martes, 21 de abril de 2020

4T: reforma del modelo de desarrollo o mantener la 3T salinista-populista




Carlos Ramírez
@carlosramirezh

Durante un año la 4T se encontraba atascada en las arenas movedizas de la estructura de intereses de la 3T populista y neoliberal; a pesar de todo, los objetivos asistencialistas del nuevo gobierno alcanzaban para cuando menos fijar una idea de política social. Sin embargo, los efectos del coronavirus en la economía y el modelo de desarrollo serán más destructivos en tanto no se apoye a la planta productiva y el empleo.

En todo caso, quedará la oportunidad positiva presentada por lo negativo del virus: el frenón productivo hará las veces de la fase destructiva de una revolución económica; la 3T nació de la quiebra del modelo económico porfirista; y la 3T.2 del salinismo construyó un nuevo modelo de desarrollo neoliberal a partir del caos populista de 1981-1982.

El dilema de la 4T, en consecuencia, es propiciar el cambio menos pensado --ni de sistema, ni de régimen, ni de Estado--: el de modelo de desarrollo, que a su vez fijaría la nueva correlación de fuerzas sociales, productivas y políticas que impactarían en reacomodos en la triada sistema/régimen/Estado. Si el presidente López Obrador no acepta el desafío y no enfila la 4T hacia un nuevo modelo de desarrollo, entonces quedará en una mezcla ineficiente de 3T y 3T.2: populismo neoliberal, así como el salinismo se redujo a un neoliberalismo populista.

Lo malo de no cambiar estaría en la certeza de que la crisis del coronavirus condenaría a México a seguir por la ruta del 2% promedio anual de PIB, cuando lo que necesita es 6% como en el régimen populista estabilizador 1934-1970. El reto tiene que ver con el PIB indispensable de México para crecer con posibilidades de distribución de la riqueza: 6%. Para esta meta de crecimiento se requiere de un nuevo modelo de desarrollo de mercado con Estado rector. Vietnam, que nació de la victoria comunista y quedó destrozado por la guerra, es hoy un país capitalista más productivo que México. En cambio, Cuba se sigue hundiendo en el pantano de un comunismo improductivo, pero, eso sí, llorando a Fidel Castro.

La clave de un nuevo modelo de desarrollo estaría en tres grandes decisiones: reconversión de la planta industrial, desregulación burocrática y capacitación educativa-laboral de los trabajadores sin el estorbo de los viejos sindicatos priístas dedicados a esquilar a los trabajadores vía cuotas. A su favor, el nuevo modelo de desarrollo tendría el Tratado de Comercio Libre Segunda Generación.

El viejo modelo de desarrollo no supo aprovechar la apertura comercial porque la estrategia de Salinas fue sólo liberar las fronteras comerciales, sin una modernización de la planta productiva. En un cuarto de siglo de TCL la participación mexicana en los productos de importación sigue bajando porque la industria mexicana sigue siendo ineficiente como antes, carece de los estímulos gubernamentales y el Estado no tiene una política industrial.

De ahí el desafío que le ha presentado la crisis sanitaria al gobierno lopezobradorista: lanzar la reforma total del modelo de desarrollo para lograr en el corto plazo una recuperación productiva y del empleo o permitir el desmoronamiento del modelo productivo actual y esperar a que la reactivación sin estímulos oficiales levanta el PIB de una lona de -10% o más y pueda llevarlo a un previsible y máximo 2% hacia 2023 y 2024, dejando el PIB promedio anual prometido de 4% en un 0% o menos.

Por lo tanto, el reto está al frente: instaurar una 4T con reforma del modelo de desarrollo o esperar la salida ortodoxa del ajuste macroeconómico neoliberal y estancarse en una 3T/3T.2.


Minería. El sector minero está en una situación de definiciones. La CTM ha pedido apoyos no económicos sino de funcionamiento y los grandes mineros empresariales German Larrea y Alberto Bailleres, están en el primer círculo presidencial. En cambio, el senador minero-sin-ser-minero Napoleón Gómez Urrutia quiere venganza personal contra los empresarios a costa del trabajo de los trabajadores. Pero el presidente de la república ya aprobó apoyos a las empresas para mantener empleos y cadenas productivas.

Política para dummies: La política es la decisión absurda que luego se convierte en la decisión estratégica.

EL GRAN FRAUDE DE GATELL Y EL CORONAVIRUS...


El Subsecretario Hugo López-Gatell Ramírez asegura que la epidemia es 8 veces más grande de lo que se ve, pero esa cifra se podría estar subestimando. 😦
Usando la misma fórmula y los datos oficiales el número de casos que no estamos viendo serían no 8, sino 30 veces más. 😱👇
Aquí la nota completa: https://codm.info/2VssDdm








EL MISERABLE GRUPO SALINAS





JOSÉ MARTÍNEZ M.



El miserable Grupo Salinas es un imperio al servicio del mejor postor. La gente común, la gente de la calle, con la que se ha enriquecido su dueño, Ricardo Salinas Pliego, ahora siente un encono desbordado. El motivo: la explotación irracional de sus trabajadores. Lo malo es que tiene el respaldo y el apoyo total del presidente Obrador. Increíble, pero cierto, Salinas es el “consejero” más influyente del Presidente. Salinas Pliego es un empresario audaz. Es un auténtico representante del Smart Money, el dinero sagaz. Huele y sabe dónde está el dinero. Preside un imperio que se extiende desde México a Estados Unidos, los países de Centroamérica, así como Perú y Colombia. No es que sea un típico self made man (hombre hecho a sí mismo), su fortuna proviene de sus contactos políticos, como todos los que se enriquecieron de la mano del ex presidente Carlos salinas de Gortari. Raúl Salinas, lo financió con varias decenas de millones de dólares para completar la compra de lo que es hoy TV Azteca. Ahora Salinas Pliego, el amigo incómodo del presidente Obrador, factura un promedio de 9 mil millones de dólares anuales con sus empresas que abarcan medios de comunicación, telecomunicaciones, (Totalplay y Enlace=), servicios financieros y comercio minorista (Grupo Elektra). A sus pies tiene a más de 70 mil empleados, entre ellos a conspicuas figuras públicas como Javier Alatorre y Ricardo Rocha. Hace unos días el conductor estrella de los noticieros de TV Azteca descalificó al vocero del gobierno Hugo López Gatell respecto a las cifras de los infectados por la pandemia del coronavirus. Obrador alegó que Alatorre hizo uso de su libertad de expresión y le refrendó públicamente su amistad. A diferencia de muchos periodistas, Alatorre es exitoso, ha obtenido fama, dinero y poder, gracias a la fuerza mediática que genera la televisión a quienes aparecen cotidianamente en las pantallas. Y como muchos otros de su especie se tutea con los políticos, porque se siente parte de las cofradías del poder. Y así es. Hace años otra figura pública de renombre, Ricardo Rocha terminó doblegado a Salinas Pliego. Rocha, que fue una estrella de Televisa señaló públicamente que Salinas Pliego lo amenazó de muerte. De pronto Rocha cambió de camiseta y pasó a formar parte de Tv Azteca. Desde ahí está a partir un piñón con Salinas Pliego, las amenazas y calumnias entre ambos, fueron “simples pelillos a la mar. El dueño de la televisora del Ajusco ha protagonizado múltiples escándalos, muchos de ellos de corrupción, en la Bolsa de Valores de Nueva Yok, por ejemplo, y también en la Bolsa Mexicano de Valores donde se molestó por el criterio en el manejo de los índices de precios. Pero en fin, el tema de ahora son los medios. Protagonizó un enfrentamiento con Televisa luego de que a finales de los noventa (1997), un grupo de 30 policías intentaban detener a Paty Chapoy, directora y conductora del programa "Ventaneando" acusada por Televisa de violación de derechos de autor. Los telespectadores se quedaron perplejos al presenciar a través de cuatro canales de cobertura nacional las escenas en vivo del mencionado operativo. El asunto era parte de la llamada “guerra de las televisoras”, que involucró a Ricardo Rocha. En julio de 1996, Ricardo Rocha, a través de su programa televisivo Detrás de la noticia, de Televisa, y del diario vespertino Ovaciones, acusó al presidente de Televisión Azteca de haber obtenido un préstamo de 29.8 millones de dólares de Raúl Salinas de Gortari para adquirir la entonces empresa estatal Imevisión. Esa misma noche, el conductor del noticiero Hechos, en el Canal 13, Javier Alatorre respondió con un comunicado oficial de la televisora del Ajusco, en que calificó de "difamatoria" la nota del periódico y exigió a Televisa demostrar sus afirmaciones. Ante esto, el periodista Ricardo Rocha respondió "que la verdad duele" y calificó a Salinas Pliego de "delicadito" y "mentiroso". Ahora Rocha y Alatorre están al servicio del mismo amo. Ya sabemos también cómo se las gastó Salinas Pliego con el agandalle de Canal 40 con las famosas torres de transmisión del cerro del Chiquihuite. Fue un auténtico despojo. El todopoderoso Salinas Pliego se ampara en la enorme influencia que le dan sus medios de comunicación para explotar a sus decenas de miles de trabajadores. El tercer hombre más rico de México (los dos primeros son Carlos Slim Helú y el segundo Germán Larrea), es intocable. Tiene la protección del presidente Obrador. ¿A cambio de qué? Salinas con sus medios de televisión apoyó la campaña presidencial del tabasqueño. Y como amor con amor se paga, Salinas actúa a sus anchas con total impunidad, mientras miles de sus trabajadores no tienen la más mínima seguridad, ni laboral ni sanitaria, en la mayor crisis de salud y económica que haya enfrentado el país, como el resto del mundo, en el último siglo. Tal vez, el único que pudiera ponerle un freno en este preciso momento de indefensión de sus empleados, sería el Presidente, pero eso sería mucho pedir porque al igual que Salinas Pliego, Obrador cree la pandemia del coronavirus se protege con unas simples estampitas de la Virgen de Guadalupe. Entre tanto, que se chinguen los empleados del miserable Grupo Salinas.

lunes, 20 de abril de 2020

Alatorre, el florero Olga y una política de no-comunicación oficial


Carlos Ramírez
http://indicadorpolitico.mx



@carlosramirezh


Como siempre ocurre, sobre todo en los últimos tiempos de crisis y desagregación de lealtades, las teorías de las conspiraciones suelen enredar ciertos incidentes y hacerlos complejos. Pero debe aplicarse el modelo analítico de la navaja de Ockham que dice que la explicación más sencilla es la verdadera.

La frase de Javier Alatorre sobre el vocero sanitario Hugo López-Gatell en su noticiero nocturno de TV Azteca se ha citado incompleta y tergiversada: sólo dijo lo que ya han dicho muchos: no hagan caso a las cifras de López-Gatell porque no son ciertas y están gubernamentalizadas. Y lo dijo al informar de la queja del gobernador bajacaliforniano Jaime Bonilla Valdez, quien, en efecto, ha encarado las cifras del subsecretario de la SSA y ha revelado cifras mayores de infectados y fallecidos.

Lo paradójico --para no decir cómico-- fue que críticos de López-Gatell salieron en su defensa y con ello avalaron las irregularidades en la danza de cifras. Y lo han hecho sin entender que las contradicciones en las cifras diarias del funcionario no hay torpeza, ni falta de control de datos, ni cansancio, sino que ofrecen indicios de una estrategia de desinformación como mecanismo de desmovilización social. Al carecerse de información veraz, todo análisis crítico es falaz.

El trasfondo es más preocupante: al centralizar la información del coronavirus en la conferencia de prensa presidencial de dos horas y sólo de lunes a viernes --sábado y domingo se da un silencio informativo que alimenta cualquier conspiración--, entonces una de las más severas crisis de salud y con graves derivaciones políticas y sociales queda en el territorio apache --hostil, diría el escritor Arturo Pérez Reverte-- de la no-comunicación social del gobierno --concepto creado por el columnista Manuel Buendía-- como política de comunicación social del gobierno: informar para desinformar y que la desinformación desoriente a los críticos y a la oposición.

La aparición somnolienta de la secretaria de Gobernación para regañar a dos diarios de Chihuahua y para apercibir a TV Azteca y al conductor Alatorre sería otro elemento de la no-comunicación social del gobierno: no informar de manera oficial sobre un virus que ha afectado la vida nacional, pero si aplicar todo el peso de la ley contra los que violan protocolos autoritarios. Si Alatorre llevara su caso a la Suprema Corte de Justicia como censura a la libertad de expresión, sin duda que lo exonerarían y con ello avergonzaría --es un decir-- a la somnolienta ministra jubilada de la Corte Olga Sánchez Cordero, hoy en pasmosa fase de desconocimiento de la interpretación de las leyes.

Pero ya todo es parte del circo de distracción de las reacciones oficiales ante los efectos depredadores del COVID-19. Y el gran perdedor fue López-Gatell, pues desde la frase de Javier Alatorre todos han estado encontrando más inconsistencias --para decir lo menos-- en sus reportes y en su sobreexposición mediática, con los excesos propios del showman que ha aprendido a juguetear con el público. En lugar de aclarar las quejas contra sus dichos, López-Gatell sigue sin explicar contradicciones y prefiere el aparato autoritario y censor de la secretaria Sánchez Cordero.

Y queda, al final, Alatorre, víctima propiciatoria de Sánchez Cordero, porque el responsable de la queja contra López-Gatell es el gobernador Bonilla, a quien la ministra jubilada de la Corte avaló obsequiosamente su mecanismo para agandallarse de la gubernatura por cinco años. Ahora resulta que fraseos y opiniones de periodistas pueden caer en delitos de prensa, retomando la definición de Francisco Zarco de que ciertas opiniones de periodistas pueden ser una equivocación, pero nunca ser un delito. El apercibimiento no es más que una orden casi judicial que prohíbe a los críticos cuestionar los mensajes oficiales, es decir, una regla de censura a la crítica.

España. Como uno de los países más dañados por el virus y con un gobierno socialdemócrata-populista que quiere ahondar su espacio político, España se enfrenta a dos realidades: su banco central aventuró una caída del PIB de -13% y las encuestas bajan aprobación al gobierno PSOE-Podemos.

Sensatez, lo peor que está por llegar



JOSÉ MARTINEZ M.

La sensatez es una virtud. Saber escuchar. Oír. Lamentablemente son pocos los hombres del poder que tienen esa cualidad. Por desgracia, nuestro Presidente no la tiene. Es una lástima. He escuchado las voces de innumerables políticos, intelectuales, periodistas, artistas, empresarios y de la gente común llamando a la cordura al Presidente. Lo que me sorprende es que en Obrador no veo la más mínima tortura interior, algo de arrepentimiento por su torcida naturaleza. Lo que observo es que él se siente destinado a los cielos. Vive confiado y contento pensando que el pueblo es feliz. Él está en su zona de confort dando órdenes, imponiendo su autoridad a sus colaboradores a los que invariablemente somete a su control. Las giras de fin de semana y sus conferencias mañaneras son un escenario para su lucimiento personal. Gobierna con un candor que su angelical manera de ver el mundo contrasta con la pésima realidad que vivimos. El mal manejo de las políticas sanitarias ante la pandemia es un ejemplo contundente. Él es el principal responsable de la crisis sanitaria, comenzó con un mal manejo de las medicinas, los recortes a las instituciones de salud, el despido de médicos, la falta de una estrategia a tiempo. En fin. Ningún Presidente, y eso es lo grave, había sido sometido al bisturí de los periodistas. Son casi unánime las críticas negativas sobre su comportamiento como jefe del Estado mexicano. Él mismo se ha encargado de echar a perder su fiesta. Pero en Palacio no lo ven así. Los empresarios están muy desconcertados. Incluso hay algunos que se confabulan para torpedearlo, para desestabilizar su gobierno, pero él se ha rodeado de los enemigos que antes el propio Obrador criticaba. Se rodeó de los peores y para muestra basta un botón: Ricardo Salinas Pliego y sus malas maniobras. Con una frívola vileza el conductor estrella de TV Azteca, convocó a la desobediencia civil y el bribón desató los odios. Qué pena, ojalá Obrador no termine su sexenio llorando bajo lo que queda del árbol de la noche triste. Carajo, qué impotencia. No en balde la historia se parece a la literatura. Don Quijote en este momento sigue embistiendo los molinos, y Aquiles persigue a Héctor frente a los muros de Troya. Pero tanto el Quijote como Aquiles y Héctor vienen de un intenso tránsito o movimiento de toda su vida, que podemos y debemos sabernos de memoria. El escepticismo se ha apoderado de nosotros, ni siquiera hay un poco de esperanza en el camino de la redención. Más de 40 de millones de pobres están solos en la desesperanza sobreviviendo pero hay otros 10 millones que están peor, en la pobreza extrema y éstos se encuentran más solos que los primeros. No sirve de consuelo. Y eso que lo peor aún está por venir no sólo por lo que nos depara la pandemia sino por la carencia de ingresos, pues la mayoría de los mexicanos están más preocupados por llevar un pan a la mesa. A dónde está la responsabilidad social tan cacareada por los empresarios, a dónde están los cientos y cientos de organizaciones filantrópicas. Y qué quedó de aquella frase rimbombante y prosopopéyica de “por el bien de todos, primero los pobres”. Dónde está la prudencia, el buen juicio y la madurez del Presidente en sus actos y decisiones. Lo que vemos es la imprudencia, el encono, la insensatez. Frente a la falta de liderazgo, un amplio sector de las redes sociales nos ha descubierto solidarios y con empatía entre la sociedad civil, la misma que siempre aflora en las desgracias ante los vacíos del poder. En las redes he vuelto a redescubrir a mis amigos. Lo bellamente onírico ha quedado registrado, lo fantástico ha sucedido. Desde aquí le doy las gracias a mis amigos, gracias por hacerme sentir objeto de un gesto tan cordial, como un like, como una muestra limpia de su amistad y de un sentimiento profundamente humano que nos hermana en la desgracia. Y no me queda más que expresarles mis sentimientos de verdadera gratitud. Ojalá el Presidente se despoje de su odio, que deje de dividir a los mexicanos, que ame a su Patria y que convoque a un verdadero pacto de unidad nacional. Entonces sí podríamos comenzar a hablar de una transformación.

domingo, 19 de abril de 2020

Desafío de 4T: distribución de gasto o Estado de bienestar





Carlos Ramírez

@carlosramirezh


La centralización del discurso político de la estrategia económica y social del COVID-19 ha impedido el planteamiento político de la crisis, el efecto y sus secuelas. Lo que se haga o deje de hacer en estos cinco meses va a determinar el destino del sexenio de López Obrador.


El gobierno federal se enfrentó a un dilema existencial: salvar a la planta productiva y al empleo o atender a los aproximadamente 22 millones de mexicanos vulnerables. La estructura apretada de las finanzas públicas no da para más. La carga fiscal de alrededor 18% --contra 35% de los países de la OCDE-- padece el desequilibrio que representa que la mayor parte es de impuestos al consumo. Las empresas regatean el pago, no declaran o evaden, en tanto que el 57% de la población económicamente activa es informal y sólo atiende el impuesto del IVA.


El desafío de México desde la crisis de 1973 ha sido la crisis fiscal del Estado; es decir, el financiamiento de las políticas públicas. El presidente López Obrador ha denunciado la carga existente aún en el presupuesto federal de los pasivos de los bancos --Fobaproa e Ipab--, pero no ha iniciado ninguna iniciativa para reorganizar las deudas que dañan las finanzas públicas.


El gran reto de los gobiernos con objetivos sociales radica en el financiamiento del desarrollo o el financiamiento del asistencialismo, porque no alcanza para los dos. Sin reorganizar la estructura de los ingresos fiscales del Estado, esos gobiernos asistencialistas se enfilan a crisis de inflación-devaluación por el sobregiro del gasto o a la falta de apoyo a la empresa privada y con ello encaminarse hacia bajos crecimientos del PIB.


La crisis del coronavirus ha llevado al gobierno federal a decisiones de emergencia: reorganizar el gasto en función de prioridades sociales, aunque abandonando la protección de la planta productiva y el empleo. Pero una vez que pase la emergencia sanitaria, la reactivación de la economía de un hoyo de -8% a -10% de PIB en 2020 será lenta, a tropezones y sin planta productiva ni empleo. Los países que están protegiendo empresas y trabajadores tendrán en 2021 un PIB positivo.


El reto de la 4T no estará en decidirse a quien salvar, a cambio de abandonar a otro sector, sino en aprovechar la crisis sanitaria para plantear las grandes reformas del gasto público: el financiamiento fiscal sano del gasto federal, el financiamiento del papel del Estado como pivote del apoyo de la empresa privada para aumentar el desarrollo y, de manera muy importante, las aportaciones federales al gasto público de estados y municipios.


Si las organizaciones empresariales están armando acuerdos contra la crisis en sus diferentes niveles, bien podrían apoyar, por ejemplo, una Convención Nacional Hacendaria que lleve a decisiones legales para que las empresas no evadan o eluden el pago de impuestos. El Bloque de los ricos que está pululando alrededor del presidente López Obrador tienen deudas fiscales que se niegan a liquidar y que son urgentes ahora para financiar la emergencia sanitaria, y usan esa cercanía como exculpación de pecados fiscales.


Sin una gran reforma económica del Estado y sin aprovechar la crisis para iniciarla, la capacidad fiscal del Estado apenas servirá para apoyar a los pobres con poco dinero que no les alcanza para mitigar su marginación y tampoco será suficiente para encarar la inflación de bienes básicos.


Los gobiernos asistencialistas asumen la condición de populistas cuando sólo usan la riqueza vigente para desviarla hacia los marginados, pero tienen la oportunidad de construir verdaderos Estados de bienestar con reformas estructurales que amplíen los ingresos fiscales del Estado, incluyendo la parte del fisco que implica la modulación de la riqueza.





Son muchos más. La revista Eje Central publicó en su edición en circulación (https://www.ejecentral.com.mx/semanario-196/) que las cifras oficiales de infectados están ocultando la realidad y señaló que por cada enfermo reconocido hay 30 más, no 8 o 10 como se dijo de manera oficial. En total, hacia finales de la semana pasada existían más de 170 mil mexicanos enfermos y por ello potenciales diseminadores de la infección. Y cada infectado, dicen otros datos, hay hasta 3 contagiados. O sea, lo peor está por venir.


Política para dummies: La política es el espacio para las decisiones radicales, no para explicar los pretextos.

sábado, 18 de abril de 2020