lunes, 1 de marzo de 2021

Contracolumna • MORENA, EL DRENAJE DE LA POLÍTICA • ANAYA Y CUÉLLAR, BUITRES DEL COVID


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Ser “político” en México es sinónimo de bribón. Es el oficio más desprestigiado. Sí alguien tiene una duda, pregúntenle a Félix Salgado Macedonio. Sin rubor, seguramente le contestará que él tiene “otros datos”. Es el sello de la casa.
Y peor aún, con la irrupción de Morena en el escenario, la política adquirió un tufo irrespirable. El hedor que emana de ese partido es tan desagradable que mucha gente siente náuseas nada más advierte la presencia de un militante o líder de ese partido.
El ambiente político es insoportable por la fetidez de la mezcla de apellidos indignos como los Monreal, los Bartlett, los Noroña, los Bejarano, los Padierna, los Macedonio, los Sansores, los Polevnsky, los Taibo, los Barbosa, los Gatell, los Ackerman, los López y muchos más que se suman a las alcantarillas y cañerías de Morena como los Sánchez Anaya y los Cuéllar Cisneros.
La repugnancia de la gente es un mecanismo de defensa natural ante la hediondez que destila ese batidillo de personajes. Detrás de cada uno de ellos –y muchos más que hacen una lista interminable– hay una historia de corrupción.
No hay duda, Morena es el drenaje de la política.
Hace unos días el titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Gobernación, Alfonso Sánchez Anaya fue pillado agandallándose las vacunas contra el Covid para él y toda su familia.
Fue un regalo de cumpleaños de Lorena Cuéllar Cisneros, la virtual candidata de Morena quien le pidió el favor a su amigo Carlos Luna Vázquez, delegado de Bienestar en Tlaxcala.
El pasado 23 de enero Luna Vázquez llamó a Sánchez Anaya para felicitarlo por su cumpleaños número 80. Con ese motivo el delegado le dijo al funcionario de Gobernación que le tenía de parte de Lorena Cuéllar una “sorpresa”: “vacunas contra el Covid para él, los cuates y toda la familia”.
En tono lisonjero Luna Vázquez le pidió a Sánchez Anaya que acudiera al municipio de Santa Ana Nopalucan donde le darían “trato vip”. A Sánchez Anaya solo le faltó vacunar al perico porque acudió con un séquito de tlaxcaltecas y fuereños, algunos de ellos empleados de la Secretaría de Gobernación.
Ahora los adultos mayores de ese lugar tendrán que esperar no saben cuánto para que les envíen otra dotación de vacunas, si es que tienen suerte.
Sánchez Anaya quien vive en la ciudad de México desde hace más de 15 años se acordó de su terruño solo para quitarles un puñado de vacunas a sus paisanos. Él forma parte de un añejo cacicazgo en Apizaco pero se fue del estado luego de su paso por la gubernatura a la que llegó cobijado por el Partido de la Revolución Democrática, organización a la que abandonó en cuanto dejó de ser útil a sus intereses personales. Ahora es de Morena. Pero antes fue del PRI durante 40 años de su vida.
A los incautos Sánchez Anaya los marea con el garlito de que es un “hombre de izquierda”. El engaño consiste en señalar que viene de una familia con pedigrí de izquierda. Su tío Emilio Sánchez Piedras –quien fue gobernador de Tlaxcala en el sexenio de Echeverría y que comenzó a acumular una cuantiosa fortuna como funcionario policiaco en la capital del país en la década de los cuarentas– se fue con la finta de un discurso del presidente Adolfo López Mateos que le costó su salida del gobierno por largos años.
López Mateos había dicho que México era un país de izquierda “dentro de la Constitución”. Y Emilio Sánchez Piedras quien esa época era el líder de la Cámara de Diputados pronunció un discurso en apoyo a la Revolución cubana.
El presidente Mateos lo castigó y su sucesor Gustavo Díaz Ordaz le refrendó el castigo y ya en la parte final de su gobierno el presidente Echeverría lo perdonó y lo recompensó como gobernador de Tlaxcala.
Lo malo es que Sánchez Piedras pensó que le habían regalado el estado. Se apropió de él como un verdadero cacique y murió meses después de su azarosa gestión.
Como su tío Emilio, Alfonso Sánchez Anaya también fue gobernador de Tlaxcala en el sexenio de Fox.
Sánchez Anaya se fue del PRI en 1998 –diez años después del surgimiento del PRD–. Fue salinista de hueso colorado pero Zedillo no le tuvo confianza y de plano le dijo que mejor se dedicara a su profesión de veterinario para atender a puercos, gallinas y perros.
Ahora Sánchez Anaya es un “Amlover” que trae puesta la camiseta y la cachucha de Morena, como los viejos priistas a los que se les decía en tono socarrón como los “chaquetas y chaquetas”.
Con Vicente Fox, Anaya hizo migas y con Marta Sahagún actuaba peor que un lacayo. Tan servil fue que desvió más de 30 millones de pesos del presupuesto del gobierno destinados a combatir la pobreza, dinero que se utilizó para financiar los gastos de operación y publicidad de las eliminatorias del certamen de la Miss México que se trasmitió en vivo desde Tlaxcala, sede del evento organizado por Televisa. Sánchez Anaya actuó complaciente, en tanto suspendía la ayuda social a miles de familias pobres.
Ahora con Morena, Sánchez Anaya ha vuelto hacer lo mismo: ¡Que se jodan los pobres! mientras él y los suyos se agandallan las vacunas.
Este es el manejo perverso de la política de Morena en Tlaxcala y su abanderada Lorena Cuéllar con sus aliados impresentables.

viernes, 26 de febrero de 2021

Contracolumna • UN PRESIDENTE INMUNDO • AMLO, LASTRE PARA EL PAÍS

JOSÉ MARTÍNEZ M.


Es difícil hallar a un hombre enteramente insustancial pero es más difícil todavía imaginarse a alguien más insustancial que el presidente Obrador.
Al tabasqueño lo hace visible su antipatía y su miseria interior. Eso lo sufrimos todas las mañanas cuando se planta frente a las cámaras de televisión para hablar con la más insultante estolidez. Si no fuera por el cargo pasaría desapercibido. La persona es su personalidad, y si no la tiene es nadie y es apenas nada.
Desde que inició su mandato Obrador se sentía un hombre muerto ya. Se asumía como un prócer finado en un mural junto a los héroes de la patria. Se siente un hombre ilustre como personaje de museo.
Cuando habla pontifica: “Ya no me debo a mí mismo ni a mi familia, sino, a México”.
Las mismas palabras que repiten los caudillos y los dictadorzuelos de moda. Un político que confunde el plumaje de las aves con la investidura presidencial.
Él es el “patriota” y quienes lo critican o lo juzgan son los “traidores de la patria”. Y esos son los inversionistas, los científicos, los periodistas o los intelectuales.
Él solo tiene derecho a insultar. A provocar y a descalificar. Él es la Patria. Él es el tribunal moral. Él es el Estado. Él es Dios en el poder.
Lo cierto es que él es el presidente inmundo. El guía de un mal gobierno y el gurú de un partido rapaz a su imagen y semejanza.
Desde la impunidad que le confiere el poder dedicó los últimos días a insultar y llenar de vituperios lo mismo a los abogados de los inversionistas extranjeros que a los periodistas a quienes compara con los asesinos de Francisco I. Madero.
Un político ruin que manipula y deforma la historia a su antojo y según convenga a sus intereses.
A los moneros que le rinden pleitesía desde las páginas de un diario y los periodistas intelectuales que actúan como sus soldados al igual que la horda de mercachifles que se ostentan como reporteros de sus mañaneras los deslumbra con una especie de espejismo por el simple hecho de estar junto a él o ser sus “amigos”.
No es cosa de asombrarse con el tipo. Es amargo, es agudo, descarado y retador.
Ante sus complejos con sus juicios de valor quiere hacer ver enanos a los personajes, aunque nunca lo consigue cabalmente. Es constante el escupitajo sobre sus críticos y sus adversarios quienes no merecen ninguna consideración.
En cambio sus opositores se apiadan de él. Algunos lo ven con desdén, otros con compasión por lo que pretende y por lo que ignora. La respuesta de Obrador suele ser una siniestra bufonada o una crítica patibularia.
En su reino de la “cuarta transformación” solo caben los “buenos” y los “inteligentes”. Los “purificados” a los que el castiga con el látigo de su desprecio.
El gran error de Obrador es asumirse como “intelectual”. Nadie más que él posee la verdad. Cuando escribió su tesis (bueno es un decir eso de escribir) a la que tituló Proceso de Formación del Estado Nacional en México 1824 – 1867, es como una quesadilla con una embarrada de sesos.
La tesis es un mamotreto que no resiste la menor crítica del más bisoño de los historiadores. Él piensa que escribió la Biblia.
Obrador es indefendible. Es indecente e impuro. Por su lenguaje lleno de insultos y palabras malsonantes, es un presidente inmundo, con todo lo que la definición de esa palabra significa.
El tabasqueño es un verdadero caso para el diván. Así como la infancia, la militancia política es destino. Obrador sigue atrapado en la piel del viejo PRI, en el autoritarismo y el populismo.
Atrapado en la escaramuza de la ley de la industria eléctrica el ocupante de palacio se envolvió en la bandera nacional como un “patriota”, para él, “es una vergüenza que los abogados mexicanos estén de empleados de empresas extranjeras que quieren seguir saqueando a México; claro que son libres, pero ojalá y vayan internalizando que eso es traición a la patria”.
Traición a la patria es lo que Obrador hizo con Trump en su visita a la Casa Blanca, cuando sin el menor rubor y desvergüenza dijo:
"También quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos...
"… Lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía".
Obrador ignoró que Trump amenazó con imponer aranceles a México o cerrar la frontera si no se cortaba el flujo de migrantes sin papeles a su país, e incluso presionó para enviar a territorio mexicano a los solicitantes de asilo y todavía peor Trump fue el impulsor de la construcción de un muro entre ambas naciones.
Pero fue Beatriz Gutiérrez Müller –la esposa del tabasqueño – quien le puso la cereza en el pastel, cuando en la ceremonia por el 108 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero, acusó a la prensa de ser el enemigo “más vil” del malogrado político coahuilense quien fue traicionado y asesinado en un golpe de Estado dirigido por Victoriano Huerta.
Es entendible la pifia y la mala leche de la señora Müller pues no es historiadora sino egresada de comunicación y doctorada en estudios literarios.
La prensa vil, es el periodismo que ejerce La Jornada, pasquín inmundo –ese sí– que justifica las estulticias de la cuarta transformación y del que además es socio capitalista el inefable Félix Salgado Macedonio.


Contracolumna • MADERO Y EL MAJADERO • NOTIMEX, INTOLERANCIA


JOSÉ MARTÍNEZ M.


En recuerdo de Desiderio Morales, quien ya no está aquí.
Y para Raúl Fraga, su entrañable amigo solidario.
El sexenio de la cuarta transformación pasará a la historia como una mancha negra en el periodismo. Quienes nos hemos dedicado toda la vida a este oficio estamos acudiendo al más vil de los gobiernos.
Hijo del poder y del dinero Miguel Alemán Velasco –quien vive ahora en la desgracia con sus multimillonarios negocios a pique, surgidos todos desde el poder– dice que en nuestro país no hay nada peor que la ira de un presidente. Él lo sabe y no hay duda en sus palabras porque su padre llevó las riendas del país durante seis años. A partir de entonces surgió su dinastía familiar. En México, todos sabemos, que donde hay dinero hay dinastía.
Lo malo y lo más peligroso es el poder, si nos atenemos a las palabras del otrora poderoso e influyente nieto de la Revolución y quien un tiempo fue la cabeza de Televisa y un “soldado” del presidente, como su socio "El Tigre" Azcárraga.
La ira de Obrador es superior a la de Echeverría y Salinas de Gortari juntos. Nadie como el tabasqueño para calumniar, despreciar y atacar a los periodistas y a la prensa en su conjunto.
Todos conocemos la historia del golpe a Excélsior y la tragedia del desaparecido unomásuno. En el primero estuvo metida la mano de Echeverría y en el segundo la de Salinas. Pero ahora estamos peor, salvo La Jornada –cuyos directivos son los voceros y aliados del régimen obradorista y que a cambio reciben más de un millón de pesos diarios por sus servicios de propaganda al gobierno de la cuarta transformación, de la que ellos forman parte– la demás es una “prensa inmunda”.
Esta es la historia que subyace detrás de la huelga de los periodistas y trabajadores de Notimex, quienes llevan ya más de un año mendingando que se les haga justicia.
Si los dueños y los periodistas de los periódicos Reforma y El Universal y los de las revistas Proceso, Nexos y Letras Libres son asumidos desde palacio nacional como los enemigos del presidente, qué se pueden esperar los trabajadores de Notimex de un régimen donde los periodistas están en la primera línea de fuego de los ataques del presidente.
Todas las mañanas asistimos al ritual de los insultos desde la cuna del poder. Los agravios a la prensa son de antología. El poeta Gabriel Zaid documentó una parte de ellos en su texto “AMLO poeta” publicado en las páginas de Reforma y reproducidos por la revista Letras Libres.
De una manera canalla y no por ello menos siniestra se ha llegado al extremo de deformar la historia por la actual “pareja presidencial” de culpar a los periodistas al calificarlos como los más “viles” enemigos de Francisco I. Madero.
Tan es falso que al doctor Belisario Domínguez quien halló cobijo en la prensa para combatir al gobierno golpista y asesino de Victoriano Huerta tuvo que pagar con su vida el ejercicio de su libertad de expresión. A Belisario le cortaron la lengua y la guardaron en formol como un trofeo por criticar y combatir al usurpador quien ordenó la muerte de Madero y la de José María Pino Suárez en la fatal decena trágica.
Lo cierto es que entre Madero y Obrador hay un umbral. Es más que una profunda grieta, entre ambos hay un abismo. Obrador no es Madero, Obrador es un “Majadero”, esa es la enorme diferencia entre un patriota y un patriotero.
No es extraña la bellaquería del presidente y la de su achichincle Sanjuana Martínez quien despacha como directora de Notimex en la más amplia impunidad como la que gozan los sicarios bajo las órdenes de sus capos.
La ordinariez del presidente está a la vista de millones de ojos, los vemos todos los días en su reto desdeñoso, con sus gestos torcidos y con un aspecto fúnebre, como si desafiara a alguien cuando habla con ese aspecto de jayán de pueblo. Como un clon se conduce Sanjuana, con la frívola vileza que le da su cargo, como una influyente e intocable colaboradora del presidente que la hace todopoderosa en su miserable papel de directora de Notimex donde se mueve entre la intriga y la hamponería, en una larga cauda de infamias y calumnias contra los trabajadores, la mayor parte de ellos periodistas, quienes desde muchos años vinieron ejerciendo su quehacer con enormes dificultades hasta llegar a ser despojados de sus empleos, muchos de sus corresponsales en el extranjero terminaron en la miseria y abandonados a su suerte.
El Estado es el dueño de esta empresa de servicio público pero por desgracia gobiernos van y gobiernos vienen y Notimex se sigue manejando como un feudo.
Javier Divani Bárcenas quien ha dado la cara junto con otro puñado de periodistas en esta desgastante lucha responde de inmediato a mi solicitud cuando le requiero la información sobre su movimiento laboral.
La información abruma. Deja a uno exhausto. No se puede quedar uno indiferente cuando se genera un sentimiento de pesadumbre el ver cómo se han pisoteado los derechos de los trabajadores de Notimex.
Obrador, el artista de los insultos contra los periodistas y Sanjuana Martínez, la directora de Notimex que opera como el peor de los testaferros son unos verdaderos depredadores de la libertad de expresión.
Es lamentable e imperdonable el trato a los trabajadores de Notimex.
Sanjuana llegó con la consigna de “purificar” a Notimex en nombre de la cuarta transformación. Comenzó por despedir a todos los corresponsales extranjeros a quienes no se les liquidó. Enseguida presentó cargos penales y denuncias por corrupción contra sus antecesores y contra los líderes sindicales. Despidió a más de 300 trabajadores e impulsó la creación de otro Sindicato. Llevó a la empresa a la huelga, ilegalmente cambió la sede y desconoció el paro laboral a pesar de la sentencia de las autoridades del Trabajo.
Con la complacencia presidencial y de las propias autoridades de la Secretaría del Trabajo y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y otras instancias de gobierno involucradas, los trabajadores han resistido en su lucha, por desgracia, ante la indiferencia de sus propios colegas, que ven como una cosa “natural” las agresiones a periodistas.
El caso de Notimex retrata uno de los episodios más tristes de los agravios a la prensa provocados desde el poder.

miércoles, 24 de febrero de 2021

Contracolumna • EL COMEDIANTE DE MALOS CHISTES • ANABELL ÁVALOS, PODER DEL VOTO



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Conforme pasan los días aumenta la angustia y la desesperación del presidente Obrador. Sencillo: en las elecciones del próximo 6 de junio estará en disputa el proyecto de la “cuarta transformación”.
No es extraño ver cada día en las mañaneras cómo el presidente enloquece. El asunto es simple: Obrador se juega su destino. La decisión está en manos del electorado.
Obrador está preocupado porque sabe que una votación adversa es como echarlo a patadas de palacio.
Su proyecto de gobierno ha sido un verdadero fracaso. Todos somos testigos de que su ideario político está basado en mentiras. Pero Obrador está decidido a imponer su proyecto cueste lo que cueste. Por eso hace unos días se lanzó contra los gobernadores para que no interfieran en los comicios, a sabiendas de que él es el primero en violar la ley y en tratar de erigirse en el gran elector al ser juez y parte de las elecciones.
Es por eso que los liderazgos locales son ahora fundamentales para decidir el destino del país y de la cuarta transformación.
Como en muchas partes del país, en Tlaxcala, por ejemplo, que es el estado más pequeño del país, se libra una batalla sin cuartel por el poder.
En Tlaxcala los partidos políticos no podían permanecer indiferentes ante la destrucción del país que significa el proyecto del presidente Obrador. Así que decidieron unirse en una alianza y poner su granito de arena en esta lucha político-electoral.
Mediante una alianza de terciopelo los partidos acordaron elegir a Anabell Ávalos en la abanderada de la alianza “Unidos por Tlaxcala” (PRI-PAN-PRD) más el PAC y PS (Partido Alianza Ciudadana y Partido Socialista) en espera de que este acuerdo rinda frutos a los aliados.
Así, mientras en diversas entidades se libra una feroz disputa al interior de los partidos, principalmente en Morena, por el reparto de cuotas en los cargos de elección popular, el caso de Tlaxcala es un ejemplo de negociación y de un proyecto político en común que contrasta con lo que está ocurriendo en muchas partes del país.
Para los electores los comicios de junio será la oportunidad de hacer valer el poder de su voto.
Aunque se trata de los comicios de medio gobierno, las del 6 de junio serán las elecciones más grandes de las últimas décadas. Estarán en disputa 21 mil cargos de elección popular.
Están convocados a votar 95 millones de electores, es decir, cinco millones más que en las pasadas elecciones de 2018.
En estos comicios habrán de elegirse 300 diputaciones a nivel federal y 200 de representación proporcional, 15 gubernaturas, 30 congresos locales, ayuntamientos, regidurías, sindicaturas y juntas municipales.
Ante el hartazgo de la gente por la decadencia política que vive el país desde la llegada de Morena al poder, el presidente Obrador es el principal impulsor de los peores candidatos que se recuerden. Uno de ellos es el de Félix Salgado Macedonio.
Tampoco hay que excluir a los demás partidos de su responsabilidad en esta decadencia de nuestra democracia política. Pues para atraer el voto la salida más fácil es “promover” a los más conspicuos personajes de la vida pública.
Esto ha dado paso a la farandulización de la política.
Obrador mismo es quien ha convertido al debate público en un reality show con el espectáculo de las mañaneras donde abundan los paleros que aplauden como focas cualquier estupidez del presidente.
Al comediante de palacio se suman ahora candidatos impresentables como payasos, luchadores enmascarados, futbolistas, actores, reinas de belleza y violadores.
Con Obrador se ha abierto el camino a lo más nefasto para captar votos. Su campaña, incluso, estuvo marcada por la frivolidad y la estulticia. A nadie se le olvida la necedad y la estupidez del tabasqueño quien hacía gala de su ignorancia.
Pero eso no le importó al electorado. Pudo más el hartazgo por la corrupción desbocada del gobierno de Peña Nieto que razonar el voto y pasamos de Guatemala a Guatepeor.
Por desgracia nuestro país dio un paso a la oclocracia. Al gobierno de la muchedumbre donde la política se rige por tómbolas, encuestas chafas y rifas como parte de las “políticas públicas” de la cuarta transformación.
Esta degradación de nuestra democracia ha sido parte de la video-política. Del marketing de la televisión y las redes sociales de las que en su momento se benefició Obrador y que ahora reniega porque le son adversas.
Claro, Obrador ha aprendido demasiado tarde que no es lo mismo ser borracho que cantinero.
Lo que no ha entendido Obrador es que así como hay gente que nace para ser zapatero, estilista, plomero, economista o doctor, hay quienes nacen para ser bufones o payasos. Él es de esos. Obrador nació para ser un comediante por sus malos chistes de los que él sólo ríe.

sábado, 20 de febrero de 2021

Contracolumna • BARTLETT, MÁS QUE UN APAGÓN • APAGARÁ SUS VELAS DE 85 AÑOS


JOSÉ MARTÍNEZ M.

El próximo martes habrá un nuevo apagón.
Manuel Bartlett cumplirá 85 años y ya se prepara para apagar las velas. Esperemos que no se vaya equivocar y baje el switch dejando al país a oscuras nuevamente.
Mucho antes de la pandemia Bartlett ya enfrentaba severos cuestionamientos por sus millonarias propiedades. Para deslindarse de los señalamientos de su desmedida riqueza, Bartlett le aventó la papa caliente a Julia Abdala, su pareja sentimental.
Al final de cuentas el gobierno de López Obrador se negó a sancionar al titular de la CFE porque las numerosas propiedades no estaban a su nombre sino de su amada Julia con la que formalmente, dice no estar casado.
Bartlett jamás podrá ocular que es un fifí, es decir, un servidor de la nación que nació en pañales de seda y que pasados los ochenta años sigue vistiendo trajes de diseñador en un gobierno que alardea de sencillez, austeridad y pobreza. Bartlett, es parte de algo así como un gabinete de funcionarios que presumen ser los continuadores de la obra de la Orden de los Carmelitas Descalzos.
Al inicio de la pandemia me dijo Ignacio Cobo, amigo de toda la vida del todopoderoso director de la Comisión Federal de Electricidad.
–Te manda saludos Manuel (Bartlett),
Dos años antes de las elecciones presidenciales que encumbraron a Obrador en el poder, Bartlett era una figura clave en el equipo del tabasqueño. Entonces acudí a Nacho Cobo para comentarle que necesita una entrevista de largo aliento con Bartlett para un libro que he venido preparando sobre este polémico personaje. Nacho y Bartlett son uña y mugre. Amigos y socios de toda la vida. Incluso Obrador se refería a Nacho y Bartlett como “mafiosos”. Ahora Bartlett ya no es un “mafioso”, ya está purificado por el gurú de la cuarta transformación. Lo cierto es que Bartlett ha pasado de “consigliere” a “caporegime” del padre de la Cuatro Té.
Nacho, como le dicen a Cobo González, es uno de los mejores amigos del ingeniero Carlos Slim. Una de las mayores habilidades de Nacho es saber repartir sus afectos por igual. Por ejemplo, pocos saben que Slim y Bartlett se detestan, yo diría incluso que se odian. De eso estoy más que seguro. Pero Nacho es amigo de ambos al mismo tiempo. Incluso, él es el mensajero cuando se ha llegado a interrumpir la comunicación entre los dos personajes.
Bartlett y yo como periodista somos viejos conocidos. Incluso Nacho me ha dicho: “Oye, Manuel te tiene bien ubicado”. “Se expresa bien de ti y tiene respeto por tu trabajo”, yo sonreí cuando Nacho me lanzaba esas flores que podrían haber sido dardos envenenados.
Conozco bien a bien a Nacho, fue él quien me presentó hace más de veinte años al ingeniero Slim. Muchos se van con finta de que Nacho le puede abrir las puertas de Slim a cualquiera. Falso. En momentos de enojo he escuchado de labios de Slim maledicencias en contra de Cobo. Pero de Nacho jamás he escuchado que se exprese mal de sus amigos. Incluso, como buen norteño Cobo ha sido leal a carta cabal con Slim y Bartlett. Yo mismo he sido irónico con Nacho por defender a capa y espada al titular de la CFE.
Así que cuando Cobo me dijo que Bartlett me tiene “bien ubicado”. Le dije:
–Espero que no me tenga escaneado.
Mi respuesta fue a sabiendas de todo lo que significa que Bartlett lo tenga a uno bien “ubicado”.
Manuel Bartlett es un político del bando de los políticos rudos y desde muy joven aprendió a luchar en un ring sin cuerdas. Es muy hábil en la tribuna parlamentaria y en el regateo con los periodistas. Bartlett es descendiente de una dinastía de periodistas. Su bisabuelo y su abuelo fueron connotados periodistas. Los restos de su abuelo están, incluso, en la rotonda de las personas ilustres.
Cuando Bartlett supo que yo preparaba un libro sobre un perfil biográfico de él, Nacho me dio el mensaje: “Dice que puedes escribir lo que quieras… ¿Sabes qué…? Me dijo también que le vale madre lo que publiquen los periodistas, que al fin y al cabo siempre van hablar mal de él hasta el día que se muera”.
¡Zas!
Desconozco y ni siquiera me importa saber quién es el operador de medios de Bartlett pero creo que nadie quisiera estar en sus zapatos, supongo, que con un jefe así, con muy mala prensa y muy mala fama debe sufrir jaquecas y regaños todo el tiempo.
El funcionario consentido de Obrador ha estado bajo fuego en los últimos días por el desastre de los apagones.
Antes provocó mucho ruido su decisión de inundar pueblos enteros –los predios de más de 90 mil personas en las zonas más pobres de Tabasco, como son Nacajuca, Jalpa y Cunduacán– por las lluvias que amenazaron con desbordar las presas de esa entidad.
Cuando el papanatas del gobernador morenista Adán Augusto López anunció que iba a tomar medidas legales contra la CFE, Bartlett soltó una estruendosa carcajada.
“A mi esa demanda me da risa… hay gente que nada más anda buscando a ver a quién le echa la culpa de sus torpezas, es todo lo que voy a decir”.
Pero las torpezas de Bartlett a millones de mexicanos de todo el país y a los empresarios e inversionistas no le provocan risa, sino indignación. Ver enlace del lado oscuro del mega apagón en video-columna de Ramón Alberto Garza en  https://www.youtube.com/watch?v=kmGKCzzb9lc




La capacidad de Bartlett al frente de la CFE ha sido cuestionada desde el inicio del actual gobierno.
El tema de las energías limpias es otro de los temas escandalosos que involucran al titular de la CFE y que tienen repercusiones de alcance internacional.
Dice el refrán que lo que empieza mal acaba peor. Y Bartlett lo sabe muy bien.
Una de sus peores decisiones fue la pésima negociación de los contratos de los gasoductos a cargo de empresas privadas, entre ellos Carlos Slim.
Bartlett decía que dichos contratos eran “leoninos” respecto a las tarifas que cobran al gobierno. Más que “negociar”, Bartlett era partidario de expropiar, cuando el presidente Obrador fue advertido de las consecuencias que una medida así acarrearía, le dieron reversa a la propuesta de Bartlett.
Bartlett festinó que el gobierno se iba ahorrar más de 4 mil millones de pesos por la “renegociación”, lo cierto es que el argumento de “corrupción” y “contratos de costos elevados” resultó falso.
La Auditoría Superior de la Federación ha determinado en base a la cuenta pública de 2019 que el gobierno hizo una pésima “renegociación” y que al final de cuentas le costará muchos más a la Comisión Federal de Electricidad y al país.
El próximo martes 23 de febrero, Bartlett apagará las velas de su cumpleaños número 85. Quizás sea tiempo de preparar su jubilación, aunque sus planes son acompañar a Obrador hasta el final del sexenio.
Bartlett es un lastre para el país. Es un dinosaurio de la política.
Tal vez solo nos queda decir como en el cuento de Tito Monterroso:
Cuando despertó, el dinosaurio y el apagón todavía estaban allí.

viernes, 19 de febrero de 2021

Contracolumna • OBRADOR, EL “PRESIDENTE PRECIOSO” • TAPADERA DE UN DEPREDADOR SEXUAL



JOSÉ MARTÍNEZ M.


De veras presidente a poco cree que Félix Salgado Macedonio debe ser juzgado en las encuestas en lugar de ser llevado ante la justicia.
Usted considera que su amigo y compañero de partido debe ser “juzgado” en las urnas, porque según su forma de pensar, “el pueblo es sabio y no se equivoca”.
No sea usted imbécil, se lo digo con todo respeto, como usted mismo dice cuando machaconamente se burla de sus críticos.
Y cuando le digo imbécil, con todo respeto, espero que sepa el significado. Un imbécil, y usted lo debe saber, es una persona que se comporta con poca inteligencia. Por eso le pregunto si acaso usted padece de deficiencia mental para actuar de tal modo.
Salgado Macedonio es un criminal. El único que se ha atrevido a meter las manos al fuego por él, es usted. Es una vergüenza y nos ofende a los mexicanos que usted sea la tapadera de un depredador sexual.
Las denuncias contra su protegido no son de ahora, corresponden desde los tiempos en que fue alcalde de Acapulco y cuya conducta depredadora ha sido incesante.
Su conducta y comportamiento como presidente deja mucho que desear. Usted mismo ha salido en defensa de los narcos, porque según su percepción, los criminales “también son pueblo”. Vaya.
Usted se jacta de dar clases de ética y hasta ordenó escribir una “cartilla moral” con el propósito de “moralizar la vida pública de México”.
El diminuto documento es tan pequeño en sus objetivos que hasta un enano parece un gigante.
Lo cierto es que usted es una persona en verdad repugnante en lo moral e intelectual.
Es lamentable que usted actúe ahora como el “presidente precioso”. Mario Marín, el exgobernador poblano se comportó de la misma manera que usted cuando justificó la conducta de su amigo Kamel Nacif cuando se confabularon en contra de la activista Lydia Cacho.
No es extraña su conducta.
Ya sabemos de su odio hacia las mujeres. Nunca en ningún gobierno las mujeres habían sido maltratadas como ahora.
Incluso usted se burló cuando la preguntaron en una de sus mañaneras sobre el alarmante aumento de la violencia durante el confinamiento por la pandemia.
En el pasado mes de mayo las llamadas a los centros de emergencia del país se desbordaron con más de 26 mil reportes de violencia contra las mujeres.
Usted respondió con ironía que las llamadas eran “falsas”, y que las llamadas de auxilio, “generalmente son bromas”.
No sea usted tan ruin. Tan canalla. Apoye la lucha de las mujeres.
¿Por qué defiende tanto a un depredador sexual como Salgado Macedonio?
Usted dice que si bien las denuncias sobre abuso sexual en contra de su amigo, “son fuertes”, éstas no deben convertirse en “linchamiento político”.
Carajo.
No es un asunto electoral, es la actitud de un depredador que se ostenta impune y que usted deliberadamente protege. No sea vulgar. Ni sea usted cómplice.
Para usted es un asunto “político”, porque “en tiempos electorales hay acusaciones de todo tipo” y el pueblo, según usted, debe decidir en las urnas.
No confunda Fenicia con Atenas.
Usted ha dicho que los crímenes de odio contra las mujeres se ha “manipulado” por los medios. Los feminicidios, según usted, son culpa de las “políticas neoliberales”, lo mismo dijo del narco, y todavía con desfachatez dice que los “conservadores” se disfrazan de “feministas” para atacarlo.
Ya sabemos que usted siente una animadversión en contra de las organizaciones feministas y su política de “género” es una simple fachada de las complicidades con unas cuantas mujeres leales y sumisas a su proyecto a cambio de canonjías y prebendas. Para muestra hay varios botones en su gabinete, incluida la jefa de gobierno de la capital del país.
Lo peor de todo, es que México no se merece políticos como Salgado Macedonio quien debería ser sometido ante la justicia para responder por sus crímenes.
También sabemos que existen lazos más fuertes que la hermandad. Una de ellos es la complicidad.
A Macedonio como a Mario Marín le encantas las botellitas de coñac.
Lástima que usted que soñaba con estar en un lienzo al lado de los próceres de la patria, termine como Marín, como un “presidente precioso”. Usted es el héroe de la película de Félix Salgado Macedonio quien ya se siente en la silla de la gubernatura del estado de Guerrero.
Presidente, “ya chole” con su misoginia y con ese discurso infame. Deje que la justicia cumpla con su papel y rompa el pacto con su amigo el depredador sexual.

jueves, 18 de febrero de 2021

Contracolumna • EL LOBO Y LOS CORDEROS • AMLO, CICATRIZ RENCOROSA -- JOSÉ MARTÍNEZ M.



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Ni en el más dantesco de mis sueños llegué a tener la sensación de contemplar un hervidero de cadáveres. No sé si eso solo me ocurra a mí. Lo que sí sé es que todo el mundo sueña y aun hasta los que creen que “no sueñan” con la pesadilla del Covid.
Desde el momento en que inició la pandemia nos hemos comportado como si estuviésemos soñando. Lo malo es que nuestra realidad es peor que una pesadilla. Estamos al borde de alcanzar la terrorífica cifra de los 180 mil muertos y quizás el 28 de febrero cuando se cumpla un año del confinamiento tal vez lleguemos a la macabra cifra de los 200 mil. Estamos entre los tres países más mortíferos del mundo por el coronavirus.
Sin embargo, el escenario podría resultar peor. No es que lo diga un aprendiz de brujo o un ave de mal agüero, lo dice un científico que ha puesto en entredicho la información oficial. Según el experto, basado en la metodología del doctor López Gatell, –quien fue designado por el presidente Obrador para el manejo mediático de la pandemia– el número de fallecidos por el Covid fácilmente supera los 350 mil y podría llegar hasta los 600 mil.
Ese científico mexicano responde al nombre de Raúl Rojas González, nacionalizado alemán, hizo estudios de matemáticas en el Politécnico y la UNAM y desde hace más de 25 años trabaja en la Universidad Libre de Berlín y es reconocido en el ámbito académico como un experto en redes neuronales artificiales, inteligencia artificial y epidemiología.
Con todo esto el gobierno del presidente Obrador sigue manipulando la información al minimizar los alcances de la crisis sanitaria.
El tabasqueño está más preocupado por las elecciones de junio próximo que por rendir cuentas a los mexicanos. Desde el principio Obrador desdeñó los efectos de la pandemia y peor todavía a pesar de haber sido víctima de este flagelo, se rehúsa a poner la mascarilla.
Es inconcebible que este hombre siga empecinado en mantenerse apartado de la realidad y que aun todavía haya gente que crea en sus palabras.
Obrador lo tiene bien claro. México es un país pobre donde la muchedumbre es muy fácil de manipular. Tan lo sabe que actúa de manera perversa. Los políticos, como Obrador, son como los lobos que se alimentan de los corderos.
El manejo de las vacunas ha sido ruin. Deleznable. La víspera de la Navidad –23 de diciembre– se hizo un circo con la llegada de las primeras vacunas en un avión de carga de DHL. El jefe de las fuerzas armadas, el canciller y las máximas autoridades de salud acudieron a recibir el embarque. Se dijo entonces que eramos unos “afortunados”. México era uno de los primeros diez países en recibir las vacunas.
Pero todo resultó un engaño. Llegaron unas cuantas miles.
Desde el miércoles 23 de diciembre y hasta el miércoles 17 de febrero se han aplicado un poco más de un millón de vacunas. Ni siquiera se ha atendido al 1 por ciento de la población. La gran mayoría de esas vacunas se destinaron a personal de salud y una cuarta parte a profesores y adultos mayores.
Ya sabemos que muchos funcionarios se agandallaron vacunas para ellos y sus familias, que se registró un saqueo y robo de cientos de dosis, que el presidente recibió un tratamiento especial del instituto de nutrición el que no está al alcance de la población.
Ahora sabemos del uso político–electoral de la inmunización.
Lo peor de todo es el uso faccioso del poder mientras el pueblo está en las más adversas circunstancias de la crisis sanitaria, sin empleo, sin salud y sin dinero, ni siquiera el suficiente para los alimentos.
No hay una explicación cabal para nuestro infortunio ante la indiferencia del presidente por el dolor de tantas muertes.
La crisis sanitaria ha dejado a la llamada “cuarta transformación” huérfana, desnuda y sin sustancia y al presidente en el territorio del sicoanálisis.
La falta de empatía y el odio de Obrador tienen explicación. Durante los largos años de su vida acumuló un rencor. Tal vez tiene que ver con un “accidente” –llamémosle así– en su juventud. Desde entonces cargó con la enorme frustración de sus fracasos. Siempre fue un pésimo estudiante y un burócrata de la administración pública.
En realidad su proyección política se la debe a dos conspicuos personajes: Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, a quienes les ha regateado méritos.
Hoy Obrador se asume como un ídolo perseguido por las multitudes, y desde su púlpito habla a nombre de “su” pueblo como el sacerdote de un culto que recurre a los evangelios apócrifos. Parece entregado al frenesí del poder, que se le pega como segunda piel. Hace política a destajo y en la embriaguez incesante de poder pretende erigirse, por encima de las decenas de miles de muertos, en el gran elector de los próximos comicios no obstante sabe que sus sueños de perpetuarse en el poder chocan con la realidad: los muertos también votan.
Resulta insoportable la permanencia de Obrador en el poder, eso lo sabe la gente. Lo malo es que no hay oposición. Los partidos políticos también están muertos. No hay vacuna para la apatía.
La prensa y las redes sociales son un faro en medio de la pandemia. Por eso se les pretende censurar.
En medio de la fetidez de los muertos por la pandemia, Obrador lleva la cara con una cicatriz rencorosa y actúa sin humildad y sin reposo arengando a sus huestes contra sus adversarios a los que ve como sus enemigos, parte de ellos, los periodistas, por eso con desesperación recurre a la palabra para halagar a los imbéciles que todavía creen en él, pues los políticos como los lobos se alimentan de los corderos. Las vacunas son como la fábula del burro y la zanahoria, para que la muchedumbre jale para adelante.