Carlos
Ramírez
Las amenazas
del presidente Donald Trump de caracterizar
a cárteles mexicanos del crimen
organizado como terroristas ha
tenido detrás un expediente de
inteligencia contra el Cártel Jalisco
Nueva Generación y contra el Cártel
de El Chapo. Estas organizaciones
criminales transnacionales mexicanas
que operan de manera masiva dentro
de los EE UU estarían llegando a ser grupos con propósitos políticos como la narcoguerrilla
de las FARC colombianas.
La Operación Python de la DEA en marzo
arrestó a más de 600 efectivos del CJNG,
pero esa ofensiva antinarcóticos ya cruzó
la frontera sur y está en México. Algunos expertos en análisis de seguridad señalan
que en los EE UU tienen la impresión
de que la estrategia mexicana de seguridad publica --que ya no busca desmantelar y descabezar los principales cárteles-- ha permitido la expansión del narco hacia territorio estadunidense.
Los expedientes sobre el CJNG y su líder Nemesio Oseguera
Cervantes están acotados y se carece de información de inteligencia
sobre su evolución y reforzamiento directivo. La versión de que El Mencho está enfermo, retirado o
muerto no ha sido corroborada, tampoco se tienen datos de la
reorganización de la élite dirigente del grupo, salvo algunos nombres más o
medio conocidos. La versión no oficial es que hay nuevas cabezas dirigentes en el cártel
y con mayor capacidad de análisis político.
A pesar de esa
presunta debilidad del CJNG por la falta de atención de tiempo
completo por parte de El Mencho, el cártel no ha detenido su fase de
expansión violenta en toda la república y en los EE UU. Pero lo que más ha
llamado la atención ha sido el uso de algunas técnicas de violencia que se salen del marco de referencia de una
banda delictiva que lucha por control de plazas territoriales. No es lo mismo atentar contra un jefe
policiaco local que se niega a colaborar en un espacio territorial menor, que
intentar asesinar al secretario de
Seguridad de la capital de la república gobernada por una de las preferidas
políticas del presiente López Obrador o amenazar el gobernador de Jalisco,
Enrique Alfaro, sólo por “no estar
jalando”, como si el poder de fuerza del CJNG necesitara de tan altos funcionarios en zonas donde los
nervios del grupo en realidad operan sin
freno y extendiéndose. Es decir, no necesitan de un pacto con esas altas
autoridades. Por tanto, amenazas y agresiones tienen otro objetivo.
Las tácticas
del atentado contra el jefe Omar García Harfuch o las amenazas contra el
gobernador Alfaro y varios miembros del gabinete son propias de organizaciones políticas, no criminales. El
cumplimiento de las amenazas contra esos dos altos funcionarios hubiera
conducido a una operación
gubernamental de exterminio contra
el grupo criminal. Y si bien la capacidad de fuego del CJNG es superior a las policías locales, la Guardia Nacional con el
apoyo de las fuerzas armadas podría casi aplastarlo
como respuesta.
El atentado
contra el jefe policiaco del gobierno de CDMX alertó más a las organizaciones estadunidenses de inteligencia y
seguridad nacional, porque en los EE UU hay una recompensa de 10 millones de
dólares por El Mencho. En la
comunidad de inteligencia de Washington no
les preocupa Harfuch porque no es un cuadro que hayan entrenado ni que
participe en los enlaces
bilaterales, sino que llamó su atención que el CJNG haya pasado a técnicas de guerra que también pudiera aplicar dentro del territorio estadunidense donde
el cártel de El Mencho está siendo acotado por la policía.
La presión estadunidense sobre el gobierno
mexicano por el CJNG y El Mencho va a seguir creciendo porque
esa organización criminal pudiera llevar su guerra
a las calles de los EE UU. En la lógica analítica estadunidense están procesando la información del CJNG con elementos de un reacomodo en la
dirección operativa del grupo criminal a partir de sus operaciones: pasar de lucha contra cárteles menores locales a provocaciones
contra el Estado amenazando a secretarios del gabinete presidencial y
atentando contra el jefe de la policía de la capital de la república. La dimensión de esos operativos contra
figuras del Estado en su primer nivel rebasa la capacidad de El Mencho y
conduce a decisiones de disputas por
el poder con el Estado que requerirían de reflexiones más de guerrilla anti Estado que de criminales.
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Política para dummies: La política en esencia es actividad de pensamiento
estratégico y enfoques de inteligencia.
@carlosramirezh
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