martes, 4 de mayo de 2021

Contracolumna • NO TIENEN MADRE • SLIM, RESPONSABLE

 

 
JOSÉ MARTÍNEZ M.
 
Carlos Slim Helú es un hombre inconmensurablemente poderoso. Eso no lo hace intocable. Tiene una ventaja sobre el resto de los mortales: dinero, mucho dinero, pero la conciencia intranquila y las manos sucias.
Ahora carga en sus espaldas con más de una veintena de muertos y un centenar de heridos por la pésima calidad en los materiales de construcción de la Línea 12 del Metro. Grupo Carso fue la encargada de la construcción del tramo que se derrumbó y ocasionó una tragedia.
La gran mayoría de la gente ignora que Slim estuvo a punto de pisar la cárcel por apropiarse de los derechos de autor de la digitalización de Telmex.
El pleito llegó hasta un juzgado de barandilla y gracias a una “mordida” se libró de ser fichado como un vulgar delincuente. Ignacio Cobo -uno de sus mejores amigos- cuenta la anécdota en medio de risotadas. Durante la comparecencia de Slim ante el juez se armaron los golpes y Cobo se trenzó contra los demandantes del Ingeniero.
El abogado que estuvo a punto de poner a Slim tras las rejas fue Javier Coello Trejo quien defendía los intereses de un trabajador de Telmex el que había logrado modernizar a la compañía telefónica en el momento preciso en que Slim se hizo dueño de ésta gracias a sus contactos políticos con el presidente Salinas. El trabajador fue despedido y liquidado. Slim tuvo de su lado al aparato de “justicia”. Al trabajador (Antonio Otero) solo le dieron millón y medio de pesos. Él exigía una compensación de 20 millones de dólares. Slim dijo que eso era un “chantaje”.
Negociar con Slim no es cosa fácil. Prefiere los arreglos “bajo la mesa”, al final de cuentas es un marchante.
Quizás en Panamá debe haber ahora preocupación por el derrumbe de los vagones del Metro en la Ciudad de México.
¡Albricias! Slim, es uno de los constructores del Metro de Panamá.
Desde hace cuatro años, Slim se encuentra envuelto en líos judiciales en España. La imagen del magnate de las telecomunicaciones se ha empañado por escándalos de corrupción en la construcción del Metro de Panamá en sociedad con otras compañías españolas.
Desde hace varios años Slim se convirtió en el principal accionista de la empresa española Fomento de Construcción y Contratas (FCC), firma especializada en infraestructura del transporte hídrico y de medio ambiente con presencia en más de 35 países.
FCC incurrió en sobornos para obtener contratos para la construcción del Metro en el país canalero.
Directivos de FCC y otras compañías, entre ellas Odebrecht, diseñaron un esquema de corrupción que consistió en sobredimensionar el suministro de acero necesario para las obras "y en facturarlo al doble de su precio”.
En el hotel Calinda Geneve de la Zona Rosa es común toparse, desde hace varios años, con el expresidente panameño Martín Torrijos Espino. El anfitrión invariablemente es Ignacio Cobo, uno de los operadores políticos de Carlos Slim.
Martín Torrijos es hijo del mítico general Omar Torrijos, quien fue líder de la revolución panameña que lo encumbró en el poder hasta su muerte en 1981 tras un accidente aéreo.
Martín Torrijos quien gobernó de 2004 a 2009 hizo cabildeo a favor de Carlos Slim en Panamá para obtener en 2017 los contratos de las obras del Metro.
Por los actos de corrupción de los altos ejecutivos de Slim en la FCC se encuentra abierto un expediente en la Audiencia Nacional, jurisdicción en Madrid especializada en asuntos financieros complejos.
Como Martín Torrijos, Marcelo Ebrard es un cabildero y empleado de Slim. A lo largo y ancho de América Latina varios expresidentes -sobre todo de Sudamérica- están al servicio de Slim.
Al igual que grupo Carso que opera en México, la FCC tiene proyectos de construcción desde carreteras, obras ferroviarias, marítimas, construcción industrial, hasta desarrollos residenciales en toda la región latinoamericana.
En México, Carlos Slim ha corrompido a políticos de todos los niveles, incluidos presidentes de la república. En nuestro país el grupo Carso construye autopistas, túneles, infraestructura hídrica, torres de oficinas, líneas del Metro, aeropuertos, plantas petroleras, gasoductos, etc, etc…
Políticos de todos los colores caben en su cartera.
Ebrard puso en sus manos su carrera política. Los dos están coludidos en las irregularidades cometidas en la construcción de la línea 12 del Metro.
Cuando se concluyeron las obras Ebrard las calificó como un portento de la ingeniería mundial. Mintió.
Están documentadas todas las irregularidades. La “línea dorada” se entregó con más de 17 mil fallas.
La adquisición de los vagones fue un burdo acto de corrupción.
Lo peor es la falta de mantenimiento de todo el Sistema de Transporte Colectivo. Claudia Sheinbaum debería seguir los pasos de la maestra de la escuela Rebsamen condenada a 31 años de prisión por negligencia.
Sheinbaum debería ser procesada y su subalterna, la directora del Metro también.
Obrador también debe responder por los actos criminales del derrumbe. Uno de los involucrados en los malos manejos es el amigo y compadre de Obrador, José María Riobóo.
Nadie escapa a la corrupción de la falsa “izquierda”. Obrador y todos los de Morena están embarrados. Simplemente no tienen madre.
Dice Ebrard que se pone a “disposición de las autoridades”, lo que debe hacer es renunciar, dejar los privilegios del poder y someterse a las leyes como cualquier ciudadano, lo mismo para Scheinbaum, quien además de inepta es testaruda y miserable.

Contracolumna • LA LÍNEA DORADA DE LA SUCESIÓN 2024 • SLIM – EBRARD: EL PODER Y LOS NEGOCIOS

 



JOSÉ MARTÍNEZ M.

Si alguien piensa que Marcelo Ebrard pasó una mala noche, se equivocan. Los muertos por el accidente de la Línea Dorada del Metro son simples “pelillos a la mar”. 

Decenas de miles, cientos de miles de personas sufren ahora las consecuencias.

En términos estrictos los responsables morales de la tragedia son Marcelo Ebrard y el magnate Carlos Slim y sus asociados.

Más que la tragedia, lo que le preocupa a Ebrard es su ambición política por suceder a Obrador. Y Slim está preocupado solo por sus bolsillos.

Para nadie es un secreto que Carlos Slim es el padrino político de Marcelo Ebrard. 

La relación entre ambos está a partir un piñón. 

Sí Marcelo Ebrard aspira a suceder a Obrador en la Presidencia sabe que cuenta con el respaldo de Carlos Slim.

Con el apoyo del magnate, el canciller Ebrard ha ido construyendo su trayectoria política.

Cuando Ebrard fungía como jefe de la policía capitalina, él y Slim se dieron el lujo de pagar más de 4.3 millones dólares por una visita de horas al polémico Rudolph Giuliani, exalcalde de Nueva York por una “asesoría” para combatir la delincuencia de la Ciudad de México. (Giuliani makes recommendations to Mexico City Police - YouTube)

El jefe de Gobierno era López Obrador quien recibió a Giuliani en su despacho. Así empezaron los negocios de Slim con el gobierno de Obrador con Ebrard de por medio.

Sin embargo, Vicente Fox destituyó a Ebrard como jefe de la policía por un linchamiento de agentes federales en Tlahuac. 

Entonces, tras su despido Slim acogió a Ebrard y lo protegió. 

El todopoderoso magnate nombró a Ebrard como segundo de abordo de su sobrino Héctor Slim en un fideicomiso del Centro Histórico. 

Héctor despacha ahora como director de Teléfonos de México y es uno de los hombres más cercanos a Ebrard. Algo así como la “uña y mugre”.

Como jefe de gobierno Ebrard llenó de contratos al grupo Carso. Slim hizo muchos negocios con el tema de la seguridad. Después vendrían las obras públicas y la construcción de la Línea Dorada.

Y como amor con amor se paga, Ebrard recompensó a Slim como el mayor beneficiario en la construcción de la línea 12 del Metro.

Todos sabemos que la construcción de la Línea Dorada fue un auténtico botín. Políticos y empresarios se dieron un festín. 

Hasta hace tres años todavía las empresas constructoras seguían sangrando al erario público. 

Carlos Slim dueño del Grupo Carso y los empresarios de ICA y Alstom exigían miles de millones de pesos por adeudos e intereses al gobierno de la Ciudad de México.

La Cuarta Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México resolvió pagar solo 4,000 millones de pesos de los 6,000 que reclamaba Slim por adeudos e intereses.

Aunque fue una obra ejecutada en el gobierno de Ebrard, la inauguración corrió a cargo de Miguel Ángel Mancera el último día de octubre de 2012, y en menos de dos años se suspendió su operación por diversas fallas. (más de 17 mil, muchas de ellas graves).

Ahora, sobre los despojos de la Línea 12 del Metro revolotean como auténticos carroñeros los dos personajes que se disputan la sucesión de Obrador: Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.

Cadáveres más, cadáveres menos, en México no importan los muertos. Ya lo decía el poeta de la música vernácula: “no vale nada la vida, la vida no vale nada”. 

En el país se puede perder la vida de la manera más absurda y cruel. Y no pasa nada. Masacres, accidentes, ejecuciones, desapariciones y no pasa nada.

Ahí está Gatell quien reina sobre catástrofe. Más de 217 mil muertos por Covid y no pasa nada.

Lo que verdaderamente importa es la ambición de los políticos que se disputan cuotas de poder. 

En la tragedia de la “Línea Dorada” todos se lavan las manos. Una veintena de muertes y un centenar de heridos, son simples estadísticas. 

Políticos y empresarios están embarrados.  Obrador, Marcelo Ebrard, Mario Delgado, Jorge Arganis Díaz, Miguel Mancera, Carlos Slim y un largo etcétera.

Ayer fue Claudia Sheinbaum con el derrumbe de una escuela donde murieron aplastados una treintena de niños y trabajadores, ahora es la Línea Dorada y mañana tal vez el aeropuerto de Santa Lucía. 

¡Y no va pasar nada!

Ebrard, Sheinbaum y Obrador seguirán con sus miserables vidas.

lunes, 3 de mayo de 2021

Contracolumna • ANABELL, VA CAMINO AL TRUNFO • LORENA, CANDIDATA DEL ENGAÑO


 JOSÉ MARTÍNEZ M.
 
Para un político no hay nada peor que una derrota. Sin embargo, hay políticos que se empecinan en llegar al poder a cualquier precio. Aún por encima de su dignidad. Es el caso de Lorena Cuéllar, la candidata de Morena que busca imponerse en Tlaxcala mediante sucias maniobras. Como ahora que inventa encuestas y que compra encuestas al tamaño de su medida. Como sospechosa encuesta de El Universal y otras más. Es parte de la guerra sucia y una prueba del derroche de recursos como parte de la campaña del engaño.
Cuéllar ya en un par de ocasiones ha sufrido sus respectivos reveses. Con el PRI no pudo contender y perdió la oportunidad. No contaba con el respaldo suficiente ni poseía la experiencia. Sólo contaba con la ambición. La segunda ocasión que lo intentó fue derrotada en las urnas. Lo hizo bajo la sombra del PRD. Desagradecida se fue del partido por la puerta de atrás, sin pena ni gloria.
Ahora contiende por Morena y va rumbo al fracaso. Un golpe más para su ego. Todo apunta a una clara derrota.
Dice el refrán: lo que se ve, no se juzga. Cierto.
Cualquier persona, incluídos los más enfermos del obradorismo, saben que Tlaxcala es territorio perdido.
Anabell Ávalos ha desplegado una campaña de mucho contacto con la gente. Hay una identificación. Es natural el enganche entre la candidata de Unidos por Tlaxcala que muchos militantes de Morena han pasado a formar parte de las filas de esta coalición.
El discurso de Anabell es propositivo y contundente. Le llama a las cosas por su nombre.
Ha sabido contenerse. Es común que los candidatos pierdan piso y ofrezcan las perlas de la vida.
En un estado pobre como Tlaxcala la gente necesita fuentes de empleos y la creación de servicios básicos. No se puede ir por la vida engañando y manipulando a la gente, cómo viene haciendo en su desesperación la señora Lorena Cuéllar quien vive fuera de la realidad, como en un cuento donde todo es fantasía.
Esta señora que le tiene miedo a la vida. Que se llena la cara de costosas cirugías, está acostumbrada a mentir.
No sé puede ir por la vida mintiendo, engañando y manipulando.
De acuerdo a los lineamientos de las campañas todos los candidatos deben cumplir ciertos requisitos de transparencia. Es lo menos que deberían hacer. Pero la señora Cuéllar acostumbrada a torcer las leyes y a mentir, se niega a presentar su declaración patrimonial y los comprobantes del pago de sus impuestos.
Todos saben la mala fama de esta persona que fue capaz de apropiarse la candidatura de su partido por encima de los cadáveres de sus compañeras de partido. La misma fórmula aplicó con las postulaciones de los candidatos a presidentes municipales y diputados locales y federales.
Cadáveres más cadáveres menos, Lorena Cuéllar dispuso a su antojo las candidaturas y lucró con ellas. Hoy mantiene a Morena dividido y sin los liderazgos naturales que tiene cualquier organización política.
Ella antepuso sus intereses como lo hizo con una tragedia familiar. Se agandalló la herencia mal habida y se lavó las manos. Nada más ruin y perverso.
Con esa mentalidad carroñera, la señora Cuéllar cada que se publica una encuesta --por supuesto pagada con el dinero de los impuestos de los tlaxcaltecas-- hace una fiesta. Es patético ver cómo cacarea las mentiras. Cada vez que un adulador la llena de elogios, ella saca su espejo como la bruja del cuento.
Desde luego que existe una enorme diferencia entre la señora de las cirugías y la candidata de la Coalición Unidos por Tlaxcala.
La señoy Cuéllar es adicta a los juegos de azar y al ocultismo. Se hace asesorar por brujos y Babalaos --muchos delincuentes recurren a esas prácticas-- para sentirse segura.
En el mundo del juego, suele apostar cantidades importantes de dinero y cada vez que pierde se trauma. No es poca cosa lo que apuesta, sabemos que lo hace con dinero ajeno. Muchos millones del presupuesto de los programas federales de bienestar fueron a parar a las bolsas de los casinos.
La ludopatía de la señora Cuéllar es una enfermedad seria. Debe aceptar que la administración pública y la gobernanza no son un botín. Es disponer de un compromiso y vocación de servicio.
Cuéllar se la pasa posando para la foto, una campaña sin pues ni cabeza, con pésimos asesores y estrategas y muchos aduladores.
El contraste, según han podido constatar sus paisanos, es la campaña de Anabell Ávalos. Un discurso sencillo, directo y sin aspavientos. La campaña de Anabell se rige por una narrativa. Es un discurso coherente que conecta con la gente.
A pesar de ser una campaña con muchas limitaciones económicas, la coalición Unidos por Tlaxcala ha sabido desplegar y proyectar una imagen y un discurso atractivo, como se solía hacer en otros tiempos, cuando la plaza pública permitía un acercamiento y un mejor contacto entre los candidatos y los ciudadanos.
La videopolítica hoy domina el escenario electoral pero cuando ocurre el más mínimo error, éste se multiplica y se convierte en una pesada loza para un candidato.
Anabell optó por la cercanía con la gente y está despertando fuertes y serías expectativas. Ocupa las preferencias ven las encuestas pero sabe que debe ser cautelosa y apretar el paso y amarrar mejores y mayores acuerdos para consolidar su eminente triunfo.
Cada lugar que visita para hablar con la gente, se termina por convertir en una verbena. Ella lo sabe, pero mantiene los firmes.
Anabell está en plena madurez política y disfruta cada momento. Se ha rodeado de un equipo eficiente y sus aliados le brindan apoyo. La alianza partidista ha dado, hasta ahora, buenos resultados. Insisto, Tlaxcala es un laboratorio político que puede servir en el futuro inmediato como un modelo de trabajo para armar una estructura de carácter nacional.
Unidos por Tlaxcala es una alianza ciudadana que rompe con el anquilosado corporativismo. Pero sin duda, lo más importante es contar con un buen candidato. El perfil de Anabell reúne esas características.
No se trata de aparentar, sino de ser auténticos. Quizás Lorena Cuéllar, la candidata del engaño no lo sepa, no se trata de ver quién se ha hecho más cirugías, pues al final los refranes populares son sabios: "aunque la mona se vista de seda, mona se queda".

miércoles, 28 de abril de 2021

Contracolumna • EL ZÓCALO HUELE A MIERDA • AAZ: UNIDOS POR TLAXCALA


JOSÉ MARTÍNEZ M.


¿Por qué están siendo exitosas las campañas de oposición al gobierno de Obrador? El caso de Anabell Ávalos Zempoalteca en Tlaxcala es un ejemplo contundente. Hay una propuesta y una narrativa.
Mientras la candidatura de Lorena Cuéllar se resquebraja y amaga con el “blof”. La candidata de Morena actúa contrario a las manecillas del reloj: le apuesta al montaje propagandístico. Ella misma se inventa un “prestigio”, que ya sabemos que es falso. Su campaña está enfocada en la fanfarronería para tratar de “intimidar”. Habla en nombre de Obrador para “cumplir” sus amenazas.
Y como ella, todos los demás candidatos de Morena actúan de la misma manera. Es un patrón diseñado desde la sede del Poder Ejecutivo que se ha convertido en una verdadera guarida.
Todos hemos atestiguado la podredumbre que corroe a Morena. Desde la impunidad de un pederasta poblano que se escuda en su fuero de diputado federal, pasando por cancelación de la candidatura del violador Félix Salgado Macedonio financiado con recursos ilícitos de grupos venezolanos y apoyo logístico de personajes ligados, en su momento, a Hugo Chávez, hasta llegar al ministro de la Suprema Corte Arturo Zaldívar como un presidente espurio de la máxima autoridad judicial.
También todos somos testigos de cómo el presidente Obrador con su llegada al poder convirtió a Palacio Nacional en un estercolero. Todas las mañanas presenciamos cómo se recoge y se fermenta el estiércol en las conferencias presidenciales.
Cuando Manuel Camacho Solís despachaba como jefe del Departamento del Distrito Federal –ahora Gobierno de la Ciudad de México– la actriz María Félix soltó una de sus expresiones puntillosas cuando señaló que el Centro Histórico olía a meados.
Claro, el Zócalo y sus alrededores no sólo eran calles mugrosas sino además peligrosas.
La crítica de la Doña caló hondo. A partir de entonces comenzó el rescate de la zona más simbólica de nuestro país. Se formó el Consejo Consultivo del Centro Histórico entregó a la UNESCO del Plan Integral de Manejo del CH (2011 a 2016) para definr por primera vez en su historia de 700 años las líneas estratégicas de mediano y largo plazos para la conservación y sostenimiento del sitio.
Para su infortunio, Obrador como jefe de gobierno siempre se opuso al rescate del Centro Histórico. A él solo le interesaba embellecer Paseo de la Reforma y nada más. Sin embargo, el presidente Fox y el empresario Carlos Slim con el respaldo del Banco Mundial lograron transformar el Zócalo y sus alrededores que abracan un espacio de 10 kilómetros y que rebasan con mucho el minúsculo territorio sobre el cual se fundó la ciudad prehispánica de Tenochtitlan. Como testigo mudo se erige en ese lugar el Templo Mayor.
Lo malo es que Obrador ha convertido a la joya de la corona del poder presidencial en un lugar sucio y maloliente como los pantanos donde se reproducen los pejelagartos.
Por desgracia el país está hecho un desastre. Obrador ha ido convirtiendo a México en un país de mierda. Todo lo que huele a Morena despide un tufo irrespirable.
Porfirio Muñoz Ledo quien orgulloso le colocó la banda presidencial a Obrador ahora reniega del tabasqueño. Porfirio vomita al Peje hasta llegar a la maledicencia. No es para menos. Obrador es el monstruo que construyeron los políticos que desertaron del viejo PRI y que con intelectuales y periodistas lo encumbraron.
Con el respaldo del PRD, poco a poco Obrador fue creando un coto de poder. Se fue configurando en un personaje que involucró ingenio e imaginación creando a su alrededor una perversa y no menos compleja red de crímenes y complicidades.
Hoy los resultados están a la vista. Obrador y su meta-poder anticonstitucional evidencia los excesos de un hombre y la pasividad del entorno que le ha permitido alcanzarlos.
Como Obrador, por el país hay regados conspicuos personajes que lo emulan y manipulan la fe de quienes aún siguen creyendo en un proyecto de país que no existe. En la utopía de salvar a los pobres para convertir a México en una república amorosa.
La bandera de los candidatos de Morena a las gubernaturas en disputa y a la renovación del Poder Legislativo es prometer el paraíso.
Ya sabemos que los candidatos de Morena –como muchos otros de los demás partidos, en especial los aliados del estercolero obradorista– manejan falsos discursos dominados todos ellos por las mentiras, como aquella vieja canción del corrido de Marieta: los morenistas prometen muchos regalos y lo que dan son puros palos.
Salvo la muchedumbre con la que ha lucrado políticamente durante décadas, Obrador y sus marionetas que buscan a cualquier costo hacerse de las 15 gubernaturas en disputa y las centenares de curules en la Cámara de Diputados, una gran mayoría de mexicanos están en contra de las propuestas del tabasqueño cuya tarea consiste en desmantelar al viejo régimen construido a lo largo de casi un siglo. Lo peor para el país, es que Obrador no tiene ni la más remota idea de lo que significa la construcción de una nación.
Un proyecto de país va de la mano de un plan de educación y de una estrategia de desarrollo económico con una visión de largo plazo.

sábado, 24 de abril de 2021

Contracolumna • ANABELL VS LA CANDIDATA GORGOJO • AMLO, CAMPAÑAS VOTO DEL HAMBRE



JOSÉ MARTÍNEZ M.


El presidente Obrador es un lastre para las campañas de los candidatos de Morena. Más allá de las encuestas que apuntan una caída en las preferencias de los aspirantes obradoristas, el mal humor social sigue latente. El descontento no se manifiesta en apariencia pero en las campañas ha comenzado a exteriorizarse un rechazo a las dádivas que los candidatos de Morena ofrecen a cambio del voto.
Lorena Cuéllar, candidata de Morena al gobierno de Tlaxcala en 15 días ya gastó los más de ocho millones de pesos que el INE le autorizó para su campaña. En una maniobra burda de propaganda pagó a TV Azteca más de 3 millones de pesos por una larga entrevista en el canal 40 para “limpiar” su imagen. De nada sirvió porque de inmediato otros programas de la televisora hicieron “memes” con los exabruptos de Cuéllar durante el debate de los candidatos al gobierno de Tlaxcala.
Lorena Cuéllar es la típica candidata gorgojo. El ejército de los “servidores de la nación” que la auxilian en su campaña, regalan despensas (bueno, es un decir) con productos caducados y arroz con gorgojo.
Morena y sus candidatos lucran con los programas sociales. El reparto de “alimentos” es parte del círculo vicioso del voto del hambre.
Por desgracia, en México millones de personas piensan con el estómago.
Obrador ha formado a su imagen y semejanza a un número indeterminado de políticos como Lorena Cuéllar que no tienen escrúpulos para manipular a la gente.
Y así como el amor entra por el estómago, los candidatos de Morena le entran a la gente por la panza con “ayuda alimentaria” –una forma elegante de disfrazar la compra de los votos– a sabiendas que la muchedumbre puede ser fácilmente engañada.
Lo peor es que al “voto del hambre”, Morena con Lorena Cuéllar ha sumado la “compra de conciencias”. La candidata morenista ofrece cochupos y cargos, que reparte como si fueran dulces. A un exjefe de la policía le propuso negocios sucios a cambio de su “apoyo”. “Si yo gano las elecciones, te vas a hinchar de dinero”, prometió Cuéllar a Max Hernández Pulido, ex jefe de la policía municipal, quien así pasó a formar parte de la cadena alimenticia de la corrupción en Morena.
Los críticos de Cuéllar la ven como una candidata muy pequeña para los grandes problemas de Tlaxcala. La personalidad de la Cuéllar contrasta con la de su oponente de la coalición Unidos por Tlaxcala, Anabell Ávalos quien antes de pasar a contender como la abanderada de una alianza multipartidista, recibió el reconocimiento como la mejor presidente municipal por dos organizaciones plurales: la Federación Nacional de Municipios de México y la Conferencia Nacional de Municipios.
Alcaldes de morenistas, panistas, perredistas y priistas la reconocieron por su capacidad de trabajo y honestidad. En cambio, sobre Lorena Cuéllar pesan denuncias por corrupción debido a malos manejos en el presupuesto federal en los programas de bienestar.
Mientras en Tlaxcala la candidata de Morena “espera resolver” con despensas con gorgojos la pobreza de sus paisanos, Anabell Ávalos es partidaria de instrumentar un plan social y económico de combate a la pobreza.
Las cifras del rezago social en Tlaxcala como en el resto del país son alarmantes. Con la pandemia la situación se ha agravado. Millones de personas presentan carencias sociales por el desempleo y la falta de apoyos, simplemente la gente no tiene el ingreso suficiente para comprar los alimentos de una canasta básica.
En Tlaxcala, por ejemplo, en diez largos años (20008-2018), de acuerdo al último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 42 mil personas pudieron superar su nivel de pobreza en ese lapso. Sin embargo, con la llegada de la pandemia sus expectativas de progreso se desplomaron.

VER estadísticas del Coneval en el siguiente enlace: https://www.coneval.org.mx/.../Paginas/Pobreza_2018.aspx

En cuanto al país de acuerdo con la última medición de pobreza del Coneval en sólo tres años la pobreza aumentó en más de 18 millones de personas. En 2018 se tenían registrados 52.4 millones de personas pobres, de ellas 9.3 millones de ellas vivían en pobreza extrema.
Muchos de ellos habían confiado en obrador y le dieron su voto. Pero tres años después, la situación empeoró:
De acuerdo al Coneval en 2020 se registraron 70.9 millones de pobres por ingreso, es decir, el 56.7% de la población.
En Morena, los candidatos siguen con más de lo mismo. Como siempre reparten arroz y frijol con gorgojo.
Lástima que esa muchedumbre piense con el estómago.
Los políticos que reparten alimentos caducados y arroz y frijol con gorgojos no tienen madre.

lunes, 19 de abril de 2021

Contracolumna • LOS DEBATES Y LA OBRADOCRACIA • ANABELL Y “UNIDOS POR TLAXCALA”


JOSÉ MARTÍNEZ M.

Ayer comenzaron los debates de las elecciones de medio gobierno con mensajes huecos y sin sentido. Salvo algunas frases, todo fue un cachondeo, al menos así ocurrió en Tlaxcala, donde la candidata de Morena Lorena Cuéllar puso como ejemplo al gobierno de Obrador, como si el tabasqueño fuera Dios y México el paraíso. Por eso no me extrañaron las palabras de Anabell Ávalos, la abanderada de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, cuando preguntó a la audiencia: “Ustedes van a decidir por una mujer clara, honesta y responsable, o por una mujer que roba, que miente y traiciona”.
Como la mayoría del respetable seguí el debate a través de las redes sociales, yo esperaba que fuera más aguerrido y propositivo, pero ni siquiera hubo la menor autocrítica. Era el momento ideal para expresar el coraje de los ciudadanos que están hartos de tantas mentiras. Un debate es para increpar, atacar, cuestionar, para vencer y convencer.
Carajo, ¿En qué pensarán los políticos cuando van a los debates? ¿Sabrán acaso que un debate político es como un ring sin cuerdas y por eso se muestran pusilánimes?
No lo sé, pero me pregunto: ¿En qué pensarán los candidatos cuando hacen el amor? ¿Serán igual como cuando van a los debates? Lo que sí sé, es que los boxeadores no tienen sexo antes de las peleas, pues al menos no solo dejan el piso del cuadrilátero pegajoso de sudor. Se suben a partir la cara. Un político llega a un debate a ser el portavoz de lo que la gente está diciendo en la calle.
Si al menos los políticos lograran aprender a comunicar habría tal vez mejores electores. Pero los políticos no hablan para los electores, hablan para ellos mismos. Tienen controlados todos los riesgos. De ahí el refrán: “cría ciudades y te sacarán los votos”.
Cuando el poeta Homero Aridjis escribió su novela “¿En quién piensas cuando haces el amor?” reflexionaba en el tipo de ciudadanos al que aspiramos ser. La degradación de la política se suma a la catástrofe humana, cultural y ecológica. No hay futuro para el país si no le damos valor a nuestro voto.
La política está contaminada por la corrupción y la impunidad, por la mentira y la soberbia.
La decadencia política en que vivimos no solo es un reflejo metafórico de nuestro presente, es el futuro al que estamos condenados si seguimos permitiendo que irrumpan en el poder malos gobernantes.
La “cuarta transformación” es un reflejo de la decadencia política del país. El presidente Obrador desde su primera campaña sembró un discurso de odio y todos los días lo sigue regando como una maldita flor. Un discurso que replican los candidatos de Morena y sus aliados, con falsas promesas e invocando en cada línea de ese discurso el nombre del “pueblo”.
La “cuarta transformación” es la manifestación plena de la oclocracia como muestra de la degeneración de nuestra democracia.
No hay duda. En México ha nacido la Obradocracia sintetizada en la violencia y el desprecio por la ley convertida en el gobierno de las muchedumbres.
Las campañas de los candidatos obradoristas son la copia fiel del discurso de odio y de las mentiras del caudillo de Morena.
El discurso de Lorena Cuéllar giró en torno de la figura del presidente Obrador.
Acomplejada por su diminuta estatura física (y moral), la candidata de Morena ordenó que le pusieran un banco para alcanzar el atril y aparentar una mayor estatura. Su discurso en el debate fue una retahíla de promesas. Yo, yo, yo, yo…
Lorena Cuéllar se confundió: los debates políticos no son concursos de mentiras. Dijo: “tú ya conoces cómo gobierna el PRI. Tú ya conoces como gobierna el PAN…” entonces puso a Morena como el ejemplo a seguir. Como si el presidente Obrador fuera Dios y México el paraíso.
Su contrincante Anabell Ávalos fue contundente: “qué se puede esperar de una persona que roba, miente y traiciona”.
Los temas de debate se abordaron de manera insustancial. Salud y Seguridad. Como siempre: promesas y más promesas. El tema de la inseguridad se centró en la falta de preparación y lo mal pagado que están los policías.
El tema de la salud fue como una subasta. Sin excepción, todos tenían la panacea para resolver los grandes problemas sanitarios del país.
Lo único rescatable fueron las propuestas de la mayoría de los candidatos, pero a diferencia de éstos y en especial de Lorena de Cuéllar, Anabell Ávalos de la coalición “Unidos por Tlaxcala” los llevó y presentó más elaborados. En cuanto a Seguridad se comprometió en nueve puntos a incrementar la fuerza policial, con estímulos y mejores salarios, combatir la trata de personas, prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y mejorar el sistema penitenciario. Y en cuanto al sistema de salud presentó un plan de 15 puntos para mejorar la atención y la infraestructura de salud.
Sin embargo, no fue suficiente. Los electores tienen otras expectativas de los candidatos.
Está claro que existe un mal humor social. Hay malestar por la Obradocracia. Sí, nos referimos a la forma decadente de la “cuarta trasformación” que se sustenta en un estilo desorganizado, irracional y corrupto (que beneficia a la muchedumbre sobre la colectividad).
Por eso no extraña el discurso machacón de los candidatos de Morena que se comunican de forma no racional, apelando a sentimientos, utilizando el miedo y el nacionalismo y, en general, el circo, el linchamiento y la dádiva o el favor como formas de ejercer justicia y repartir bienes.
En eso consiste el discurso de la Obradocracia.

jueves, 15 de abril de 2021

Contracolumna • ANABELL ÁVALOS A LA CABEZA • LLEGÓ LA HORA DEL DEBATE


JOSÉ MARTÍNEZ M.


En política la inteligencia es artículo de escaso consumo o de ningún consumo. El debate de las seis mujeres y un caballero por la gubernatura de Tlaxcala será un momento propicio para conocer qué pueden hacer dichos personajes en los espacios de la inteligencia. Con antelación hemos atestiguado el caso de una de ellas que se caracteriza por su frivolidad y cómo se ha mostrado sirviente de su propia ignorancia e inexplicablemente devorada por su ambición y vanidad. Nos referimos a Lorena Cuéllar, la candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia” quien lleva 20 años de buscar afanosamente la gubernatura como una pepenadora brincando de basurero en basurero.
Desde hace un par de años venía urdiendo cómo apoderarse de la candidatura. Su última gracejada fue la promesa de encumbramiento a centenares de ilusos aspirantes a cargos de elección popular bajo la sombra de Morena. Fue ella quien decidió quién sí y quién no debía ser nominado. Con sus decisiones sembró odio y división entre las huestes obradoristas, ahora toda esa gente a la que defraudó y engañó se ha ido sumando al proyecto de gobierno de la candidata de la coalición “Unidos por Tlaxcala”, Anabell Ávalos quien es la otra cara de la moneda. Una mujer de la cultura del esfuerzo que recorre todo el estado acompañada por hombres y mujeres. Con azoro, Anabell ha escuchado muestras de simpatía y confianza. Una anciana le confió: “Siento que es un honor estar a su lado”. Una muestra palpable del descontento de la gente que ha quedado decepcionada de las promesas del presidente Obrador, ancianos, mujeres y niños que sobreviven en la penuria y en la soledad de sus enfermedades. Anabell una mujer que emergió de la pobreza, que se preparó para no acabar mirándose como la miran. Su espíritu perseverante y de lucha la tiene disputando el apoyo y la simpatía de sus paisanos con el respaldo de una alianza multipartidista que la mantiene a la cabeza de las preferencias electorales. Lorena Cuéllar podrá blofear que es la “favorita” pero no es confiable y se niega a presentar su declaración patrimonial, pues esconde una riqueza mal habida.
Tlaxcala es un estado pobre y con un enorme rezago social y económico. El próximo domingo 18 de abril a las siete de la noche se llevará a cabo el debate entre los aspirantes a la gubernatura, pero en muchos lugares del estado pocos o nadie lo podrán sintonizar porque carecen de televisión o porque no tienen acceso a Internet. Como sea, Anabell se ha comprometido a recorrer todos los lugares de Tlaxcala tocando las puertas de todos los hogares escuchando a la gente. En cambio, Lorena Cuéllar le ha apostado a las redes sociales en la penumbra de todos los días. Su falta de artificio, su poca gana de servir a los demás, su ingenuidad política de sentirse ya la ganadora y la poca estima hacia los electores están abonando su previsible derrota.
Por ley son obligatorios los debates políticos como parte de las campañas. El encuentro de los siete candidatos tendrá una duración de dos horas para presentar sus propuestas en materia de salud y seguridad. Desde luego, la candidata de Morena lleva todas las de perder. En el tema de salud no tiene ningún argumento. El gobierno del presidente Obrador ha fracasado de manera rotunda en ese tema. Los más de 200 mil muertos por Covid, la escases de medicinas y vacunas contra el coronavirus, el abandono de los niños con cáncer y la falta de atención a la salud de las mujeres como parte de la cancelación de los programas sociales, se suman a la demagogia de Obrador de prometer un sistema de salud como la de los países escandinavos para dar una atención de primer mundo. Un presidente que jamás ha puesto un pie en un hospital para dar consuelo a las familias de las decenas de miles de víctimas de la pandemia. ¿Qué argumento puede tener Lorena Cuéllar y los demás candidatos de Morena a las gubernaturas en el tema de la salud?
En cuanto al asunto de la seguridad no hay nada que abone en favor de los candidatos de Morena. Lorena Cuéllar qué podrá decir en ese tema, cuando siguen las masacres, el huachicol, los secuestros, la violencia, los asaltos, el narcotráfico. El de la seguridad es uno de los grandes fracasos de Obrador. ¿Qué puede ofrecer Lorena Cuéllar a los tlaxcaltecas si él gobierno de su presidente Obrador ha fracasado en materia de Seguridad?
Ahora que por fin Anabell Ávalos y Lorena Cuéllar se verán las caras es importante tener en claro la importancia del debate y sus consecuencias electorales. Un tema que todos los candidatos a los cargos de elección popular deben tomar en cuenta.
Los debates son una excelente oportunidad para que los ciudadanos sepan las ideas de los candidatos.
Los debates pueden modificar el resultado de una elección. Los ciudadanos pueden decepcionarse o convencerse. Muchos electores pueden cambiar de decisión al conocer la personalidad y el conocimiento que tienen de los problemas los candidatos.
Un debate aporta información a los electores sobre la verdadera personalidad de los candidatos, si son temperamentales, demagogos, democráticos y civilizados, si son tolerantes, si ofrecen propuestas viables y una participación democrática al interactuar con los ciudadanos para desarrollar propuestas de políticas públicas.
El debate tiene un impacto más allá de una elección. Sirve para demostrar que tan civilizados están los políticos a partir de una conversación pública de cara al electorado, para la construcción de la democracia y para que los ciudadanos se sientan orgullosos de sus autoridades.
Es un hecho que los debates tienen una conexión emocional porque establecen un vínculo con la audiencia al generar aceptación, credibilidad y confianza.
Veremos, pues qué tanto están preparados los candidatos para el debate. Habrá que ver cuál de todos los candidatos proyecta mayor fuerza ante las cámaras. Y ver también quien demuestra mayor pasión y contundencia.
Ha llegado el momento clave y de definición y analizar quién o quiénes están mejor preparados sicológicamente para demostrar su habilidad y conectarse con la gente.
Un candidato que muestra signos de cansancio, que alardea o se muestra soberbio, o que se percibe agresivo o se hace el chistoso, genera rechazo, no emociona y aburre.
Veremos de qué están hechos los candidatos tlaxcaltecas.
LISTA DE CANDIDATOS:
Anabell Ávalos Zempoalteca, coalición “Unidos por Tlaxcala” (integrada por PRI, PAN, PRD, PAC y PS).
Lorena Cuéllar Cisneros, coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena, PT, Nueva Alianza, PEST y PVEM).
Eréndira Jiménez Montiel, Movimiento Ciudadano (MC).
Evangelina Paredes Zamora, Partido Impacto Social Sí (PISS).
Liliana Becerril Rojas, Partido Encuentro Solidario (PES).
Viviana Barbosa Bonola, Fuerza por México.
Juan Carlos Sánchez Gracia, Redes Sociales Progresistas (RSP).