Carlos
Ramírez
A lo largo del
periodo revolucionario-posrevolucionario 1911-1982, los giros de proyectos presidenciales se centraron en tres variables: las reformas
constitucionales, la caracterización del Estado y la ideología. La
contrarrevolución neoliberal de Carlos Salinas de Gortari operó sobre esos tres pivotes para liquidar a la
Revolución Mexicana y edificar una la transformación
estructural e ideológica de tipo neoliberal.
Los Estados
anteriores habían hecho modificaciones, pero dentro de los límites del Estado revolucionario como referente.
Cárdenas creó el capitalismo monopolista
de Estado con programas sociales, Miguel Alemán Valdés construyó el capitalismo
de mercado, Adolfo Ruiz Cortines
logró el Estado promotor del
crecimiento económico y Luis Echeverría apeló al Estado populista.
En el Plan
Global de Desarrollo 1980-1982, Salinas de Gortari --director de Política
Económica y Social de la Secretaría de Programación y Presupuesto-- dio por liquidado el Estado social y puso las
bases del Estado gestor de la
política económica y al mercado como el pivote
del modelo de desarrollo.
Las reformas
constitucionales de De la Madrid y Salinas redefinieron
al Estado. De la Madrid reformó el 25 constitucional para introducir el
concepto de “Estado rector del desarrollo”, pero sólo para acotarlo, no para darle nuevas responsabilidades económicas con
objetivos sociales, En una conferencia en la UNAM en 1985, Salinas de Gortari explicó esa reforma: pasar del Estado
como la arena de lucha de las clases al Estado autónomo (tesis de Theda Skocpol) de los grupos sociales. La
política social, por consecuencia, no
era producto de una definición ideológica, sino de la necesidad de atenuar
urgencias sociales para evitar
conflictos sociales por el bienestar. El Pronasol se enfocó al acceso a bienes
indispensables y a infraestructura comunitaria, no a redistribución social de la riqueza y el ingreso.
Las reformas
constitucionales de Salinas de Gortari terminaron de liquidar el proyecto histórico de la Revolución: privatizó el
ejido, reconoció a la iglesia, subordinó la economía mexicana a las necesidades
de los EE. UU. con el TCL, entregó al sector privado las empresas
propiedad de la nación, dejó al Estado como gestor de la empresa privada. Y en lo político, en 1992 borró el concepto de Revolución
Mexicana de los documentos del PRI y en su lugar introdujo el de “liberalismo
social” juarista, aunque del Juárez liberal que sentó las bases del capitalismo sobre los restos del México originario
indígena y popular.
Se trató, en
suma, de una nueva transformación
del proyecto nacional: pasar del revolucionario-posrevolucionario como
capitalismo populista, a uno neoliberal
de mercado sin Estado. De hecho, el proyecto neoliberal de Salinas de Gortari
fue una copia inescrupulosa del
proyecto conservador del PAN: bien
común en lugar de riqueza social, Estado subsidiario
o circunstancial en tanto la empresa privada se fortalecía y solidarismo sólo con los más pobres y
no política social de clase.
Para completar
el proceso de sustitución de
proyecto nacional, Salinas jaló al gobierno y a cargos políticos a los
economistas y politólogos conservadores
y neoliberales; los puso en las subsecretarías de planeación de todas las
secretarías de Estado y luego los hizo senadores y gobernadores. Desde 1979 a
1993, Salinas construyó la figura de
Luis Donaldo Colosio como su sucesor, lo puso en el PRI para operar reformas
ideológicas y debiera ser el continuador
del neoliberalismo en 1994-2000 y luego seguiría en la presidencia Ernesto
Zedillo para 2000-2006.
Sin embargo, en
su discurso del 6 de marzo Colosio envío el mensaje de que la prioridad de su gobierno --por un pacto
estratégico con el politólogo Manuel Camacho, pactado como su secretario de
Gobernación-- sería la reforma democrática
y el regreso a las políticas sociales, no
el mercado. Su asesinato corrigió desvíos, adelantó
tiempos y Zedillo llegó paras reforzar
el modelo neoliberal transexenal. La ruptura Zedillo-Salinas no fue por el neoliberalismo, sino por
la voz popular que culpaba a Salinas
del crimen y le reducía a Zedillo margen de credibilidad al nuevo presidente.
Como 4T, la contrarrevolución neoliberal Salinas de
Gortari dejó una estructura de
Estado que debe ser reformada en su totalidad para construir una 5T lopezobradorista.
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Política para dummies: La política es razón del Estado
@carlosramirezh
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