Carlos Ramírez
Cuando el candidato
Andrés Manuel López Obrador se hartó del maniobrerismo del PRD de
Los Chuchos, su iniciativa fue crear un partido que cumpliera con tres
objetivos: organizar a la sociedad marginada, construir un movimiento de
movimientos sociales y ser un partido de izquierda. Un grupo de científicos
sociales trabajó para Morena un proyecto alternativo de nación, pero
luego de terminarlo fue desplazado por los dogmáticos y echado del
parido.
Los diseñadores de ese programa de izquierda no eran
arribistas, ni ex priístas, ni excomunistas burocratizados de la tumba egipcia
del Partido Comunista Mexicano, sino especialistas en ciencias sociales que
habían trabajado en las universidades una línea crítica al neoliberalismo
salinista. El documento Plataforma Electoral 2015 quedó en el olvido,
los redactores fueron marginados del nuevo partido y hoy la dirección política
de Morena se disputa entre el diazordacista-echeverrista-lopezportillista-priísta
Porfirio Muñoz Ledo, el neomorenista disciplinado Mario Delgado y la exempresaria
desideologizada Yeidckol Polevnsky.
Uno de los pivotes del grupo redactor de la Plataforma como
parte del Consejo Consultivo de Morena fue Julio Boltvinik, especialista en
estudios científicos sobre la pobreza y redactor desde hace años de la columna Economía
Moral los viernes en La Jornada. En las últimas semanas Boltvinik ha
reactivado la revisión de esa Plataforma (disponible en http://www.julioboltvinik.org/wp-content/uploads/DOCUMENTO/MORENA/Plataforma_Electoral_MORENA_version_enero_2015.pdf)
para convocar a la construcción de una verdadera alternativa al modelo
económico actual que no ha podido romper --a lo mejor porque no ha encontrado
con verdaderas opciones-- con el pasado populista y neoliberal histórico que
viene desde la Constitución de 1824. En suma, se trataría de definir el camino
de la izquierda en materia de un nuevo modelo de desarrollo, una nueva
política económica y un nuevo Estado social.
Morena sería, en este sentido, la última oportunidad ya no
para derrotar al PRI que agoniza entre el neoliberalismo salinista y el pragmatismo
de José Murat Casab como verdadero líder del tricolor, sino para
construir una opción de izquierda posneoliberal. La propuesta se basa en
dos piezas fundamentales: democracia real o plena y propuesta de un
pacto social y una nueva forma de combatir la inseguridad sin el apoyo de las
fuerzas militares. Es decir, convertir la victoria de 2018 es un verdadero
punto de inflexión o de ruptura con el viejo régimen que no ha muerto y
que sigue prevaleciendo no sólo en la burocracia que ya se pasó a
Morena, sino en el pensamiento político histórico que se sale del determinismo
de las tres transformaciones anteriores.
El camino debiera comenzar con la descolocación de Morena
de los espacios institucionales prevalecientes que lo someten a
las reglas del juego institucional prianista y crear nuevos parámetros político-sociales.
No se trata de mejorar lo existente, sino de construir una nueva
propuesta republicana.
Morena, sin embargo, se ha desviado hacia el pragmatismo
como movimiento de élites y no un partido programático e ideológico de izquierda.
La nueva dirección del partido podría definir a Morena como un PRI revolcado.
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EE. UU.: a 23 días de las elecciones.
Toda la maquinaria de poder del establishment estadunidense va contra Trump, porque
la líder demócrata Nancy Pelosi mostró que el presidente sigue vivo en las
elecciones y por eso quiere destituirlo aplicando la enmienda 25 para
declararlo incompetente con la firma de la mayoría del gabinete. Pese a la andanada
de la prensa que apoya de manera pública y en sus editoriales a Joe
Biden, el saldo del debate entre vicepresidentes le falló a la demócrata
Kamala Harris. El eje central de la campaña de Biden estará en el manejo del COVID
desde la Casa Blanca, pero sin dinamizarse en la sociedad.
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Política para dummies:
La política está en las propuestas, no en las imágenes.
@carlosramirezh
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