Carlos Ramírez
Con la renovación de cuatro consejeros del
viejo INE del sistema político priísta, el cuadro electoral para el 2021 quedó
finalmente armado. Y el dato mayor indica que las autoridades electorales van a
aumentar la presión para impedir que
el presidente de la república intervenga
en el proceso electoral para favorecer a Morena.
La contienda
electoral del 2021 será sólo entre
Morena con todo el apoyo presidencial y el PAN en sus bastiones locales y
regionales. El PRI se sigue derrumbando con la presidencia improvisada de Alejandro Moreno Cárdenas Alito y es posible que lo releven
antes de las elecciones, el PRD no pudo crecer
a Futuro 21 de expriístas y Movimiento Ciudadano volvió a extraviarse en los pasillos secretos del régimen.
La única arma
ya no tan secreta que le queda al
gobierno federal morenista estaría en el uso de expedientes judiciales contra el PAN (caso Lozoya)
como el único adversario real. Sin embargo, ese recurso ha funcionado en
candidaturas individuales --Peña
Nieto contra el candidato panista Ricardo Anaya y un par de gobernadores
priístas quemados por gobiernos
panistas-- y no existen garantías de
que afecten a los candidatos del PAN a diputados federales.
Antes de
comenzar de manera formal el proceso
electoral del 2021 y aún sin candidatos, Morena tendrá que lidiar con tres lastres significativos: la recesión económica con desempleo y
pérdida brutal y general de nivel de vida y con indicios de recuperar PIB
positivo hasta 2022 o 2023, la inseguridad
con sus saldos cotidianos de delitos imparables y con el presidente de la
república acotado por el INE actual
y sin que los nuevos consejeros tengan autoridad política para abrirle espacios
electoreros. La pandemia es un problema de salud,
pero no social ni político.
En las primeras
tendencias que pudieran fijar cuando
menos un punto de partida y no un resultado previsible, Morena tendría un flujo
de votos de entre 30% y 35%, contra
el 37.2% de las votaciones
legislativas de 2018. No pierde mucho, pero los problemas estarían en tres puntos adicionales: no sube, sus
aliados PT y Encuentro Social bajan y el Partido Verde le va a contaminar expectativas electorales por
su desprestigio acumulado.
El dato mayor
estaría en el PT. En las elecciones
del 2018, el partido exraulista (de Raúl Salinas de Gortari) logró 3.9% de votos para diputados y 6% en votos en la alianza presidencial
al llevar a López Obrador de candidato. Es decir, por sí solo el PT --como
estará en el 2021-- no es el partido
sorpresa que quieren vender. La militancia de Manuel Bartlett Díaz y de Gerardo
Fernández Noroña le han hecho perder
tendencias de votos al PT. Por lo tanto, es probable que el PT saque menos votos en 2021 que en 2018.
Al bajar votos Morena y sus aliados,
entonces existe la probabilidad de que la base electoral lopezobradorista
--Morena, PT, PES: 63.8% de
diputados-- baje a mayoría absoluta
mínima o abajo del 50%. Los votos por el PRD y por el PRI a nivel de diputados
podrían realinearse al PAN.
A nivel de las
votaciones en quince gubernaturas,
los primeros cálculos revelan un promedio para Morena entre 30% y 35%, con
algunas plazas sin oposición o con
oposición simbólica y una votación de indecisos.
El PAN adelanta de manera holgada en
Querétaro con Mauricio Kuri y podría consolidarse en Chihuahua. El PRI está
dando la pelea, por la fuerza local
de sus gobernadores salientes y sin
efectos nacionales, en Sinaloa y Sonora, con tendencias de empate técnico.
Aunque se trata
de primeros sondeos sin candidatos y
antes del proceso formal, de todos modos ilustran no la reorganización de la
oposición, sino el efecto desastre
de la crisis en Morena como partido-movimiento o partido tribal y la falta de liderazgo presidencial. Los conflictos
internos en Morena se han dejado crecer
al punto, de acuerdo con analistas de partidos políticos, que una posterior
intervención presidencial no
aliviaría el colapso interno. Y si la lucha es tan encarnizada a nivel de lucha por la presidencia partidista, todos
apuestan a conflictos mayores en los jaloneos
por las candidaturas a diputados y gobernadores.
El acuerdo Monreal-Ebrard para rescatar
Morena está llegando muy tarde
y no involucra a los grupos ideológicos radicales
que no respetan liderazgos y que tienen propuestas de reforma del
sistema/régimen/Estado priísta que ha sobrevivido
en dos años de gobierno de la 4-T.
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Política para dummies: La política es el reino del caos.
@carlosramirezh
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