JOSÉ MARTÍNEZ M.
El próximo 19 de Septiembre La Jornada cumplirá 36 años de su existencia.
Para el presidente Obrador “el mejor periódico del mundo” es La Jornada.
En cambio la revista Proceso es una publicación “amarillista” y
“sensacionalista”. El resto de la prensa mexicana merece su desprecio. Y
no se diga de la prensa Internacional que es vista por Obrador peor
todavía que la mexicana.
(https://www.proceso.com.mx/…/amlo-llama-amarillista-a-proce…)
Todos sabemos del odio que Obrador transpira por el periódico Reforma y
no se diga por el periodista Carlos Loret de Mola y su compinche Brozo
(Víctor Trujillo).
Para el tabasqueño, Reforma es el símbolo de la
“prensa fifí” y el “enemigo” a vencer. En cambio, La Jornada es como la
Biblia para Obrador.
Azuzado por sus “consejeros áulicos”, –uno de
ellos, Epigmenio Ibarra, a quien en los salones del Palacio conocen como
el Niño Artillero– Obrador pretendía dar un golpe sobre la mesa el
viernes 8 de marzo de 2019. El asunto era meter a la cárcel al dueño
del periódico Reforma. Sin duda, un mensaje aterrador para el resto de
la prensa.
Obrador buscaba a como diera lugar dar un escarmiento a
Alejandro Junco de la Vega, y de paso a su esposa, la señora Rosa Laura
Elizondo. Como su gobierno escarbó hasta por debajo de las piedras y no
encontró nada pues se usó como pretexto echarle encima al SAT. ¡Oh
sorpresa! Las autoridades fiscales encontraron las supuestas “huellas de
un crimen”. Una supuesta diferencia de 12 mil pesos del ejercicio
fiscal correspondiente al año 2015.
El empresario recibió un
ultimátum para que el viernes 8 de marzo de 2019 se presentara con
carácter de “urgente” ante las oficinas del Servicio de Administración
Tributaria en la ciudad de Monterrey para comparecer en lo que a juicio
del gobierno era un “fraude fiscal”. Falso.
El más lego de los
contadores bisoños podía entender que se trataba de un simple y
ordinario ejercicio fiscal. El mismo periódico dio cuenta de ello en su
portal de noticias: “la diferencia se dio por el desfase entre un
finiquito laboral y el timbrado del comprobante fiscal digital que
abarcan meses diferentes. Esto resulta con un saldo a favor en un mes y a
cargo en el otro, siendo el saldo neto igual a cero”.
El lector se
dará cuenta de lo ruin y perverso de quienes ejercen el poder cuando se
ven acosados por las voces críticas. Lo mismo ocurrió durante el
gobierno del presidente Zedillo quien ordenó meter a la cárcel al
propietario del periódico El Universal Juan Francisco Ealy Ortiz. Los
hechos ocurrieron en 1996 cuando Ealy fue arrestado bajo los cargos de
evadir al fisco un poco más de 5 millones de dólares. Ealy fue liberado
luego de unas horas tras pagar una fianza de 2 millones de dólares.
Obrador actúa como en los viejos tiempos del priismo para inhibir la
libertad de expresión. Lo peor es que ahora el tabasqueño ha puesto en
la misma trinchera de sus enemigos lo mismo a Reforma que El Universal,
periódicos a los que acusa de “neoliberales” y “conservadores”.
Cuando un modesto reportero del Reforma increpa a Obrador en alguna de
sus conferencias, éste lo humilla y hace escarnio de esos periodistas.
El presidente se refocila y aprovecha para lanzar sus peroratas contra
quienes lo confrontan, a quienes invariablemente llama “chayoteros” o
“zopilotes”.
Pero cuando se trata de La Jornada, es otra cosa.
Obrador los apapacha y los endiosa, para él son lo máximo, los
“verdaderos periodistas” del universo. Salvo algunas excepciones, la
mayoría periodistas domesticados y fanatizados.
La relación de
Obrador con La Jornada es añeja y “purificadora”. No importa que el
periódico se maneje de manera caciquil, que maltrate a sus periodistas, a
los que viola sus derechos laborales y les incumple lo ordenado por las
leyes; que se hagan manejos indebidos de recursos y que el periódico
haya sido tomado como un botín de unos cuantos que se han enriquecido
ilícitamente.
La Jornada hoy forma parte de la estructura del
poder. Es una célula de Morena y la cuarta transformación. Pasó de ser
un diario alabado por los más conspicuos intelectuales a un panfleto del
obradorismo.
Sus más importantes colaboradores dejaron de publicar
en sus páginas. Persisten los fanáticos de Obrador, sus moneros
propagandistas y su directora perpetua que ha pasado por encima de los
estatutos y la ética de ese periódico con la complicidad de sus socios.
Cuando Proceso puso al multimillonario Carlos Slim bajo su lupa por la
perversa relación con el presidente Salinas, el magnate sedujo a Carlos
Payán y lo apoyó para hacer negocios con TV Azteca a través de Argos y
su socio Epigmenio Ibarra. Slim incluso le regaló a La Jornada un
moderno conmutador. Todo a cambio de su silencio cómplice y su
“amistad”.
Payán vive ahora rico y con un dorado retiro en España
con su jubilación jugosa. Carmen Lira se ha enriquecido. Propiedades por
aquí propiedades por allá. Su lujoso condominio de Bosques de Las Lomas
de más de un millón de dólares, su pied-à-terre en París, su
departamento de lujo en Acapulco, su residencia en la Alcaldía Benito
Juárez, el departamento de su secretaria (en realidad propiedad de las
hermanas Lira) en el que vive uno de los hijos de Obrador, mientras
decenas de trabajadores que no han podido cobrar sus liquidaciones tras
sus despidos pese a la sentencia de las autoridades laborales tras el
juicio derivado por la huelga de 2017.
Tras la huelga hubo hechos
atroces como el hostigamiento por parte de los directivos de La Jornada
en contra del hijo de los periodistas de Alejandro Caballero y Judith
Calderón, un joven quien terminó suicidándose por una persecución
judicial por apoyar a los trabajadores del sindicato en huelga.
Cuando Obrador presenta la lista de los periodistas beneficiados por
Peña Nieto con cantidades millonarias no incluye a La Jornada que
recibió en ese sexenio de ese gobierno “neoliberal” 530 millones de
pesos de “publicidad” frente a Reforma que percibió 297 millones de
pesos por el mismo concepto.
Como un buen ejemplo de la “austeridad
republicana”, el presidente Obrador autorizó en su primer año de
gobierno un incremento de 107 por ciento en el gasto de publicidad para
La Jornada. De 121 millones 590 mil pesos que recibió en 2018 pasó en
2019 a 251 millones 646 mil pesos.
En próximas entregas seguiremos
abundando en el tema de La Jornada y cómo este periódico terminó
devorado por la cuarta transformación como Saturno devoró a sus hijos.
(https://cobertura360.mx/…/video-amlo-felicita-a-la-jornada…/)
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