Carlos Ramírez
1.- El apagón
productivo como medida para interrumpir los contagios del coronavirus se hizo sin ningún
sentido económico ni productivo; por ello, la reactivación solo prendiendo el switch no está resolviendo el gravísimo problema del empleo y de la
producción.
La economía
productiva es lo suficientemente gigantesca como para haber tenido un programa estratégico de desconexión, sobre todo
por el problema de las cadenas productivas nacionales y extranjeras. La
interrupción de actividades fue fácil, pero está siendo complicada en la reanudación de actividades aún con muchas
restricciones sanitarias de seguridad para evitar un rebrote de la epidemia.
La economía
mexicana enfrentó dos escenarios de
cadenas productivas: el de la economía local y la derivada del Tratado de
Comercio Libre. Y las dos están enfrentando
problemas porque los funcionarios responsables de la economía se están
encontrando con la sorpresa de que
muchas empresas inmersas en cadenas productivas tuvieron que cerrar sus actividades por la epidemia
sin contar con atención gubernamental y ahora no existen para reactivar la economía. Y el dilema es serio: o crear de manera urgente nuevas empresas
con las dificultades de capital y trabajo o ceder el espacio a empresas extranjeras con mayor experiencia
productiva.
Las autoridades
del gobierno actual carecen de
experiencia productiva, no le han dedicado atención personal a atender las necesidades de las empresas y sus
trabajadores y sus funciones se reducen
a decisiones de autoridad en materia de supervisión y permisos. Las cadenas
productivas internas son más
complejas y diversificadas en millones de pequeñas empresas entrelazadas y
entre todas han atendido muy mal la demanda, con el grave problema de que esa
mala integración afecta al
consumidor por precios finales que pagan la ineficiencia. Y las cadenas
productivas internacionales son más competitivas y debieron requerir de atención y subsidios que nunca
llegaron.
De ahí que la mala reactivación productiva vaya a
darse con inflación y con el desplazamiento
de empresas mexicanas por extranjeras más eficientes.
2.- Entre los
sectores que lograron saltar el
obstáculo del coronavirus se localiza
la industria minera, con 670 mil empleos directos y 2.2 millones indirectos.
Aunque su localización está en zonas rurales alejadas de núcleos de población,
de todos modos, hubo contaminación
indirecta y por ello hubo de cerrar actividades. Pero tanto en el cierre como
en la reapertura hubo un detalle importante: la presencia personal en las zonas mineras del subsecretario de Minería,
Francisco Quiroga Fernández, mientras en otros sectores los funcionarios se
dedicaron solo a transmitir las
ordenes de suspensión de actividades productivas.
La supervisión
directa sobre las 200 minas grandes
y cientos de medianas y pequeñas logró, como en casi ningún otro sector
productivo, el acuerdo con
gobernadores estatales --no la institución sino con sus titulares--, los
sindicatos del ramo y los empresarios. La minería no sólo se dedica a metales preciosos, sino que configura la
producción de metales diversos para la producción industrial y tiene especial intervención en las cadenas productivas
del Tratado de Comercio Libre de Norteamérica.
El modelo de supervisión directa y de
articulación de sectores involucrados ha sido el único eficaz para haber suspendido actividades sin romper
compromisos laborales y empresariales, con la expectativa de que la
reactivación podría recuperar en
poco tiempo lo perdido. Otros sectores fueron abandonados a su suerte y ahora no saben como meterlos de nuevo a las cadenas productivas.
El
involucramiento directo del subsecretario Quiroga Fernández en la actividad de
su sector ha ido avanzando en otro
problema grave del país: la inseguridad en minas, pero no la del trabajo, sino
la actividad de la delincuencia
organizada. Ahí también el subsecretario Quiroga ha jalado a las zonas mineras a miembros del gabinete de seguridad por
la presencia activa de los cárteles
en robos y extorsiones. La minería ha sido integrada
a la seguridad pública en la república, con especial actividad de la Guardia
Nacional. Al final, el poder de
seguridad del Estado sigue siendo muy superior al de las organizaciones
delictivas.
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Política para dummies: La política es la habilidad de gobierno para prevenir,
no para lamentar.
@carlosramirezh
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