Carlos Ramírez
Sin analizar el escenario de la inseguridad, ni la
reconfiguración del crimen organizado, ni la letalidad de las bandas, ni el regreso
de capos a controlar municipios y funcionarios, la percepción de fracaso
de la Guardia Nacional y la calificación de militarización a la
participación constitucional de militares en seguridad pública es engañosa
y al final beneficia a las bandas criminales que nunca han querido a los
militares como guardianes de las leyes.
De ahí la importancia de algunas puntualizaciones:
1.- No se trata de meter a militares en labores de
seguridad. En diciembre de 2006 el presidente Calderón se ajustó a mandato
constitucional de usar a las fuerzas armadas en labores de seguridad
interior. La ley para regular esa participación que aprobó el presidente
Peña fue abrogada por la Corte.
2.- Los militares siempre han participado en acciones de
apoyo a la seguridad pública por razones de seguridad interior. De nueva cuenta
vale el esfuerzo repetir qué es la seguridad interior en las doctrinas
del Colegio de Defensa Nacional: “condición que proporciona el Estado
mexicano para salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos y el desarrollo
nacional mediante el mantenimiento del Estado de Derecho y la gobernabilidad
democrática en todo el territorio nacional”. Es decir, la seguridad
interior es la fusión de seguridad con desarrollo y bienestar.
3.- Los militares de manera formal participaron en labores
de apoyo a la seguridad pública de diciembre de 2006 a noviembre de 2018 y nunca
se salieron del carril de la seguridad pública; en ese tiempo se habló de militarización
del país, pero nunca hicieron labores de otro tipo.
4.- A lo largo de dos sexenios hubo muchas quejas por
excesos de fuerza de militares en seguridad pública, pero todos fueron
atendidos, investigados y sancionados. Más aún, la Secretaría de la Defensa
Nacional creó su dirección general de derechos humanos que atendió quejas
antes de llegar a la CNDH. Todos los militares en acciones de seguridad
llevaban consigo una tarjeta con las reglas de respeto a los derechos
humanos.
5.- El gobierno de López Obrador ha extendido participación al
ejército en labores civiles, pero no para guardar el orden sino para
realizar actividades productivas. Las razones fueron claras: lealtad,
eficiencia y sobre todo honestidad. La participación militar en la
construcción del aeropuerto no militariza la industria de la
construcción, sino que los soldados al servicio del Estado realizan
obras civiles.
6.- La participación militar en labores de seguridad pública ha
merecido la aprobación del 85%, contra 60% de la policía federal, 48% de
la policía estatal, 39% de la policía municipal y 70% de la Guardia
Nacional. Es decir, a nivel sociedad no existe temor a la militarización
y el grado de confianza hacia los militares es el mayor entre todas las
fuerzas de seguridad.
7.- El problema central con las bandas criminales radica en su letalidad
y su capacidad de adquirir armas en los mercados ilegales de armas de México
y los EE. UU. Las fuerzas armadas son las únicas instancias de seguridad con mayor
capacidad de fuerza disuasoria.
8.- Hay que repetirlo: a la participación de las fuerzas
armadas en seguridad le hace falta la Ley de Seguridad Interior, el
Programa para la Seguridad Nacional y la funcionalidad de la hoy ineficaz
comisión bicameral de seguridad nacional del Congreso.
9.- No hay militarización porque los civiles tienen el control de todas
las oficinas y acciones no militares; congreso, Corte, gubernaturas,
municipios, etcétera.
10.- Y de manera sencilla: si los militares no entran a
seguridad interior, los cárteles seguirán avanzando en el control
del Estado.
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Más vale prevenir… Aún con restricciones de reuniones presenciales, el Centro
Nacional de Prevención de Desastres celebró su 30 aniversario, nacido por los
terremotos de 1985. La participación central fue del coordinador nacional de
Protección Civil, David León. En la reunión, presidida por el secretario de Seguridad
y Protección Ciudadana. Alfonso Durazo Montaño, se presentó un avance
indispensable y urgente: la “Guía para la prevención, preparación y la gestión
de emergencias en el contexto del COVID-19”, además de otras emergencias
previsibles.
Política para dummies: La
política es la capacidad de entendimiento riguroso de la realidad.
@carlosramirezh
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