sábado, 22 de agosto de 2020

Contracolumna *LOZOYA, EL VENTILADOR Y LA MIERDA *AMLO CORROMPIÓ A LA CORRUPCIÓN


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Con la cuarta transformación afloró la decadencia de nuestro sistema político. Tarde que temprano iba a ocurrir. Ya lo sabíamos. Videos más videos menos, las historias de corrupción política ya nos aburren.
Lo malo es que Obrador quiso convertir a Palacio Nacional en la casa de la virtud y terminó corrompiendo a la corrupción.
La corrupción se ha pegado a la piel de Obrador. Es algo inocultable. Político que no es corrupto es monje.
El tabasqueño presume llevar en la cartera un billete de doscientos pesos. Como presidente cuenta los centavos de su sueldo que le alcanza apenas para vivir. Es la “muestra” de estar del lado de los pobres y con sobrada ironía es el mensaje para medir desdeñosamente a los demás.
En su delirio siente que encarna a Jesús y a México lo confunde con el pueblo de Israel.
En su vesania cree que la historia tiene un propósito y el país un destino superior. Un pueblo purificado desde las liturgias de su púlpito que contrasta con el odio inexplicable por sus adversarios a los que de manera petulante llama “conservadores”.
Nada de lo que sucede en su mundo es habitual en el de los demás.
Su pensamiento está poblado de demonios atrozmente humanos. Para él, todos son corruptos y su misión consiste en transformar a esos demonios, no importa que para ello el caso Lozoya le ponga ventilador a la mierda.
Lozoya alentado por el “guía moral” de la cuarta transformación juega al Wikileaks y a los Panama Papers.
Lozoya ha proporcionado a la Fiscalía 15 horas de grabación en videos y promete un caudal de documentos evocando los escándalos de las filtraciones masivas en la era de Internet.
Para Obrador llegó la hora de la justicia. Llevar a todos a la cárcel. ¿Y quién se va a encargar de cerrar la puerta si todos están embarrados?
Qué se puede esperar de Lozoya quien embarró a su propia familia.
Su madre presa durante 100 días en cinco cárceles distintas en Alemania sin derecho a un juez y nueve meses en arraigo domiciliario por órdenes de la Fiscalía.
Lozoya que pasó de la atmósfera de un lujo desafiante en un vecindario de millonarios a una cárcel de Málaga y de ahí trasladado a una prisión de Madrid desde donde negoció su extradición para luego llegar a México y ser recibido como un héroe para comparecer en el juicio del siglo sin pisar la cárcel y brindando con champaña rodeado de lujos y apapachos del gobierno.
Lozoya convertido en un rehén de la “justicia” para delatar a los enemigos de Obrador.
En un juicio verdaderamente escatológico Lozoya le ha puesto ventilador a la mierda, no es que se haya inspirado en el ensayo de Dalí “El arte de tirarse pedos”. En el surrealismo de la política mexicana está demostrado que nuestros políticos –sin distinción alguna– su sueño, su digestión, su éxtasis, sus resfriados, su sangre, su vida y su muerte, los hace únicos. Se sienten genios como Dalí. Lozoya es un ejemplo.
Sabíamos que el poder embrutece y enriquece y la política desde los tiempos del PRI y el PAN con la alternancia y Morena instalado en el poder han sido la continuación por diferentes vías de la corrupción.
Si el hermano de Obrador fue pillado recibiendo dinero ilegal para financiar a Morena y exhibido al igual que Bejarano, su hermano el presidente se encarga de glorificar el soborno llamando “amablemente” al cochupo como “aportaciones”.
Pío Obrador en el nombre lleva la penitencia.
La corrupción hizo nido en Morena desde antes de su fundación y nació corrupto como otros partidos. Es un hecho real. No se trata de un acto filosófico pero en lo mundano nos revela lo pío y lo impío que nos recuerda el diálogo entre Sócrates y Eutifrón, a través de argumentos que buscan aclarar la postura de cada uno frente a su realidad de difamado y de incriminado.
Pero resulta que ni Andrés Manuel es Sócrates ni Pío López Obrador es Eutifrón.
Nos queda claro que Morena no es un partido de principios morales y que en ese partido cabe lo mismo lo legal que lo ilegal, el cabildeo, la presión y la seducción.
Obrador mismo ha roto los principios básicos de su partido como también él mismo ha roto con la disciplina interna del gobierno.
Obrador es un político de claroscuros. Ahora ante la obviedad del hermano se muestra tolerante a la corrupción.
Para él el concepto de la corrupción varia de un partido a otro, dependiendo de quien incurra en esos actos. Obrador define quién es corrupto y quién no lo es, todo bajo su estigma sulfuroso aunque termina atrapado en la hipocresía.
Morena es el epítome de la corrupción. Lo vemos con el cabildeo rampante de su gobierno donde se favorece a los amigos con contratos de asignación directa, las licitaciones son letra muerta, todo se rige por el tráfico de influencias, todo siempre a cambio de dinero.
El escándalo de los videos aportados por Lozoya lo mismo que los videos filtrados a los medios y exhibidos en las redes sociales en los que se ven involucrados personajes de la vida pública nos demuestran el desaseo de nuestro sistema político. Los legisladores del Congreso actuando como cabilderos para favorecer intereses corporativos. Muchos diputados y senadores salen con mucho más dinero que con el que entraron. Campañas políticas financiadas con dinero de aportaciones ilegales de empresarios, “donativos” sin remitentes, vínculos de funcionarios y políticos con conexiones nacionales e internacionales y lavado de dinero de la mafia.
Hoy están todos embarrados por poner ventilador a la mierda. Tenía razón Salvador Dalí, ojalá los políticos aprendieran el arte de echarse un pedo.

jueves, 20 de agosto de 2020

Gobernadores tienen la culpa: no saben asumirse libres ni soberanos

 


 

Carlos Ramírez

 

Al margen del caldo de cultivo sabroso para el chisme por las delaciones de Emilio Lozoya Austin azuzadas por Emilio Lozoya Thalman, la reunión del presidente de la república en San Luis Potosí con los 32 gobernantes estatales perdió la última oportunidad de la 4T para uno de los temas centrales de su propuesta de gobierno: el federalismo real.

Lo demás ha sido coyuntura, jaloneos, ajustes de cuentas, revanchas. La 4T había prometido un “cambio de régimen” para pasar del modelo monárquico del PRI a uno republicano sustentado en el pivote del federalismo. En San Luis Potosí se vio que las élites no saben, no quieren, no entiende, no se atreven y no desean cambiar.

Asimismo, en San Luis Potosí quedó reconfirmado el modelo de régimen mexicano presidencialista, centralista y unitario. Pero si se buscan responsables del fracaso republicano, habría que encontrarlos entre los niveles políticos intermedios: los gobernadores durante el reinado priísta fueron virreyes o representantes del rey, porque sus candidaturas eran decididas por el presidente, hacían campaña con dinero presidencial y pasaban a forma parte de la monarquía sexenal.

Hoy los gobernadores son verdaderos califas o jefes locales con autonomía absoluta local, dependiente de recursos federales a cambio de ningún sometimiento o coordinación y ejerciendo el poder por la autoridad del poder mismo o por ciertos tintes religiosos.

La clave de San Luis Potosí estaba en un tema que nunca apareció: el endeudamiento público estatal y municipal que tiene quebradas las haciendas públicas locales y cuyos recursos conseguidos nadie sabe en qué se usaron, al grado de que hoy se pide prestado para pagar créditos anteriores. La deuda local es reflejo de la condición centralista de los estados “libres y soberanos” que piden y piden dinero y no entregan cuentas.

Los gobernadores y alcaldes están urgidos de participaciones estatales, pero no para programas sociales sino para tapar los hoyos de sus deudas contratadas con bancos, hipotecando no sólo sus periodos de gobierno sino muchos más. Eso sí, en su estridencia acusan a la hacienda federal de cortarle flujo de recursos, pero es la hora que casi ninguno ha generado formas para obtener recursos sanos propios.

El federalismo comienza por la capacidad autónoma de estados y municipios para no depender en más del 90% de las participaciones federales y para tener sistemas locales de seguridad eficaces que disminuyan la presencia federal y sistemas democráticos que convierten a las sociedades locales en pivotes de las relaciones de poder.

En este sentido, la Conago es una ventanilla de solicitud de recursos y la Secretaría de Gobernación carece de la idea democrática de federalismo y ha quedado solo en una oficina de actas y acuerdos.

 

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EE. UU. 2020. Mientras el presidente Donald Trump ya aprendió a usar el aparato de poder de la Casa Blanca, el vicepresidente Joe Biden sigue pasmado y con la esperanza de ganar por el voto anti Trump. El cuartel general de Biden está en el sótano de su casa, simbolizando un refugio antiguerra. Tres detalles en las últimas horas:

- Las protestas Blacks lives matters han sido las peores críticas al fracaso de los ocho años de Obama y Biden en la Casa Blanca y las evidencias de que nada hicieron a favor de la comunidad afroamericana.

- En el discurso de apoyo a Biden, la esposa de Obama, Michelle, dijo una frase que comienza a ser citada, fuera o dentro de contexto, por su valor político: “Joe no es perfecto”.

- En el sitio Político se publicó una frase de Obama: “Biden podría joder las cosas” y dejó claro que su exvicepresidente no era su primera opción. La razón: Biden es “propenso a los errores” y que no subestimaran “la capacidad de Biden para arruinar las cosas”.

 

 

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Contracolumna • AMLO, LA VENGANZA CONTRA AGUILAR CAMÍN • LA CENSURA COMO INSTRUMENTO DE CONTROL


JOSÉ MARTÍNEZ M.


El presidente Obrador es un hombre de rencores. Lo malo es que su gobierno se rige por sus fobias, sus odios y sus resentimientos. Para eso Obrador usa el poder.
Hace poco el historiador Héctor Aguilar Camín en una conversación con excompañeros del colegio Patria se refirió a Obrador como un presidente “pendejo” y “petulante”. “Obrador quiere que México esté empobrecido y jodido para gobernar”. El video de esa charla se filtró en Youtube y sonó el escándalo. VER ENLACE del video en: (https://www.youtube.com/watch?v=icl9DglguXY)



Obrador se la tenía guardada y llegó el momento de cobrársela. Antes Obrador utilizó a la revista Contralínea –alineada al obradorismo– para atacar a Aguilar Camín con un viejo contrato obtenido en el gobierno de Salinas.

Camín conoció a Obrador en 1978 y lo presentó con un importante grupo de intelectuales, entre ellos Carlos Monsiváis, e incluso lo llevó con el magnate Carlos Slim cuando ganó la elección como jefe de Gobierno, en el año 2000 para emprender proyectos conjuntos como el rescate del Centro Histórico.
Camín se convirtió en un intelectual incómodo para el obradorismo y ahora paga las consecuencias como muchos editores críticos de la cuarta transformación.
Los gobiernos democráticos cuando atraviesan momentos de crisis suelen amplificar y enriquecer los debates a través de la prensa para llegar al mayor número posible de ciudadanos, pero lamentablemente con el gobierno de Obrador sucede lo contrario. La obsesión del presidente por acallar las críticas aísla a los ciudadanos del debate.
La polémica estimula la participación democrática e incluso la discusión pública nos ilumina.
Ese es el papel que desempeñan medios como las revistas Nexos y Letras Libres y muchas otras publicaciones.
A lo largo de nuestra independencia como nación, la prensa ha ayudado a profundizar la democracia.
Cierto, “el periodismo es el primer borrador de la historia”, decía el legendario editor de The Washington Post, Phil Graham.
La tarea del periodismo es pedirle cuentas a las instituciones poderosas.
Don Daniel Cosío Villegas insistía en que el papel de la prensa era hacer pública de verdad la vida pública.
Pero Obrador, como muchos de nuestros políticos no está acostumbrado a la rendición de cuentas.
Su obsesión por pasar a la historia como el “mejor” presidente de todos los tiempos lo ha vuelto paranoico.
Todo aquel que ejerce la crítica es su enemigo.
Obrador que se siente inexpugnable pretende una prensa como un convidado de piedra sin ningún derecho a alzar la voz, eso lo vemos todos los días en su “mañanera” desde donde ataca con ferocidad a sus críticos.
Jamás ningún presidente se había mostrado tan ruin con la prensa llenándola de adjetivos.
Un presidente que actúa deliberadamente con falsedad, hipocresía y engaño.
Un presidente que con esa actitud se ha puesto de lado de los
fanáticos religiosos y políticos, de los dictadores, de las bandas de criminales y traficantes, y de los dueños de imperios económicos que ven como una amenaza para sus intereses la existencia de una prensa independiente y libre.
Tenemos un presidente frívolo que no le gusta hablar de los muertos de la pandemia ni de la violencia, que prefiere hablar de sus rifas y sus tómbolas, que prefiere el espectáculo que las ideas y que contamina la vida política con sus desplantes de payasadas que exhiben su egolatría con actuaciones de un malísimo comediante.
Por el contrario él se asume como un “líder fascinante” como la estrella de un circo.
Sus aduladores como John Ackerman que lo idolatran y hasta lo consideran como “el hombre más sabio del mundo”, es la síntesis del cinismo y la ignorancia, sentir admiración por un personaje mesiánico que idolatra a Benito Mussolini. Un presidente que tiene un concepto deformado de la historia. No nos sorprendería si mañana escribe la versión vernácula de “Mi lucha”, como otro más de sus mamotretos.
Un presidente que no entiende que el circo y la política no se llevan y que el periodismo cumple simplemente con su tarea de criticar la vida pública, los niveles de pobreza, la caída de la economía, el desastre sanitario, la sanguinaria violencia y la corrupción misma enquistada en el gobierno que sigue tan vigente como en los anteriores gobiernos.
El periodismo hoy es víctima del autoritarismo
Tenemos un presidente que quiere que lo traten como un rey, que lo llenen de halagos, lo adulen y lo llenen de regalos como los ineptos de los que se rodea todas las mañanas para escuchar sus sermones “progresistas”.
Hoy ataca a Nexos, del escritor y periodista Héctor Aguilar Camín, ayer al editor de Letras Libres, al que comparó con Lucas Alamán.
El caso de Nexos va más allá de un mero asunto de publicidad. Se trata de un caso de censura.
Frente a la política del gobierno de Obrador –que privilegia a los que lo adulan como las televisoras y el periódico La Jornada– los medios enfrentan el reto de terminar con los atavismos de la insana relación con el gobierno, en esa extraña mezcla de intereses económicos y políticos, y aún facciosos entre periodistas, políticos y funcionarios.
Obrador debe entender su papel de que ya no son los tiempos de contar con una prensa domesticada al servicio del gobierno.
El tabasqueño cortó de tajo con un machete las reglas del juego pero ha favorecido a incondicionales y ha corrompido a otros en su afán de contar con una prensa sumisa e incondicional.
No es que los medios reclamen la persistencia de los viejos esquemas de corrupción. Eso se acabó y eso hace tener una mejor prensa en la disputa por los lectores.
Precisamente estamos viviendo esa transición pero otra es quitar la palabra y los más elementales derechos a los periodistas críticos.
Obrador ha preferido arreglarse con un buen número de empresarios periodísticos a cambio de la sumisión. Ahí están las televisoras con sus dueños incluso como “consejeros” presidenciales.
En medio de la adversidad económica y sin las reglas del juego de antaño, los medios están emprendiendo nuevos caminos ante la hostilidad del gobierno con una visión más comprometida con la democracia, la transparencia y la ética.
La de Nexos, es una lección para los medios y el espejo de un gobierno autoritario de piel sensible ante la crítica.


México, clave en elección de EU; 4T carece de enfoque estratégico

 

 

Carlos Ramírez

 

A pesar de que ya se esperaban agresiones, la diplomacia mexicana supuso que el viaje del presidente López Obrador a la Casa Blanca en julio había sido una vacuna para evitar que el presidente Donald Trump metiera migrantes y muro en su campaña, pero ya lo hizo. Y no existe ninguna estrategia para convencer a los demócratas de la cooperación mexicana.

En Arizona volvió Trump a las andadas con el muro y los migrantes y dicen algunos reportes que el equipo de Joe Biden ya envió un mensaje a Palacio Nacional de que no se dejaría pasar el encuentro en la Casa Blanca repitiendo el numerito de agosto de 2016, hace justo cuatro años, que le sirvió a Trump para verse presidenciable.

El problema, en realidad, no fue que se haya dado el encuentro en la Casa Blanca dentro de una agenda de la inevitabilidad diplomática. Lo malo estuvo en la ausencia de una agenda estratégica bilateral en la Secretaría de Relaciones Exteriores de México que contuviera los efectos dañinos con los demócratas. Los contactos del canciller Marcelo Ebrard son más fuertes con el yerno Jared Kushner y con un círculo de Hillary Clinton, ninguno de los cuales le serviría en caso de que Biden ganara las elecciones.

Las relaciones exteriores de un país tienen dos lados: el formal que es la diplomacia como la gestión de relaciones burocráticas entre oficinas, agencias y acuerdos y el real que se mueve en los espacios de las áreas de inteligencia y seguridad nacional. Ebrard estudió relaciones internacionales en El Colegio de México, pero se tituló con una tesis sobre el congreso mexicano del siglo XIX. Y fue de manera fugaz vicecanciller sólo unas semanas con Manuel Camacho como canciller, sin dejar ninguna huella diplomática.

En los hechos objetivos, la cancillería mexicana parece estar apostando a la reelección de Trump. Y aunque no habría ninguna relación especial, de todos modos los canales de comunicación y negociación se llevan con el yerno Kushner, aunque con el inconveniente de que el esposo de Ivanka Trump pueda dejar el cargo de asesor especial en la segunda administración.

A la 4T le falta una propuesta real para que México deje de ser el patio trasero de la Casa Blanca, pero en el entendido de que el primer paso tendría que darse con un nuevo modelo de desarrollo mexicano que saque al país del hoyo recesivo, lo lleve a tasas de PIB de 6% y aumente la calidad del empleo. Esta opción no le corresponde a Relaciones Exteriores, pero cuando menos debiera de estar incluida en un enfoque estratégico, geopolítico y de seguridad nacional bilateral.

La actual cancillería mexicana carece de una política estratégica hacia los EE UU y en los hechos funciona como una especie de Secretaría de Comercio Exterior alterna centrada en el funcionamiento del TCL 2.0 salinista/pos-salinista, cuando las relaciones bilaterales se mueven en los escenarios de la seguridad nacional bilateral.

Gane Trump o Biden, México seguirá siendo el patio trasero de la Casa Blanca.

 

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Napito canadiense. Diez agrupaciones que integran la Unión Nacional de Sindicatos Minero-Metalúrgicos y Metal Mecánicos de México han buscado por la vía legal que el gobierno de Canadá informe manera formal si el senador morenista Napoleón Gómez Urrutia es aún ciudadano canadiense como han revelado algunas fotos en Reforma donde el legislador presentó pasaporte canadiense. A finales de 2018 el senador presentó un certificado mexicano en el que renunciaba a su nacionalidad canadiense. De comprobarse en Canadá que Napito engañó al Congreso, de manera automática podría ser inhabilitado como senador mexicano. La respuesta canadiense está en proceso de entregarse a los solicitantes.

 

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miércoles, 19 de agosto de 2020

LOZOYA INVOLUCRA A TRES EXPRESIDENTE EN EL ESCÁNDALO DE ODEBRECHT

 



Presentamos el documento de la declaración de Emilio Lozoya ante la Fiscalía General de la República donde involucra a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en malas maniobras de la Reforma Energética y los sobornos entregados por Odebrecht.
En la declaración se involucra al exsecretario de Hacienda Luis Videgaray lo mismo que a legisladores y empresarios.
Lozoya entregó a la FGR 15 horas de grabaciones sobre “negociaciones” y presuntos sobornos.
La denuncia de Lozoya da pauta para un maxiproceso en el que está involucrada buena parte de la clase política, sin distinción de partido.  
Lozoya se describe como una inocente paloma, libre de toda culpa.
A continuación presentamos en el siguiente enlace el documento íntegro de la FGR el cual consta de 63 páginas.

martes, 18 de agosto de 2020

Legislativo y Judicial, controlados o corrompidos, no democráticos

 

 

Carlos Ramírez

 

Las imágenes de los videos de la corrupción, hoy con Lozoya Austin o en 2004 con René Bejarano, en nada contribuyen al perfeccionamiento de la democracia porque no van precedidos de acciones de reorganización de las relaciones entre los dos poderes, sino que se agotan en el desprestigio del adversario.

Una de las principales exigencias de toda democracia republicana consiste en privilegiar la separación de poderes. Pero desde la fundación del sistema político priísta en 1928-1938 --del asesinato del caudillo Obregón a la fundación del PRM corporativo con Cárdenas--, la clave de la estructura de poder radica en el poder inmenso del presidente de la república por el control absolutista de los tres instrumentos de poder: el presupuesto público, el aparato de seguridad y justicia y el partido en el poder a la hora de repartir cargos públicos.

Las reformas priístas, la alternancia panista y ahora el nuevo-viejo régimen de la 4-T han dejado intacta la estructura de poder y dominación del sistema/régimen/Estado priísta. En mayor o menor medida, con apariencias y realidades, el sistema/régimen/Estado actual es el mismo que construyó el PRI. Este sería el gran punto de debate nacional por encima de los escándalos, jaloneos e intercambio de culpabilidades.

Los videos negociados por la familia Lozoya para salvarse de la cárcel que merecen por corruptos no contribuirán en nada a la democratización porque no tendrán efectos de reorganización legal y política en el sistema de gobierno. Hoy como antes se trata de afectar al adversario. Y lo que es peor, tampoco van a conducir a nuevas legislaciones o estructuras legales de control de los fondos públicos o del uso del dinero para comprar lealtades.

En estos casos puede aplicarse una variante de aquel verso de Salvador Díaz Mirón redactado, quizá, para justificar su porfirismo ante los revolucionarios triunfantes: “hay aves que cruzan el pantano y no se manchan…; mi plumaje es de ésos”, aunque ahora se diría “mi pantano es de ésos”. En este sentido, la 4-T estaría dejando pasar una extraordinaria oportunidad para construir un aparato real de lucha contra la corrupción.

Lo más grave estará en que el modelo de justicia va a premiar al delincuente: a cambio de delatar a sus cómplices de poder, la familia Lozoya será exonerada de cargos judiciales, aunque quedará en el libro de registros de la infamia junto a los delatados: senadores, diputados, Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto, entre otros.

 

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EE.UU. 2020. Barack Obama está en lo suyo: convirtió a su esposa Michelle en la estrella principal de la convención virtual del partido Demócrata y la enfiló hacia una senaduría y de ahí a la candidatura presidencial en 2024. El camino ya fue seguido antes por Hillary Clinton. En su discurso, Michelle ignoró a la candidata a la vicepresidencia Kamala Harris, con la justificación de que se grabó antes de la nominación oficial. Pero en la política estadunidense las suspicacias son intenciones de poder.

En los estilos de sucesiones presidenciales estadunidenses, a Obama le conviene que pierda Biden; si gana, Biden podría aspirar a la reelección en 2024 o perfilar a Harris, dejando en el camino a Michelle. Por eso algunos dicen que Obama no va a apoyar la campaña de Biden.

Y como el que se ríe se lleva, al libro de una sobrina de Trump potenciado por demócratas por revelaciones psicológicas del presidente, ahora viene el desatape de una aventura sexual de la actual esposa de Biden contada por su primer marido, quien dice que Jill y Joe tuvieron un affaire extramatrimonial entre ellos cuando los dos estaban casados con otras personas. Y, por cierto, el libro de la sobrina no tuvo vida política más allá de las primeras 48 horas de su aparición.

 

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Contracolumna • VACUNA, NEGOCIAZO DE SLIM • LUCRAR CON LA DESGRACIA

 



JOSÉ MARTÍNEZ M.

“Una catástrofe es también una nueva oportunidad para los negocios”, solía decir John D. Rockefeller, mejor conocido como el rey del petróleo.
Y como el fundador de la dinastía Rockefeller, ahora el rey de las telecomunicaciones, el magnate Carlos Slim ha visto una “oportunidad” de negocio enmedio de la catástrofe sanitaria.
Si todo marcha como lo tiene previsto con la vacuna contra el Covid -19, Carlos Slim contempla embolsarse alrededor de 1,000 millones de dólares. Eso sólo en México con las compras negociadas tanto con el gobierno federal como con los gobiernos estatales.
La producción para México está estimada en 180 millones de dosis, aunque se producirán 250 millones de vacunas. El plan es atender a toda Latinoamérica que representa un mercado de 650 millones de personas.
El negocio es tan lucrativo que todos los laboratorios del mundo se disputan el mercado. Hay 7 mil millones de personas que ansían con desesperación una vacuna.
Slim lo sabe, es un hombre que huele y sabe dónde está el dinero.
Hace 150 años, John D. Rockefeller comenzó a amasar su fortuna vendiendo un brebaje misterioso que, según él, era infalible para curar el cáncer. El brebaje resultó falso pero Rockefeller obtuvo millonarias ganancias.
Como el fundador de la Standard Oil, Slim es ante todo un comerciante que vende en sus tiendas desde chucherías hasta los más sofisticados componentes tecnológicos. Así al paso de los años ha visto engrosar sus bolsillos hasta nadar en dinero y convertirse en una ballena en una laguna.
La especulación es parte del negocio, pero en este caso Slim tiene un mercado cautivo.
Cierto. Slim todo lo ve en función de números.
Es el auténtico representante del dinero sagaz.
“A mí los números me hablan. Me bailan”, dice.
Para él un reporte financiero de la Bolsa de Valores es como una revista de Playboy.
Y en función de números vio el negocio en medio de la pandemia. La vacuna para atacar el Covid es para él, uno más de los negocios multimillonarios gracias a sus contactos políticos.





Para este moderno rey Midas, centavos más centavos menos la vacuna le va a dejar en México una ganancia en cientos de miles de millones de dólares, con una inversión inferior a 50 millones de dólares en su investigación y producción.
Nada mal para este cazador de negocios de apetito insaciable pero codicioso hasta con su propia persona. Los mismos trajes, los mismos zapatos, relojes baratos y ahorrativo hasta la médula.
El desarrollo de la vacuna es un negocio entre privados.
Aun así, antes de hacer el anuncio oficial, Slim en un acto de cortesía lo comunicó al presidente Obrador. Obvio el tabasqueño lo vio como un salvavidas político para su gobierno y como un catalizador de votos.
De ahí la premura para que esté listo antes del proceso electoral del próximo año.
Es evidente que tanto los gobiernos de México y Argentina se montaron en el proyecto al ver el impacto político que buscan abonar a su favor.
La vacuna responde a la asociación de la Fundación Slim con el laboratorio anglosueco AstraZeneca que cuenta con la participación de investigadores de la Universidad de Oxford y la colaboración de expertos de la biotecnológica mAbxience. En Argentina participa el laboratorio Masayans y en México está por designarse a la empresa farmacéutica que se encargará de envasar la vacuna y el proceso de distribución.
No se trata de ningún acto altruista. Es un negocio y punto.
Si lo fuera, Slim podía haber apoyado con medicamentos a través de su fundación a los niños con cáncer. Vaya, Slim es dueño de la red de los hospitales Star Médica pero operan en todo el país con fines estrictamente lucrativos.
Cuando Carlos Slim buscó competir en el mercado estadounidense con sus empresas, acudió a una vieja fórmula para ganar aceptación de las élites. Aportó más de 100 millones de dólares para proyectos de investigación contra la cura del cáncer en la Universidad de Harvard.
Cuando hubo la necesidad de utilizar políticamente su influencia para atacar a sus críticos, recurrió a su faceta de mecenas para quejarse ante las autoridades de Harvard de que estaba siendo severamente cuestionado por académicos de esa universidad que lo pusieron bajo su lupa como un beneficiario del salinismo con la entrega del título de concesión de Teléfonos de México gracias a sus contactos políticos.
Pero en México, Slim es otra cosa.
Según le convenga cambia de cachucha o de máscara.
Ahora aparece con el disfraz de un falso filántropo.
La vacuna es un negocio y como tal se está manejando.
Para atraer el apoyo y las simpatías del gobierno ha negociado con el presidente Obrador la disposición de la vacuna.
Así, mientras Slim lucrará económicamente con la desgracia, Obrador lucrará políticamente.
Y como Slim no regala nada, para él no hay cosa más desagradable que lo confundan con Santa Claus.
Lo malo, es que Slim, el mítico rey Midas, como Rockefeller gana dinero aún en la peor de las catástrofes. Para él no importa que se haya enriquecido a costa de la empresa más lucrativa, como lo es Teléfonos de México, que fue parte del patrimonio de los mexicanos.