Carlos
Ramírez
La rebelión de gobernadores en funciones
ha enarbolado la bandera del federalismo
y ha optado impugnar algunas de las decisiones del presidente López Obrador,
pero en el fondo su preocupación es otra:
de las quince gubernaturas en disputa en el 2021, Morena podría alzarse con la victoria en catorce de
ellas.
En este sentido
hay que leer la propuesta de Acuerdo
en Defensa de la Libertad, la Democracia y el Federalismo que propuso la
Asociación de Gobernadores del PAN el pasado 14 de junio. El resultado electoral en la renovación de
la cámara de diputados federal y en quince gubernaturas fijará el punto de partida de las elecciones presidenciales de
2024.
El otro dato
singular en el activismo de gobernadores radica en la desarticulación y descomposición de las estructuras locales de
todos los partidos de oposición en veintiséis gubernaturas actuales, por lo que
el resultado del 2021 a favor de Morena en catorce de ellas hundiría a la oposición. Morena buscará
hacerse de veinte gubernaturas, el
62% del total de treinta y dos.
El problema no será nuevo. En la historia del largo
reinado del PRI el presidente de la república estableció un sistema político basado en tres
subsistemas orgánicos federales: el nervioso (PRI), el sanguíneo (el
presupuesto) y el óseo (seguridad) en la república. El PAN nunca tuvo idea de qué sistema estuvo gobernando y Peña Nieto centralizó el poder hasta anular a los
gobiernos estatales y a los treinta y dos PRI.
Ante la ausencia de liderazgos partidistas
nacionales en la oposición, los gobernadores de oposición buscarán consolidar el modelo de califato
autónomo, toda vez que el modelo de virreinato
como representante de un rey ya no funciona porque perdieron al monarca
presidencial en el 2000. En este sentido se explica el activismo de los gobernadores.
El problema, sin embargo, radica en el
hecho de que los gobernadores de partidos de oposición a Morena carecen de buenos resultados de sus
gobiernos y todos apuntan a perder sus elecciones por el repudio social. En las elecciones de 2021 de gobernador y hasta de
diputados federales funcionará el
modelo priísta: la capacidad de gestión y la fuerza personal del presidente de
la república en turno será el valor
agregado a las votaciones a favor del partido en el gobierno presidencial.
Dos casos serán
significativos: en Campeche encabeza
Morena las tendencias, a pesar de que el gobierno en turno, vía un suplente, pertenece al actual presidente nacional
del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, quien cargará
sobre sus espaldas la segunda ola de derrotas en gobiernos estatales, incluyendo su estado natal. Y en Michoacán, una sede del poder
cardenista que alguna vez la prestó al PRD, Morena vía el excardenista
Cristóbal Arias, compañero de luchas de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, tiene
casi asegurada la victoria.
El otro dato que explica el esfuerzo
desorganizado de poderes locales de partidos de oposición para intentar reconstruir la fuerza en lo
local estaría en la posibilidad de que los candidatos
presidenciales opositores a Morena en el 2024 deban de salir de alguna exgubernatura
o alguna gubernatura en funciones. Sin embargo, salvo pocas excepciones, los
gobernadores en camino a la salida no
pueden ocultar el repudio social.
Los partidos de
oposición más desarticulados son el
PRD en camino a la extinción y el PRI corriendo como pollo descabezado. El
PRI carece de ideas, de liderazgo, sus activos sin impresentables, el
expresidente Carlos Salinas de Gortari y su Tratado de Comercio Libre
revalidado por López Obrador es el más repudiado
dentro del PRI. El dirigente improvisado Moreno Cárdenas Alito está estrangulado
por irregularidades probadas en manejos financieros y se ha rodeado por uno de
los grupos priístas más nefasto. Por
ello los gobernadores priístas prefieren entenderse
con el presiente López Obrador, que confrontarlo como el PAN. Sin embargo, el
costo electoral será altísimo: el
PRI perderá las ocho gubernaturas de
las quince que gobierna hoy y su bancada federal de diputados de 9.2% tendrá otra merma adicional porque
el reparto de candidaturas será en función de los poderes facticos y las corruptelas, además de que se prevé otra ola de deserciones priístas hacia Morena.
Y lo peor de
todo es que todos los gobernadores carecen
de autoridad moral para erigirse en defensores de la democracia.
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Política para dummies: la política es una piedra atada al cuello de los
incompetentes.
@carlosramirezh
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