viernes, 23 de octubre de 2020

Contracolumna • PUEBLA – BARBOSA GOBIERNO RAPAZ • CORRUPCIÓN DEL AUDITOR SUPERIOR


JOSÉ MARTÍNEZ M.


Puebla atraviesa un severo problema de gobernabilidad donde el gobernador Miguel Barbosa recurre al autoritarismo para tratar de mantener el equilibrio político, pero es insuficiente. Desde el poder se promueve la corrupción extorsionando a los presidentes municipales. A todo aquél que se resista a los chantajes, de inmediato se le inventan delitos y ¡zas! Le cae encima la Auditoria Superior del Estado. A cambio de un “moche” el auditor “aprueba” las cuentas públicas de los municipios.
Aún sin tener facultades legales esa misma práctica la pretendieron aplicar en contra de la Universidad Autónoma de Puebla para chantajear al rector con un propósito: apoderarse de la Universidad.
Las auditorías a la Universidad dependen de la Auditoría Superior de la Federación –no del estado– puesto que la BUAP recibe recursos federales no estatales, lo cual viola las más elementales normas que rigen la autonomía universitaria.
Pero en el estado nadie escapa a la cleptocracia del gobierno. El titular de la Auditoría Superior del Estado, Francisco Romero Serrano maneja a la institución como un feudo personal.
Romero Serrano al margen de la ASE se amafió con un equipo de auditores externos para fiscalizar a las instituciones públicas y “arreglar” mediante componendas las cuentas públicas y pasar los controles del gobierno “sin observaciones”. Claro, todo a cambio de millones de pesos.
De 87 despachos autorizados en el Padrón de Auditores Externos, solo nueve firmas lograron obtener los contratos de 42 entes públicos que en total pagarán por la revisión de sus finanzas 34 millones 173 mil 926.03 pesos, de los cuales entregarán a Romero Serrano 20 por ciento, es decir, 6 millones 834 mil 785.2 pesos, de acuerdo con documentos de la propia Auditoría Superior de la Federación.
Un grupo de colaboradores de la Auditoría Superior del Estado se encuentran coludidos con el titular Francisco Romero Serrano, ellos son: la secretaria ejecutiva de la ASE, Luz Aída Deloya Cobián; José Maccise Flores, secretario técnico, y Juan Carlos Moreno, quien fue auditor especial de cumplimiento financiero y ahora trabaja para el auditor en el Despacho Romero Serrano y Asociados.
Desde sus tiempos de legislador Miguel Barbosa recurrió al chantaje y las extorsiones para amasar una fortuna indebida, dinero con el compró la residencia del expresidente Miguel de la Madrid, en Coyoacán a cambio de varios millones de dólares.
Los “moches” de Barbosa fueron famosos. Cobraba “comisiones” por los “trámites” de recursos públicos para gobiernos estatales y municipales.
Envalentonado llegó a protagonizar enfrentamientos con algunos periodistas, como es el caso de Francisco Zea, del Grupo Imagen, editores del periódico Excélsior.
De acuerdo a Francisco Zea, Miguel Barbosa, fue denunciado en su momento por Moreno Valle por exigir una “cuota” por el trámite de recursos para los municipios poblanos. Barbosa intervino en al menos 62 operaciones para conseguir dinero para obras municipales. De ahí que le indilgaran el mote de “el rey de los moches”. En otras palabras, se trató de verdaderos actos de extorsión.
Pero vayamos a los hechos.
José de Jesús Vázquez García –un cercanísimo colaborador del gobernador Barbosa quien lo puso al frente de las Delegaciones de la Secretaría de Gobernación en el estado de Puebla– fue pillado en una grabación de audio exigiendo “moches” de 30 por ciento a cambio de dar apoyos de la Secretaría de Bienestar a los gobiernos municipales. VER ENLACE (https://www.e-consulta.com/.../audio-director-en...)
El argumento de Vázquez García era conmovedor: “Al gobernador lo dejaron sin recursos”.
Barbosa corrió a su colaborador y se lavó las manos.
La corrupción y los malos manejos al interior del gobierno de Barbosa es tan crítica que nueve funcionarios de su gabinete renunciaron a sus cargos, entre ellos Fernando Manzanilla, quien renunció a la titularidad de la Secretaría General de Gobierno a cinco meses de iniciado su gobierno.
María Concepción Lugo Alarcón también renunció a la Secretaría de Administración y en su lugar llegó Rosa de la Paz Urtuzuastegui Carrillo, fue el segundo relevo en esta dependencia pues el primero fue Salomón Kuri solo duró 19 días.
Otro caso fue el del antropólogo Julio Glockner Rossainz quien renunció antes de cumplir un año en su puesto.
En la lista destaca la renuncia del secretario de Infraestructura Helidoro Luna Vite quien fue sustituido por Juan Daniel Gámez Murillo.
Luna Vite, al renunciar advirtió que existe una minoría “rapaz” que sólo vela por su utilidad e intereses y que se ha infiltrado en la Cuarta Transformación.
Karen Berlanga, renunció a la Secretaría de la Función Pública local y pasó a la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla (ISSSTEP).
Pedro Gómez fue echado de la dirección de Puebla Comunicaciones en medio de escándalos de supuestamente fraguar una campaña sucia contra el gobierno poblano.
Impedido físicamente para gobernar –por el deterioro a su salud, toda vez que el gobernador por causa de su diabetes ha ido perdiendo gradualmente la vista–, Miguel Barbosa podría sujeto de juicio político por la corrupción en su gobierno.
Con seguridad tarde que temprano Barbosa tendrá que abandonar el cargo, sin que antes se le llegara a fincar un juicio político. Mientras tanto hay quienes hacen apuestas sobre la permanencia de Barbosa en el puesto

Bárcena vs. Ebrard por línea de diplomacia estratégica ante EU

 



 

Carlos Ramírez

 

En las últimas horas se desató una guerra burocrática por el control de la línea estratégica de la política exterior y de seguridad nacional mexicana hacia los EE. UU. en la coyuntura de los intereses de geopolíticos de la Casa Blanca ante las elecciones del 3 de noviembre.

Además de reacomodos de grupos de poder en el gobierno mexicano, el trasfondo real es la visión nacionalista del presidente López Obrador que desarrolla el canciller Marcelo Ebrard y los intereses de Washington y la comunidad de servicios de inteligencia de la Casa Blanca que parecen estar detrás de la embajadora de México en Washington, Martha Bárcena.

El campo de acción ha sido el caso Cienfuegos. Ebrard se movió con excesivo cuidado y en función de los estilos pausados del presidente de la república, en tanto que la embajadora ha dado por supuestos los cargos y ha pedido un aumento en la “colaboración” mexicana en materia de seguridad que hasta ahora no sólo ha beneficiado a Washington, sino que le ha dado carta blanca para desarrollar operativos de espionaje en México. En el caso Cienfuegos ha sido evidente: las agencias de inteligencia de los EE. UU. espiaron a mexicanos dentro de México.

En este sentido, el caso Cienfuegos ha llevado al debate justo el tema de la colaboración, que para funcionarios como Bárcena quieren ser colaboracionismo en función de los intereses los EE. UU. y sin respetar la soberanía mexicana y los intereses nacionales de instituciones como las fuerzas armadas. Para las agencias estadunidenses, “cooperación” quiere decir subordinación, en tanto que el presidente López Obrador y algunos mandos militares plantean la exigencia de que México desarrolle sus propias estrategias y políticas.

El punto clave radica en lo que Kissinger, en los sesenta, señaló como la definición de las políticas exteriores: los “intereses nacionales”. Y resulta que los intereses nacionales de los EE. UU. no son los mismos que los intereses nacionales de México. El caso Cienfuegos debe entenderse como una forma de presión de los EE. UU. para obligar a México a regresar a la guerra criminal contra el narcotráfico que sembró al país de muertos, en tanto que el presidente López Obrador está comprometido con el modelo de construcción de la paz que implica enfoques contrarios a los estadunidenses.

El asunto Cienfuegos ha puesto al descubierto los dos enfoques contradictorios en materia de seguridad nacional y soberanía mexicana frente a la seguridad nacional y la soberanía extendida imperial de la Casa Blanca. El enfoque de la embajadora Bárcena no pone en entredicho los intereses perversos de la estrategia de seguridad estadunidense y justifica las acciones de espionaje, operativos de la DEA dentro de México que violan los acuerdos y la soberanía mexicana y aconseja atender las preocupaciones estadunidenses.

Ebrard, en cambio, se ha ajustado al enfoque nacional del presidente López Obrador y su estilo a veces incomprendido de trato con el presidente Trump para eludir confrontaciones inútiles con el imperio. Ebrard operó por instrucciones presidenciales la visita de López Obrador a Trump en Washington y la embajadora Bárcena se dedicó a bombardearla.

El cargo de secretario de Relaciones Exteriores ha pasado, en los tiempos del PRI y el PAN, por la embajada de México en Washington porque ahí se asumen las presiones e intereses estadunidenses. Ebrard viene del equipo central de López Obrador desde el 2000, fue sucesor designado en la jefatura de gobierno del DF y tiene asignadas tareas adicionales a las relaciones exteriores por el grado de confianza presidencial, además de mantener aceitadas relaciones con los grupos de Trump y del demócrata Joe Biden.

Por esas razones se da la disputa por la cancillería mexicana.

 

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TV Indicador. Domingo 23 a las 10.30 de la mañana habrá mesa de “Comunicación y Política” de Samuel Schmidt y Carlos Ramírez con el politólogo Víctor Alarcón sobre el tema de la crisis en el sistema de partidos, vía zoom. Inscripciones con Ana Karina Sánchez en anakarinasl@hotmail.com y en WhatsApp 55-1058-6460.

 

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miércoles, 21 de octubre de 2020

Contracolumna • PEMEX, BOTÍN DE OCTAVIO OROPEZA • OBRADOR, Y SUS SUEÑOS GUAJIROS




JOSÉ MARTÍNEZ M.


“…el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”. El otoño del patriarca. Gabriel García Márquez.

–Vamos a ser una potencia económica, prometió el presidente Obrador. Palabras sin convicción, promesa al fin como otras tantas en tantos años. No es lo mismo ver el país desde la llanura que desde las alturas del poder. (https://www.youtube.com/watch?v=06JoszvqYXY)
Tiempo atrás el presidente López Portillo prometió lo mismo. Desde el púlpito ofreció que nos preparáramos para “administrar la abundancia”.
Obrador aún fue más allá: prometió que en materia de salud en su gobierno estaríamos mejor que los países escandinavos. Noruega era el modelo a seguir, pero nuestra realidad está en los casi noventa mil muertos por la pandemia, en los niños con cáncer sin tratamientos…
Promesas van promesas vienen y Obrador actúa peor que sus antecesores. Ni Vicente Fox en el mejor minuto de su lucidez se atrevió a tanto. ¿De qué sirvieron tantos años revoloteando sobre los putrefactos restos del viejo sistema político?
Obrador, el mesías tropical, el hombre de los pantanos de la Macuspana es un personaje garciamarquiano.
En El otoño del patriarca, dice el mítico personaje: “cuando yo me muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo, ya lo verán, decía, citando a alguien de sus tiempos de gloria”.
Nuestro patriarca ha repartido el país a sus aliados, a los empresarios de siempre, a los políticos de siempre y a los gringos como siempre. Es la “tradición”. En México los políticos en el poder cada seis años se reparten el país. Administran las instituciones como feudos. Pemex es un ejemplo de ello. Nombró al frente de la compañía a Octavio Romero Oropeza, uno de sus mejores amigos. Oropeza no sólo es un tipo incompetente sino además corrupto. Como todos los que han pasado por ese puesto, se ha rodeado de amigos y familiares. La “Cuatro – Te” es más de lo mismo.
Rubén Gómez, el cocinero argentino de la casa presidencial Olivos, fue un hombre que durante años dio de desayunar, comer y cenar a invariables de presidentes. Vio entrar y salir a muchos de éstos conspicuos personajes de la política, incluidos algunos dictadores. Inamovible e imperturbable dijo:
–Cambian los menús, cambian los presidentes… Lo que nunca cambia son los invitados.
En México –como en muchos otros gobiernos del mundo– ocurre lo mismo.
Los barones del dinero, los dueños de los monopolios, los consejeros áulicos son parte de la escenografía de la cuarta transformación. Por el bien de México, primero los pobres fue un simple slogan de campaña. La realidad es otra. Lo escribió García Márquez: “… el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo…”
Lo malo es que nuestro caso el Palacio presidencial se ha transformado en un manicomio. Se han inventado nuevos símbolos como parte del envilecimiento de la política donde un hombre en su rencor y necesidad de venganza reina sobre los destinos del país. Nos ha dividido y pretende enfrentarnos unos contra otros con inusitada violencia.
En el fondo permea la frustración, esa experta en hallar culpables, pero nunca es uno mismo.
Hace unos días se le rindió tributo a la memoria del general Lázaro Cárdenas, el presidente que junto con Benito Juárez son los más admirados y aclamados por los mexicanos. Cárdenas trascendió por la expropiación petrolera. Sin duda, su mayor mérito.
¿Pero de qué sirvió su legado?
Obrador pensó acaso que el petróleo sería la palanca para impulsar a México como una potencia mundial, tal y como lo prometió.
Pemex fue el símbolo de la riqueza del país, ahora es un lastre, un símbolo de la corrupción.
Directores y líderes sindicales se enriquecieron por igual, si acaso algunos de ellos pisaron la cárcel, otros terminaron cobijados por el poder.
México sigue los pasos de Venezuela. Durante la dictadura Chávez-Maduro el país sudamericano dilapidó en 15 años la riqueza que les llevó más de un siglo construir. En el lapso 1999-2014, Venezuela recibió 960 mil 589 millones de dólares (casi un billón de dólares). De la bonanza pasaron a la pobreza.
El mal manejo de los fondos públicos derrumbó las expectativas del modelo socialista. Empresas expropiadas en nombre de la revolución, otras nacionalizadas y otras creadas fueron financieramente insostenibles. Se subsidió a países de América Latina y el Caribe con la venta de petróleo a precios preferenciales.
Para los venezolanos la riqueza del petróleo resultó un falso espejismo. La corrupción devoró al país. Igual en México el petróleo resultó una maldición.
Emilio Lozoya hizo de Pemex un botín. El exfuncionario goza de privilegios en su proceso. Desde que llegó extraditado al país fue recibido como un rockstar. No importa que él como sus antecesores haya lucrado con la riqueza del país. Hubo quien utilizó los recursos de la petrolera para costear cirugías plásticas para toda la familia, otros para negociar con los embarques del oro negro y los menos para adquirir mansiones y obras de arte y acumular fortunas bancarias en dólares y euros. Jorge Díaz Serrano, Rogelio Montemayor y Emilio Lozoya lucen impunes en la galería de ejecutivos de la compañía.
Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y Carlos Romero Deschamps son las figuras más representativas de la corrupción sindical, pero hubo otros líderes en el olvido de la justicia pero no de la memoria colectiva.
¿Quién se acuerda del Pemexgate para financiar la campaña presidencial del PRI en el 2000?
Veinte años después, todo sigue igual.
El gatopardismo de la cuarta transformación es más de lo mismo, aunque Obrador diga que no son iguales a los priistas y panistas.
Ahora Octavio Romero Oropeza ha hecho de Pemex su botín. El casi ingeniero agrónomo cosecha la siembra de su lealtad a su amigo el presidente Obrador.
“Diosito, no te pido que des, sino que me pongas donde haya”.
Amigos, hermanos, primos, todos caben en la cartera del director de Pemex.
Cómo transformar al país en una potencia económica sobre los escombros de Pemex donde la corrupción ha hecho nido.
Cierto, la principal empresa del gobierno es la más endeuda del mundo, con más de 105 mil millones de dólares, algo así como el 9 por ciento del Producto Interno Bruto. La producción ha caído 50 por ciento, cuesta más caro producir que importar y aún peor el colapso de los precios internacionales tienen a Pemex en punto de quiebre.
México se ha convertido en un país importador neto de hidrocarburos. ¿Cuándo dejaremos de hacerlo?
Transformar a un país en una potencia extranjera no se hace de la noche a la mañana como prometió Obrador. Ni siquiera Dios que hizo el mundo en seis días pudo haberlo logrado, porque al séptimo terminó agotado.
Sí. García Márquez tenía razón: “…el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo”.

DEA: crisis y desorden en la comunidad de inteligencia y seguridad nacional de EU

 



Carlos Ramírez

 

Como no se había visto desde la crisis del caso Enrique Camarena Salazar en 1985, la agencia antinarcóticos de los EE. UU. (DEA, por sus siglas en inglés) ha asumido una autonomía de acción que ha comprometido la estrategia de inteligencia y seguridad nacional civil y militar de la Casa Blanca. El operativo contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda se salió de la lógica de la estructurada comunidad de los servicios de inteligencia de la Casa Blanca.

En 1985 la DEA realizó su propia investigación, se alió a la CIA en México y al embajador John Gavin y determinó responsables del secuestro, tortura y asesinato del agente antinarcóticos, aunque por entonces sospechoso de colaborar con los narcos. Además de abrir juicios latentes en Los Angeles contra funcionarios mexicanos que van a ser arrestados apenas pisen suelo estadunidense, la DEA secuestró en México al doctor Alvarez Machain como responsable de las torturas, lo llevó en secreto a los EE. UU. y lo encarceló, aunque después un juez determinó ilegalidades y fue regresado a México.

El paquete de información del caso Cienfuegos ha sido integrado por la DEA, pero lo importante es que la DEA es una de las dieciséis agencias de inteligencia que existen en el gobierno estadunidense y que se coordinan, de manera supuesta, por la Dirección de Inteligencia Nacional que depende del presidente Trump. De esa oficina, sólo la DEA es la que se mueve con autonomía e impunidad con sus propias agendas, sin cumplir con los requisitos de coordinación que establece la National Intelligence Strategy 2019 de los EE. UU.

El problema radica en el desorden, desconfianzas, insubordinaciones y autonomía funcionales de las agencias, ante la falta de una dirección de Estado de la Casa Blanca. Hasta ahora, en menos de cuatro años de gobierno, Trump ha tenido nada menos que cinco directores de Inteligencia Nacional --un cargo creado como consecuencia de los ataques islámicos del 9/11 de 2001 y la falta de una coordinación entre agencias--, dos de ellos corridos --en lenguaje mexicano-- por la furia presidencial porque estaban investigando la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 y posible en 2020,

En un reportaje publicado por Robert Draper en The New York Times Magazine el 9 de agosto pasado se revelan los berrinches, ironías, descuidos y formas que operan las agencias de inteligencia engañando al presidente Trump para que firme directrices sin saber y autorice operativos que no entiende. Por primera vez los EE. UU. carecen de un sólido escudo de inteligencia y seguridad nacional civil y militar por la incapacidad del presidente Trump para entender la seguridad nacional.

En un acto sin precedente y violatorio de las reglas democráticas, el 24 de septiembre 489 funcionarios y exfuncionarios civiles y militares del área de inteligencia y seguridad nacional acusaron al presidente Trump de incompetencia en el tema y pidieron votar por el candidato demócrata Joe Biden, aunque con la intención secreta de regresar a los tiempos de la seguridad nacional imperial que somete, asesina, derroca y manipula gobiernos extranjeros.

En este contexto la DEA lanzó su propio operativo contra el ejército mexicano y lo hizo muy al estilo Trump: atrabancado, sin procedimientos legales, manipulando pruebas y tribunales e interviniendo en asuntos internos en otros países y rompiendo compromisos de colaboración de seguridad nacional e inteligencia militar.

Como en 1985, la DEA desarticula las relaciones bilaterales México-EE. UU. para ayudar a la campaña de Trump.

 

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EE. UU. a catorce días de las elecciones. De acuerdo con un resumen de encuestas de Real Clear Politics, la brecha en estados decisivos se estrecha porque Trump ha subido y Biden ha bajado; está en 4.1 puntos de diferencia, con un margen de error de 2.5 puntos. Trump está en mejor posición que en el 2016 contra Hillary Clinton.

Y el más desesperado por la persistencia de Trump y la pasividad de Dormilón Biden es el expresidente Obama, quien usa videos para atacar a su antecesor, el mismo que llegó como repudio a la presidencia obamista.

 

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martes, 20 de octubre de 2020

Coahuila e Hidalgo, atípicos para PRI; pero ayudó el caos en Morena

 



Carlos Ramírez

 

La resistencia a la evolución política en Hidalgo y Coahuila ha obedecido a la existencia de cacicazgos políticos priístas locales, pero en medio de una incapacidad del PRD para extenderse en esas zonas y justo en el centro del caos en el partido Morena por la rebatinga de la presidencia y secretaría general.

En el PRI no hay secretos ni formulas mágicas: el cacicazgo de los Moreira en Coahuila y de las familias priístas en los últimos cincuenta años en Hidalgo es similar al que existe en el Grupo Atlacomulco que domina el Estado de México, donde el PRI ha sido zarandeado con severidad, pero no han logrado tumbarlo.

El resultado electoral local en Coahuila e Hidalgo era previsible por esas razones; las expectativas electorales de Morena en algunas encuestas reflejaban sólo eso: expectativas; a la hora del voto, los viejos mecanismos de compra de sufragios y de movilización de votantes por la estructura territorial del viejo PRI dieron los resultados esperados.

A pesar de las cifras priístas, Coahuila e Hidalgo no prefiguran el regreso del PRI en las elecciones federales legislativas de junio del 2021 ni en la casi imposible victoria en gubernaturas. Y centrado en una lucha de facciones en Ciudad de México, las dirigencias anterior y actual de Morena se han olvidado de las plazas locales, no han construido estructura territorial y tampoco han sabido aprovechar el peso político favorable del presidente López Obrador.

Más por incapacidad de las élites que por intención presidencial, Morena puede decirse que no existe en algunas entidades, aunque en votaciones federales o de gobernador vaya a ganar con candidatos visibles. El PRI, en cambio, no saldrá de algunas --repito: sólo algunas-- plazas locales donde existen estructuras caciquiles políticas de los grupos dominantes. La clave en las organizaciones partidistas no es el discurso, ni la cercanía presidencial, ni el gasto social desordenado, sino la existencia de estructuras territoriales de organización. Los Moreira en Coahuila y la élite hidalguense --el gobernador Omar Fayad es una pieza menor en la estructura-- han logrado sostener al PRI como redes de poder con conexiones directas con el electorado.

El PRI nacional quiere colgarse la medallita de los resultados electorales legislativos y municipales locales, pero en realidad nada hizo la dirigencia federal del partido. Y tampoco existen condiciones para señalar que Coahuila e Hidalgo anuncien el regreso del PRI al poder. En las quince gubernaturas en disputa para junio de 2020 el PRI carece de expectativas en alguna y en realidad los escenarios estarían beneficiando a Morena como partido aun sin considerar nombres de candidatos.

En los hechos, el PRI perdió su estructura territorial desde los tiempos del Pronasol de Carlos Salinas de Gortari como presidente y Luis Donaldo Colosio como líder del PRI, salvo los casos en los que los gobernadores priístas se negaron a sustituir sus seccionales por los comités Pronasol. Morena no ha construido estructuras territoriales en los estados de la república, pero sí ha sabido aprovechar la imagen del presidente López Obrador.

Coahuila e Hidalgo han sido un laboratorio político para el PRI y un aviso para que Morena ponga orden interno y no llegue a junio del 2021 con el caos actual.

 

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EE. UU. a quince días de las elecciones. Aunque muchos dan ya por derrotado a Donald Trump, en realidad los resultados siguen siendo inciertos. El cálculo del establishment liberal se basa en el voto popular, pero nadie asegura las tendencias de los 538 votos de colegios electorales que eligen presidente. Por lo pronto, el gran debate al cierre del proceso se localiza en la prensa liberal que ha entrado en la zona de histeria informativa para insultar a Trump, para censurar informaciones negativas sobre Joe Biden y para pedir de manera directa el voto contra la reelección. De nueva cuenta, en la guerra política en los EE. UU. la primera víctima será la verdad y los grandes medios favorables a Biden ya perdieron credibilidad.

 

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lunes, 19 de octubre de 2020

Contracolumna • OBRADOR SUFRE CALENTURA • EL DESPRESTIGIO DEL EJÉRCITO



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Hasta unos años el Ejército era un tema intocable para la prensa. Lo mismo ocurría con la figura presidencial y la Iglesia. Esos tabúes terminaron. Ahora están bajo el escrutinio público. Hay que aclarar que no es una concesión de nadie, es una conquista de la libertad de expresión contra los prejuicios y la conveniencia del poder. Cierto, el presidente Obrador se queja de la metralla de críticas en su contra pero es incapaz de realizar un ejercicio de autocrítica. Por el contrario él mismo las alienta con sus desplantes y menosprecio por la prensa. Eso se llama soberbia.
Ahora decidió apartar al secretario de la Defensa Luis Cresencio Sandoval para que no haga ninguna declaración sobre el escándalo del general Salvador Cienfuegos. Obrador mismo apeló a su papel de comandante supremo de las fuerzas armadas para proclamarse “vocero” del caso Cienfuegos.
“Voy a ser yo el vocero porque es un asunto muy delicado y yo quiero darle seguimiento e informar para que no se preste a un golpeteo injusto contra la institución… Vamos a esperar a que se desarrolle el juicio… no debe culparse a todas las Fuerzas Armadas… la defensa al Ejército no significa encubrir a nadie, porque si hay otros oficiales involucrados que se castiguen”.
Con qué calidad moral el presidente Obrador va a defender a las fuerzas armadas, sí él mismo las calumnió, atacó y descalificó durante largos años. Él mismo emprendió una campaña para sacar al ejército de las calles y peor aún se mofó de su antecesor Felipe Calderón –quien también como él fue jefe supremo de las fuerzas armadas– al que endilgó el apodo de “Comandante Borolas”.
No cabe duda que el ejército ha perdido el prestigio de otras épocas. Pero tampoco los militares son hermanas de la caridad o monjes tibetanos a los que haya que rendirles deidad. Lo que hay que brindarles es respeto por lo que representan para el país. Y ese respeto se los regateó Obrador en su momento.
Entre la verdad jurídica y la verdad periodística hay un enorme trecho. La prensa no puede erigirse en un tribunal y condenar a nadie quien sea. Esperemos, pues, las pruebas y los alegatos del caso Cienfuegos que va de la mano del juicio a Genaro García Luna –el más poderoso de los miembros del gabinete presidencial de Calderón– quien enfrenta cargos por sus vínculos con el narco.
Dudo que exista alguien decidido a meter las manos al fuego por Cienfuegos como por García Luna. Desde que se destapó la cloaca de la narcopolítica con el caso Buendía una veintena de generales y otros altos mandos se han visto involucrados en el narcotráfico. Lo preocupante es que miles de soldados, de todos los rangos, han desertado o han estado implicados con estas mafias hasta llegar a la cima de la pirámide con el general Cienfuegos mientras se desempeñaba al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional desde donde presuntamente actuaba a favor de un grupo criminal.
Hombre formado en la brega de las armas, al presidente Álvaro Obregón –quien dijo que él iba a ser el presidente más honesto de México porque solo robaba con un brazo– se le atribuye una frase de la picaresca política “no hay general que resista un cañonazo de 50 mil pesos”. El general Plutarco Elías Calles a la sazón presidente de la República expulsó del país a los periodistas Victoriano Salado Álvarez y Jesús Guisa Acevedo por utilizar ese dicho en contra de los altos mandos militares.
En las fuerzas armadas la palabra honestidad es más que un acto de disciplina, es una palabra con una connotación de un hondo significado. Para un militar ser honesto significa carácter y entereza. No negociar principios, no mentir y ser hombres abiertos como cajas de cristal en todos los aspectos de su vida.
Por desgracia muchos de estos valores se han ido perdiendo. Los casos más emblemáticos hasta hora por temas de narcotráfico son los de Jesús Gutiérrez Rebollo y Salvador Cienfuegos, ambos del más alto rango, pero hay otros asuntos preocupantes como la corrupción en el manejo de recursos públicos.
Apenas en el mes de agosto por insistencia de un diario en la plataforma de transparencia se hizo público un desvío por más de 156 millones de dólares del ejército a empresas fantasmas, la mayoría de todo ello durante la gestión del general Salvador Cienfuegos al frente de la Defensa, aunque también se encuentra involucrada la actual administración del general Cresencio Sandoval. Ninguno de los altos mandos responsables hasta ahora ha sido sancionado.
De acuerdo a una base de datos del SAT, 250 compañías “fantasmas” emitieron 11 mil 175 comprobantes y facturas digitales correspondientes a operaciones simuladas, inexistentes o ficticias que amparan bienes y servicios contratados por la Defensa Nacional en decenas de instalaciones castrenses como campos, cuarteles y guarniciones en diversas zonas del país, el Heroico Colegio Militar, el Museo Nacional de la Cartografía, un parque eólico ubicado en el Itsmo de Tehuantepec, el cine del Centro de Atención Social para Militares Retirados, el Campo Militar 37-D en Santa Lucía (Estado de México), la Escuela Militar de Sargentos, la Dirección General de Administración y el cancelado aeropuerto de Texcoco.
Todas estas anomalías documentadas por el Servicio de Administración Tributaria dependiente de la Secretaría de Hacienda.
Antes de ponerse el uniforme de comandante supremo y asumirse como vocero del caso Cienfuegos, el presidente Obrador tiene un fuerte reto hacia el interior de las fuerzas armadas.
Sin duda, la detención del general Cienfuegos fue una fuerte sacudida para el gobierno de México y para la reputación de nuestras fuerzas armadas.
Nadie debe estar por encima de la ley, es un telegrama urgente para el presidente Obrador cuya administración se rige por la opacidad. La falta de transparencia hace sucumbir el discurso presidencial de la honestidad.
Obrador declaró a su gobierno en pie de guerra contra la corrupción, por lo tanto debe actuar como buen soldado y depurar su administración o terminará peor que sus antecesores.
Para empezar debe ser congruente con su discurso de tipificar a la corrupción como un “delito grave”, de comprometerse a “vigilar” a los “amigos, compañeros y familiares”, “a no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder público”.
Es tiempo de pasar de las diatribas a los hechos en lugar de sudar calenturas ajenas como es el caso del general Cienfuegos jefe de la milicia en uno de los gobiernos más corruptos de las últimas décadas.
Lo malo es que el presidente Obrador está cayendo en el juego perverso de Estados Unidos de utilizar su dominio imperial para controlar a México, como a otros países, Panamá en su momento, por ejemplo con el general Noriega, por el tema de las drogas, cuando parte del problema está allá, al otro lado del muro.

domingo, 18 de octubre de 2020

Contracolumna * DE CIENFUEGOS A LOS HANK * LA NARCOPOLÍTICA MEXICANA

 



JOSÉ MARTÍNEZ M.


Excepto dos periodistas –uno de ellos Jesús Esquivel, corresponsal de Proceso y otro de un importante medio de Estados Unidos– tenían conocimiento de la “Operación Padrino” dirigida en contra del general Salvador Cienfuegos. La detención del exsecretario de la Defensa Nacional pasó de noche en la prensa mexicana y aun peor para el gobierno de México. Simplemente no se notificó a las autoridades mexicanas por la desconfianza en el aparato de seguridad nacional toda vez que la agencia antidrogas (DEA) tiene indicios de que algunos mandos importantes de la estructura militar está infiltrada por los cárteles del narcotráfico.

Desde 2010 la DEA contaba con información referente a los vínculos de Cienfuegos con el narco. Los periodistas que fueron alertados fueron advertidos que cualquier mínima filtración de información les costaría muy caro, pues alertar a quienes están bajo investigación constituye un grave delito de obstrucción de la justicia y eso pudo costarles muy caro. La cárcel con condenas severas y multas exorbitantes.

Muchas de estas investigaciones no son producto de la chistera de un mago que mete la mano a un sombrero y saca un conejo. No, la del general Cienfuegos es resultado de una larga investigación de más de una década. Un asunto de ese calibre requiere de tiempo y cuantiosos recursos humanos, y sobre todo secrecía. Por esa razón el gobierno mexicano no fue notificado debido a que son persistentes las sospechas de que en México “todos” los hombres en las más altas esferas del poder podrían estar involucrados.

Las “filtraciones” de información son muy comunes en México. Hay publicaciones que disfrazan las filtraciones como “periodismo de investigación”. Esta práctica es muy común en todas las áreas del poder en nuestro país y va desde la Presidencia de la república hasta la más rascuache de las oficinas burocráticas. Cuando esta información se filtra a los periodistas se vuelve pública y un asunto de interés.

Hace más de 20 años cuando yo investigaba al profesor Carlos Hank para mi libro “Las Enseñanzas del Profesor” viví de cerca varios episodios de esta naturaleza. Lejos de incurrir en esas malas prácticas decidí investigar a fondo los vínculos del poderoso político mexiquense que aparecía como el padrino del mítico Grupo Atlacomulco.

Viajé por varios países y visité muchos lugares de México con ese propósito. El Profesor fue uno de los pilares del PRI y su influencia traspasaba las fronteras de nuestro país.

Estados Unidos investigaba al clan de los Hank desde hacía años. En 1997 surgió una filtración del Centro Nacional de Inteligencia sobre Drogas dependiente del Departamento de Justicia respecto a la llamada “Operación Tigre Blanco” en el que se señalaba a los Hank en su relación con los más poderosos cárteles de la droga del país.

La periodista Dolia Estévez publicó información sobre la “Operación Tigre Blanco” en el periódico El Financiero. Por ese manejo de información, la periodista mexicana compareció ante la justicia. Fue requerida para presentar su agenda personal, con citas, direcciones y teléfonos, copias de los correos electrónicos y sus contactos. El asunto era obligarla a revelar sus fuentes de información. No lo hizo.

Estévez era acusada de realizar una “conspiración” para dañar la reputación del gobierno estadounidense.

Los Hank cuya familia goza de un poder inconmensurable en México y ahora uno de los miembros de esa familia es una de los prominentes asesores del presidente Obrador, desde hace décadas tienen presencia en los altos círculos del poder en Estados Unidos. Han realizado aportaciones para el financiamiento de las campañas del Partido Republicano desde los tiempos de George Bush padre a la gubernatura y la presidencia de los Estados Unidos.

Los Hank apoyaron a los Bush en sus respectivas campañas, como lo hizo un grupo de empresarios mexicanos conocidos como “Los Amigos de Bush”, entre ellos Moisés Saba, Alonso, Carlos y Guillermo Ancira, Héctor Burgos, Rodrigo Treviño, los hermanos García Lourdes y Rodolfo Zedillo, el hermano del expresidente Ernesto Zedillo.

La “Operación Tigre Blanco” realizada por el Departamento de Justicia, el Departamento del Tesoro, el Servicio de Aduanas y el FBI y la DEA tocó fuertes intereses del más alto nivel tanto de México como de Estados Unidos.

Parte de los intereses afectados fueron contra los Hank.

Como parte de la “Operación Tigre Blanco” el Departamento del Tesoro impuso a Carlos Hank Rhon una multa de 40 millones de dólares, lo obligó a renunciar a la presidencia del Laredo National Bancshares, le prohibió participar en otras instituciones financieras sin previa autorización de la Fed. Pero Hank logró mantener el 70 por ciento de las acciones del banco texano. Además a Hank se le fijó una multa por 10.75 millones de dólares la FED por Incus, su holding personal en las Islas Vírgenes.

Todo se originó por una acusación de venta ilegal de acciones del Laredo National Bancshares y otras violaciones a las leyes bancarias estadounidenses.

Finalmente, el Departamento de Justicia se reversó el derecho de actuar al mantener en reserva el expediente criminal sobre el clan de los Hank.

Como parte de mis investigaciones periodísticas publiqué de manera íntegra el documento de la “Operación Tigre Blanco” en la revista Proceso (revista número 1201/ 7 de noviembre/ 1999) como un adelanto de la publicación de mi libro “Las enseñanzas del Profesor” (Editorial Océano de México).

Una investigación de esta importancia como la del general Salvador Cienfuegos no se hace de la noche a la mañana, toma años y se requiere más que paciencia, tanto para las autoridades que cumplen con su desempeño como para los periodistas que hacen sus propias investigaciones. Esto es algo muy diferente a las filtraciones que se manejan en la prensa mexicana con singular alegría, en especial algunas publicaciones que se ostentan como “especializadas” en “periodismo de investigación”. Falso.

A continuación presento a los lectores de la Contracolumna una parte sustancial de la “Operación Tigre Blanco”.

CONSULTA el siguiente enlace para tener acceso al documento OPERACIÓN TIGRE BLANCO.