, todos sabemos que Obrador fue un pésimo estudiante. Un fósil de la universidad con malas calificaciones, que tardó 14 años en concluir su carrera y que con chanchullos “acreditó” los idiomas (francés y portugués) para titularse. 

https://www.youtube.com/watch?v=DP6VvJxXzaM


Su resentimiento y su ceguera mental lo han llevado a menospreciar a los jóvenes talentosos que salen del país a continuar con sus estudios al extranjero, según él, los que “supuestamente tienen más conocimiento, son los que más daño le han hecho al país”. Para él, los jóvenes universitarios que cursan posgrados son como uno de los personajes de la célebre novela El Padrino de Mario Puzo.
No se puede ser tan ruin ni actuar con semejante bajeza.
Con dificultades cada año se gradúan mil 300 doctores en todas las disciplinas, el diez por ciento de ellos en educación y humanidades. Menos del dos por ciento de ellos lo hace en prestigiosas universidades del extranjero.
Ninguno de ellos son delincuentes como lo considera el presidente Obrador que prefiere otorgar becas a jóvenes que ni estudian ni trabajan, pero que él los ve como una cosecha de votos.

En los primeros meses de su gobierno, en su delirio Obrador apostó que iba a “convertir a México en una potencia económica”.

https://www.youtube.com/watch?v=06JoszvqYXY


De poco sirve un plan que diga a dónde quiero llegar como país sino tengo cómo ejecutarlo con las personas educadas para ello.
Pregunto: ¿Qué quiere ser México? ¿Qué queremos ser cómo país?
Un mandatario no puede hablar con falsedad e hipocresía y menos si no tiene la más mínima autoridad para hablar de educación.

En principio Obrador y los legisladores de Morena dieron marcha atrás a la reforma educativa. Luego, el tabasqueño se comprometió a crear cien universidades para ofrecer educación gratuita, pero resultó solo un montaje. Se trata de “escuelas patito” sin infraestructura, sin planes académicos definidos a las necesidades del país y sin ningún rigor académico ni para estudiantes ni maestros.
Pero según él, México no requiere de especialistas.
Vaya, esto si es más que preocupante.
En este momento hay alrededor de diez mil jóvenes mexicanos en diversas universidades del mundo, mientras China tiene un millón estudiando en el extranjero, la India más de 200 mil y Corea del Sur otro tanto.
Debemos comenzar por determinar cuál es la mejor educación que se debe ofrecer a la población de acuerdo con la estrategia de posicionamiento del país. Hay que ser realistas: eso implica tiempo, dinero y sacrificio.
Insisto: ¿Qué queremos ser como país? ¿Un país maquilador? ¿Ser potencias en turismo como Francia y España? ¿Un país productor de valor agregado? ¿Tenemos la decisión de fortalecer un tejido de pequeñas y medianas empresas integradas a la cadena de valor de las empresas dominantes? ¿Queremos un plan para apoyar a los más dinámicos y creativos emprendedores que ayuden a innovar al ecosistema corporativo?
¿Qué quiere ser México?
Dice Obrador que piensa convertir a México en una potencia.
¿Cuál es la estrategia?
Para empezar México enfrenta su mayor crisis económica del último siglo y no hay un plan de rescate.
Y pregunto nuevamente: ¿Hay algún plan para los próximos cincuenta años? ¿El Estado garantiza que todas las partes del sistema económico actúen con el mismo fin? ¿Cuántos graduados obtendremos, qué calidad deben tener, en qué? ¿Qué debemos enseñar? ¿Cómo? ¿Debemos invertir en primarias generales, en preparatorias orientadas a oficios, en terciarios técnicos y en universidades orientadas al mercado o en pequeñas escuelas superespecializadas? ¿Tenemos que mantener a nuestros estudiantes en campus enormes o podemos educarlos a distancia conformación presencial parcial, aprovechando las nuevas tecnologías? ¿Cuántos profesionales necesitamos, para qué, en qué?
Seamos realistas, no hay recursos para investigar y los doctorados son muy limitados. Los profesores en vez de investigar y publicar, solo enseñan, lo cual reduce la capacidad de actualizarse en sus especialidades.
Una estrategia de país implica alinear muchas decisiones individuales. Difícilmente el Estado puede ofrecer todo para todos –el Estado a final de cuentas, no lo es todo–, pero sí puede y debe ofrecer lo mejor para ubicar y promover a los más capacitados.
Hay mucho desfase entre nuestras instituciones educativas y la realidad. Hay un problema serio de interconexión entre el sistema educativo y las necesidades de crecimiento. No tenemos las suficientes incubadoras conectadas o dentro de las universidades –con excepción de algunas escuelas de negocios– para crear nuevas empresas.
Nuestra vinculación universidad-empresa todavía es incipiente. Nuestros profesores de las universidades, públicas y privadas, carecen de incentivos económicos para investigar y crear y la capacidad para generar patentes es exigua.

Sabrá acaso el presidente Obrador de la existencia del programa internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA que lleva a cabo la OCDE a nivel mundial para medir el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura.
Lamentablemente, el desempeño de México en la prueba PISA está por debajo del promedio mundial.
Sabrá acaso Obrado que solo el 24 por ciento de los egresados de preparatoria continúan algún estudio de grado.

Es triste que no exista un plan básico para estimular a los mejores estudiantes y a los mejores profesores, no hay becas ni acuerdos entre el Estado y las grandes empresas para los jóvenes egresados.

No se puede ser tan ruin ni criminalizar a los estudiantes que salen al extranjero a prepararse mejor cuando en su propio país se les niega el acceso a una mejor educación y preparación profesional.

Realmente el país está en manos verdaderamente criminales que estigmatizan a quienes representan el futuro de la nación.

Bien lo dijo Obrador: ¿Qué acaso Villa y Zapata necesitaban computadoras para hacer la Revolución o Madero o Juárez andaban perdiendo el tiempo en el Excel?

Apoyado por controversia de diputada Laura Rojas, el CNJG desafía al Estado


Carlos Ramírez

 

El Cártel Jalisco Nueva Generación, propaganda o no, ha pasado a una ofensiva audaz: mostrar su capacidad de fuerza como amenaza contra el Estado y la sociedad, justo cuando sigue latente la estrategia gubernamental de seguridad de no perseguir capos ni desarticular cárteles.

El video circulado el viernes en redes sólo exhibe vehículos, armas y efectivos criminales, pero no reta al Estado. Y si el Estado y el ejército todavía son muy superiores en legitimidad y fuerza para aplastar a cualquier grupo amenazante, de todos modos, el CJNG mandó un mensaje justo en el escenario de falta de apoyo político opositor al papel de las fuerzas armadas de contención de la amenaza de los cárteles.

El reto simbólico del CJNG con vehículos y armas muy menores a las que posee el ejército para defender la soberanía salió con el apoyo objetivo de la controversia constitucional de la diputada panista Laura Rojas para evitar el soporte de las fuerzas armadas a la seguridad pública en emergencia de seguridad interior y de seguridad nacional. El CJNG leyó la fractura del Estado como momento estratégico para alardear.

 El video apareció en el tiempo estratégico del decreto del 11 de mayo para enviar a las fuerzas armadas a colaborar en la lucha contra el crimen organizado/desorganizado y la decisión de la diputada panista y un grupo de legisladores para una controversia constitucional contra ese decreto.

Mientras los militares combaten al crimen organizado sin apoyo de la oposición legislativa, los grupos criminales organizan su fuerza de combate para confrontar al Estado y a sus fuerzas armadas y grupos de seguridad. En todo caso, el video del CJNG estableció el punto de conflicto del Estado con los grupos criminales. Y la oposición quiere sacar a los militares de la seguridad interior-nacional para entregarles las plazas territoriales a las bandas delictivas.

Por lo pronto, en el tiempo político del video del CJNG la ministra de la Corte Margarita Ríos Farjat admitió el trámite de impugnación del decreto del 11 de mayo interpuesto por el Ayuntamiento de Colima contra la presencia militar en apoyo de la seguridad, pero se negó a frenar el contenido del decreto. Lo paradójico es que Colima se encuentra en estos momentos como campo de batalla de grupos delictivos para apoderarse de la plaza y el cuerpo municipal quiere evitar que intervengan las fuerzas armadas para detener ese avance delictivo.  Colima, Guanajuato y Jalisco han sido rebasados por el crimen organizado.

El video del CJNG demostró que las fuerzas armadas son las únicas fuerzas de seguridad nacional con capacidad de organización y fuego para detener el avance de grupos criminales que cuentan sólo con cientos de vehículos de ataque y cientos de efectivos equipados con armas superiores a las de los policías y la Guardia Nacional. Pero nada más.

Lo de menos es que el CJNG tenga claro que no va a atacar al Estado, pero la capacidad de fuerza criminal sólo busca atemorizar a la población civil, inhibir a otros grupos delictivos y operar como garantías de poblaciones territoriales tomadas. El líder Nemesio Oseguera Cervantes El Mencho, en caso de estar vivo y en plenitud de capacidad para manejar a sus fuerzas criminales, carece de pensamiento estratégico y sabe que perdería la batalla contra las fuerzas armadas del Estado federal. Sin embargo, con videos hace propaganda para consolidar su control sobre zonas territoriales del narcotráfico.

En todo caso, el Estado acumula evidencias de la audacia propagandística de los grupos criminales. El video como aviso de que habrá combates sangrientos contra el CJNG, el atentado contra el jefe de la policía de la capital de la república y las amenazas contra otros altos funcionarios mostraron el uso del terrorismo delictivo para intimidar al Estado. El video aparece después de la visita del presidente López Obrador a Jalisco y como respuesta del Cártel a la Operación Python del presidente Trump para cazar a El Mencho en México, pero podría reforzar la amenaza de Trump de catalogar al CJNG como organización terrorista.

En todo caso, el video y los desafíos del crimen organizado en operaciones de alto impacto social obliga al Estado a fortalecer su estrategia de seguridad nacional y lo debe llevar a apoyar con mayor vehemencia al ejército en las tareas ya no solo de seguridad pública (afectación al patrimonio de los ciudadanos), sino de seguridad interior (afectaciones a zonas territoriales y estructuras del Estado) y seguridad nacional por el acoso intervencionista de los EE UU a México por El Mencho.

El video fue un desafío del CJNG al Estado y sólo el ejército es capaz de encararlo y detenerlo. Por ello, la diputada panista debe de retirar su controversia en la Corte y ofrecerle una disculpa al ejército y a los mexicanos por ayudar objetivamente al crimen organizado.

 

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Política para dummies: La política es lo que no se ve, pero cimbra al más curtido.

 

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sábado, 18 de julio de 2020

Contracolumna PARECE QUE FUE AYER INDICADOR POLÍTICO, 30 AÑOS


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Parece que fue ayer, pero hace 30 años nació la columna Indicador Político de Carlos Ramírez. Se publicó por primera vez el 17 de julio de 1990 en el contexto del arribo de los tecnócratas al poder quienes desembarcaron con un proyecto neoliberal.
Indicador Político dio a luz en el periódico El Financiero y pronto se colocó como la columna más leída de todo el país. Su lectura era una consulta obligada.
El presidente Salinas, lo mismo que su sucesor Zedillo fueron puestos bajo el ojo crítico de Indicador Político. Nadie como Carlos Ramírez confrontó el proyecto neoliberal de los tecnócratas.
Ramírez siguió la tesitura de Manuel Buendía con su influyente y muy leída Red Privada.
Indicador Político surgió seis años después del asesinato de Buendía.
La columna de Ramírez surgió como parte de una estrategia periodística ante la incorporación de Miguel Ángel Granados Chapa con su prestigiosa Plaza Pública en las páginas de El Financiero. Ante la ausencia de un columnista de casa, Ramírez recibió la encomienda de escribir una columna política.
Ramírez contaba con una experiencia de dos décadas en las lides periodísticas y con paciencia, a la par de sus quehaceres cotidianos, fue armando un archivo documental con innumerables temas.
Buendía le enseñó el abc y ciertos trucos del oficio. Abonó en ello la amistad de Emiliano Ramírez, padre de Carlos, con Manuel Buendía. Amigos y compadres Emiliano y Manuel tejieron una relación muy estrecha.
Así como hay quienes nacen para ser médicos, abogados, artistas o zapateros, Carlos Ramírez nació para ser periodista. Está próximo a cumplir cinco décadas en el oficio y sigue manteniendo con la misma devoción su trabajo.
Detrás de Indicador Político hay años de constante lectura. Ramírez le dio un estilo propio a su columna –que es una de las tareas más difíciles de un periodista–. Para ello es necesario un apropiado lenguaje con las exigencias de un escritor, y contar con una especialización en algunos temas, sin abandonar la pasión de un reportero.
Sin abonar en datos biográficos o anecdóticos de Carlos Ramírez me permito contar algunos momentos de la influencia de su quehacer periodístico.
Sin duda alguna, gracias al trabajo de Ramírez se impidió la llegada de Jorge Díaz Serrano a la Presidencia de la República. Reportajes de Carlos exhibieron la corrupción del entonces poderoso director de Pemex quien contaba con las simpatías y el apoyo del presidente López Portillo.
En el sexenio de Salinas el trabajo periodístico de Ramírez fue fundamental para entender los alcances del proyecto neoliberal de los tecnócratas que había iniciado con el gobierno de Miguel de la Madrid.
Las publicaciones de Indicador Político provocaron el encono lo mismo de Salinas que de Zedillo y llevaron al gobierno a someter a indeterminadas auditorías a El Financiero lo mismo que a todos los directivos del periódico, incluidos algunos editores.
Personalmente Salinas se presentó en las instalaciones del rotativo para amenazar a sus dueños. Salinas maniobró incluso con algunos testaferros para tratar de despojar del cabezal, es decir el título que le daba nombre al periódico.
La víspera del destape de Salinas Ramírez, Alejandro Ramos y yo publicamos el libro Salinas, el Candidato de la Crisis. Salinas ordenó la confiscación y la compra masiva del libro y llegado al poder metió al editor a la cárcel.
Antes de publicar Indicador Político, Carlos Ramírez era ya un periodista prestigiado.
Cito una anécdota.
1988. Días después del cumpleaños número 50 de Carlos Monsiváis invité al escritor a comer con el periodista Carlos Ramírez en un restaurante de postín de la Zona Rosa.
Monsiváis estaba fascinado. Le dijo a Ramírez: “Maestro, eres mi gurú”.
Ramírez soltó una risotada… ¡No, no maestro, no me digas porque me lo voy a creer!
Así fue el encuentro entre los dos Carlos.
Monsiváis quería conocer y platicar con Ramírez, éste a su vez era un admirador del célebre cronista.
Ambos intercambiaron libros con sus respectivas dedicatorias.
Ramírez descollaba ya como uno de los mejores periodistas. Su gran secreto: la disciplina.
Henry Miller decía que en el oficio de escribir para atraer al lector “hay que tirar a matar”.
Ramírez a finales de los ochenta contaba con una sólida formación. Con su trabajo riguroso y bien informado atraía el interés de los lectores.
A finales de 1987 la víspera de las elecciones de 1988 el periodista Julio Hernández López (conocido ahora como ‘Julio Astillero’) me llamó por teléfono: “Magister, me pide Luis Donaldo Colosio un desayuno con Carlos Ramírez, Alejandro Ramos y tú”. Colosio fungía como oficial mayor del PRI y fue encargado de coordinar la campaña presidencial de Salinas.
Julio Astillero era militante priista y con Colosio como líder nacional fungió como secretario general adjunto del CEN del PRI. Julio se había fogueado como dirigente priista en San Luis Potosí y como periodista a mí me tocó conducirlo en sus primeros pasos como reportero de la fuente política en lo que era entonces el periódico unomásuno. Así se dio el enlace entre Colosio y Ramírez quienes mantuvieron una entrañable amistad hasta el día en que el sonorense cayó abatido a balazos.
Otro dato.
Una mañana a principios del año 2000 recibí una llamada de Carlos Slim en mi teléfono celular para invitarme a comer. Ramírez, el más influyente de los periodistas me acompañó al convivió en una de las casas de Slim en Polanco. El Ingeniero estaba fascinado con Ramírez. El encuentro se prolongó varias horas y entre tequilas y güisquis compartimos y comentamos temas variados de política. Saltó el caso Telmex y Salinas. El Ingeniero se deslindaba de Salinas.

Próximo a publicar mi libro biográfico sobre Slim, los editores me llamaron. Había que “sacar” el prólogo de Carlos Ramírez de la edición bajo el pretexto de que “no estaba contemplado” como se establecía en el contrato. En realidad, Slim censuró el prólogo y amenazaba con comprar la editorial sino se cumplía su capricho.

De ese tamaño era la importancia del trabajo periodístico de Carlos Ramírez y su Indicador Político.

En 2001 con la llegada de Fox y con López Obrador al poder, –el primero a Los Pinos y el segundo a la jefatura de gobierno de la ciudad de México– el Indicador Político se publicaba en El Universal con tremendo éxito. Ramírez me invitó a sumarme a su equipo de trabajo en El Universal Gráfico donde él fue designado director para hacerle la competencia al periódico Ovaciones. Con dudas, le dije a Ramírez que lo acompaña con gusto pero sin que apareciera mi nombre en el diario y le advertí que lo más seguro era que nos corrieran antes de un año. Y así fue.

Ahora la censura corría a cargo de Obrador. Por presiones mercantiles del tabasqueño nos censuraron y nos exigieron nuestra renuncia. A cambio de unos pesos del presupuesto público del gobierno de la ciudad para la publicidad oficial en el periódico nos corrieron.
Intolerante a la crítica, Obrador pidió nuestras cabezas. Fue nuestro verdugo. Se comportó aún peor que Salinas.
Son, pues, algunas anécdotas, del peso y la influencia del Indicador Político y del trabajo periodístico de Carlos Ramírez.

jueves, 16 de julio de 2020

Sólo raspones a Peña; presidentes siguen como estabilidad del régimen


Carlos Ramírez

 

El caso del ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, podría terminar en un circo que ni siquiera pudiera servir para los propósitos de Morena para las elecciones de junio del 2021. Al final, como en las buenas novelas policiacas, habrá muchos culpables, pero ningún condenado.

El punto central radica en el expresidente Enrique Peña Nieto y la corrupción usada para financiar su campaña presidencial del 2012 y para acumular riquezas con negocios avalados desde Los Pinos. Pero los presidentes sólo pueden ser acusados de traición a la patria y delitos graves de orden común y la corrupción no alcanza.

Pero hay otro dato más importante: las campañas presidenciales, los presidentes en turno y los expresidentes forman parte de la institución presidencial y ésta, mal que bien, con todas las sospechas y hasta pruebas, son inimputables por razones de seguridad política del Estado: la presidencia y sus titulares son garantes de la estabilidad del régimen priísta vigente.

Un presidente o expresidente en la cárcel implicaría el desmoronamiento, ahora sí, del régimen, aunque con los riesgos implícitos en la ausencia de un régimen de relevo. La fuerza de la presidencia de López Obrador, sólo comparable con la de Obregón, Elías Calles y Díaz Ordaz, no aguantaría un juicio judicial o por corrupción contra un expresidente de la república. Por eso Fox nunca pudo juzgar a Echeverría por Tlatelolco, un asunto mucho más grave que la compra de votos para la aprobación de una ley.

Y ahí se localiza otro problema: todos los presidentes de la republica y gobernadores (el caso de Jaime Bonilla Valdez en Baja California es un ejemplo) se han visto en la necesidad de comprar votos para aprobar leyes que les interesan, y a veces no sólo con dinero en efectivo sino con escalafones de poder. Algunos políticos presuntamente incluidos en la lista de Lozoya ya están acumulando casos similares para apilar decenas de expedientes similares.

Lo de las grabaciones serán un circo. De tenerlas, el gobierno actual las va a dosificar a su interés. El presidente Zedillo tuvo en sus manos grabaciones de Carlos Ahumada y otras que le hicieron en Cuba en las que confesó a quiénes había sobornado, pero esas pruebas fueron desaparecidas, escondidas o quemadas porque implicarían, también, el desmoronamiento del régimen.

En la realidad, el caso Lozoya pasará a los anales de los corruptos purificados; en los procesos legales, Lozoya aparece como el corrupto mayor, un señalamiento que ya manchó de por vida y más allá a toda su familia: por decisión propia, aunque por complicidades por el poder, Lozoya fue un factor corruptor para lograr los votos de aprobación de la reforma energética. La delación de cómplices no lo exonerará de sus propias culpas morales y éticas.

Pero nadie está descubriendo el hilo negro. El 12 de mayo de 1990, como parte del eje neoliberal del proyecto de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa de ley para privatizar la banca que se había expropiado para el Estado el 1 de septiembre de 1982. Lo significativo del caso que muchos diputados priistas y de oposición que votaron por la expropiación en 1982 también lo hicieron por la privatización, algunos ya sin estar del PRI en 1990 y otros hoy en el PRD y hasta en Morena, casi todos a cambio de dinero.

La purificación de políticos corruptos realizada en la actual administración es el indicio del destino de Lozoya Austin. Por lo tanto, la lucha contra la corrupción no ha servido, ni servirá, como mecanismo de destrucción del viejo régimen para la edificación de uno nuevo. Y lo grave es que muchos corruptos del viejo régimen siguen en activo en el gobierno actual, sin preocuparse por limpiar sus biografías.

Así que nadie verá tras las rejas a Peña Nieto ni a Luis Videgaray por el factor de impunidad de régimen.

 

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PIB. Quiérase o no, el PIB será el eje fundamental de la crisis mexicana. Ya va en -10% y seguirá bajando para quedar en alrededor -14%. Y la capacidad de reactivación en 2021 estará limitada por el nulo apoyo gubernamental a sectores para la reactivación. Por eso algunos inversionistas están evaluando una recesión con PIB negativo para 2020, 2021 y 2022.

Política para dummies: La política es el arte de atravesar pantanos con alas inmaculadas, porque la política es el pantano.

 

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Contracolumna UN MUSSOLINI EN PALACIO CARTA DE INTELECTUALES


JOSÉ MARTÍNEZ M.


¿De veras Presidente usted admira a Mussolini?
Una pregunta: ¿Por qué tanto odio a los intelectuales?
Usted dice que es “humanista” pero presenta los rasgos de un fascista.
Como usted que admira, sin rubor, a uno de los más aborrecibles asesinos en la historia de la humanidad, en México se han dado casos de recalcitrantes ultraderechistas que han profesado su admiración por Hitler. Vaya, hasta el célebre José Vasconcelos era uno de ellos.

Pero jamás ningún Presidente había rendido culto a un asesino.

Mussolini acabó con la democracia italiana con reformas a las leyes para desmantelar el estado liberal e implantar un régimen fascista. Impuso la pena de muerte, disolvió los partidos políticos y cerró a los periódicos. Y si eso no fuera suficiente recurrió inmisericordemente al usó de armas químicas contra sus enemigos dentro y fuera de su país.
Usted ha dejado en claro su admiración por Benito Mussolini al que califica como “un gran dirigente” con “dimensión mundial”. 

Ver enlace (https://ciudadanospormexico.org/amlo-llama-a-benito-mussol…/)

Ha pasado más de un siglo desde el último levantamiento armado contra un dictador que se perpetuó en el poder. Nuestra transición hacia la democracia ha costado cientos de miles de vida. Con sus asegunes, México ha vivido un largo periodo de paz social, con algunos lapsos de irrupción por la carencia de justicia y la impunidad. Pero ningún Presidente se ha comportado como usted. Sembrando odio y dividiendo al país. Por esa razón, sobre usted llueven lo mismo críticas que alabanzas. Para su desgracia están pesando más las primeras.
Por esa simple razón ha llegado el momento de decir basta.
Sus atrocidades están conduciendo al país a una de sus mayores catástrofes sociales, económicas y políticas. La crisis sanitaria derivada del Covid -19 y la violencia con sus masacres a lo largo y ancho del país, son una muestra de la ingobernabilidad que padece el país. Y no olvidemos tampoco la crisis humanitaria de los migrantes.
Nunca antes hubo un Presidente que se declarara enemigo de la cultura y de la ciencia –a cuyos sectores ha castigado con el presupuesto público–.
Usted es un galimatías político. Un amasijo de contradicciones ideológicas. No habla de forma clara. Es evidente la permanente confusión de sus ideas. Generalmente tiene expresiones sin sentido y cuando se le cuestiona muchas de sus respuestas son incoherentes.
Dogmático y sectario, usted se asume en el bando de los “liberales”, pero tampoco le gusta ser encajonado en la “izquierda”, por lo tanto usted dice que es un político “humanista” pero nunca ha definido qué significa tal enunciado, tanto filosófico como político.
Usted ha propuesto una “cuarta transformación” para cambiar el antiguo régimen. Tiene razón, hace falta una refundación del país, pero se ha equivocado de estrategia.
Usted es un enemigo de la transparencia y de la rendición de cuentas. Los mexicanos estamos hartos de la corrupción y de la impunidad. Pero su gobierno está igual o peor que los anteriores.
Usted no escucha, impone. Es el primero en romper la disciplina del gobierno. No respeta la autonomía de las instituciones. Arroja la piedra y esconde la mano. Ofende y luego recula. Dice y se contradice.
Busca erigirse en el “guardián” de las elecciones. Se apoya en las fuerzas armadas a las que usted ofendió como nadie antes más lo hizo. Criticó a los empresarios y los acusó de ser la Mafia del Poder. Ahora se apoya en ellos como sus “consejeros”. El duopolio Televisa-Tv Azteca son pilares de su gobierno y los favorece con la mayor parte del gasto publicitario del gobierno.
Usted que tanto habla de historia y que se siente un filósofo de la vida, debería leer a los griegos. Uno de ellos, de los llamados siete sabios, Pitaco de Mitilene, decía. “Si quieres conocer a un hombre, cúbrelo de poder. El poder no corrompe; desenmascara”.
Usted es un manipulador que juega con la esperanza de la gente. Desgraciadamente la ignorancia es uno de los mayores males de nuestro país. El analfabetismo político es tremendo. Lo vemos constantemente ahora en las redes sociales, la nueva plaza pública donde se expresa la opinión pública.
Afortunadamente la sociedad civil ha ido emergiendo en los últimos años mientras los partidos políticos se van haciendo chiquitos. La partidocracia es un ejemplo de ello.
Ahora han surgido organizaciones ciudadanas en reemplazo de los partidos. Así como también su gobierno está creando grupos de choque como los falangistas en la dictadura de Franco en España.
Usted que tanto admira a Mussolini sabe muy bien que Hitler pensaba que el Tercer Reich iba a durar mil años. Para fortuna de la humanidad no ocurrió así.
La “cuarta transformación”, según usted, es un proyecto de largo aliento. Vaya, ni los tecnócratas con Salinas pudieron cumplir sus sueños de establecer un proyecto neoliberal de 30 años.
Es por esta razón que suscribo la carta de los intelectuales que proponen construir un contrapeso ciudadano y de partidos de oposición al gobierno autoritario que usted encabeza.
Espero que la sociedad civil, los ciudadanos comunes, se sumen a esta lucha en defensa de la democracia.
Los mexicanos no queremos un Mussolini en Palacio.
Ya abundaremos sobre los intelectuales y su relación con la cuarta transformación.