viernes, 17 de abril de 2020

El Consejo de Ancianos de Obrador






JOSÉ MARTÍNEZ M.

El de Obrador es un gobierno de agudas contradicciones. Un día sí y otro también el Presidente incurre en incongruencias. Esa situación ha perturbado a sus críticos. Ya sabemos que el tabasqueño es de piel delgada lo cual lo hace alérgico a las críticas. Sus respuestas, invariablemente son tóxicas, correspondientes a un viejo refunfuñón. Alguna vez el poeta Gabriel Said escribió un texto memorable que tituló “AMLO Poeta”, donde hace un inventario de los insultos y desprecios de Obrador por sus críticos y opositores. En cambio le gusta la adulación y la fama. En ese ambiente se siente cómodo, quizás hubiera sido feliz como una estrella de Hollywood. Claro, en un papel de comediante, pero eso sí de malos chistes. Es un político que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Por sus complejos de inferioridad intelectual le aterran los escenarios internacionales. No le gusta que le disputen los reflectores. En las mañaneras invariablemente se hace acompañar por algunos de sus colaboradores pero la mayor parte del tiempo los tiene como floreros. Al “compañero Presidente”, como le llaman algunos trasnochados, no le agradan muchos los jóvenes, tal vez por eso integró su equipo de gobierno con una mayoría de personas de la senectud. Es una contradicción y una incongruencia que siendo así haya respaldado la decisión de privilegiar la vida de los jóvenes sobre los ancianos en el tema de la salud. Ya sabemos que su gobierno se maneja clientelarmente, lo que su administración atiende no son personas, son votos. Simples cifras. Es así que su discurso comenzó a perder credibilidad desde el arranque de su sexenio. El equipo de Verificado, un proyecto de comunicación especializado en el Fact Checking o verificación de hechos se ha dado a la tarea de registrar el discurso del presidente Obrador. Y así, en los primeros diez meses del gobierno de la llamada Cuarta Transformación concluyeron que más de la mitad de lo que habla el Presidente son mentiras. Verificado analiza y pone sobre la mesa el discurso de quienes tienen voz pública en el país. Desmenuzan palabra tras palabra y así verificar la veracidad de los servidores públicos, otorgando calificaciones a sus dichos basados en la metodología del fact-checking. Así, en el primer año de gobierno, verificaron que el 56 por ciento de lo que habla Obrador en “Las Mañaneras” es Falso o Engañoso. Esto importa por el estado de salud del Presidente. Sabemos que desde su campaña estuvo muy sometido a un estrés que lo llevó al hospital donde estuvo en riesgo su vida. Ha sido intervenido en varias ocasiones del corazón. Es hipertenso y es candidato riesgoso para padecer la infección del coronavirus por su constante exposición pública. Lo malo es que su equipo también está en riesgo por la edad. La mayoría de los integrantes de su gabinete son de la tercera edad. Basta señalar que Obrador es uno de los cinco presidentes más viejos que ha tenido el país en su historia desde la Independencia. Solamente ha habido dos presidentes mayores que él (José Ignacio Pavón, que contaba con 69 años al asumir el poder y Victoriano Huerta tenía 67 años). Obrador asumió su mandato a los 65 años, al igual que los hicieron en su momento a esa misma edad Juan N. Álvarez Hurtado y Valentín Gómez Farías. El asunto es que el gabinete de Obrador es el de más edad en la historia del país. La gran mayoría pertenecen a la tercera edad. Veamos: Manuel Bartlett Díaz, titular de la CFE, es el más viejo, tiene 84 años. Le sigue, Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones, con 83 años, luego el Fiscal general Alejandro Gertz Manero, de 81 años. Después siguen Jorge Carlos Alcocer Varela, secretario de Salud, de 74 años; Víctor Toledo Manzur, titular de la Semarnart, 74 años; Olga Sánchez Cordero, de Gobernación, próxima a los 73 años; Víctor Manuel Villalobos Arámbula, de Agricultura, 70 años; Alfonso Romo Garza, Jefe de la Oficina presidencial, con 70 años; Miguel Torruco Marqués, de Turismo con 69 años; Con 66 años de edad están tres secretarios Esteban Moctezuma Barragán, de Educación, José Rafael Ojeda Durán, de Marina y Francisco Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad. Al rango de la senectud por edad pertenecen el canciller Marcelo Luis Ebrard Casaubón de 61 años y el general Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Sedena, de 60 años. El consejero jurídico Julio Scherer Ibarra, también forma parte de este grupo de funcionarios de la tercera edad. Octavio Romero Oropeza, Pemex, 57 años; Norma Rocío Nahle García, Energía, 56 años; Graciela Márquez Colín, Economía, 1965, 55 años; Arturo Herrera Gutiérrez. Secretario de Hacienda y Crédito Público, Hacienda, 53 años; Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, Función Pública, 48 años; María Luisa Albores González, Bienestar, 44 años y Luisa María Alcalde Luján, Trabajo, 33 años. A la secretaria de Cultura Alejandra Frausto Guerrero, le avergüenza decir su edad. El tema de la edad tiene mucho que ver con las disposiciones del gobierno en materia de salud, toda vez que el equipo presidencial en su mayoría está compuesto por una especie de “consejo de ancianos”, que no tendrán derecho, como el Presidente, a un respirador en caso de resultar infectados por el coronavirus. ¿Obrador renunciará a un ventilador para cederlo a un joven con mayores expectativas de vida? ¿Harían lo mismo la mayoría de sus colaboradores? ¿Bartlett, por ejemplo? En un acto de congruencia y fuera de la politiquería, lo que debería hacer Obrador es declarar a su gabinete en estado de emergencia, no vaya a ser la de malas. Digo, yo no’más digo.

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