JOSÉ MARTÍNEZ M.
viernes, 23 de octubre de 2020
Contracolumna • PUEBLA – BARBOSA GOBIERNO RAPAZ • CORRUPCIÓN DEL AUDITOR SUPERIOR
Bárcena vs. Ebrard por línea de diplomacia estratégica ante EU
Carlos Ramírez
En las últimas horas se desató una guerra
burocrática por el control de la línea estratégica de la política exterior y de
seguridad nacional mexicana hacia los EE. UU. en la coyuntura de los intereses
de geopolíticos de la Casa Blanca ante las elecciones del 3 de noviembre.
Además de reacomodos de grupos de poder en el gobierno
mexicano, el trasfondo real es la visión nacionalista del presidente
López Obrador que desarrolla el canciller Marcelo Ebrard y los intereses de Washington
y la comunidad de servicios de inteligencia de la Casa Blanca que parecen estar
detrás de la embajadora de México en Washington, Martha Bárcena.
El campo de acción ha sido el caso Cienfuegos. Ebrard se
movió con excesivo cuidado y en función de los estilos pausados del
presidente de la república, en tanto que la embajadora ha dado por supuestos
los cargos y ha pedido un aumento en la “colaboración” mexicana
en materia de seguridad que hasta ahora no sólo ha beneficiado a Washington,
sino que le ha dado carta blanca para desarrollar operativos de espionaje
en México. En el caso Cienfuegos ha sido evidente: las agencias de inteligencia
de los EE. UU. espiaron a mexicanos dentro de México.
En este sentido, el caso Cienfuegos ha llevado al debate justo el
tema de la colaboración, que para funcionarios como Bárcena
quieren ser colaboracionismo en función de los intereses los EE.
UU. y sin respetar la soberanía mexicana y los intereses nacionales de
instituciones como las fuerzas armadas. Para las agencias estadunidenses,
“cooperación” quiere decir subordinación, en tanto que el presidente
López Obrador y algunos mandos militares plantean la exigencia de que México
desarrolle sus propias estrategias y políticas.
El punto clave radica en lo que Kissinger, en los sesenta, señaló
como la definición de las políticas exteriores: los “intereses
nacionales”. Y resulta que los intereses nacionales de los EE. UU. no
son los mismos que los intereses nacionales de México. El caso Cienfuegos debe entenderse
como una forma de presión de los EE. UU. para obligar a México a regresar
a la guerra criminal contra el narcotráfico que sembró al país de muertos, en
tanto que el presidente López Obrador está comprometido con el modelo de
construcción de la paz que implica enfoques contrarios a los
estadunidenses.
El asunto Cienfuegos ha puesto al descubierto los dos
enfoques contradictorios en materia de seguridad nacional y soberanía mexicana
frente a la seguridad nacional y la soberanía extendida imperial
de la Casa Blanca. El enfoque de la embajadora Bárcena no pone en
entredicho los intereses perversos de la estrategia de seguridad estadunidense
y justifica las acciones de espionaje, operativos de la DEA dentro de
México que violan los acuerdos y la soberanía mexicana y aconseja atender
las preocupaciones estadunidenses.
Ebrard, en cambio, se ha ajustado al enfoque nacional del
presidente López Obrador y su estilo a veces incomprendido de trato con el
presidente Trump para eludir confrontaciones inútiles con el imperio. Ebrard
operó por instrucciones presidenciales la visita de López Obrador a Trump en
Washington y la embajadora Bárcena se dedicó a bombardearla.
El cargo de secretario de Relaciones Exteriores ha pasado,
en los tiempos del PRI y el PAN, por la embajada de México en Washington porque
ahí se asumen las presiones e intereses estadunidenses. Ebrard viene del
equipo central de López Obrador desde el 2000, fue sucesor
designado en la jefatura de gobierno del DF y tiene asignadas tareas adicionales
a las relaciones exteriores por el grado de confianza presidencial, además de
mantener aceitadas relaciones con los grupos de Trump y del demócrata
Joe Biden.
Por esas razones se da la disputa por la cancillería
mexicana.
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TV Indicador. Domingo 23 a las 10.30
de la mañana habrá mesa de “Comunicación y Política” de Samuel Schmidt y Carlos
Ramírez con el politólogo Víctor Alarcón sobre el tema de la crisis en el
sistema de partidos, vía zoom. Inscripciones con Ana Karina Sánchez en anakarinasl@hotmail.com y en WhatsApp
55-1058-6460.
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Política para dummies:
La política es el juego palaciego de intereses.
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miércoles, 21 de octubre de 2020
Contracolumna • PEMEX, BOTÍN DE OCTAVIO OROPEZA • OBRADOR, Y SUS SUEÑOS GUAJIROS
JOSÉ MARTÍNEZ M.
“…el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”. El otoño del patriarca. Gabriel García Márquez.
–Vamos a ser una potencia económica, prometió el presidente Obrador.
Palabras sin convicción, promesa al fin como otras tantas en tantos
años. No es lo mismo ver el país desde la llanura que desde las alturas
del poder. (https://www.youtube.com/watch?v=06JoszvqYXY)
Tiempo atrás el presidente López Portillo prometió lo mismo. Desde el
púlpito ofreció que nos preparáramos para “administrar la abundancia”.
Obrador aún fue más allá: prometió que en materia de salud en su
gobierno estaríamos mejor que los países escandinavos. Noruega era el
modelo a seguir, pero nuestra realidad está en los casi noventa mil
muertos por la pandemia, en los niños con cáncer sin tratamientos…
Promesas van promesas vienen y Obrador actúa peor que sus antecesores.
Ni Vicente Fox en el mejor minuto de su lucidez se atrevió a tanto. ¿De
qué sirvieron tantos años revoloteando sobre los putrefactos restos del
viejo sistema político?
Obrador, el mesías tropical, el hombre de los pantanos de la Macuspana es un personaje garciamarquiano.
En El otoño del patriarca, dice el mítico personaje: “cuando yo me
muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos
de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los
curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto,
porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda
tenga algún valor los pobres nacerán sin culo, ya lo verán, decía,
citando a alguien de sus tiempos de gloria”.
Nuestro patriarca ha
repartido el país a sus aliados, a los empresarios de siempre, a los
políticos de siempre y a los gringos como siempre. Es la “tradición”. En
México los políticos en el poder cada seis años se reparten el país.
Administran las instituciones como feudos. Pemex es un ejemplo de ello.
Nombró al frente de la compañía a Octavio Romero Oropeza, uno de sus
mejores amigos. Oropeza no sólo es un tipo incompetente sino además
corrupto. Como todos los que han pasado por ese puesto, se ha rodeado de
amigos y familiares. La “Cuatro – Te” es más de lo mismo.
Rubén
Gómez, el cocinero argentino de la casa presidencial Olivos, fue un
hombre que durante años dio de desayunar, comer y cenar a invariables de
presidentes. Vio entrar y salir a muchos de éstos conspicuos personajes
de la política, incluidos algunos dictadores. Inamovible e
imperturbable dijo:
–Cambian los menús, cambian los presidentes… Lo que nunca cambia son los invitados.
En México –como en muchos otros gobiernos del mundo– ocurre lo mismo.
Los barones del dinero, los dueños de los monopolios, los consejeros
áulicos son parte de la escenografía de la cuarta transformación. Por el
bien de México, primero los pobres fue un simple slogan de campaña. La
realidad es otra. Lo escribió García Márquez: “… el día en que la mierda
tenga algún valor los pobres nacerán sin culo…”
Lo malo es que
nuestro caso el Palacio presidencial se ha transformado en un manicomio.
Se han inventado nuevos símbolos como parte del envilecimiento de la
política donde un hombre en su rencor y necesidad de venganza reina
sobre los destinos del país. Nos ha dividido y pretende enfrentarnos
unos contra otros con inusitada violencia.
En el fondo permea la frustración, esa experta en hallar culpables, pero nunca es uno mismo.
Hace unos días se le rindió tributo a la memoria del general Lázaro
Cárdenas, el presidente que junto con Benito Juárez son los más
admirados y aclamados por los mexicanos. Cárdenas trascendió por la
expropiación petrolera. Sin duda, su mayor mérito.
¿Pero de qué sirvió su legado?
Obrador pensó acaso que el petróleo sería la palanca para impulsar a México como una potencia mundial, tal y como lo prometió.
Pemex fue el símbolo de la riqueza del país, ahora es un lastre, un símbolo de la corrupción.
Directores y líderes sindicales se enriquecieron por igual, si acaso
algunos de ellos pisaron la cárcel, otros terminaron cobijados por el
poder.
México sigue los pasos de Venezuela. Durante la dictadura
Chávez-Maduro el país sudamericano dilapidó en 15 años la riqueza que
les llevó más de un siglo construir. En el lapso 1999-2014, Venezuela
recibió 960 mil 589 millones de dólares (casi un billón de dólares). De
la bonanza pasaron a la pobreza.
El mal manejo de los fondos
públicos derrumbó las expectativas del modelo socialista. Empresas
expropiadas en nombre de la revolución, otras nacionalizadas y otras
creadas fueron financieramente insostenibles. Se subsidió a países de
América Latina y el Caribe con la venta de petróleo a precios
preferenciales.
Para los venezolanos la riqueza del petróleo
resultó un falso espejismo. La corrupción devoró al país. Igual en
México el petróleo resultó una maldición.
Emilio Lozoya hizo de
Pemex un botín. El exfuncionario goza de privilegios en su proceso.
Desde que llegó extraditado al país fue recibido como un rockstar. No
importa que él como sus antecesores haya lucrado con la riqueza del
país. Hubo quien utilizó los recursos de la petrolera para costear
cirugías plásticas para toda la familia, otros para negociar con los
embarques del oro negro y los menos para adquirir mansiones y obras de
arte y acumular fortunas bancarias en dólares y euros. Jorge Díaz
Serrano, Rogelio Montemayor y Emilio Lozoya lucen impunes en la galería
de ejecutivos de la compañía.
Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y
Carlos Romero Deschamps son las figuras más representativas de la
corrupción sindical, pero hubo otros líderes en el olvido de la justicia
pero no de la memoria colectiva.
¿Quién se acuerda del Pemexgate para financiar la campaña presidencial del PRI en el 2000?
Veinte años después, todo sigue igual.
El gatopardismo de la cuarta transformación es más de lo mismo, aunque
Obrador diga que no son iguales a los priistas y panistas.
Ahora
Octavio Romero Oropeza ha hecho de Pemex su botín. El casi ingeniero
agrónomo cosecha la siembra de su lealtad a su amigo el presidente
Obrador.
“Diosito, no te pido que des, sino que me pongas donde haya”.
Amigos, hermanos, primos, todos caben en la cartera del director de Pemex.
Cómo transformar al país en una potencia económica sobre los escombros de Pemex donde la corrupción ha hecho nido.
Cierto, la principal empresa del gobierno es la más endeuda del mundo,
con más de 105 mil millones de dólares, algo así como el 9 por ciento
del Producto Interno Bruto. La producción ha caído 50 por ciento, cuesta
más caro producir que importar y aún peor el colapso de los precios
internacionales tienen a Pemex en punto de quiebre.
México se ha convertido en un país importador neto de hidrocarburos. ¿Cuándo dejaremos de hacerlo?
Transformar a un país en una potencia extranjera no se hace de la noche
a la mañana como prometió Obrador. Ni siquiera Dios que hizo el mundo
en seis días pudo haberlo logrado, porque al séptimo terminó agotado.
Sí. García Márquez tenía razón: “…el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”.
DEA: crisis y desorden en la comunidad de inteligencia y seguridad nacional de EU
Carlos Ramírez
Como no se había visto
desde la crisis del caso Enrique Camarena Salazar en 1985, la agencia
antinarcóticos de los EE. UU. (DEA, por sus siglas en inglés) ha asumido una autonomía de acción que ha comprometido
la estrategia de inteligencia y seguridad nacional civil y militar de la Casa
Blanca. El operativo contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda se salió de la lógica de la estructurada
comunidad de los servicios de inteligencia de la Casa Blanca.
En 1985 la DEA realizó su propia
investigación, se alió a la CIA en México y al embajador John Gavin y determinó responsables del secuestro,
tortura y asesinato del agente antinarcóticos, aunque por entonces sospechoso
de colaborar con los narcos. Además
de abrir juicios latentes en Los
Angeles contra funcionarios mexicanos que van a ser arrestados apenas pisen suelo estadunidense, la DEA secuestró en
México al doctor Alvarez Machain como responsable
de las torturas, lo llevó en secreto a los EE. UU. y lo encarceló, aunque
después un juez determinó ilegalidades
y fue regresado a México.
El paquete de información del caso Cienfuegos ha sido integrado por la DEA, pero lo
importante es que la DEA es una de las dieciséis
agencias de inteligencia que existen en el gobierno estadunidense y que se coordinan, de manera supuesta, por la
Dirección de Inteligencia Nacional que depende del presidente Trump. De esa
oficina, sólo la DEA es la que se mueve con autonomía e impunidad con sus propias agendas, sin cumplir con los requisitos de coordinación que establece la
National Intelligence Strategy 2019 de los EE. UU.
El problema radica en el desorden,
desconfianzas, insubordinaciones y autonomía funcionales de las agencias, ante
la falta de una dirección de Estado
de la Casa Blanca. Hasta ahora, en menos de cuatro años de gobierno, Trump ha
tenido nada menos que cinco
directores de Inteligencia Nacional --un cargo creado como consecuencia de los
ataques islámicos del 9/11 de 2001 y la falta de una coordinación entre
agencias--, dos de ellos corridos
--en lenguaje mexicano-- por la furia presidencial porque estaban investigando
la injerencia rusa en las elecciones
presidenciales de 2016 y posible en 2020,
En un reportaje
publicado por Robert Draper en The New
York Times Magazine el 9 de agosto pasado se revelan los berrinches,
ironías, descuidos y formas que operan las agencias de inteligencia engañando al presidente Trump para que
firme directrices sin saber y autorice operativos que no entiende. Por primera
vez los EE. UU. carecen de un sólido
escudo de inteligencia y seguridad nacional civil y militar por la incapacidad del presidente Trump para
entender la seguridad nacional.
En un acto sin precedente y violatorio
de las reglas democráticas, el 24 de septiembre 489 funcionarios y exfuncionarios civiles y militares del área de
inteligencia y seguridad nacional acusaron
al presidente Trump de incompetencia
en el tema y pidieron votar por el candidato demócrata Joe Biden, aunque con la
intención secreta de regresar a los
tiempos de la seguridad nacional imperial que somete, asesina, derroca y manipula gobiernos
extranjeros.
En este contexto la DEA lanzó su propio operativo contra el ejército mexicano y lo hizo muy al
estilo Trump: atrabancado, sin
procedimientos legales, manipulando pruebas y tribunales e interviniendo en asuntos internos en otros países y rompiendo compromisos de colaboración
de seguridad nacional e inteligencia militar.
Como en 1985, la DEA desarticula
las relaciones bilaterales México-EE. UU. para ayudar a la campaña de Trump.
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EE. UU. a catorce días
de las elecciones. De acuerdo con un resumen de
encuestas de Real Clear Politics, la brecha en estados decisivos se estrecha porque Trump ha subido y Biden
ha bajado; está en 4.1 puntos de
diferencia, con un margen de error de 2.5 puntos. Trump está en mejor posición
que en el 2016 contra Hillary Clinton.
Y el más desesperado
por la persistencia de Trump y la pasividad
de Dormilón Biden es el expresidente
Obama, quien usa videos para atacar
a su antecesor, el mismo que llegó como repudio
a la presidencia obamista.
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La política la determina el que toma la iniciativa, porque los de adelante
corren mucho y los de atrás se quedaran.
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martes, 20 de octubre de 2020
Coahuila e Hidalgo, atípicos para PRI; pero ayudó el caos en Morena
Carlos Ramírez
La resistencia a la
evolución política en Hidalgo y Coahuila ha obedecido a la existencia de cacicazgos políticos priístas locales,
pero en medio de una incapacidad del PRD para extenderse en esas zonas y justo
en el centro del caos en el partido
Morena por la rebatinga de la presidencia y secretaría general.
En el PRI no hay
secretos ni formulas mágicas: el cacicazgo de los Moreira en Coahuila y de las familias priístas en los últimos
cincuenta años en Hidalgo es similar
al que existe en el Grupo Atlacomulco
que domina el Estado de México, donde el PRI ha sido zarandeado con severidad,
pero no han logrado tumbarlo.
El resultado electoral local en Coahuila e Hidalgo era previsible por esas razones; las
expectativas electorales de Morena en algunas encuestas reflejaban sólo eso:
expectativas; a la hora del voto, los viejos mecanismos de compra de sufragios y de movilización de votantes por la estructura
territorial del viejo PRI dieron los resultados
esperados.
A pesar de las cifras priístas, Coahuila e Hidalgo no prefiguran el regreso del PRI en las
elecciones federales legislativas de junio del 2021 ni en la casi imposible
victoria en gubernaturas. Y centrado en una lucha de facciones en Ciudad de
México, las dirigencias anterior y actual de Morena se han olvidado de las plazas locales, no han construido estructura territorial y tampoco han sabido aprovechar el peso político favorable del
presidente López Obrador.
Más por incapacidad de las élites que por intención presidencial,
Morena puede decirse que no existe
en algunas entidades, aunque en votaciones federales o de gobernador vaya a ganar con candidatos visibles. El PRI,
en cambio, no saldrá de algunas
--repito: sólo algunas-- plazas locales donde existen estructuras caciquiles
políticas de los grupos dominantes. La clave
en las organizaciones partidistas no es el discurso, ni la cercanía
presidencial, ni el gasto social desordenado, sino la existencia de estructuras
territoriales de organización. Los
Moreira en Coahuila y la élite hidalguense --el gobernador Omar Fayad es una pieza menor en la estructura-- han
logrado sostener al PRI como redes
de poder con conexiones directas con el electorado.
El PRI nacional quiere colgarse
la medallita de los resultados
electorales legislativos y municipales locales, pero en realidad nada hizo la dirigencia federal del
partido. Y tampoco existen
condiciones para señalar que Coahuila e Hidalgo anuncien el regreso
del PRI al poder. En las quince gubernaturas en disputa para junio de 2020 el
PRI carece de expectativas en alguna
y en realidad los escenarios estarían beneficiando a Morena como partido aun sin considerar nombres de candidatos.
En los hechos, el PRI perdió
su estructura territorial desde los tiempos del Pronasol de Carlos Salinas de
Gortari como presidente y Luis Donaldo Colosio como líder del PRI, salvo los
casos en los que los gobernadores priístas se negaron a sustituir sus seccionales por los comités Pronasol.
Morena no ha construido estructuras
territoriales en los estados de la república, pero sí ha sabido aprovechar la imagen del presidente
López Obrador.
Coahuila e Hidalgo han sido un laboratorio político para el PRI y un aviso para que Morena ponga
orden interno y no llegue a junio
del 2021 con el caos actual.
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EE. UU. a quince días de
las elecciones. Aunque muchos dan ya por
derrotado a Donald Trump, en realidad los resultados siguen siendo inciertos.
El cálculo del establishment liberal se basa en el voto popular, pero nadie
asegura las tendencias de los 538
votos de colegios electorales que eligen presidente. Por lo pronto, el gran
debate al cierre del proceso se localiza en la prensa liberal que ha entrado en
la zona de histeria informativa para
insultar a Trump, para censurar informaciones negativas sobre Joe Biden y para
pedir de manera directa el voto contra la reelección. De nueva cuenta, en la
guerra política en los EE. UU. la primera víctima
será la verdad y los grandes medios favorables a Biden ya perdieron credibilidad.
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La política debe saber leer la realidad.
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lunes, 19 de octubre de 2020
Contracolumna • OBRADOR SUFRE CALENTURA • EL DESPRESTIGIO DEL EJÉRCITO
Hasta unos años el Ejército era un tema intocable para la prensa. Lo
mismo ocurría con la figura presidencial y la Iglesia. Esos tabúes
terminaron. Ahora están bajo el escrutinio público. Hay que aclarar que
no es una concesión de nadie, es una conquista de la libertad de
expresión contra los prejuicios y la conveniencia del poder. Cierto, el
presidente Obrador se queja de la metralla de críticas en su contra pero
es incapaz de realizar un ejercicio de autocrítica. Por el contrario él
mismo las alienta con sus desplantes y menosprecio por la prensa. Eso
se llama soberbia.
Ahora decidió apartar al secretario de la
Defensa Luis Cresencio Sandoval para que no haga ninguna declaración
sobre el escándalo del general Salvador Cienfuegos. Obrador mismo apeló a
su papel de comandante supremo de las fuerzas armadas para proclamarse
“vocero” del caso Cienfuegos.
“Voy a ser yo el vocero porque es un
asunto muy delicado y yo quiero darle seguimiento e informar para que no
se preste a un golpeteo injusto contra la institución… Vamos a esperar a
que se desarrolle el juicio… no debe culparse a todas las Fuerzas
Armadas… la defensa al Ejército no significa encubrir a nadie, porque si
hay otros oficiales involucrados que se castiguen”.
Con qué calidad
moral el presidente Obrador va a defender a las fuerzas armadas, sí él
mismo las calumnió, atacó y descalificó durante largos años. Él mismo
emprendió una campaña para sacar al ejército de las calles y peor aún se
mofó de su antecesor Felipe Calderón –quien también como él fue jefe
supremo de las fuerzas armadas– al que endilgó el apodo de “Comandante
Borolas”.
No cabe duda que el ejército ha perdido el prestigio de
otras épocas. Pero tampoco los militares son hermanas de la caridad o
monjes tibetanos a los que haya que rendirles deidad. Lo que hay que
brindarles es respeto por lo que representan para el país. Y ese respeto
se los regateó Obrador en su momento.
Entre la verdad jurídica y
la verdad periodística hay un enorme trecho. La prensa no puede erigirse
en un tribunal y condenar a nadie quien sea. Esperemos, pues, las
pruebas y los alegatos del caso Cienfuegos que va de la mano del juicio a
Genaro García Luna –el más poderoso de los miembros del gabinete
presidencial de Calderón– quien enfrenta cargos por sus vínculos con el
narco.
Dudo que exista alguien decidido a meter las manos al fuego
por Cienfuegos como por García Luna. Desde que se destapó la cloaca de
la narcopolítica con el caso Buendía una veintena de generales y otros
altos mandos se han visto involucrados en el narcotráfico. Lo
preocupante es que miles de soldados, de todos los rangos, han desertado
o han estado implicados con estas mafias hasta llegar a la cima de la
pirámide con el general Cienfuegos mientras se desempeñaba al frente de
la Secretaría de la Defensa Nacional desde donde presuntamente actuaba a
favor de un grupo criminal.
Hombre formado en la brega de las
armas, al presidente Álvaro Obregón –quien dijo que él iba a ser el
presidente más honesto de México porque solo robaba con un brazo– se le
atribuye una frase de la picaresca política “no hay general que resista
un cañonazo de 50 mil pesos”. El general Plutarco Elías Calles a la
sazón presidente de la República expulsó del país a los periodistas
Victoriano Salado Álvarez y Jesús Guisa Acevedo por utilizar ese dicho
en contra de los altos mandos militares.
En las fuerzas armadas la
palabra honestidad es más que un acto de disciplina, es una palabra con
una connotación de un hondo significado. Para un militar ser honesto
significa carácter y entereza. No negociar principios, no mentir y ser
hombres abiertos como cajas de cristal en todos los aspectos de su vida.
Por desgracia muchos de estos valores se han ido perdiendo. Los casos
más emblemáticos hasta hora por temas de narcotráfico son los de Jesús
Gutiérrez Rebollo y Salvador Cienfuegos, ambos del más alto rango, pero
hay otros asuntos preocupantes como la corrupción en el manejo de
recursos públicos.
Apenas en el mes de agosto por insistencia de un
diario en la plataforma de transparencia se hizo público un desvío por
más de 156 millones de dólares del ejército a empresas fantasmas, la
mayoría de todo ello durante la gestión del general Salvador Cienfuegos
al frente de la Defensa, aunque también se encuentra involucrada la
actual administración del general Cresencio Sandoval. Ninguno de los
altos mandos responsables hasta ahora ha sido sancionado.
De acuerdo
a una base de datos del SAT, 250 compañías “fantasmas” emitieron 11 mil
175 comprobantes y facturas digitales correspondientes a operaciones
simuladas, inexistentes o ficticias que amparan bienes y servicios
contratados por la Defensa Nacional en decenas de instalaciones
castrenses como campos, cuarteles y guarniciones en diversas zonas del
país, el Heroico Colegio Militar, el Museo Nacional de la Cartografía,
un parque eólico ubicado en el Itsmo de Tehuantepec, el cine del Centro
de Atención Social para Militares Retirados, el Campo Militar 37-D en
Santa Lucía (Estado de México), la Escuela Militar de Sargentos, la
Dirección General de Administración y el cancelado aeropuerto de
Texcoco.
Todas estas anomalías documentadas por el Servicio de Administración Tributaria dependiente de la Secretaría de Hacienda.
Antes de ponerse el uniforme de comandante supremo y asumirse como
vocero del caso Cienfuegos, el presidente Obrador tiene un fuerte reto
hacia el interior de las fuerzas armadas.
Sin duda, la detención del
general Cienfuegos fue una fuerte sacudida para el gobierno de México y
para la reputación de nuestras fuerzas armadas.
Nadie debe estar
por encima de la ley, es un telegrama urgente para el presidente Obrador
cuya administración se rige por la opacidad. La falta de transparencia
hace sucumbir el discurso presidencial de la honestidad.
Obrador
declaró a su gobierno en pie de guerra contra la corrupción, por lo
tanto debe actuar como buen soldado y depurar su administración o
terminará peor que sus antecesores.
Para empezar debe ser congruente
con su discurso de tipificar a la corrupción como un “delito grave”, de
comprometerse a “vigilar” a los “amigos, compañeros y familiares”, “a
no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición
para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder
público”.
Es tiempo de pasar de las diatribas a los hechos en lugar
de sudar calenturas ajenas como es el caso del general Cienfuegos jefe
de la milicia en uno de los gobiernos más corruptos de las últimas
décadas.
Lo malo es que el presidente Obrador está cayendo en el
juego perverso de Estados Unidos de utilizar su dominio imperial para
controlar a México, como a otros países, Panamá en su momento, por
ejemplo con el general Noriega, por el tema de las drogas, cuando parte
del problema está allá, al otro lado del muro.
domingo, 18 de octubre de 2020
Contracolumna * DE CIENFUEGOS A LOS HANK * LA NARCOPOLÍTICA MEXICANA
JOSÉ
MARTÍNEZ M.
Excepto dos periodistas –uno de ellos
Jesús Esquivel, corresponsal de Proceso
y otro de un importante medio de Estados Unidos– tenían conocimiento de la
“Operación Padrino” dirigida en contra del general Salvador Cienfuegos. La
detención del exsecretario de la Defensa Nacional pasó de noche en la prensa
mexicana y aun peor para el gobierno de México. Simplemente no se notificó a
las autoridades mexicanas por la desconfianza en el aparato de seguridad
nacional toda vez que la agencia antidrogas (DEA) tiene indicios de que algunos
mandos importantes de la estructura militar está infiltrada por los cárteles
del narcotráfico.
Desde 2010 la DEA contaba con
información referente a los vínculos de Cienfuegos con el narco. Los
periodistas que fueron alertados fueron advertidos que cualquier mínima
filtración de información les costaría muy caro, pues alertar a quienes están
bajo investigación constituye un grave delito de obstrucción de la justicia y
eso pudo costarles muy caro. La cárcel con condenas severas y multas exorbitantes.
Muchas de estas investigaciones no son
producto de la chistera de un mago que mete la mano a un sombrero y saca un
conejo. No, la del general Cienfuegos es resultado de una larga investigación
de más de una década. Un asunto de ese calibre requiere de tiempo y cuantiosos
recursos humanos, y sobre todo secrecía. Por esa razón el gobierno mexicano no
fue notificado debido a que son persistentes las sospechas de que en México
“todos” los hombres en las más altas esferas del poder podrían estar
involucrados.
Las “filtraciones” de información son
muy comunes en México. Hay publicaciones que disfrazan las filtraciones como
“periodismo de investigación”. Esta práctica es muy común en todas las áreas
del poder en nuestro país y va desde la Presidencia de la república hasta la
más rascuache de las oficinas burocráticas. Cuando esta información se filtra a
los periodistas se vuelve pública y un asunto de interés.
Hace más de 20 años cuando yo
investigaba al profesor Carlos Hank para mi libro “Las Enseñanzas del Profesor”
viví de cerca varios episodios de esta naturaleza. Lejos de incurrir en esas
malas prácticas decidí investigar a fondo los vínculos del poderoso político
mexiquense que aparecía como el padrino del mítico Grupo Atlacomulco.
Viajé por varios países y visité muchos
lugares de México con ese propósito. El Profesor fue uno de los pilares del PRI
y su influencia traspasaba las fronteras de nuestro país.
Estados Unidos investigaba al clan de
los Hank desde hacía años. En 1997 surgió una filtración del Centro Nacional de
Inteligencia sobre Drogas dependiente del Departamento de Justicia respecto a
la llamada “Operación Tigre Blanco” en el que se señalaba a los Hank en su
relación con los más poderosos cárteles de la droga del país.
La periodista Dolia Estévez publicó
información sobre la “Operación Tigre Blanco” en el periódico El
Financiero. Por ese manejo de información, la periodista mexicana
compareció ante la justicia. Fue requerida para presentar su agenda personal,
con citas, direcciones y teléfonos, copias de los correos electrónicos y sus
contactos. El asunto era obligarla a revelar sus fuentes de información. No lo
hizo.
Estévez era acusada de realizar una
“conspiración” para dañar la reputación del gobierno estadounidense.
Los Hank cuya familia goza de un poder
inconmensurable en México y ahora uno de los miembros de esa familia es una de
los prominentes asesores del presidente Obrador, desde hace décadas tienen
presencia en los altos círculos del poder en Estados Unidos. Han realizado
aportaciones para el financiamiento de las campañas del Partido Republicano desde
los tiempos de George Bush padre a la gubernatura y la presidencia de los
Estados Unidos.
Los Hank apoyaron a los Bush en sus
respectivas campañas, como lo hizo un grupo de empresarios mexicanos conocidos
como “Los Amigos de Bush”, entre ellos Moisés Saba, Alonso, Carlos y Guillermo
Ancira, Héctor Burgos, Rodrigo Treviño, los hermanos García Lourdes y Rodolfo
Zedillo, el hermano del expresidente Ernesto Zedillo.
La “Operación Tigre Blanco” realizada
por el Departamento de Justicia, el Departamento del Tesoro, el Servicio de
Aduanas y el FBI y la DEA tocó fuertes intereses del más alto nivel tanto de
México como de Estados Unidos.
Parte de los intereses afectados fueron
contra los Hank.
Como parte de la “Operación Tigre
Blanco” el Departamento del Tesoro impuso a Carlos Hank Rhon una multa de 40
millones de dólares, lo obligó a renunciar a la presidencia del Laredo National
Bancshares, le prohibió participar en otras instituciones financieras sin
previa autorización de la Fed. Pero Hank logró mantener el 70 por ciento de las
acciones del banco texano. Además a Hank se le fijó una multa por 10.75
millones de dólares la FED por Incus, su holding personal en las Islas
Vírgenes.
Todo se originó por una acusación de
venta ilegal de acciones del Laredo National Bancshares y otras violaciones a
las leyes bancarias estadounidenses.
Finalmente, el Departamento de Justicia
se reversó el derecho de actuar al mantener en reserva el expediente criminal
sobre el clan de los Hank.
Como parte de mis investigaciones
periodísticas publiqué de manera íntegra el documento de la “Operación Tigre
Blanco” en la revista Proceso (revista número 1201/ 7 de
noviembre/ 1999) como un adelanto de la publicación de mi libro “Las
enseñanzas del Profesor” (Editorial Océano de México).
Una investigación de esta importancia
como la del general Salvador Cienfuegos no se hace de la noche a la mañana,
toma años y se requiere más que paciencia, tanto para las autoridades que
cumplen con su desempeño como para los periodistas que hacen sus propias investigaciones.
Esto es algo muy diferente a las filtraciones que se manejan en la prensa
mexicana con singular alegría, en especial algunas publicaciones que se
ostentan como “especializadas” en “periodismo de investigación”. Falso.
A continuación presento a los lectores
de la Contracolumna una parte
sustancial de la “Operación Tigre Blanco”.
CONSULTA el siguiente enlace para tener acceso al documento OPERACIÓN TIGRE BLANCO.