miércoles, 2 de septiembre de 2020

CONTRACOLUMNA • NACHO MIER Y LA CUEVA DE ALÍ BABÁ • MORENA Y EL BOTÍN DE LOS DIPUTADOS



JOSÉ MARTÍNEZ M.

La Cámara de Diputados se ha convertido en un verdadero botín. Más allá de las disputas entre los partidos por liderar el control político, un grupo de legisladores mafiosos encabezados por el morenista Ignacio Mier Velazco hacen y deshacen a su antojo un mal manejo de las finanzas de este órgano del Congreso.
No es que el caso Noroña venga a destapar la cloaca del mal manejo de recursos en la Cámara de Diputados. Desde febrero pasado el diputado del Partido del Trabajo Gerardo Fernández Noroña fue denunciado públicamente por su pareja sentimental Martha Angélica Ojeda por incurrir en actos de corrupción, lavado de dinero y delincuencia organizada.
Hace unos días volvió a detonar el escándalo de las malas maniobras de Noroña cuando intentó imponer a su partido como la tercera fuerza política de la Cámara de Diputados y ejercer de esa manera el control político durante el tercer año de la actual Legislatura.
Noroña fue descrito por su pareja como “simulador, violento, mentiroso y vulgar ambicioso”, esas serían en todo caso “peccatas minutas” –pues todos conocemos la mala fama de este individuo– lo grave de los señalamientos en contra de este diputado son los actos de corrupción y los innumerables delitos de los que ha sido denunciado.
Ignacio Mier –un diputado con mala fama como la de Noroña– es quien preside el Comité de Administración de ese órgano legislativo, además de desempeñarse como integrante de las comisiones de Presupuesto y Cuenta Pública y de Seguridad Pública.
El presidente Obrador quien se ha declarado como un cruzado contra la corrupción podría comenzar por limpiar la casa. Millones más millones menos todos sabemos la historia del hermano incómodo Pío Obrador quien goza de cabal salud no obstante haber sido pillado recibiendo moches para la causa obradorista.
Pero para el presidente Obrador la corrupción de casa es “peccata minuta” y la manera amable de disfrazar los delitos de sus huestes son simples “aportaciones”.
Lo grave es que Morena ha trasladado la corrupción al Congreso. En el caso de la Cámara de Diputados es más que evidente el mal manejo de sus multimillonarios recursos (los diputados se auto-aprobaron para el año 2020 un presupuesto de 7 mil 76 millones de pesos)
Tan sólo para “gastos personales” los diputados disponen de un poco más de 4 mil 674 millones y para “ayudas” otros mil 34 millones, el resto de los recursos son para “servicios generales”, “inversión púbica” y “gastos intangibles” bienes muebles e inmuebles.
El diputado Mier Velazco quien a lo largo de su trayectoria política ha estado salpicado de escándalos de corrupción, es quien dispone discrecional y arbitrariamente de esos multimillonarios recursos.
Más allá de independencia del Poder Legislativo –como parte de los tres poderes del Supremo Poder de la Unión– es necesaria la intervención de la Unidad de Inteligencia Financiera, la Fiscalía General de la República y la Auditoría Superior de la Federación para investigar los malos manejos del órgano legislativo que se ha convertido en una auténtica cueva de Alí Babá.
Hace muchos años que el poder legislativo dejó de ser el Honorable Congreso de la Unión, perdió su brillo con tanta podredumbre. Se ha llegado al extremo de contar entre sus miembros con naco-diputados como el tristemente célebre michoacano Julio César Godoy Toscano protegido por Alejandro Encinas quien hoy funge como subsecretario de Gobernación y quien es señalado como la “materia gris” detrás de Olga Sánchez Cordero, la exministra de la SCJN y titular de la Segob en el gobierno de la cuarta transformación.
Y como parte de ese grupo, Ignacio Mier Velazco pertenece a Morena y es quien lleva la batuta en los manejos irregulares de los millonarios recursos de la Cámara de Diputados.
Mier es uno de los socios del periódico Cambio de Puebla junto con el exrector de la BUAP Enrique Doger quien se ha desempeñado como diputado local y federal, alcalde de la capital poblana y aspirante a la gubernatura de esa entidad.
En la Cámara de Diputados se han detectado “movimientos atípicos” en cuentas bancarias, cédulas profesionales apócrifas, colusión de proveedores, sobreprecios, “aviadores” (recomendados y familiares de diputados), uno de ellos Arturo Rueda un vivales amparado en un charola de periodista, que es amigo y socio de Mier Velazco y Enrique Doger.
Político de siete suelas, Mier hizo pingües negocios durante la gestión del malogrado gobierno de Rafael Moreno Valle, amasando una dudosa fortuna.
Políticos poblanos han descrito a Mier Velazco como un “mercenario de la política”, sin ideales ni convicciones que solo se mueve por sus propios intereses.
Aliado de Miguel Barbosa, Mier ha puesto a la disposición del gobernador poblano su periódico Cambio para atacar y denostar a sus críticos.
Para ubicar bien al diputado Mier Velazco, este sujeto es uno de los políticos que maniobraron para festejar la millonaria y estrambótica boda del exvocero y amigo del presidente Obrador, César Yáñez quien despacha en Palacio Nacional como Coordinador de Política y Gobierno.
La “boda fifí” que ocupó las portadas de las revistas del corazón y de la que fue testigo Obrador recién electo como presidente.
Estos son los intereses que se mueven detrás del diputado Ignacio Mier y las corruptelas en la Cámara de Diputados en las que se mueven como peces en el agua Noroña y las hordas de Morena en el poder legislativo.


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