jueves, 10 de septiembre de 2020

Contracolumna • LA JORNADA Y REFORMA, DISTINTA VARA • OBRADOR BUSCÓ METER A LA CÁRCEL A JUNCO

JOSÉ MARTÍNEZ M.

El próximo 19 de Septiembre La Jornada cumplirá 36 años de su existencia. Para el presidente Obrador “el mejor periódico del mundo” es La Jornada. En cambio la revista Proceso es una publicación “amarillista” y “sensacionalista”. El resto de la prensa mexicana merece su desprecio. Y no se diga de la prensa Internacional que es vista por Obrador peor todavía que la mexicana.
(https://www.proceso.com.mx/…/amlo-llama-amarillista-a-proce…)
Todos sabemos del odio que Obrador transpira por el periódico Reforma y no se diga por el periodista Carlos Loret de Mola y su compinche Brozo (Víctor Trujillo).
Para el tabasqueño, Reforma es el símbolo de la “prensa fifí” y el “enemigo” a vencer. En cambio, La Jornada es como la Biblia para Obrador.
Azuzado por sus “consejeros áulicos”, –uno de ellos, Epigmenio Ibarra, a quien en los salones del Palacio conocen como el Niño Artillero– Obrador pretendía dar un golpe sobre la mesa el viernes 8 de marzo de 2019. El asunto era meter a la cárcel al dueño del periódico Reforma. Sin duda, un mensaje aterrador para el resto de la prensa.
Obrador buscaba a como diera lugar dar un escarmiento a Alejandro Junco de la Vega, y de paso a su esposa, la señora Rosa Laura Elizondo. Como su gobierno escarbó hasta por debajo de las piedras y no encontró nada pues se usó como pretexto echarle encima al SAT. ¡Oh sorpresa! Las autoridades fiscales encontraron las supuestas “huellas de un crimen”. Una supuesta diferencia de 12 mil pesos del ejercicio fiscal correspondiente al año 2015.
El empresario recibió un ultimátum para que el viernes 8 de marzo de 2019 se presentara con carácter de “urgente” ante las oficinas del Servicio de Administración Tributaria en la ciudad de Monterrey para comparecer en lo que a juicio del gobierno era un “fraude fiscal”. Falso.
El más lego de los contadores bisoños podía entender que se trataba de un simple y ordinario ejercicio fiscal. El mismo periódico dio cuenta de ello en su portal de noticias: “la diferencia se dio por el desfase entre un finiquito laboral y el timbrado del comprobante fiscal digital que abarcan meses diferentes. Esto resulta con un saldo a favor en un mes y a cargo en el otro, siendo el saldo neto igual a cero”.
El lector se dará cuenta de lo ruin y perverso de quienes ejercen el poder cuando se ven acosados por las voces críticas. Lo mismo ocurrió durante el gobierno del presidente Zedillo quien ordenó meter a la cárcel al propietario del periódico El Universal Juan Francisco Ealy Ortiz. Los hechos ocurrieron en 1996 cuando Ealy fue arrestado bajo los cargos de evadir al fisco un poco más de 5 millones de dólares. Ealy fue liberado luego de unas horas tras pagar una fianza de 2 millones de dólares.
Obrador actúa como en los viejos tiempos del priismo para inhibir la libertad de expresión. Lo peor es que ahora el tabasqueño ha puesto en la misma trinchera de sus enemigos lo mismo a Reforma que El Universal, periódicos a los que acusa de “neoliberales” y “conservadores”.
Cuando un modesto reportero del Reforma increpa a Obrador en alguna de sus conferencias, éste lo humilla y hace escarnio de esos periodistas. El presidente se refocila y aprovecha para lanzar sus peroratas contra quienes lo confrontan, a quienes invariablemente llama “chayoteros” o “zopilotes”.
Pero cuando se trata de La Jornada, es otra cosa. Obrador los apapacha y los endiosa, para él son lo máximo, los “verdaderos periodistas” del universo. Salvo algunas excepciones, la mayoría periodistas domesticados y fanatizados.
La relación de Obrador con La Jornada es añeja y “purificadora”. No importa que el periódico se maneje de manera caciquil, que maltrate a sus periodistas, a los que viola sus derechos laborales y les incumple lo ordenado por las leyes; que se hagan manejos indebidos de recursos y que el periódico haya sido tomado como un botín de unos cuantos que se han enriquecido ilícitamente.
La Jornada hoy forma parte de la estructura del poder. Es una célula de Morena y la cuarta transformación. Pasó de ser un diario alabado por los más conspicuos intelectuales a un panfleto del obradorismo.
Sus más importantes colaboradores dejaron de publicar en sus páginas. Persisten los fanáticos de Obrador, sus moneros propagandistas y su directora perpetua que ha pasado por encima de los estatutos y la ética de ese periódico con la complicidad de sus socios.
Cuando Proceso puso al multimillonario Carlos Slim bajo su lupa por la perversa relación con el presidente Salinas, el magnate sedujo a Carlos Payán y lo apoyó para hacer negocios con TV Azteca a través de Argos y su socio Epigmenio Ibarra. Slim incluso le regaló a La Jornada un moderno conmutador. Todo a cambio de su silencio cómplice y su “amistad”.
Payán vive ahora rico y con un dorado retiro en España con su jubilación jugosa. Carmen Lira se ha enriquecido. Propiedades por aquí propiedades por allá. Su lujoso condominio de Bosques de Las Lomas de más de un millón de dólares, su pied-à-terre en París, su departamento de lujo en Acapulco, su residencia en la Alcaldía Benito Juárez, el departamento de su secretaria (en realidad propiedad de las hermanas Lira) en el que vive uno de los hijos de Obrador, mientras decenas de trabajadores que no han podido cobrar sus liquidaciones tras sus despidos pese a la sentencia de las autoridades laborales tras el juicio derivado por la huelga de 2017.
Tras la huelga hubo hechos atroces como el hostigamiento por parte de los directivos de La Jornada en contra del hijo de los periodistas de Alejandro Caballero y Judith Calderón, un joven quien terminó suicidándose por una persecución judicial por apoyar a los trabajadores del sindicato en huelga.
Cuando Obrador presenta la lista de los periodistas beneficiados por Peña Nieto con cantidades millonarias no incluye a La Jornada que recibió en ese sexenio de ese gobierno “neoliberal” 530 millones de pesos de “publicidad” frente a Reforma que percibió 297 millones de pesos por el mismo concepto.
Como un buen ejemplo de la “austeridad republicana”, el presidente Obrador autorizó en su primer año de gobierno un incremento de 107 por ciento en el gasto de publicidad para La Jornada. De 121 millones 590 mil pesos que recibió en 2018 pasó en 2019 a 251 millones 646 mil pesos.
En próximas entregas seguiremos abundando en el tema de La Jornada y cómo este periódico terminó devorado por la cuarta transformación como Saturno devoró a sus hijos.
(https://cobertura360.mx/…/video-amlo-felicita-a-la-jornada…/)

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